1. Abrahán y Sara
vivían en Ur (Irak),
en el siglo XVIII aC.
Eran ancianos,
despreciados por
no tener ni hijos
ni tierra propia.
Dios les prometió
la bendición de
tener hijos y tierra.
Y ellos tuvieron fe en
Abrahán
que Él es capaz de y Sara
cumplir sus promesas. Diseño: José L. Caravias sj.
2. Lo primero que pide este
Dios nuevo es una confianza
absoluta en que él es fiel
cumplidor de sus promesas.
A Abrahán y Sara les promete una
descendencia numerosa, de la que se
formará un pueblo bendecido.
La única garantía que les da es su promesa.
Pero les pide dejarlo todo y esperar.
3. Deja tu país, a los de tu raza y la
familia de
tu padre,
y anda a
la tierra
que yo te
mostraré. Haré de ti una nación
grande y te bendeciré.
Engrandeceré tu nombre,
y tú serás una bendición.
5. Mira las estrellas del cielo
y la arena del mar…:
más numerosa será
tu descendencia Gén 15,5s
Creyó Abrán a Yavé,
y así se convirtió en hombre justo
6. La tierra que ves, te la voy a dar para siempre
Gén 13,15
Te daré a ti
y a tu posteridad
la tierra en la que andas
como peregrino
Gén 17,8
7. Sara,
tu esposa,
te dará
un hijo...
La bendeciré
de tal manera
que pueblos y
reyes saldrán
de ella.
Gén 17,19.16
8. -¿Después de
haber envejecido
conoceré el placer
con mi marido
que es tan viejo?
-¿Por qué te ríes?
¿Hay algo imposible
para Yavé? 18,12.14
9. Se fiaron
de su nuevo
Dios,
y él les
bendijo,
primero con
familia
y después con
trabajo (tierra)
10.
11. Él creyó y esperó contra toda esperanza…
No vaciló en su fe, a pesar de
que su cuerpo ya no podía dar vida
y su esposa Sara no podía tener hijos.
No vaciló, sin embargo, ni desconfió de
la promesa de Dios, sino que cobró
vigor en la fe y dio gloria a Dios,
plenamente convencido de que si él
promete, tiene poder para cumplir.
Y Dios tomó en cuenta esa fe
para hacerlo santo. Rom 4,18-22
12. El Dios de Abrahán promete,
acompaña, anima, forja en la fe
y cumple
siempre.
Saca a
Abrahán
de su mundo
y le da una esperanza
con sabor a vida nueva.