LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Guión con canciones de la Eucaristía del Domingo 31 del TO. Ciclo B. día 1 de noviembre del 2015
1. COMUNIÓN.
Todos unidos, formando un solo cuerpo, un
pueblo que en la Pascua nació.
Miembros de Cristo en sangre redimidos,
Iglesia peregrina de Dios.
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el
Hijo desde el Padre envió.
Él nos empuja, nos guía y alimenta, Iglesia
peregrina de Dios.
Somos en la tierra semilla de otro reino,
somos testimonio de amor.
Paz para las guerras y luz para las sombras,
Iglesia peregrina de Dios.
Rugen tormentas, y a veces nuestra barca
parece que ha perdido el timón. Miras con
miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de
Dios. Una esperanza nos llena de alegría:
Presencia que el Señor prometió. Vamos
cantando, él viene con nosotros, Iglesia
peregrina de Dios.
Todos nacidos en un solo bautismo, unidos en
la misma comunión. Todos viviendo en una
misma casa, Iglesia peregrina de Dios. Todos
prendidos en una misma suerte, ligados a la
misma salvación. Somos un cuerpo, y Cristo es
la cabeza, Iglesia peregrina de Dios.
ORACIÓN.
CANTO FINAL
DANOS UN CORAZÓN, GRANDE PARA AMAR,
DANOS UN CORAZÓN, FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres nuevos creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad,
hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
ESTRIBILLO.
Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad,
hombres nuevos sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
ESTRIBILLO.
Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar,
hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
ESTRIBILLO.
RITO DE CONCLUSIÓN.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Hoy, Señor, te damos gracias, por la vida la
tierra y el sol. Hoy, Señor, queremos cantar
las grandezas de tu amor.
CANTO DE ENTRADA.
Somos un pueblo que camina
y juntos caminando, podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo,
buscando otra ciudad;
somos errantes peregrinos
en busca de un destino, destino de unidad,
siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Danos valor siempre constante,
valor en las tristezas,
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra
que guía nuestros pasos en este caminar.
Marcha, Señor, junto a nosotros,
pues sólo en tu presencia podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras
de tanta oscuridad,
todos los cuerpos desgastados
ya sienten el cansancio de tanto caminar.
Pero tenemos la esperanza
de que nuestras fatigas al fin alcanzarán,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristeza, ciudad de eternidad.
RITOS INICIALES
SALUDO Y MONICIÓN.
ACTO PENITENCIAL.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA.
2. LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Deuteronomio 6, 22,6
En aquellos días, habló Moisés al pueblo,
diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando
todos sus mandatos y preceptos que te manda,
tu, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así
prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo
por obra, para que te vaya bien y crezcas en
número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres:
"Es una tierra que mana leche y miel." Escucha,
Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente
uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el
corazón, con toda el alma, con todas las
fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán
en tu memoria.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial. Sal 17,2-3a. 3bc-4 47 y
51ab
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo
mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo
libre de mis enemigos.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca sea
ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste
gran victoria a tu rey, tuviste misericordia
de tu Ungido.
Lectura de la carta a los Hebreos
7,23-28
Hermanos: Ha habido multitud de
sacerdotes del antiguo Testamento,
porque la muerte les impedía
permanecer; como éste, en cambio,
permanece para siempre, tiene el
sacerdocio que no pasa. De ahí que
puede salvar definitivamente a los que
por medio de él se acercan a Dios,
porque vive siempre para interceder en
su favor.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo
sacerdote: santo, inocente, sin mancha,
separado de los pecadores y encumbrado
sobre el cielo. Él no necesita ofrecer
sacrificios cada día -como los sumos
sacerdotes, que ofrecían primero por los
propios pecados, después por los del
pueblo, porque lo hizo de una vez para
siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la Ley hace a los hombres
sumos sacerdotes llenos de debilidades.
En cambio, las palabras del juramento,
posterior a la Ley, consagran al Hijo,
perfecto para siempre.
Palabra de Dios.
Aleluya Jn 14, 23
El que me ama guardara mi
palabra -dice el Señor y mi
Padre lo amara, y vendremos a
Él.
Lectura del santo evangelio según
san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se
acercó a Jesús y le preguntó: - «¿Que
mandamiento es el primero de
todos?» Respondió Jesús: «El
primero es: "Escucha, Israel, el
Señor, nuestro Dios, es el único
Señor: amaras a¡ Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente, con todo tu ser."
El segundo es este: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.7 No hay
mandamiento mayor que estos.» El
escriba replico: «Muy bien, Maestro,
tienes razón cuando dices que el
Señor es uno solo y no hay otro fuera
de él; y que amarlo con todo el
corazón, con todo el entendimiento
y con todo el ser, y amar al prójimo
como a uno mismo vale mas que
todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido
sensatamente, le dijo: «No estás
lejos del reino de Dios.» Y nadie se
atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor