Este poema describe la conexión entre el yo poético y un árbol al que conoció y que lo quería bien. Aunque el árbol era ciego y nunca supo su nombre, el yo poético le contó cosas que no le contó a nadie más. El árbol le brindó compañía y una conexión silenciosa.
1. Yo he conocido a un árbo
que me quería bien.
Jamás supe su nombre,
no se lo pregunté
y él nunca dijo nada:
cuestión de timidez.
Nunca vio mi silueta,
era ciego al nacer,
por eso a mí me quiso
lo mismo que yo a él.
Le dije muchas cosas
que a nadie más diré,
más que a la vieja estrel
que alguna vez hablé.
Pedro Garfias Zurit
2. Enhiesto surtidor de sombra y
sueño
que acongojas el cielo con tu
lanza.
Chorro que a las estrellas casi
alcanza
devanado a sí mismo en loco
empeño.
Mástil de soledad, prodigio
isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del
Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin
dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en
cristales,
como tú, negra torre de arduos
filos,
ejemplo de delirios verticales,
Van Gogh mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo diego
3. ¡Árboles!
¿Habéis sido flechas
caídas del azul?
¿Qué terribles guerreros os
lanzaron?
¿Han sido las estrellas?
Vuestras músicas vienen del
alma de los pájaros,
de los ojos de Dios,
de la pasión perfecta.
¡Arboles!
¿Conocerán vuestras raíces
toscas
mi corazón en tierra?
A.Machado Gauguin
4. El bosque sería muy triste si sólo
cantaran los pájaros que mejor
lo hacen.
Rabindranath Tagore
Cristina Alejos Cañada
5. Sí, buen árbol; ya he visto
como truecas
el fango en flor, y sé lo
que me dices;
ya sé que con tus propias
hojas secas
se han nutrido de nuevo tus
raíces.
Y así también un día,
este amor que murió
calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y
diferente.
No; tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se
equivoca:
Soñaré en otra almohada el
mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra
boca.
A. Machado
7. Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Luis Sanus
8. •Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
A. Machado
Luis Sanus
9. Parejo de la encina castellana
crecida sobre el páramo, señero
en los campos de Córdoba la
llana
que dieron su caballo al
Romancero,
lejos de tus hermanos
que vela el ceño campesino
-enjutos
pobladores de lomas y
altozanos,
horros de sombra, grávidos de
frutos-,
sin caricia de mano labradora
que limpie tu ramaje, y por olvido,
viejo olivo, del hacha leñadora,
¡cuán bello estás junto a la
fuente erguido,
bajo este azul cobalto,
como un árbol silvestre espeso y
alto!
10. Sobre el olivar,
se vio la lechuza
volar y volar.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos,
• los cortijos blancos.
Y la encina negra,
a medio camino
de Úbeda a Baeza
Federico Garcia Lorca
Los olivos grises,
los caminos blancos.
El sol ha sorbido
la calor del campo;
y hasta tu recuerdo
me lo va secando
este alma de polvo
de los días malos
Van Gogh
11. "Los árboles tienen una vida secreta que
sólo les es dado conocer a los que se
trepan a ellos".
Reinaldo
Arenas
12. Eran tres.
(Vino el día con sus hachas.)
Eran dos.
(Alas rastreras de plata.)
Era uno.
Era ninguno.
(Se quedó desnuda el agua
Federico Garcia
Lorca
13. Yo vi una encina que crecía en Louisiana,
Estaba sola y de sus ramas colgaba el
musgo,
Sin un compañero se erguía ahí prodigando
felices hojas de un verde oscuro,
Y su aspecto rudo, inflexible, animoso,
hizo que yo pensara en mí,
Pero me asombró que fuera capaz de
prodigar hojas felices, sola, sin un amigo
cerca;
yo no podría hacer lo mismo,
Walt Whitman
Theodore Rousseau
14. Qué me quiere tu mano?
qué deseas de mí, dime, árbol mío?
Te impulsaba la brisa: pero el gesto
a tuyo, era tuyo.
omo el niño, cuajado de ternura
ue le brota en la entraña y que no sabe
presar, lentamente, tristemente,
e pasaste la mano por el rostro,
e acarició tu rama.
Qué suavidad había
n el roce¡ ¡Cuán tersa
be de ser tu voz¡ ¿ qué me preguntas?
, ¿ qué me quieres, árbol, árbol mío?
Dámaso Alonso Klimt
15. Pino esbelto y tranquilo,
soledad de la tarde,
tan concreto en la libre
desolación del aire,
tan alto cuando todo
se confunde y abate
y huye el sol a tu copa
tibio y agonizante.
Cómo me fortalece
la paz de tu combate,
ascensión sin fatiga,
raíz honda y constante.
Tu majestad envuelve
el cielo sin celaje
y en tu recio sosiego
la tierra se complace.
Dionisio Ridruejo
16. En los veranos rojos, cuando a
los mediodías
desata los bozales de sus
perros el sol,
¿quién no gozó tu abrigo, quién
ignoró las pías
frescuras que derrama tu
inmenso parasol?
RafaelLópez
¡Alamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña;
alamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!
A.Machado
Sisley
17. Arriba canta el pájaro
y abajo canta el agua.
(Arriba y abajo,
se me abre el alma).
Juan Ramón Jimenez
Sisley
18. "La tierra nunca se olvida de
que el árbol es su primer
pensamiento".
León Gieco
Coubert