1. Córcega: imágenes.
Representaciones de un viaje a la Isla de la Belleza
Durante
los
meses
de
abril
y
mayo
de
2000
tuve
la
oportunidad
de
hacer
un
viaje
de
estudio
a
Córcega
–isla
de
mis
antepasados
paternales–
auspiciado
por
la
Universidad
de
Puerto
Rico.
Como
resultado
del
mismo,
surgió
la
publicación
del
libro
Los
corsos-‐
americanos.
Ensayos
sobre
sus
arquitecturas,
vidas
y
fortunas
en
el
siglo
XIX.
La
preparación
de
la
publicación
fue
una
experiencia
que
abarcó
desde
el
encuentro
con
mis
raíces
y
mi
familia
corsa,
hasta
las
indagaciones
y
conversaciones
profundas
con
los
autores
de
los
diferentes
ensayos
que
se
encuentran
en
el
libro.
Esta
experiencia
me
ha
marcado
de
por
vida.
Con
esta
exposición
de
fotograGas
–algunas
tomadas
durante
mi
estadía
en
Córcega
y
otras
encontradas
en
diversos
archivos
públicos
como
personales–
quiero
re-‐presentar
esa
marca
dejada
en
mi
espíritu
creaJvo.
Son
fotograGas
retocadas
digitalmente
por
medio
de
la
uJlización
de
varios
filtros,
con
los
que
buscaba
impregnarlas
con
mi
percepción
del
objeto
tanto
al
tomarlas
como
al
volver
a
verlas.
Me
siento
privilegiado
por
conocer
de
tan
cerca
la
Jerra
de
mis
antepasados.
Por
medio
de
esta
muestra
fotográfica,
deseo
comparJr
con
los
miles
de
descendientes
corsos
en
Puerto
Rico,
un
poco
del
espíritu
del
lugar
que
hace
tan
especial
la
Isla
de
la
Belleza.
Enrique
Vivoni
Farage
3. 1.
Edificio
Roncajolo,
Bas2a.
Localizado
en
el
lado
sur
de
la
Plaza
de
San
Nicolás,
este
edificio
se
construyó
con
los
dineros
que
el
Sr.
Roncajolo
hizo
con
su
compañía
maríJma,
con
la
cual
llevó
a
muchos
emigrantes
corsos
a
América.
Hoy
es
un
edificio
de
oficinas
que
en
su
primer
piso
cobija
al
Banque
Société
Général.
“Con
relación
a
nuestra
parCda
de
aquí,
el
señor
Roncajolo
nos
ha
asegurado
que
será
el
jueves
por
la
mañana
cuando
se
icen
las
velas.
El
barco
en
que
embarcaremos
es
un
famoso
barco
de
tres
palos
que
resisCrá
muy
bien
cualquier
tormenta.
Hice
arreglos
para
un
camarote
de
segunda
por
ciento
cincuenta
francos.
Hablé
con
el
señor
Ricci
para
que
me
hiciera
una
rebaja
en
el
precio,
pero
fue
imposible
lograrlo.”
Pedro
Santos
Vivoni,
17
de
noviembre
de
1856.
4. 2.
Palacio
Vicente
Antone9,
Bas2a,
1846.
Vicente
AntoneZ
(1786-‐1870)
era
natural
de
Nonza,
y
fue
durante
muchos
años
capitán
de
la
balandra
Sirena.
Un
documento
de
1824
indica
que
AntoneZ
llevaba
8
o
9
años
navegando
como
“Capitán
de
un
buque
que
hace
viajes
a
Saint
Thomas.”
AntoneZ
se
estableció
en
Salinas,
donde
adquirió
terrenos
para
la
siembra
de
caña
de
azúcar.
Sus
negocios
fueron
prósperos,
y
en
1846
construyó
un
magnífico
palacete
neo-‐clásico
de
frente
al
Muelle
de
los
MárJres,
en
la
ciudad
de
BasJa.
Para
efectuar
esta
construcción,
AntoneZ
tuvo
que
adquirir
una
manzana
de
la
ciudad
y
demolerla.
5. 3.
Palazzu
Al2eri,
Bas2a
Otras
“casas
americanas”
–como
la
del
banquero
AlJeri,
quien
hizo
su
fortuna
en
Haif–
también
fueron
construidas
en
la
ciudad
de
BasJa,
en
la
ladera
de
la
colina
que
conduce
al
monasterio
de
San
Antonio.
Estas
casas
opta-‐ron
por
variados
esJlos
arquitectónicos.
El
Palazzu
AlJeri
es
un
magnífico
ejemplo
de
un
palacete
neo-‐clásico
con
logias
abiertas
en
la
fachada
principal
para
aprovechar
las
vistas
al
mar.
6. 4.
Casa
ancestral
de
la
familia
Emanuelli,
Rogliano.
La
aldea
Begolacce
en
Rogliano,
que
en
1875
contaba
con
608
habitantes,
produjo
otro
grupo
familiar
de
emigrantes
a
Puerto
Rico.
Cuatro
hermanos
de
la
familia
Emanuelli
Damiani,
llegaron
a
Coamo:
Domingo,
SanJago,
Antonio
y
Lucía;
de
igual
manera
emigraron
los
Silvagnoli
y
Juan
Begolacci.
Los
Emanuelli
reconstruyeron
su
casa
ancestral
–hoy
en
ruinas–,
mientras
que
Silvagnoli
y
Begolacci
construyeron
sus
“casas
americanas”.
7. 5.
Palazzu
Biaggi,
Cagnano.
Tierra
adentro,
en
la
aldea
de
Terre-‐Rosso,
la
Casa
Biaggi
es
todavía
la
sede
de
la
familia
de
cuyo
seno
parJó
Antonio
Biaggi
a
mediados
del
siglo
XIX.
