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CONOZCA EL TESTIMONIO DE MARÍA HERRERA

Una receta para tener esperanza
Detrás del delantal, el cabello recogido a mitad de la nuca y el rostro gastado por el paso
de los años, María Herrera Salazar (54) esconde una mujer emprendedora. Ella administra
desde hace algunos meses un pequeño restaurante en su casa, el cual comenzó con pocos
recursos, pero con mucho ingenio. Esta fórmula le ha permitido olvidarse por un momento
de sus problemas y deudas del pasado y anhelar un futuro próspero para ella y su familia.

Por. Erik Cateriano
Como muchas mujeres provincianas,
María dejó su lugar de origen (el
departamento de Amazonas, en la
selva peruana) siendo muy joven
para venir a Lima en busca de
mejores oportunidades laborales.
En la capital trabajó por varios años
como empleada doméstica, hasta
que conoció a Hilario (su actual
esposo), con quien se casó y tuvo a
sus tres hijas: Nancy (29), Daysi (25)
y Kelly (17).

Al nacer su primera hija, María e
Hilario se mudaron a Huaycán,
una comunidad pobre ubicada
en las afueras de Lima, donde
construyeron precariamente su
casa. Por ese entonces Hilario se
desempeñaba como carpintero,
fabricando puertas de madera y
otros objetos para algunos clientes
locales. Según expresa María esta
etapa estuvo llena de carencias;
pues el dinero “apenas les alcanzaba
para sobrevivir”.

Hilario se vio en la necesidad
de comenzar un negocio más
rentable. Pensó entonces en
vender herramientas y máquinas de
carpintería a algunos aserraderos
de provincia, donde la oferta de este
tipo de herramientas era reducida. Y
así lo hizo, logrando al poco tiewmpo
establecerse        satisfactoriamente
en el mercado provinciano. Incluso
llegó a formar un pequeño taller         EL INICIO. María vende algunos bocadillos en su restaurante.
en Lima donde él mismo fabricaba
algunas máquinas y aparatos según        venta. Ambos solicitaron préstamos      amable que la había empujado a
las necesidades de cada cliente.         bancarios para su negocio, pues éste    emprender juntos un negocio propio,
                                         crecía y prometía un futuro próspero
SE DETIENE EL NEGOCIO                    para la familia. Pero un día cuando     Aquel hombre alegre
                                         Hilario viajaba a Huaraz sufrió un
Durante este periodo María se
                                         derrame cerebral que felizmente no
                                                                                 que la había empujado
encargaba de enviar las herramientas
y máquinas desde Lima; mientras
                                         lo mató, pero paralizó la mitad de su   a emprender juntos
que Hilario supervisaba el proceso
                                         cuerpo.                                 un negocio propio se
de fabricación y viajaba a la Sierra     María recuerda esa época con            conviritió en alguien
para cobrar el dinero de cada            tristeza. Aquel hombre alegre y         que dependía de otros.
se convirtió en alguien que dependía    darle mayor confianza. “Me ayudó        “Me ayudó mucho.
de otros para asearse, vestirse y       mucho. Nos hicieron ver más allá
comer. Además su negocio había          de (lo que ven) nuestros ojos. Nos      Nos hicieron ver
quebrado y tenían que pagar deudas      dijeron que debíamos tener fuerza       más allá de nuestros
en el banco. “Yo estaba bastante        de voluntad (para salir adelante) y     ojos. Nos dijeron que
deprimida, porque no podía ni bajarlo   que había otros casos más difíciles
de la cama. Mis hijas me apoyaron       de superar”, recuerda María.            debíamos tener fuerza
bastante moralmente. Nosotros nos                                               de voluntad”.
quedamos sin dinero”.                   Posteriormente,      ella     recibió
                                        entrenamiento en finanzas y talleres    había un espacio libre en su casa). A
