Celebracion de accion de gracias y fin de curso2013
La historia de la Virgen de Begoña patrona de Vizcaya
1.
2. La costumbre de las gentes de mar al llegar al recodo de la Ría de Bilbao,
que pasa al lado del barrio al que precisamente lleva el nombre de “La
Salve”, era que al ver las torres de la basílica de Begoña comenzaran a
rezar una "Salve" a la Virgen, en agradecimiento por haberles protegido en
sus viajes marineros.Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en la
oquedad de una encina, en el monte Artagán. Según otra tradición, la
encontró un pastor sobre un espino. Erigieron allí una minúscula ermita;
pero cuando, más tarde, quisieron buscar un lugar más propicio para la
veneración y la fueron a trasladar de sitio, la imagen de la Virgen se arraigó
al suelo, mientras una voz pronunciaba las palabras: ¡ Begooña!, que
significa ¡Quieto el pie!. La altura de la talla es de 0,93 metros, de madera
de tilo, sentada sobre un sencillo taburete, sin respaldo, asienta al Niño en
sus rodillas. La imagen vio cercenada su original corona tallada en la
madera y en su lugar recibió una corona de metal precioso.
3. La imagen de la Virgen de
Begoña se hallaba desde el
comienzo del siglo XIV en la
pequeña iglesia rural que era la
de Begoña. Pudo ser el señor de
Vizcaya, don Diego López de
Haro, o algunos de sus
predecesores, quienes donaran
la imagen a Begoña. La Basílica
de Nuestra señora de Begoña es
el santuario de la Madre de Dios
de Begoña, patrona del señorío
de Vizcaya, situada en la capital
del mismo, Bilbao, España.
Su festividad se celebra el 11 de
4. No olvidéis, Virgen Santísima, las
tristezas de la tierra. Dirigid una
mirada bondadosa sobre los que
sufren luchando contras las
adversidades y cuyos labios no
cesan de apurar el Cáliz de la
Amargura de esta vida. Tened
piedad de los que se amaban y han
sido separados. Tened piedad de
las flaquezas de nuestra fe. Tened
piedad de aquellos a quienes
amamos. Tened piedad de los que
lloran, de los que rezan y de los
que temen. Dadles a todos la
esperanza y la paz.
5. El carácter monumental de
Begoña se basa en el edificio
en sí, de una magnitud que
no se entendería fácilmente
en función del servicio
religioso de una iglesia, pero
sí como santuario de amplia
repercusión en su entorno.
A la Virgen de Begoña se
acudía en los momentos
difíciles. Las bajadas de la
Virgen a Bilbao con ocasión
de las inundaciones de la
Villa en los años 1651,
1737, 1762 y 1775 son
multitudinarias. De todas
las manifestaciones
extraordinarias de esta
advocación ha de
destacarse la rogativa del 8