En
1871,
Antonio
Biaggi
residía
en
San
Juan.
Con
el
Jempo,
se
unieron
viejas
casas
a
las
nuevas
construcciones
para
formar
la
Casa
Biaggi.
8. 6.
Palazzu
Capifali,
Calenzana.
En
la
región
de
la
Balagne
también
se
encuentran
numerosas
“casas
americanas”
del
siglo
XIX.
Por
ejemplo,
en
Calenzana
está
la
casa
de
la
familia
Capifali,
sin
duda
alguna
construida
por
Juan
BauJsta
y
José
Capifali,
quienes
residían
en
Mayagüez
en
1877.
Esta
casa,
enclavada
en
la
vieja
aldea,
se
levanta
orgullosa
sobre
las
otras
casas
centenarias
de
Calenzana.
Su
esJlo
toscano
delata
su
procedencia
“americana”.
9. 7.
Palazzu
Vivoni
“Casanova”,
Sisco
Aunque
Pedro
Santos
Vivoni
le
había
escrito
a
su
padre
en
1867
que
“es
mi
ardiente
deseo
de
volver
a
establecerme
en
la
Patria
y
espero
que
no
tardaré
mucho
en
hacerlo”
y
que
“los
negocios
andan
bien
por
ahora,
y
desde
ahora
en
adelante
quiero
colocar
todo
el
dinero
que
gano
en
Córcega,”
el
proceso
de
construcción
de
la
Casa
Vivoni
–conocida
como
“Casanova”–
fue
largo
y
lleno
de
contraJempos.
Refleja
la
problemáJca
social,
económica
y
cultural
de
un
emigrante
naturalizado
que
a
través
de
los
años
se
adaptó
y
adoptó
a
su
patria
nueva.
10. 8.
Palazzu
Jean
Cagninacci,
Santa
María-‐di-‐Lota.
Entre
todas
las
casas
construidas
en
la
aldea
de
Figarella,
el
palazzu
que
Jean
Cagninacci
se
construyó
en
1879
se
destacó
por
su
esJlo,
su
ornamentación
y
sus
terminaciones
interiores.
Igual
que
el
Château
Cagninacci,
en
la
aldea
de
San
MarJno,
este
palacio
se
inspiró
en
la
alta
arquitectura
florenJna,
con
grandes
y
numerosas
ventanas,
algunas
flanqueadas
por
columnas
toscanas
que
sosJenen
un
frontón
triangular.
11. 9.
Edificio
de
la
familia
Casanova,
Rogliano.
Muchas
de
las
construcciones
en
el
frente
portuario
de
Macinaggio
en
la
comuna
de
Rogliano
son
producto
de
fortunas
hechas
en
América:
tres
edificios
residenciales
y
de
comercio
construidos
o
reconstruidos
por
la
familia
Casanova,
uno
por
la
familia
Molini
y
otro
por
los
LuccheZ.
Como
era
habitual
en
aquella
época,
las
estructuras
en
las
marinas
eran
el
preámbulo
a
los
palazzi
construidos
en
el
interior
de
las
comunas.
12. 10.
Palazzu
Vicente
Antone9,
Nonza.
Su
palazzu
en
Nonza
seguía
más
de
cerca
los
elementos
formales
fpicos
de
las
“casas
americanas”,
y
–por
su
tamaño–
dominaba
el
pueblo
de
Nonza,
ubicado
en
la
ladera
del
monte
que
sirve
de
fondo
a
la
iglesia
de
Santa
Julia.
El
palazzu
AntoneZ
se
destaca
por
su
entrada
aislada,
su
verja,
sus
jardines
y
un
portón
de
entrada
a
la
propiedad
adornado
con
caracoles,
franca
referencia
a
sus
negocios
de
ultramar
y
marinos.
13. 11.
Palazzu
Bonavita,
OleQa.
En
la
aldea
de
Olega,
esta
“casa-‐americana”
perteneciente
a
la
familia
Bonavita
se
destaca
por
su
tamaño,
número
de
ventanas
y
techo
a
cuatro
aguas.
14. 12.
Palazzu
LeoneQo
Cipriani,
Centuri.
El
casJllo
que
Leonego
Cipriani,
se
construyó
en
la
aldea
de
OrJnola
en
la
comuna
de
Centuri.
Es
único
en
el
Cabo
Corso.
Diseñado
en
imitación
de
un
casJllo
medieval,
con
paredes
de
piedra
expuesta
y
almenas,
esta
“casa
americana”
debió
su
erección
a
los
múlJples
negocios
de
la
familia
Cipriani,
que
tanto
Leonego
Cipriani
como
su
padre
Mateo
tuvieron
en
Saint
Thomas,
el
Caribe
y
California.
La
vida
de
Leonego
Cipriani
fue
de
aventuras
y
un
poco
caballeresca,
según
su
autobiograGa
Avventura
della
mia
vita.
15. 13.
Casa
ancestral
AntonmaQei,
Morsiglia.
En
la
aldea
de
Pecorile
en
la
comuna
de
Morsiglia,
los
Giordani
construyeron
Villa
HaiV,
cuyo
nombre
delata
el
origen
de
su
fortuna.
En
esa
misma
aldea,
los
Antonmagei,
Vincentelli
y
Stella
reconstruyeron
sus
anJguas
residencias
en
espaciosos
palacios.
La
información
recopilada
sobre
ellos
es
escasa.
Antonio
Antonmagei
llegó
a
Yauco
en
1872,
a
los
35
años;
los
hermanos
Semidei
Vincentelli
–Mafas
y
José
María–
llegaron
a
San
Germán
y
solicitaron
cartas
de
domicilio
en
1824
y
1832,
respecJvamente,
y
Mateo
Stella
Lucca
se
estableció
en
Guayanilla
en
1833,
el
mismo
año
en
que
solicitó
su
carta
de
domicilio.
