13. ¿Será verdad que, cuando toc a e l sueño, con sus dedos de rosa, nuestros ojos, de la cárcel qu e ha bit a hu y e e l espíritu en vuelo presuroso? ¿Será verdad qu e, hué sped de las nieblas, de la brisa nocturn a a l tenue soplo, alado sub e a la región vacía a e ncontrarse con otros? ¿Y allí desnudo de l a hu mana forma, allí los lazos terrenales rotos, breves horas habita de l a i dea el mundo silencioso? ¿Y rí e y llor a y aborrec e y ama y guarda un rastro del dolor y e l gozo, semejant e a l que deja cuando cruza el ciel o u n meteoro? Yo no sé si ese mundo de visiones vive fuer a o va dentro de nosotros. Pero sé que conozc o a muchas gentes a quienes no conozco. Sinalefas