El documento describe las pensiones vitalicias que reciben los expresidentes mexicanos, las cuales ascienden a $1,230,732 mensuales en total para seis pensiones. Además de la pensión básica, los expresidentes reciben otros beneficios como pagos por servicios domésticos, de transporte y telefonía. Sin embargo, las pensiones para expresidentes carecen de sustento legal y representan una carga financiera para el país, por lo que se propone reducirlas y aumentar en su lugar las pensiones de los trabajadores comunes.