1. MAMÁ SOLO MUERE CUANDO QUIERE
“Generalmente, las madres, mas que amar a los hijos,
se aman en los hijos”
(Friedrich Nietzsche)
2. Yo tenía 6 años
cuando maté a mi mamá por primera vez.
No quería que estuviera junto a mí
en mi 1º día de clase.
Yo me consideraba lo suficientemente fuerte
para enfrentar los desafíos
que la nueva vida me traería.
3. Pocas semanas después
descubrí aliviado que ella aún estaba allí,
lista para defenderme de los compañeros
agresivos que me amenazaban,
y para auxiliarme frente a las dificultades
de mis primeras cuentas.
4. A los 14 años la maté nuevamente.
No la quería imponiéndome reglas o límites,
ni que me impidiera vivir la plenitud de los
vuelos juveniles.
5. Pero enseguida, con la primera borrachera,
felizmente la redescubrí viva,
fué cuando ella no solo me curó de la
resaca, sino que también impidió
la vergonzosa sacudida
que recibiría de mi padre.
6. A los 18 años
pensé que mataría a mi madre definitivamente,
sin chances para la resurrección.
Había entrado a la facultad, me había
mudado a la capital, hacía política estudiantil,
actividades en que la presencia materna
no cabía en ninguna hipótesis.
7. Ingenuo engaño:
cuando me descubrí confundido sobre que rumbo
seguir, volví a la casa materna,
único espacio posible de guarida y comprensión.
8. A los 23 años
me dí cuenta que la muerte materna era posible,
solo requería lentitud...
Fué cuando me casé, planté bandera de
independencia y seguí viaje.
9. Pero bastó ver nacer a mi primera hija,
para descubrir que ese ser llamado madre
se transformaría en un especimen
aún mas vigoroso llamado abuela.
Para quien aún no vivió la experiencia,
abuela es madre en dosis doble...
10. A pesar de todo
continué creyendo en la tesis
de la muerte lenta y demorada,
y de a poco me fuí sintiendo mas distante
y autónomo, aún cuando a intervalos regulares
ella reapareciese en mi vida
desempeñando papeles importantes y únicos,
papeles que solamente ella
podría protagonizar...
11. Pero el final de esa historia,
al contrario de lo que siempre imaginé,
fué ella quien la definió:
cuando menos lo esperaba,
ella decidió morir.
12. Así, sin mas, ni menos,
sin pedir permiso, sin hora marcada
u ocasión para la despedida.
Ella simplemente se fué,
dejando la lección: las madres son para
siempre.
Al contrario de lo que siempre imaginé,
son ellas quienes deciden
cuanto esta eternidad
puede durar en la vida,
y cuanto queda relegado
para el etéreo terreno de la nostalgia...
Desconozco el autor
13. No sé... Si la vida es corta
o demasiado larga para nosotros,
Solo sé
que debemos demostrar nuestro amor a las
personas, mientras ellas están por aqui...
14. Es por eso que tenemos que amarla
siempre!
Y no matarla en
vida...
Nunca sabremos cuando ella vá a
querer partir...
El vacío que queda, nunca
conseguiremos llenarlo...
Para quien aún la tiene a su lado,
ámala...
Abrázala siempre...
17. Dondequiera que ella esté, debes saber
que siempre vá a entender el mensaje...
Vá a llorar cuando llores...
Vá a sonreir cuando sonrías...
Vá a velar por tu sueño,
como lo hacía cuando eras un niño...
21. MAMA, YO TE AMO!
GRACIAS POR EXISTIR!
Y si ella ya no está a tu lado...
22. Cierra los ojos y haz una
oración por ella, agradeciendo
por la vida y también diciendo
que la amas...
Solamente es para compartir
y pensar juntos...
Hoy, es um día especial para mi.
1bso a cada uno... Charito.