3. Tras la lectura de la Ley, el pueblo de Israel decidió
firmar un pacto ante Dios prometiendo ser fieles a Él.
Estas promesas están registradas en Nehemías 10,
junto a los nombres de los que firmaron el pacto.
Este pacto está englobado en el pacto eterno
“firmado” entre Dios y la humanidad.
El pacto eterno:
¿Por qué hacer un pacto?
¿Pacto o pactos?
¿Qué partes tiene un pacto?
El pacto de Israel (Nehemías 10):
Promesas de obediencia.
Promesas de adoración.
4. “Y el resto del pueblo […] se reunieron con sus
hermanos y sus principales, para protestar y jurar
que andarían en la ley de Dios” (Nehemías 10:28-29)
Básicamente, el pueblo se comprometió a cumplir
el pacto establecido entre Dios e Israel en el
monte Sinaí (compárese con Éxodo 19:8; 24:3).
En el momento en que el
hombre pecó, Dios hizo un
pacto con él (Génesis 3:15).
El pecado había roto la relación existente entre el Creador y
sus criaturas, y Dios se comprometió a restaurar esa relación.
Desde el principio, la
humanidad quedó dividida
entre los que deseaban
unirse a este pacto y
restaurar su relación con
Dios, y aquellos que lo
rechazaron.
5. Humanidad
dividida
Caín
Eligió el mal
Lamec
(7º desde Adán)
Introdujo la
poligamia
Todos fueron
destruidos
Set
Aceptó a
Dios
Enoc
(7º desde Adán)
Caminó con
Dios
Noé halló gracia a
los ojos de Dios
A pesar de la maldad del hombre,
Dios nunca ha renunciado a su
deseo de restablecer su relación
con él, renovando repetidas veces
su pacto eterno.
6. Tras el diluvio, Dios hizo pacto con Abraham y lo ratificó a Isaac y a
Jacob (Génesis 17:1-8, 19; 1ª de Crónicas 16:16-17; Gálatas 3:17).
1. Santificación (Jeremías 31:33a).
2. Reconciliación (Jeremías 31:33b).
3. Misión (Jeremías 31:34a).
4. Justificación (Jeremías 31:34b).
En Sinaí, Dios hizo pacto con el pueblo de Israel (Éxodo 19-24).
Este “antiguo pacto” (2ª de Corintios 3:14) evolucionó al
incluir una mención específica a la casa de David (Isaías 55:3).
Finalmente, Dios prometió hacer
un “nuevo pacto” (Jeremías 31:33-
34). Pero todos estos pactos son
distintas fases de un único pacto
eterno, que incluye los siguientes
componentes:
7. La redacción de un pacto en
la antigüedad tenía diversas
partes, que podemos
distinguir fácilmente en la
redacción del libro del pacto
(Deuteronomio) y del pacto
de Josué con el pueblo.
Cláusula especial
Dt. 31:9-13 Jos. 24:25-26
Testigos
Dt. 30:19 Jos. 24:22, 27
Bendiciones y maldiciones
Dt. 27-30 Jos. 24:19-20
Cláusulas o leyes
Dt. 4:44 – 26:19 Jos. 24:14-15, 23
Prólogo histórico
Dt. 1:6-4 – 4:43 Jos. 24:2-13
Preámbulo
Dt. 1:1-5 Jos. 24:2
8. “Aunque este pacto fue hecho con Adán, y
más tarde se le renovó a Abraham, no pudo
ratificarse sino hasta la muerte de Cristo.
Existió en virtud de la promesa de Dios
desde que se indicó por primera vez la
posibilidad de redención. Fue aceptado por
fe: no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue
llamado el pacto nuevo. La ley de Dios fue la
base de este pacto, que era sencillamente un
arreglo para restituir al hombre a la
armonía con la voluntad divina, para
colocarlo en condición de poder obedecer
la ley de Dios”
E.G.W. (Patriarcas y profetas, pg. 340)
9. Los 84 firmantes representaban a todo el pueblo. El
primero en firmar fue el gobernador, seguido por el
sumo sacerdote, los sacerdotes, los levitas y los jefes
del pueblo.
Todos se comprometían a observar toda la ley dada
por Dios (v. 29), concentrándose especialmente en
cuatro puntos:
No contraer matrimonios
mixtos (v. 30).
Observar el sábado (v. 31a).
Preocuparse de los pobres
observando al año sabático y
remitiendo las deudas (v. 31b).
Apoyar los servicios del templo
(v. 32-39).
Al implementar en sus vidas estas conductas, generarían hábitos correctos que les
permitirían crecer en santidad.
10. Contribución económica anual
fija para el pan de la
proposición, la ofrenda
continua, las festividades y
otros gastos del Templo.
Designación de
los responsables
encargados de la
leña para el altar.
Traer las
primicias, y los
primogénitos de
los animales.
Entregar el
diezmo a los
levitas, que a su
vez entregarían
el diezmo de ese
diezmo.
Hoy ya no existe el
Templo de Jerusalén. En
realidad, todas estas
disposiciones temporales
dejaron de ser
significativas cuando
Jesús firmó con su sangre
el nuevo pacto.
Pero el verdadero
Templo, el celestial, sigue
siendo el escenario del
pacto eterno, el plan de
salvación (Hebreos 8:1-7).
¿Qué compromisos hicieron respecto al Templo?
11. “Dios nos ha dado la facultad de elección; a
nosotros nos toca ejercitarla. No podemos
cambiar nuestros corazones ni dirigir nuestros
pensamientos, impulsos y afectos. No podemos
hacernos puros, propios para el servicio de Dios.
Pero sí podemos escoger el servir a Dios; podemos
entregarle nuestra voluntad, y entonces él obrará
en nosotros el querer y el hacer según su buena
voluntad. Así toda nuestra naturaleza se
someterá a la dirección de Cristo”
E.G.W. (El ministerio de curación, pg. 131)
13. Te invitamos a bajar
y estudiar cada una
de las 13 lecciones de
esta serie:
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Libros de Esdras y
Nehemías