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La pasión de Pascual Jiménez por el golf
1. DEPORTES56 Viernes 15.01.16
LA VERDAD
ALICANTE. «Qué mal ser bajito»,
se dijo Pascual Jiménez Zapata (La
Zenia, 1964) a la edad de 9 años–por
aquel entonces era sencillamente
Pascualín–, cuando se dio cuenta de
que arrastraba la bolsa de palos de
golf que le habían encomendado lle-
var al ‘tee’ del 1, del campo de Villa-
martín (Alicante). A los 150 metros
elpesodelabolsapudoconély,otro
compañero del ‘caddy master’ tuvo
que hacerse cargo de ella. El recuer-
dodeaquelmomentosiguefrescoen
la memoria de Jiménez; incidente
que no aflojó en él las ganas de ser
hoyloqueconaquellatiernaedadya
intuía:serprofesionaldegolf.Caram-
bolasdelavida,40añosdespués,ésta
le pondría ‘a prueba’ de nuevo con
una‘pesada’bolsaquellevaralhom-
bro. La de su amigo MiguelÁngel Ji-
ménez. «Fue emocionante». Uno de
los momentos que no duda recono-
cer como más emotivos y queridos
desuvidaenelgolf.Serel‘caddie’de
suamigoenelMastersdeAugustade
2014.Aunquetodoarrancamesesan-
tes, con una divertida conversación
entreelmalagueñoyestehijodepa-
drealicantino–dePilardelaHorada-
da para más señas– y madre murcia-
na, como no podía ser de otra mane-
ra, llamándose Fuensanta.
TigerWoods:¿Jiménez?
«Recibo la llamada de Miguel que
me dice durante la conversación que
mantenemos: ¿Me llevarías los pa-
los?» –comienza a relatar Pascual–.
–Pascual Jiménez: «¿Al coche?»
–MiguelÁngel Jiménez: «No, al Mas-
ters (silencio). ¿Es que no quieres?»
–PJ (Pascual reacciona): «No digas
eso… no sé… ¿tú crees que lo puedo
hacer bien?»
–MAJ le respondió: «...Pues sí o no».
El buen juego de ‘El Pisha’ le co-
locó en esa edición en los puestos de
cabeza y lo emparejó con Tiger
Woods «y un chino, pero no me pre-
guntes su nombre ¡porque no me
acuerdo!», dice divertido Pascual
para seguir explicándose. «Compar-
timos con el estadounidense hora-
rios en el ‘driving’ y ‘putting’. Le se-
guía todo el mundo, así que me sen-
tí tremendamente observado. Tú
eres consciente de que no eres im-
portante y que no pintas nada para
la televisión..., pero estás en plano».
Esta vez la bolsa que portaba Pascual
sí llegó hasta el ‘tee’ del 1. Allí no lo
esperaba un socio de Villamartín,
sino la TV, la multitud y el silencio.
«Ese silencio que lo contamina todo
porque todo se escucha; el bullicio,
en cambio, enmascara cualquier
cosa».Allí se encontró conTiger. «Me
miró y me dijo: ‘I amTiger.’A lo que
le respondí: Pascual Jiménez».
–Tiger Woods: «¿Jiménez?»
Pascual recuerda perfectamente
la cara de sorpresa del jugador (que
se debió preguntar: ¿otro?). Para en-
tonces MiguelÁngel ya había inter-
venido con su intrépido inglés: «Is
my brother» (risas), para finalmen-
te aclarar: «Is very good friend».
De aquella experiencia, Pascual
nosedijoasímismo:‘québajitoeres’,
pero sí se percató de que no estaba
en la mejor forma física tras cubrir
el recorrido; «fue la adrenalina la que
me dio fuerzas y aguanté a base de
los muchos estiramientos que hacia
al final del día. Pero fue tremendo y
aquel ‘buzo’ grueso que te ponen en
Augusta para identificarte como el
‘caddie’, no ayuda». Desde entonces
hace Pilates, «antes no, y he ganado
en flexibilidad y equilibrio».
Los comienzos
Pascual entró muy joven a trabajar
en Villamartín. Fue a través de un
vecino de La Zenia (Orihuela), con-
table del campo.Con su bicicleta BH
roja a pedales recorría todos los días
los casi 4 kilómetros que separaban
su casa del golf. Buena parte cuesta
arriba. Pero no importaban las inco-
modidades o el esfuerzo del trayec-
to o las largas horas en el campo. Era
donde quería estar.
Sus padres le instaron ya de ado-
lescente a que siguiera con el nego-
cio familiar. «El golf no te va a dar de
comer», le recordaba su madre a ins-
tancias de su padre. «Se que me hu-
biera ganado la vida muy bien con la
empresa de Jardines yViveros de mi
progenitor (como pretendía él), pero
yo sabía lo que quería ser». Así que
no cejó en su empeño.
El jugador profesional de los años
50y60ycampeóndeEspañaencua-
tro ocasiones, Ramón Sota, que en
aquel tiempo trabajaba enVillamar-
tín, también le advirtió «de que esto
es muy difícil». Del cántabro, tío de
Severiano Ballesteros, Pascual reci-
bió muchas mañanas de golf tiran-
do bolas y un hierro 7 que exprimió
al máximo practicando en la playa.
Con 16 abandona definitivamen-
te el colegio y se centra por comple-
toenestedeporte,alimentadosuilu-
siónconreferenciascomoladelgran
Seve Ballesteros, al que por enton-
cesveíaenvivooportelevisión.«De
él aprendimos que todo era posible.
Quesolohayquecreer(...).Sevehizo
que explotáramos nuestro talento
individual.Ver la bola y elegir el gol-
pe diciéndose –como decía el de Pe-
dreña–: ‘El 60% de lo que se interpo-
neentrelabolayelhoyosoloesaire’».
