Un niño y su padre escuchan ecos en las montañas cuando gritan. El padre le explica al niño que los ecos son en realidad un reflejo de nuestras acciones, y que la vida nos devuelve lo que damos. Nos enseña que si queremos más amor, felicidad o sonrisas en el mundo, debemos crear y dar más amor, felicidad y sonrisas a los demás.