Stella
era
sobrino
de
Antonio
Francisco
Guelfucci
y
fo
de
los
Fantauzzi.
16. 14.
Palazzu
Andrés
Blasini,
Pino.
Desde
la
comuna
de
Pino,
varios
corsos
salieron
a
buscar
fortuna
en
Venezuela
y
en
las
islas
anJllanas,
parJcularmente
Saint
Thomas.
Las
siguientes
familias
que
emigraron
a
Venezuela
construyeron
sus
“casas
americanas”:
la
familia
Giusseppi
de
Pino
Suprano,
Antonio
Liccioni,
la
familia
AgusJni
y
Vincente
y
Alberto
Franceschi.
Francisco
Tomasi
y
Andrés
Blasini
emigraron
a
la
isla
de
Trinidad.
El
Palazzu
Blasini
es
indicaJvo
de
la
gran
fortuna
hecha
por
este
corso
en
el
comercio
anJllano.
Su
riqueza
lo
llevó
también
a
donar
dinero
para
la
ampliación
de
la
iglesia
y
varias
otras
obras
en
la
comuna.
17. 15.
Cas2llo
François
Piccioni,
Pino.
En
Pino,
una
nueva
conciencia
corso-‐americana
cobró
la
fuerza
de
una
nueva
urbanidad
bajo
la
tutela
de
la
familia
Piccioni.
Como
Haussmann
en
París,
Antonio
Piccioni
–apoyado
y
financiado
por
la
fortuna
americana
de
su
fo,
François
Piccioni,
corso
enriquecido
en
Saint
Thomas–
se
dispuso
a
renovar
la
aldea
de
Stazzona.
Comenzó
con
el
casJllo
Piccioni
en
la
colindancia
entre
MeJmo
y
Stazzona.
Este
casJllo,
asiento
de
la
familia
Piccioni
desde
el
siglo
XV,
se
reconstruyó
uJlizando
una
anJgua
torre
cuadrada
genovesa.
La
nueva
construcción
se
recubrió
con
una
piel
de
casJllo
templario.
Con
el
fruto
de
su
negocios
en
Saint
Thomas,
François
Piccioni
fungió
además
como
benefactor
de
varias
obras
en
la
comuna
de
Pino.
18. 16.
Palazzu
Angeli,
Brando.
La
residencia
Angeli
domina
la
llegada
a
la
aldea
de
Pozzo
en
la
comuna
de
Brando.
Construida
sobre
altos
muros
de
piedra
que
forman
varios
parterres
que
a
su
vez
delinean
un
extenso
jardín,
esta
casa
de
cuatro
pisos
abre
hacia
las
vistas
del
paisaje
con
su
gran
número
de
ventanas.
Esta
casa
es
tan
amplia
que
resulta
un
ejemplo
más
de
cómo
los
corsos-‐americanos
apoyaron
a
sus
familiares
en
Córcega:
Los
capicorsinos
son
un
ejemplo;
la
arquitectura
del
siglo
XIX
atesCgua
los
lazos
atávicos
que
ataban
a
los
corsos
exiliados
a
veces
después
de
mucho
Cempo;
[…]
y
que
volvían,
ya
fuese
temporera
o
definiCvamente,
contribuyendo
con
ello
los
bienes
amasados
durante
su
ausencia,
y
ordenaban
la
construcción
de
una
casa
nueva
para
ellos
y
su
familia,
o
para
su
familia,
si
es
que
ellos
debían
regresar
a
América,
aunque
siempre
con
la
esperanza
de
regresar
a
terminar
sus
días
en
Córcega.
19. 17.
Palazzu
Jean
Fantauzzi,
Morsiglia.
Otra
casa
que
se
destaca
por
su
diseño
parJcular
–perteneciente
a
Jean
Fantauzzi–
se
encuentra
en
la
aldea
de
Pruno
en
la
comuna
de
Morsiglia.
Fantauzzi
construyó
un
magnífico
palacio
con
una
elegante
loggia
en
el
piano
nobile
y
con
una
arJculación
volumétrica
poco
caracterísJca
de
las
“casas
americanas”,
asociándola
más
con
la
volumetría
victoriana,
tan
popular
tanto
en
las
islas
británicas
europeas
como
anJllanas.
20. 18.
Villa
St.
Pierre,
Sisco
En
1881,
Pedro
BaZsJni
le
había
comentado
a
su
compueblano
Pedro
Santos
Vivoni
que
estaba
listo
para
construir
una
“casita”
en
su
aldea
natal
de
Monacaja.
La
“casita”
resultó
ser
el
palazzu
más
elegante
de
todo
Sisco,
inspirado
en
el
edificio
de
la
ópera
de
Ciudad
Bolívar
donde
había
hecho
su
fortuna
en
las
minas
de
oro
de
El
Callao.
En
1883,
BaZsJni
regresó
a
Sisco
para
ocupar
la
nueva
casita
bauJzada
con
el
nombre
de
Villa
St.
Pierre.
21. 19.
Palazzu
Cesari,
St.-‐Florent.
Esta
construcción
en
St.-‐Florent,
del
debut
del
siglo
XX,
es
un
ejemplo
tardío
de
las
“casas-‐americanas”
construidas
con
fortunas
hechas
en
América.
Producto
de
dineros
hechos
durante
la
construcción
del
Canal
de
Panamá,
Cesari
decidió
edificar
su
casa
con
una
apariencia
que
algunos
han
clasificado
como
de
una
“casa
de
muñecas”,
apartándose
de
esa
manera
del
esJlo
toscano
tan
predominante
en
el
siglo
XIX.
22. 20.
Palazzu
Casanova
(Villa
Ker
Maria),
Ville-‐di-‐Pietrabugno.
La
familia
Casanova
construyó
su
casa
en
un
acanJlado,
de
frente
al
mar
Tirreno.