Pascual bebió de Emilio Rodríguez
Pareja,deJuandeLopeyporsupues-
to de Juan Miguel Buendía («que fue
mipadreenelmundolaboral»)ytra-
bajó su ‘swing’ como un autodidac-
ta, hasta que viajó a Madrid con 18
años. Allí lo aprendió todo de los
maestros Arruti y Celles (que es lo
mismo que hablar de la escuela de
John Jacobs), para formarme como
maestrodegolfypoderejercercomo
tal. Porque las clases eran ingresos y
«sin patrocinadores es difícil sobre-
vivirenloscircuitos.Misúnicosspon-
sors en los años de competición fue-
ron mis riñones».
Secasacon21,conlaquehoysigue
siendo su mujer, Genoveva, a pesar
deque«¡eslaúnicapersonaconlaque
hediscutidocomoprofesor!»,dicedi-
vertido.Resumeestehecho.«Ellame
dijo tras darle un consejo:Yo lo hago
amimanera, Pascual».Conellahate-
nidodoshijas,CristinayMiriam,que
juegan estupendamente.
El mundo de la docencia
Durante un tiempo simultáneo am-
bas facetas (jugar y enseñar), hasta
que con 26 años, llega a La Marque-
sa. Son los años 90.Y descarta seguir
compitiendo «porque me habían fi-
chado para dar clase. Supuso todo un
reto.(...)Pornohabernohabíanibo-
las en la cancha de prácticas, así que
el primer día de clase los alumnos se
quedaron sorprendidísimos viéndo-
me sacar un saco de bolas del coche».
Laescuelainfantillacreanadamás
llegar. «Empiezo con niños españo-
les, todo del pueblo de Rojales.Y to-
dos muy buenos.Tener el golf cerca
nos lo facilitó mucho». Recuerda de
aquellos tiempos a Carlos Aguilar,
VíctorAndreu o a los ‘amateurs’ Ma-
nolo Navarro, José A. Sánchez, Bor-
ja González y Jesús Rodríguez, aho-
ra profesor.
Plena satisfacción
«La docencia me ha dado la confian-
za de sentir que he hecho algo bien.
Y te diré más. A lo largo de los años
en absoluto he perdido la ilusión,
porque cada alumno es distinto. Es
como jugar un hoyo diferente; y nin-
gún hoyo es aburrido.Tampoco hay
ningún hoyo fácil», dice convenci-
do.Y es de la opinión de que no hay
alumnos muy ‘difíciles’. «Cuando
tienes un ‘miura’ sacas lo mejor que
tienes».
–¿Y quién es el mejor alumno?
–Te realizas más como profesor con
un adulto, aunque no hay nada más
bonito que un junior o infantil que
sienta este deporte. Encontrarlo no
es sencillo. Pero si cuentas un niño
con afición, es incomparable.
A adultos y menores ha intenta-
doensusañosdeprofesióninculcar-
les que el 50% del éxito del golf es la
preparación del golpe. «La rutina. El
resto es técnica; habilidad. Por eso
debes cuidarla, porque sino te vuel-
ves un jugador vulnerable». Pone el
acento en practicar los puntos débi-
les de casa uno. «No hay otra mane-
ra.Y usar la cabeza. Es lo que distin-
gue a los grandes jugadores del res-
to. Porque no es suficiente con dar-
le bien. El golf es resolver; cada gol-
pe es decidir.Aunque ¡cuidado!, por-
que pensar, que parece una ventaja,
es más bien un inconveniente sino
tienes una buena cabeza».
Desde enero de 2014, Pascual Ji-
ménezcombinalasfuncionesdepro-
fesional y profesor de golf del cam-
po alicantino de La Marquesa, con la
faceta de gerente. Es su casa. Donde
están los amigos de las dos partidas
que juega: la de los miércoles y la de
los viernes, que lleva disputándose
desde hace 26 años sin que se haya
suspendido nunca. «Ni en Navidad».
Entre ellos cómo no destacar a José
María Buendía: «mi ‘partner’. La per-
sona que me lo ha soportado todo,
mis cabreos y últimamente mi mal
juego», dice honestamente.
A sus 51 años, Pascual Jiménez es
quien ha querido ser siempre y «el
golf me ha hecho ser quien soy». El
golf es el espacio donde está la gen-
te que quiere y que le hace feliz. «Si
no jugase no sería Pascual». Hace
unos meses en casa, se volvió a ver
por el Plus y a cámara rápida, todo el
Masters de Augusta, donde hizo de
‘caddie’. Se emocionó como un niño.
«El golf me ha hecho ser quien soy»
Pascual Jiménez supo desde siempre que quería ser jugador y ha sufrido como tal,
aunque su gran pasión es la docencia. Desde 2014 dirige el campo de La Marquesa
MARÍA JESÚS
PEÑAS
noticiasgolf@yahoo.es
Pascual Jiménez, entre dos hombres que admira, José María Olazábal (i) y Miguel Ángel Jiménez . :: LV
SOBRE PASCUAL JIMÉNEZ
José María Olazábal
Jugador profesional
«Esunapersonamuy
cercana,abierta,con
laqueesfácilentablar
conversación.Muy
meticulosayconbuena
vistaparalosdetalles
del‘swing’»
Miguel Ángel Jiménez
Jugador profesional
«Pascualperteneceaun
grupodejugadoresdelos
80conmuchasinquietudes
yganaslocasporjugar,
aunqueluegoderivóhacia
laenseñanza. Enelcampo
esunjugadoragresivo
quetiraabandera»
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