La tecnología ha evolucionado a lo largo de la historia desde herramientas simples hasta la automatización compleja de hoy en día, permitiendo el desarrollo humano. Aunque a veces separa a las personas, la tecnología es indispensable como motor del progreso humano, siendo un medio y no un fin en sí misma. El proceso continuo de evolución tecnológica culmina en la capacidad de alcanzar valores materiales deseables a través del esfuerzo intelectual.