La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
Homilía del domingo 24 del to. ciclo b. dia 13 de septiembre del 2015. no hay fe sin obras
1. NO HAY FE SIN OBRAS.
Queridos amigos: Decir que somos creyentes cuando las cosas van bien y no
encontramos dificultades, es fácil.
Amar a las personas cuando no encontramos contratiempos, puede que hasta
sea cómodo.
Confesar, que Jesucristo “es el Mesías” (Mc. 8, 29- 35), puede resultar poco
difícil.
Ahora bien, creer, aceptar y confesar, “que el Hijo del hombre tiene que
padecer y ser ejecutado”. O “tener que negarse a uno mismo y cargar con la
cruz”, puede que nos “eche hacia atrás” (como a Pedro).
Aceptar la cruz y reconocer el sufrimiento como parte integrante de nuestra fe
en Jesucristo, igual no es tan fácil de vivir ni de practicar.
Santiago. 2, 14 – 18, nos recuerda que la verdadera fe es la que va acompañada
de obras. Es la que se solidariza con el débil y necesitado; la que no se evade de
la realidad; la que favorece el crecimiento, la verdad, el amor y la fraternidad.
La fe es don y tarea; es aceptación y compromiso; es confianza y poner por
obra lo que creemos.
¿De qué nos sirve – sigue diciendo el apóstol Santiago- lamentarnos sobre el
hambre, la emigración, la marginación y la pobreza, si no somos capaces de
compartir tiempo, espacios, posibilidades y recursos para que otros puedan
comer, integrarse y no verse abandonados?
Llevar la cruz (símbolo y señal de los creyentes en Cristo) es asumir el palo
vertical (Dios, el Mesías, el Señor), y el palo horizontal (las obras, el servicio,
poner lo que esté de nuestra parte).
”La fe sin obras está muerta por dentro”. (Santiago. 2,18).
Gabriel.
24º. Domingo Ordinario. Ciclo. B. Madrid. 13 de Septiembre de 2015.