1. LA FLOR PERDIDA
Hubo una vez una flor que, de repente, se
dio cuenta de que estaba perdida. No sabía
dónde estaba y tampoco sabía dónde debía
estar.
La pobrecita estaba muy triste, pero se puso
a pensar. Y pensando, pensando, se dio
cuenta de que en alguna parte debía estar su
lugar. Así que se secó sus lágrimas y se
puso a caminar por un caminito que había
cerca de allí, decidida a preuntarle a quien
encontrara, por si alguien sabía cuál debía
ser su lugar, donde ella debía estar.