Su
apariencia
y
esJlo
evocan
las
construcciones
mediterráneas
con
torre
de
techo
a
cuatro
aguas
y
tejas
de
barro.
En
los
aleros
del
techo
la
casa
también
Jene
unas
molduras
de
madera
tallada
que
recuerdan
al
gingerbread
de
la
arquitectura
inglesa
en
el
Caribe.
24. 21.
Edificio
Damiani,
detalle
de
la
puerta
principal,
#13
Plaza
de
San
Nicolás,
Bas2a.
En
este
edificio,
al
igual
que
en
los
otros
alrededor
de
la
Plaza
San
Nicolás,
se
hospedaron
muchos
de
los
corsos-‐americanos
en
sus
viajes
de
visita
a
su
país
natal.
Esta
puerta
representa
la
majestuosidad
y
elegancia
de
los
detalles
de
muchos
de
estos
edificios
decimonónicos
construidos
a
lo
largo
del
bulevar
Paoli
y
la
rue
Campinchi,
las
dos
calles
principales
de
la
ciudad.
25. 22.
Edificio
Fantauzzi,
detalle
de
ornamentación
muro
exterior,
#15
Plaza
de
San
Nicolás,
Bas2a.
Este
detalle
del
Cap
Corse
es
parte
de
la
ornamentación
exterior
de
la
primera
planta
del
elegante
edificio
Fantauzzi.
En
su
primer
piso
cobija
el
negocio
de
Cap
Corse
L.
N.
Ma_ei,
dedicado
a
la
producción
y
mercadeo
de
licores
y
vinos
elaborados
con
productos
insulares
como
la
quinina,
el
mirto,
la
cidra
y
las
uvas.
26. 23.
Detalle
de
las
“casas
negras”,
Brando.
En
la
aldea
de
Pozzo,
en
la
comuna
de
Brando,
también
se
verifica
el
contraste
entre
las
“casas
americanas”
y
las
casas
tradicionales
o
ancestrales
corsas.
Esta
diferencia
se
estableció
al
denominar
a
las
“casas
americanas”–
por
su
apariencia
blanca
dada
por
el
encalado–
les
Bianchi,
o
las
“casas
blancas”,
y
les
Néri,
o
las
“casas
negras”,
a
las
casas
ancestrales,
por
ser
construidas
con
las
piedras
azules
y
negras
de
la
montaña.
En
esta
imagen
se
aprecia
una
de
las
“casas
negras”
con
una
peculiar
torre
circular.
27. 24.
Pérgolas
en
el
jardín
del
Palazzu
Jean
Cagninacci,
Santa
María-‐di-‐Lota.
El
Palazzu
de
Jean
Cagninacci
contaba
con
unos
jardines
excepcionales,
con
grutas,
pérgolas,
un
teatro
al
aire
libre,
follies
y
esculturas.
Las
pérgolas
permifan
a
la
familia
tomar
el
té
en
el
lugar
con
las
vistas
más
espectaculares
del
Mediterráneo.
28. 26.
Mausoleo
Cagninacci,
detalle
de
estatuaria,
Santa
María-‐di-‐Lota.
Esta
imagen
es
una
de
dos
que
custodian
la
entrada
a
la
tumba-‐capilla
de
la
familia
Cagninacci
en
Santa
María-‐
di-‐Lota.
Típica
de
las
imágenes
de
la
“dolorosa”
o
“penitente”
en
la
estatuaria
fúnebre,
plasma
elegantemente
en
su
permanencia
marmórea
el
respeto
por
los
muertos
caracterísJco
de
los
corsos.
29. 27.
Palazzu
Luchessi,
detalle
del
plafón,
Centuri.
El
Palazzu
Luchessi
se
encuentra
en
la
aldea
de
OrJnola
en
la
comuna
de
Centuri.
Su
diseño
es
fpico
de
las
“casas-‐americanas”
de
Jpo
villa
toscana.
En
su
interior
se
encuentra
otro
elemento
de
ostentación
que
se
aprecia
en
las
nuevas
construcciones:
el
plafón
encalado
de
yeso,
con
molduras
y
pinturas
al
fresco
que
ornamentan
las
esquinas,
los
bordes
y,
en
forma
de
rosetón,
el
despegue
de
la
lámpara
principal
del
salón.
30. 29.
Palazzu
Masini,
clave
de
la
puerta
principal
de
1890,
Olmeta-‐di-‐Capocorso.
En
ocasiones,
la
puerta
arqueada
estaba
coronada
con
una
clave
con
la
representación
del
dios
Bacchus,
protector
de
los
viñedos.
De
esta
forma
el
dueño
de
la
propiedad
daba
a
conocer
la
fuente
de
su
fortuna:
el
vino.
31. 28.
Palazzu
Masini,
detalle
de
la
puerta
principal
de
1890,
Olmeta-‐di-‐Capocorso.
Otra
familia
que
emigró
de
la
aldea
de
Poggio,
fue
la
de
los
Masini,
entre
ellos,
Jean-‐Marc
Masini,
quien
fue
Gran
Maestro
de
la
logia
masónica
en
San
Juan.
En
1890,
los
Masini
expandían
la
casa
de
los
Poggi
construida
en
1842.
Ambas
familias
se
unieron
en
matrimonio
y
la
gran
casa
Jene,
como
tesJmonio
vivo
de
esa
unión
familiar,
dos
puertas
principales
arqueadas.
32. 30.
Chateau
Cagninacci,
detalle
puerta,
San
Mar2no-‐di-‐Lota.
En
San
MarJno-‐di-‐Lota,
la
“casa
americana”
más
impresionante
es,
sin
duda
alguna,
el
Château
Cagninacci
en
el
camino
entre
las
aldeas
de
Mola
y
Acqualto.