Durante esos años una de sus hijas      relacionados con oficios como           esto se sumó varias ollas, una mesa,
había implementado una pequeña          tejido, preparación de jugos y          cuatro sillas y una pequeña pizarra
pastelería en la entrada de su casa     néctares, cocina y otros más con        que recibió de Ágape, el resto de
y María la ayudaba con labores          la intención de que inicie su propio    cosas las compró ella a medida que
básicas. María había negociado          negocio. Además, en todo momento,       el negocio se hizo más conocido y
nuevas cuotas de pago son los           una capacitadora de Ágape visitaba      se asentó.
bancos, así que con el poco dinero      a María en su casa para aconsejarla
que recibía a cambio ella se las        y asesorarla con su plan de negocio.    Siete meses después las cosas han
arreglaba para pagarlas y cubría        “Me enseñaron que si uno busca,         mejorado. María recibe entre 20
otros gastos: “Yo ayudaba a mi hija     todas las oportunidades se van a        y 25 clientes al día y su ganancia
(en su pastelería), y ella me daba      encontrar afuera”, expresa.             mensual bordea los 400 soles (casi
(dinero) para la comida”, agrega.                                               150 dólares). Además su esposo
                                        SE COCINA LA ESPERANZA                  Hilario ha dado signos de mejoría:
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD                                                         camina, se asea y se viste por sí
                                        Y eso hizo: María cogió su licuadora,   mismo. Él también quiere ayudar con
Pero en medio de la tragedia,           compró un poco de frutas y puso un      el negocio y, a pesar de su dificultad
siempre está la esperanza. En una       cartel en la entrada de su casa que     para hablar y moverse, ayuda a
oportunidad, cuando María visitaba      decía “se venden jugos”. Si bien no     María a vender algunos dulces que
su iglesia, el pastor la convocó para   podía atender con la puerta abierta     su hija trae de su pastelería. Su
que participara de un proyecto de       (el negocio de su hija ocupaba          local también es otro, ahora luce
desarrollo implementado por la          parte de su casa), se las ingeniaba     decorado y arrreglado.
Asociación Ágape donde recibiría        para ofrecer y repartir los jugos que
orientación y capacitación gratuita     preparaba a otros negocios de la         “Yo estoy segura de que voy a salir
para superar el momento de angustia     zona, en especial a los trabajadores    adelante”, asegura María con voz
que estaba pasando. Se trataba          de la Fiscalía, ubicada frente a su     convencida y desafiante. Sus sueños
del Proyecto de vida familiar, más      casa.                                   apuntan a terminar de construir el
conocido como PVF, que funciona                                                 primer y segundo piso de su casa
en Huaycán desde el 2009.               Sus primeras ganancias apenas           para mejorar sus condiciones de
                                        bordeaban los 100 soles al mes,         vida y el rostro de su negocio. Quiere
En su primera etapa, el proyecto        pero María no se dio por vencida.       que su pequeño restaurante crezca,
brindó   a   María    capacitación      Más bien, amplió su negocio:            sea más conocido en Huaycán y
relacionada con autoestima y            además de jugos, comenzó a              funcione en el segundo piso de su
bienestar dentro del hogar, así         ofrecer desayunos y almuerzos a         casa. Son sueños que María está
como relaciones entre pareja y          sus clientes (la pastelería de su       cocinando y que estarán pronto en
crianza de los hijos con el fin de      hija se había mudado a otro lugar y     la puerta del horno.




