El salmo describe a Dios como un pastor que cuida de su rebaño. El Señor provee descanso, consuelo y guía a los suyos aun en los valles más oscuros. Aunque haya peligros, no se teme mal alguno con la presencia y protección divinas. Dios ofrece paz y abundancia a despecho de los enemigos. Su misericordia permanece por siempre.