HOMILÍA DEL DOMINGO 2º DE NAVIDAD. DIA 3 DE ENERO DEL 2016
LA ESENCIA DE VIAJAR Y PEREGRINAR
1. LA ESENCIA DE VIAJAR
"LA VIDA ES UN LIBRO DEL QUE, QUIEN NO HA VISTO MAS QUE SU PATRIA, NO HA LEÍDO
MÁS QUE UNA PÁGINA". (Filippo Pananti)
Desde los orígenes de la humanidad el hombre, atado en multitud de ocasiones a la tierra, ha
sentido la necesidad, deseo o simple curiosidad de alejarse de su entorno, conocer qué existía
más allá de su horizonte visual rutinario; si vivía alguien diferente a él mismo fuera de su
espacio conocido. Durante siglos los pueblos han emigrado, casi siempre por necesidad,
siguiendo el camino que el sol les marcaba, buscando los mejores pastos, las tierras fértiles, los
valles templados y llenos de frescor, es decir una vida mejor y un hábitat mucho más favorable
y no hostil. La curiosidad, el deseo de descubrimiento de nuevos lugares, pueblos, hombres,
lenguas, religiones y culturas diferentes a las nuestras, cuya existencia intuía nuestra
imaginación pero desconocía, generó los grandes descubrimientos de finales del medievo y del
renacimiento. Ensanchó los límites del conocimiento, abrió nuevas rutas al pensamiento y
enriqueció el creciente humanismo recién aparecido.
Los siglos XVIII y XIX conocieron convulsiones que generaron diferencias profundas en la
sociedad. Las clases más ricas o mejor preparadas comenzaron a moverse geográficamente en
busca del conocimiento, como medio y ayuda inestimable a una mejor formación del individuo
a través de la observación, respeto y comprensión de “otros lugares y otros pueblos“.
Podemos comprender la enorme contemporaneidad y vigencia que tienen estos términos, en
una sociedad como la nuestra necesitada de capacidad de integración para poder seguir
avanzando.
Los universitarios de la vieja Europa, realizaban al final de sus estudios un viaje, denominado
“tour del caballero“, que perseguía su formación integral como individuos. En la antigüedad el
mismísimo Cicerón pensaba que la observación, comprensión y meditación de la naturaleza y
los lugares generaba el arte. Bacon afirmaba, que los viajes en la juventud son parte de la
educación, y en la vejez una parte importante de la experiencia que nos ayuda a ser más
tolerantes.
El deseo que nos guía en la elaboración de nuestros viajes se identifica plenamente con la
visión de todos aquellos que consideran el viajar como una forma de conocer, descubrir,
valorar, respetar y admirar, nuevas culturas, lenguas, paisajes y formas, muy diferentes de las
que forman parte de la cotidianidad de nuestras vidas. ARTE, HISTORIA, CULTURA, RELIGIÓN,
PAISAJE Y GASTRONOMIA, son nuestros objetivos fundamentales.
Viajar es caminar junto a otros, compartiendo el camino hacia alguien, hacia un encuentro.
Caminar orando y contemplando: esto es el núcleo central de nuestros viajes.
VIAJAR-PEREGRINAR es una parábola: compartir con el hermano todo lo nuestro: nuestras
alegrías y nuestras esperanzas, nuestras provisiones y nuestro cansancio, nuestra fuerza y
nuestra debilidad.
2. PEREGRINAR es compartir, también, nuestra oración y abrir el corazón hacia el otro, para
marchar en la presencia del Señor y escuchar juntos al que nos habla en el camino.
Nuestra es un viaje, es un peregrinar hacia Dios, no es algo aislado de la vida de todos los
días. Fomentar la observación de distintas situaciones de «camino», de marcha, también
puede resultar muy bueno. ¿Qué muestra la gente caminando hacia su trabajo, o hacia sus
casas? ¿Cómo es nuestro caminar hacia la casa de un amigo, hacia una fiesta, hacia un
velorio? ¿Qué siento? ¿Qué pienso?
Se suele decir que la vida es corta, que somos aves de paso y que peregrinamos por la vida
sin descanso… A veces caminamos seguros, otras nos tambaleamos… pero cada paso que
damos tiene guardada una nueva enseñanza para nosotros.
En nuestro peregrinar por la vida, muchas veces nos adentramos en laberintos que nos traen
recuerdos y hacen que los fantasmas congelados del pasado se agolpen. Es necesario
alcanzar el silencio, aquel lugar donde no podemos mentir, allí donde podemos quitar el
antifaz de lo que muchas veces hemos ocultado, temiendo volver a sufrir. Después de todo,
el peregrinaje hacia nuestro interior es el más intenso de todos nuestros viajes, puede
incluso ser el más despiadado, porque es donde podemos ver nuestro propio rostro, un
rostro que muchas veces puede parecernos el de un desconocido. Pero seguimos surcado
por los sufrimientos y las angustias que hemos superado, de los que hemos trascendido.
De nosotros depende tener la determinación de SEGUIR CAMINANDO hacía nuestros propios
anhelos, sueños y metas. Pongamos nuestra voluntad en ello, y teniendo seguridad en lo que
decimos digamos: “quiero”, y “si quiero puedo”; de este modo sin duda alcanzaremos lo que
nos propongamos. ¡VIAJA Y PEREGRINA, NO TENGAS MIEGO. EL VIAJE DE LA VIDA ES BREVE,
PERO LLENO DE SORPRESAS!
El lunes próximo, día 7 de julio, emprendemos otra aventura. Mira este viaje con los ojos del
corazón y con lamente limpia, que te hará alabar al Señor, porque todo tu camino pertenece
a El.