SU ESPOSO. Hilario se siente mejor y le ayuda a vender     AYUDA. María recibió ayuda material de Ágape consiten-
algunos dulces en el restaurante.                          te en ollas, una mesa, sillas y una pizarra.

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  • 1. CONOZCA EL TESTIMONIO DE MARÍA HERRERA Una receta para tener esperanza Detrás del delantal, el cabello recogido a mitad de la nuca y el rostro gastado por el paso de los años, María Herrera Salazar (54) esconde una mujer emprendedora. Ella administra desde hace algunos meses un pequeño restaurante en su casa, el cual comenzó con pocos recursos, pero con mucho ingenio. Esta fórmula le ha permitido olvidarse por un momento de sus problemas y deudas del pasado y anhelar un futuro próspero para ella y su familia. Por. Erik Cateriano Como muchas mujeres provincianas, María dejó su lugar de origen (el departamento de Amazonas, en la selva peruana) siendo muy joven para venir a Lima en busca de mejores oportunidades laborales. En la capital trabajó por varios años como empleada doméstica, hasta que conoció a Hilario (su actual esposo), con quien se casó y tuvo a sus tres hijas: Nancy (29), Daysi (25) y Kelly (17). Al nacer su primera hija, María e Hilario se mudaron a Huaycán, una comunidad pobre ubicada en las afueras de Lima, donde construyeron precariamente su casa. Por ese entonces Hilario se desempeñaba como carpintero, fabricando puertas de madera y otros objetos para algunos clientes locales. Según expresa María esta etapa estuvo llena de carencias; pues el dinero “apenas les alcanzaba para sobrevivir”. Hilario se vio en la necesidad de comenzar un negocio más rentable. Pensó entonces en vender herramientas y máquinas de carpintería a algunos aserraderos de provincia, donde la oferta de este tipo de herramientas era reducida. Y así lo hizo, logrando al poco tiewmpo establecerse satisfactoriamente en el mercado provinciano. Incluso llegó a formar un pequeño taller EL INICIO. María vende algunos bocadillos en su restaurante. en Lima donde él mismo fabricaba algunas máquinas y aparatos según venta. Ambos solicitaron préstamos amable que la había empujado a las necesidades de cada cliente. bancarios para su negocio, pues éste emprender juntos un negocio propio, crecía y prometía un futuro próspero SE DETIENE EL NEGOCIO para la familia. Pero un día cuando Aquel hombre alegre Hilario viajaba a Huaraz sufrió un Durante este periodo María se derrame cerebral que felizmente no que la había empujado encargaba de enviar las herramientas y máquinas desde Lima; mientras lo mató, pero paralizó la mitad de su a emprender juntos que Hilario supervisaba el proceso cuerpo. un negocio propio se de fabricación y viajaba a la Sierra María recuerda esa época con conviritió en alguien para cobrar el dinero de cada tristeza. Aquel hombre alegre y que dependía de otros.
  • 2. se convirtió en alguien que dependía darle mayor confianza. “Me ayudó “Me ayudó mucho. de otros para asearse, vestirse y mucho. Nos hicieron ver más allá comer. Además su negocio había de (lo que ven) nuestros ojos. Nos Nos hicieron ver quebrado y tenían que pagar deudas dijeron que debíamos tener fuerza más allá de nuestros en el banco. “Yo estaba bastante de voluntad (para salir adelante) y ojos. Nos dijeron que deprimida, porque no podía ni bajarlo que había otros casos más difíciles de la cama. Mis hijas me apoyaron de superar”, recuerda María. debíamos tener fuerza bastante moralmente. Nosotros nos de voluntad”. quedamos sin dinero”. Posteriormente, ella recibió entrenamiento en finanzas y talleres había un espacio libre en su casa). A Durante esos años una de sus hijas relacionados con oficios como esto se sumó varias ollas, una mesa, había implementado una pequeña tejido, preparación de jugos y cuatro sillas y una pequeña pizarra pastelería en la entrada de su casa néctares, cocina y otros más con que recibió de Ágape, el resto de y María la ayudaba con labores la intención de que inicie su propio cosas las compró ella a medida que básicas. María había negociado negocio. Además, en todo momento, el negocio se hizo más conocido y nuevas cuotas de pago son los una capacitadora de Ágape visitaba se asentó. bancos, así que con el poco dinero a María en su casa para aconsejarla que recibía a cambio ella se las y asesorarla con su plan de negocio. Siete meses después las cosas han arreglaba para pagarlas y cubría “Me enseñaron que si uno busca, mejorado. María recibe entre 20 otros gastos: “Yo ayudaba a mi hija todas las oportunidades se van a y 25 clientes al día y su ganancia (en su pastelería), y ella me daba encontrar afuera”, expresa. mensual bordea los 400 soles (casi (dinero) para la comida”, agrega. 150 dólares). Además su esposo SE COCINA LA ESPERANZA Hilario ha dado signos de mejoría: UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD camina, se asea y se viste por sí Y eso hizo: María cogió su licuadora, mismo. Él también quiere ayudar con Pero en medio de la tragedia, compró un poco de frutas y puso un el negocio y, a pesar de su dificultad siempre está la esperanza. En una cartel en la entrada de su casa que para hablar y moverse, ayuda a oportunidad, cuando María visitaba decía “se venden jugos”. Si bien no María a vender algunos dulces que su iglesia, el pastor la convocó para podía atender con la puerta abierta su hija trae de su pastelería. Su que participara de un proyecto de (el negocio de su hija ocupaba local también es otro, ahora luce desarrollo implementado por la parte de su casa), se las ingeniaba decorado y arrreglado. Asociación Ágape donde recibiría para ofrecer y repartir los jugos que orientación y capacitación gratuita preparaba a otros negocios de la “Yo estoy segura de que voy a salir para superar el momento de angustia zona, en especial a los trabajadores adelante”, asegura María con voz que estaba pasando. Se trataba de la Fiscalía, ubicada frente a su convencida y desafiante. Sus sueños del Proyecto de vida familiar, más casa. apuntan a terminar de construir el conocido como PVF, que funciona primer y segundo piso de su casa en Huaycán desde el 2009. Sus primeras ganancias apenas para mejorar sus condiciones de bordeaban los 100 soles al mes, vida y el rostro de su negocio. Quiere En su primera etapa, el proyecto pero María no se dio por vencida. que su pequeño restaurante crezca, brindó a María capacitación Más bien, amplió su negocio: sea más conocido en Huaycán y relacionada con autoestima y además de jugos, comenzó a funcione en el segundo piso de su bienestar dentro del hogar, así ofrecer desayunos y almuerzos a casa. Son sueños que María está como relaciones entre pareja y sus clientes (la pastelería de su cocinando y que estarán pronto en crianza de los hijos con el fin de hija se había mudado a otro lugar y la puerta del horno. SU ESPOSO. Hilario se siente mejor y le ayuda a vender AYUDA. María recibió ayuda material de Ágape consiten- algunos dulces en el restaurante. te en ollas, una mesa, sillas y una pizarra.