PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR-CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
GUIÓN CON CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 30 del t.o.. ciclo b. día 25 de octubre del 2015
1. COMUNIÓN.
Todos unidos, formando un solo cuerpo, un
pueblo que en la Pascua nació.
Miembros de Cristo en sangre redimidos,
Iglesia peregrina de Dios.
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el
Hijo desde el Padre envió.
Él nos empuja, nos guía y alimenta, Iglesia
peregrina de Dios.
Somos en la tierra semilla de otro reino,
somos testimonio de amor.
Paz para las guerras y luz para las sombras,
Iglesia peregrina de Dios.
Rugen tormentas, y a veces nuestra barca
parece que ha perdido el timón. Miras con
miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de
Dios. Una esperanza nos llena de alegría:
Presencia que el Señor prometió. Vamos
cantando, él viene con nosotros, Iglesia
peregrina de Dios.
Todos nacidos en un solo bautismo, unidos en
la misma comunión. Todos viviendo en una
misma casa, Iglesia peregrina de Dios. Todos
prendidos en una misma suerte, ligados a la
misma salvación. Somos un cuerpo, y Cristo es
la cabeza, Iglesia peregrina de Dios.
ORACIÓN.
CANTO FINAL
DANOS UN CORAZÓN, GRANDE PARA AMAR,
DANOS UN CORAZÓN, FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres nuevos creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad,
hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
ESTRIBILLO.
Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad,
hombres nuevos sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
ESTRIBILLO.
Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar,
hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
ESTRIBILLO.
RITO DE CONCLUSIÓN.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Hoy, Señor, te damos gracias, por la vida la
tierra y el sol. Hoy, Señor, queremos cantar
las grandezas de tu amor.
CANTO DE ENTRADA.
Somos un pueblo que camina
y juntos caminando, podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo,
buscando otra ciudad;
somos errantes peregrinos
en busca de un destino, destino de unidad,
siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Danos valor siempre constante,
valor en las tristezas,
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra
que guía nuestros pasos en este caminar.
Marcha, Señor, junto a nosotros,
pues sólo en tu presencia podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras
de tanta oscuridad,
todos los cuerpos desgastados
ya sienten el cansancio de tanto caminar.
Pero tenemos la esperanza
de que nuestras fatigas al fin alcanzarán,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristeza, ciudad de eternidad.
RITOS INICIALES
SALUDO Y MONICIÓN.
ACTO PENITENCIAL.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA.
2. LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del profeta Jeremías. 31, 7-9.
Pues así dice Yahveh: Dad hurras por Jacob con
alegría, y gritos por la capital de las naciones;
hacedlo oír, alabad y decid: <<Ha salvado
Yahveh a su pueblo, al Resto de Israel!>>
Mirad que yo los traigo del país del norte, y los
recojo de los confines de la tierra. Entre ellos,
el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una.
Gran asamblea vuelve acá.
Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo,
los llevo a arroyos de agua por camino llano, en
que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un
padre, y Efraín es mi primogénito.
Palabra de Dios
Salmo responsorial. Sal 125, 1-2ab. 2cd-3.
4-5. 6
R/ El Señor ha estado grande con
nosotros, y estamos alegres.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar;
La boca se nos llena de risa,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
<<El Señor ha estado grande con ellos.>>
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes de Negueb.
Los que sembraban con lágrimas,
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Lectura de la carta a los Hebreos. 5, 1-6.
Porque todo Sumo Sacerdote es tomado
de entre los hombres y está puesto en
favor de los hombres en lo que refiere a
Dios para ofrecer eones y sacrificios por los
pecados; y puede sentir compasión hacia
los ignorantes y extraviados, por estar
también él envuelto en flaqueza. Y a causa
de esa misma flaqueza debe ofrecer por os
pecados propios igual que por los del
pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino
el llamado por Dios, lo mismo que Aarón.
De igual modo, tampoco Cristo se apropio
la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la
tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo
te he engendrado hoy. Como también dice
en otro lugar: Tú eres sacerdote para
siempre, a semejanza de Melqisedec.
palabra de Dios
Lectura del santo Evangelio según San
Marcos. 10, 46-52.
Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó,
acompañado de sus discípulos y de una
muchedumbre, el hijo de Timeo
(Bartimeo), un mendigo ciego, estaba
sentado junto al camino. Al enterarse de
que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:
<<Hijo de David, Jesús, ten compasión de
mí!>> Muchos le increpaban para que se
callara. Pero él gritaba mucho más: <<Hijo
de David, ten compasión de mí!>> Jesús se
detuvo y dijo: <<Llamadle.>> Llaman al
ciego, diciéndole: <<Animo, levántate! Te
llama.>> Y él, arrojando su manto, dio un
brinco y vino donde Jesús. Jesús
dirigiéndose a él, le dijo: <<Qué quieres
que te haga?>> El ciego le dijo: <<Rabbuní,
que vea!>> Jesús le dijo: <<Vete, tu fe te ha
salvado.>> Y al instante, recobró la vista y
le seguía por el camino.
Palabra del Señor.