Construido
en
un
anJguo
convento
capuchino
de
principios
del
siglo
XVII,
el
Château
Cagninacci
muestra
un
esJlo
arquitectónico
de
fin
de
siglo
XIX,
reminiscente
de
los
palacios
florenJnos.
Su
torre,
paJo
interior,
capilla
y
jardines
hacen
de
esta
casa
–financiada
con
la
fortuna
hecha
en
las
minas
de
oro
de
El
Callao
en
Venezuela–
una
sede
a
la
altura
del
conde
romano,
Cagninacci.
Este
palazzu,
ubicado
en
la
ladera
de
la
colina
donde
queda
la
aldea
de
Acqualto,
mira
hacia
Santa
María-‐di-‐Lota,
cuna
de
los
Cagninacci.
33. 31.
Villa
St.
Pierre,
detalle
del
portón,
Sisco
Desde
los
monumentales
portones
de
hierro
forjado
–colgados
de
majestuosos
pilares
rusJcados
a
lo
francés–,
se
aprecia
la
fachada
principal
del
palazzu
de
dos
pisos.
En
las
“casa-‐americanas”,
el
primer
elemento
indicaJvo
de
prosperidad
era
la
gran
verja
con
portón
monumental
que
delimitaba
el
terreno
y
separaba
la
nueva
propiedad
–muchas
veces
reconstruida
de
varias
propiedades
pequeñas–
del
espacio
público.
Dentro
de
esta
nueva
propiedad,
la
casa
se
ubicaba
en
el
lugar
más
propicio
para
que
fuera
vista
desde
la
carretera
y
se
aprovechase
al
máximo
el
paisaje.
Por
lo
general,
entre
la
casa
y
la
verja
se
ubicó
un
paJo
delantero.
34. 32.
François
y
Vicente
Piccioni,
detalle
del
arco
palladiano
en
su
tumba,
Pino.
Este
mausoleo,
construido
para
1859,
está
formado
por
tres
cuerpos
individuales,
unidos
por
dos
arcos
palladianos
que
miran
hacia
las
aldeas
de
MeJmo
y
Stazzona,
donde
domina
la
vista
el
casJllo
Piccioni.
Arco
que
facilita
el
acceso
a
las
diversas
criptas
del
complejo
funerario
para
tan
importante
familia
de
Pino.
36. 33.
Mausoleo
Padovani,
Sisco.
En
Sisco,
la
tumba
de
la
familia
Padovani
está
localizada
en
una
curva
de
la
carretera
que
conduce
hacia
la
aldea
de
Balba.
Esta
tumba-‐capilla
está
anclada
en
el
siJo
por
cuatro
enormes
cipreses
que
definen
las
esquinas
de
solar.
La
entrada
al
recinto
se
hace
a
través
de
un
portón
con
un
portal
con
frontón
triangular.
El
mausoleo
está
compuesto
por
un
nivel
inferior,
que
conJene
los
nichos
sepulcrales
y
una
capilla
bajo
una
cúpula
hexagonal.
En
el
exterior,
el
mausoleo
se
caracteriza
por
el
cuerpo
hexagonal
de
la
capilla,
sin
ventanas,
y
por
ángulos
rematados
con
pilastras
toscanas.
Este
cuerpo
se
eleva
y
culmina
con
una
cúpula
cubierta
de
tejas
policromadas.
La
puerta
a
la
cripta
está
de
frente
y
en
el
mismo
nivel
que
el
portón
del
recinto,
mientras
que
la
escalera
para
acceder
al
nivel
superior
se
encuentra
en
el
interior
de
la
ante-‐cripta.
La
escalera
da
hacia
una
galería
exterior,
con
balaustrada,
que
lleva
a
la
puerta
de
la
capilla
al
lado
opuesto
de
la
fachada
principal,
que
mira
hacia
el
este,
hacia
el
mar
Tirreno.
37. 34.
Mausoleo
Strenna,
Ersa.
Esta
tumba
de
la
familia
Strenna,
quienes
hicieron
fortuna
en
Montgomery,
Alabama
está
localizada
en
la
aldea
de
BoZcella.
La
misma
representa
otra
modalidad
de
enterramientos
en
Córcega.
En
sus
orígenes,
esta
estructura
fue
un
molino
(de
harina
o
de
viento)
que
la
familia
convirJó
–al
añadirle
una
cúpula
y
otros
elementos
ornamentales–
en
tumba-‐capilla.
Este
acto
simbolizaba
el
arraigo
de
la
familia
en
el
lugar
y
sus
tradiciones
corsas.
38. 35.
Mausoleo
Cesari,
Farinole
Situado
en
la
carretera
que
lleva
a
la
aldea
de
Bracolaccia,
la
tumba-‐capilla
de
la
familia
Cesari
se
impone
en
el
paisaje
verde
de
la
maccia
corsa.
Enclavada
en
la
ladera
de
una
colina,
su
condición
topográfica
facilita
simbolizar
el
ascenso.
Este
ascenso,
por
dos
escaleras
curvilíneas
llevan
hacia
la
tumba-‐capilla
en
un
austero
esJlo
neo-‐clásico,
cuyo
color
naranja
contrasta
vívidamente
con
el
brillante
azul
del
cielo
mediterráneo.
39. 36.
Mausoleo
Marini,
Calenzana.
Este
elegante
mausoleo
de
la
familia
Marini
de
Calenzana
en
la
Balagne,
está
diseñado
en
un
elegante
esJlo
neo-‐renacenJsta,
que
para
la
época
estaba
en
boga.
La
puerta
principal
arqueada
está
enmarcada
por
dos
pares
de
columnas
corinJas
geminadas
que
soportan
un
frontón
quebrado;
en
su
centro,
el
escudo
de
la
familia.
La
capilla
está
coronada
con
una
cúpula
de
cascarón.
