Este documento discute cómo formular resoluciones de Año Nuevo de manera más efectiva al ser más específicos y concretos sobre las metas, en lugar de establecer objetivos demasiado generales o ambiciosos que son difíciles de cumplir. Ofrece ejemplos de metas mejor definidas relacionadas con mejorar el estado físico, el guardarropa y la formación profesional.

1. ¿Ya tomaste tus resoluciones de Año Nuevo?, por Alejandra Mónica Silvera
Las resoluciones de Año Nuevo, se dice, suelen no cumplirse, suelen ser abandonadas. Esto
suele ocurrir por que las formulamos en términos o bien demasiado generales o bien demasiado
ambiciosos. Una forma de evitar esta “yeta” de las fiestas de fin de año y de las resoluciones es
ser más precisas y concretas. “Mejorar mi estado físico o mi guardarropas” no es una meta. La
meta puede ser, mejor, ser capaz de trotar tantos kilómetros o tener un traje adecuado para cada
ocasión (precisando, además, cuáles son las ocasiones).
Algunos ejemplos:
- Mejorar mi estado físico incrementando fuerza y resistencia. Alzaré tantos
kilos, correré tantos kilómetros y disminuiré tantos centímetros.
- Mejoraré mi guardarropas incorporando por lo menos un traje de noche, varios
de oficina, un buen surtido de ropa casual y ropa sexi para salir a bailar.
- Mejoraré mi formación profesional retomando y terminando el nivel X de
inglés que dejé hace un año. Aprenderé el manejo del software Y.
Si precisamos nuestros objetivos, las cosas saldrán mejor.