Europa se enfrenta a desafíos sin precedentes en las próximas décadas debido al envejecimiento de su población, la automatización y los cambios climáticos. Para hacer frente a estos problemas, se necesitará una mayor cooperación entre los países de la Unión Europea, así como políticas para apoyar a los trabajadores, impulsar la innovación y lograr una transición justa a una economía más sostenible.