Inés tiene 57 años pero un día se miró al espejo y se dio cuenta que no tenía arrugas, y encontró ropa y objetos de cuando tenía 15 años o menos. Al peinarse vio que tenía aparatos y encontró juguetes de su niñez. Un día llegó a su casa y encontró un chupete colgado, olió pañales sucios y vio cereales para bebés, dándose cuenta que había regresado a la infancia y estaba en manos de su mamá.