Ésta
a
su
vez,
sirve
de
apoyo
a
una
figura
de
la
Virgen
María.
40. 37.
Mausoleo
Costa,
Rogliano.
Esta
tumba-‐capilla
localizada
en
la
aldea
de
Campiano
en
la
comuna
de
Rogliano,
Jene
una
fachada
palladiana,
sin
aparente
ornamentación
aplicada.
La
fachada,
en
forma
de
arco
triunfal,
consta
de
cuatro
columnas
toscanas
que
apoyan
el
friso
–quebrado
por
un
arco
de
medio
punto–
localizado
sobre
la
puerta
principal.
El
cuerpo
principal
del
mausoleo
es
de
forma
octagonal
con
pilastras
y
arcos
ojivales
ciegos,
aplicados
a
la
piel
exterior.
El
espacio
interior
de
la
capilla
está
cubierto
por
una
cúpula
octagonal
coronada
por
una
linterna.
Debido
a
la
topograGa
del
solar,
tres
arcos
marcan
el
acceso
a
la
cripta.
Actualmente
está
abandonada
y
su
estado
es
ruinoso.
41. 38.
Mausoleo
Napoleoni,
Centuri.
Los
mausoleos
construidos
en
jardines,
al
margen
de
las
carreteras,
son
los
más
comunes
para
las
tumbas
de
los
corsos
notables.
No
hay
carretera
que
conduzca
a
una
aldea
que
no
exhiba
uno,
o
varios,
de
estos
mausoleos.
Construido
al
lado
de
la
carretera
que
lleva
a
la
aldea
de
Camera
en
la
comuna
de
Centuri,
este
impresionante
mausoleo
de
la
familia
Napoleón
domina
la
ladera
de
la
colina.
Su
escalinata,
muros
de
retención
y
cúpula
piramidal
son
un
elegante
ejercicio
en
composición
arquitectónica.
42. 39.
Cementerio
privado
de
la
familia
Vivoni,
Sisco.
En
Sisco
está
ubicado
el
cementerio
privado
de
la
familia
Vivoni.
Este
cementerio,
construido
en
la
carretera
que
sube
hacia
la
aldea
de
Chioso,
se
idenJfica
por
un
portal
de
piedra
labrada
esJlo
neo-‐barroco.
Después
del
portón
principal,
se
descienden
tres
escalones
hasta
el
camposanto
donde
se
han
sepultado
miembros
de
la
familia
en
tumbas
individuales
y
en
varios
nichos.
Entre
las
primeras
tumbas
ubicadas
en
este
cementerio,
están
las
de
la
puertorriqueña
Juanita
Vivoni
–quien
falleció
en
sepJembre
de
1903–
y
la
de
su
padre
corso,
Pedro
Santos
Vivoni,
quien
falleció
tres
meses
después.
43. 40.
Mausoleo
Calizi-‐Al2eri,
BarreQali.
La
entrada
al
noroeste
a
la
aldea
de
Minervio
está
marcada
por
una
imponente
tumba
de
esJlo
neo-‐clásico,
perteneciente
a
la
familia
Calizi-‐AlJeri.
Mausoleo
que,
en
su
forma,
se
remonta
al
origen
del
nombre
romano
de
esta
villa
y
a
la
existencia
de
un
templo
dedicado
a
la
diosa
Minerva.
44. 41.
Mausoleo
Franceschini,
Corbara
Ubicada
en
el
cementerio
de
Corbara,
en
la
Balagna,
esta
tumba-‐capilla
sirve
de
culminación
al
eje
principal
del
mismo.
Sus
elementos
neo-‐góJcos
se
entremezclan
con
la
verJcalidad
de
la
montaña
que
le
sirve
de
fondo
al
mausoleo.
45. 42.
Mausoleo
Agos2ni,
Morsiglia.
Localizada
en
la
aldea
de
Mucchieta,
la
tumba-‐capilla
de
la
familia
AgosJni
se
impone
en
el
cementerio
de
esta
aldea.
Su
color
blanco,
su
cúpula
central
flanqueada
por
tres
cupulillas,
marcan
en
el
paisaje
la
espectacular
estructura.
Los
nichos
de
este
mausoleo
están
en
el
exterior
de
los
muros,
mientras
que
el
espacio
bajo
la
cúpula
central
se
reserva
para
el
altar
y
la
tumba
principal.
46. 43.
Mausoleo
Nicrosi,
Rogliano.
En
el
cementerio
de
la
comuna
de
Rogliano
abundan
los
mausoleos
construidos
con
dinero
americano.
Ubicado
al
pie
de
la
colina
donde
está
la
iglesia
de
Sant’Agnellu,
el
mausoleo
más
destacado
es
el
de
la
familia
Nicrosi,
construido
en
el
esJlo
neo-‐barroco.
La
tumba-‐capilla
Nicrosi
ostenta
una
bóveda
elípJca
recubierta
de
metal.
La
entrada
al
recinto
de
esta
capilla
está
custodiada
por
una
verja
de
hierro
y
piedra,
que
sirve
a
la
vez
de
antesala
al
resto
del
camposanto.
47. 44.
Mausoleos
gemelos
de
las
familias
Morazzani
y
Rafaelli,
Meria.
En
la
comuna
de
Meria
existe
un
gran
cementerio
que
también
conJene
magníficas
“úlJmas
casas”
de
los
corsos-‐americanos.
En
esta
imagen
se
capturan
dos
mausoleos
Jpo
tumba-‐capillas
de
las
familias
Morazzani
y
Rafaelli.
Ambas
familias
emigraron
a
América,
haciendo
fortuna
tanto
en
Guadalupe
como
en
Puerto
Rico.
48. 45.
Monumento
y
tumba
de
Toussaint
Gaspari,
Sisco
El
cementerio
de
Sisco
se
encuentra
localizado
en
la
cima
de
una
colina
detrás
de
la
iglesia
parroquial
de
San
Marfn.
Una
gran
escalinata
conduce
hacia
el
portón
de
entrada
y
al
encuentro
con
la
tumba-‐monumento
de
Toussaint
Gaspari.
Predomina
el
busto
de
mármol
de
Gaspari,
localizado
dentro
de
un
lote
familiar
con
los
sepulcros
de
su
esposa
y
descendientes.
Justamente
detrás,
la
tumba-‐baldaquino
de
su
padre,
Santos
D.
Gaspari.
49. 46.
Mausoleo
de
François
y
Vicente
Piccioni,
Pino.
Sin
duda
alguna,
la
tumba-‐capilla
de
los
Piccioni
es
la
más
destacada
en
la
aldea
de
Stazzona
en
la
comuna
de
Pino.
Este
mausoleo
no
se
encuentra
inmediatamente
al
margen
de
la
carretera,
sino
detrás
del
mausoleo
de
los
Massiani.
Desde
el
portón
principal
en
la
carretera,
una
elegante
vereda
lleva
a
un
jardín
cuyo
primer
punto
de
atención
es
una
fuente
de
agua.
El
muro
que
sosJene
el
jardín
(es
relleno
en
la
ladera
de
un
pequeño
promontorio)
también
sirve
de
banco
para
que
las
personas
puedan
contemplar
tanto
la
fuente
como
el
mausoleo.
Este
mausoleo,
construido
ya
para
1859,
está
formado
por
tres
cuerpos
individuales.
El
cuerpo
central,
con
la
capilla
y
cripta
principal
de
forma
hexagonal,
está
coronado
por
una
cúpula
de
cascarón.
Mientras,
los
dos
panteones
laterales
son
octagonales,
cada
uno
con
cúpula
también
de
cascarón.
El
acceso
a
la
capilla
es
por
dos
escalinatas
curvas
que,
en
la
subida,
permiten
leer
tres
tarjas
que
portan
las
frases
en
lafn:
Federis
Arca
(arca
de
la
alianza),
Ianua
Coelis
(puerta
al
cielo)
,
y
Domus
Aurea
(casa
dorada).
51. 47.
Citadella,
Bas2a.
BasJa
es
el
puerto
de
la
Alta
Córcega
y
la
puerta
del
Cabo
Corso.
Aunque
el
siglo
XIX
vio
la
consolidación
de
BasJa
alrededor
de
un
nuevo
puerto
comercial,
ya
desde
la
anJgüedad,
BasJa
(topónimo
derivado
de
basJón)
había
sido
lugar
de
defensa
contra
las
fuerzas
enemigas
que
pululaban
en
el
Mediterráneo.
Su
Citadella
guarda
la
memoria
urbana
de
esa
primera
encarnación
genovesa,
al
igual
que
el
sector
de
Terra-‐Vecchia
con
su
puerto
anJguo.
52. 48.
Dos
casas
de
la
Familia
Franceschini,
Corbara
En
la
anJgua
capital
de
la
Balagne,
Corbara,
se
encuentran
dos
casas
de
la
familia
Franceschini:
una,
aparentemente
del
siglo
XVI,
y
la
otra
–más
reciente,
del
siglo
XIX–,
posiblemente
construida
por
Francisco
o
Esteban
Franceschini,
quienes
para
1821
y
1823
respecJvamente,
residían
en
Mayagüez.
La
más
anJgua
se
idenJfica
por
sus
tres
arcos,
mientras
que
la
más
reciente
se
coloca
en
el
primer
plano
de
la
fotograGa.
53. 49.
Puerto
de
Tollare,
Ersa.
El
puerto
de
Tollare
se
encuentra
en
el
extremo
norte
del
Cabo
Corso.
Diminuta
aldea
de
pescadores
en
su
origen,
hoy
sus
casas
se
han
converJdos
en
casas
de
veraneo
para
los
corsos
de
Ersa.
Legendas
indican
que
en
este
puerto,
San
Pablo
predicó
en
sus
viajes
por
el
Mediterráneo.
54. 50.
Vista
de
la
casa
americana
Renucci,
Feliceto.
La
Casa
Renucci
es
–de
más
está
decirlo–
la
más
grande
de
Feliceto.
Construida
en
las
afueras
de
la
villa,
la
casa
de
cuatro
pisos
sigue
el
modelo
de
las
villas
toscanas,
con
sus
jardines
y
el
techo
a
cuatro
aguas.
En
el
primer
piso,
se
encuentra
una
capilla
construida
para
el
sacerdote
Ángel
Francisco
Renucci,
quien
en
1869
había
regresado
enfermo
a
Feliceto
después
de
25
años
en
Puerto
Rico.
Actualmente,
la
casa,
–todavía
en
manos
de
los
herederos
de
la
familia–
es
el
hotel
Mare
e
Monte.
55. 51.
Vista
de
la
aldea
de
Figarella,
Santa
María-‐di-‐Lota.
Más
pequeña
que
San
MarJno-‐di-‐Lota
y
con
una
población
de
650
habitantes
en
1875,
Santa
María-‐di-‐Lota
cuenta
con
unos
magníficos
palazzi
en
la
aldea
de
Figarella
–la
gran
mayoría
pertenecientes
a
la
familia
Cagninacci,
que
estuvo
compuesta
por
cinco
hermanos:
Jacinto,
Juan,
SebasJán,
Santos
y
Pablo.
Los
primeros
cuatro
parJeron
hacia
América
en
1850
(ese
año
¡trece
familias
de
esa
aldea
emigraron!).
Pablo
Cagninacci
permaneció
en
Córcega,
y
–como
sucedió
en
muchas
familias
cuyos
hijos
varones
emigraban
o
estudiaban–
cumplió
los
años
necesarios
de
servicio
militar
para
relevar
a
sus
hermanos.
Al
cabo
de
veinte
años
en
América,
los
hermanos
Cagninacci
eran
accionistas
en
las
minas
de
oro
de
El
Callao,
Venezuela.
La
explotación
de
estas
minas
les
produjo
riquezas
inimaginables
y
su
regreso
a
Figarella
transfiguró
a
la
aldea.
Cada
hermano
se
construyó
su
propio
palazzu,
además
de
uno
para
su
padre,
Dominique
Cagninacci
(1892).
Todas
sus
casas
se
construyeron
en
la
carretera
de
acceso
a
la
anJgua
aldea,
lo
que
creó
una
nueva
y
majestuosa
fachada
urbana
para
Figarella.
Desde
la
distancia,
Figarella
aparentaba
ser
un
recinto
de
monarcas.
56. 52.
Los
techos
de
Figarella.
La
parte
anJgua
de
la
aldea
de
Figarella,
aquella
detrás
de
los
palazzi
hechos
por
los
corsos-‐americanos,
está
construida
en
piedra
sin
encalar.
Los
techos,
como
muestra
el
primer
plano,
eran
cubiertos
con
la
fpica
piedra
gris
capocorsina.
57. 53.
Palazzi
Nicrosi
y
Mariani,
Rogliano.
Desde
lejos,
parJcularmente
desde
la
iglesia
de
Rogliano
y
su
cementerio
–donde
se
yergue
majestuosamente
el
mausoleo
neo-‐barroco
de
los
Nicrosi–,
el
palazzu
Nicrosi
domina
el
paisaje
montañoso
de
la
aldea
de
Magna
Suprana.
La
presencia
del
palazzu
del
alcalde
de
Rogliano
(1888-‐1891)
es
constante
y
se
aprecia
desde
varias
aldeas
alrededor
de
Magna
Suprana.
Pero
el
ojo
se
dirige
también
a
otro
palazzu
construido
al
lado
y
en
un
nivel
inferior,
en
la
ladera
del
monte
donde
se
encuentra
el
Nicrosi:
el
palazzu
Mariani,
hoy
abandonado
y
clausurado.
58. 54.
Vista
general
de
Nonza.
Cuna
de
marineros,
Nonza
se
presenta
adosada
a
la
ladera
montañosa
de
la
costa
oriental
del
Cabo
Corso.
Aldea
natal
de
Vicente
AntoneZ,
su
palazzu
americano
domina
el
paisaje
urbano,
junto
al
campanario
de
la
iglesia
de
Santa
Julia,
patrona
de
la
comuna.
59. 55.
Vista
general
de
la
marina
de
Por2cciolo,
Cagnano.
En
PorJcciolo,
la
marina
de
la
comuna
de
Cagnano,
existen
unas
cuantas
“casas
americanas”
claramente
visibles
desde
la
distancia.
En
esta
pequeña
comunidad,
las
familias
Magei,
MarcanteZ
y
Franceschi
construyeron
sus
residencias
veraniegas
justo
al
margen
de
la
carretera,
principal
vía
que
conecta
las
comunas
de
Cagnano
y
Luri.
60. 56.
Iglesia
de
San
Nicolás,
Rogliano.
En
estado
de
abandono
y
en
ruinas,
la
pequeña
iglesia
de
San
Nicolás
en
la
otrora
aldea
de
Magna
Sugana
de
la
comuna
de
Rogliano
es
tesJgo
de
la
peor
plaga
que
padece
la
isla
de
Córcega:
el
despoblamiento.
61. 57.
Vista
del
cementerio
de
la
comuna
de
Rogliano.
Ubicado
al
pie
de
la
colina
donde
está
la
iglesia
de
Sant’Agnellu,
el
cementerio
de
la
comuna
de
Rogliano
cuenta
con
varios
mausoleos
construidos
con
dinero
americano.
62. 58.
Aldea
de
Balba,
Sisco.
Las
aldeas
del
Cabo
Corso
son
pequeñas;
por
ejemplo,
Balba
–aldea
de
la
comuna
de
Sisco
de
donde
son
oriundas
las
familias
BaZsJni,
Vivoni
y
Santoni–
contaba
con
30
habitantes
en
el
invierno
y
70
en
el
verano
en
1994.
Por
lo
general,
las
casas
en
las
aldeas
son
medianeras,
o
varias
familias
habitan
una
construcción.
Están
construidas
de
piedra
sin
encalar,
con
techos
a
dos
aguas,
ventanas
pequeñas
y
escasas
y,
por
lo
general,
una
sola
puerta
de
acceso
a
la
vivienda.
El
interior
de
las
casas
es
oscuro
y
los
espacios,
pequeños.
“Todo
era
simple,
funcional.
Ningún
lujo,
ningún
ornamento,
la
belleza
natural
de
la
piedra
y
de
la
madera
era
suficiente.”
63. 59.
Vista
de
la
iglesia
de
San
Margn,
Sisco.
La
iglesia
principal
de
la
comuna
de
Sisco
es
la
de
San
Marfn,
ubicada
en
la
ruta
principal
que
conecta
las
más
de
veinte
aldeas
que
existen
en
esta
comuna.
Vista
desde
la
colina
donde
se
encuentra
el
cementerio
principal
de
la
comuna,
la
iglesia
muestra
su
anJgua
volumetría,
generada
por
la
tradicional
planta
basilical
de
las
iglesias
católicas.
Sus
muros
grises
complementan
la
piedra
gris
uJlizada
en
Córcega
para
techar
las
estructuras.
A
su
lado
se
erige
el
campanario
con
un
esJlo
neo-‐clásico
que
delata
su
tardía
construcción
en
el
siglo
XIX.
A
lo
lejos,
la
mar
se
confunde
con
el
cielo.