El documento resume la situación laboral en Andalucía, caracterizada por altos niveles de desempleo y precariedad. Más de un millón de andaluces están desempleados y el 43,2% se encuentra en riesgo de pobreza. Las reformas laborales solo han beneficiado a las grandes empresas mediante la flexibilización y la reducción de costes, mientras que para los trabajadores ha supuesto una mayor precariedad. Se hace un llamamiento a la movilización sindical y social para defender los derechos laborales y luchar por condiciones
1. Comunicado 1º de Mayo
El Paro y la precariedad son, hoy por hoy y desde hace ya demasiado tiempo, una
de las problemáticas más críticas vividas por los y las andaluzas. La realidad no deja
ser un déjà vu permanente: paro, inestabilidad, temporalidad, cotizaciones basura,
pérdida cada vez más acuciante de nuestros derechos laborales e incremento de la
pobreza aún teniendo empleo. Poco a poco nos quieren acostumbrar a que nos
sintamos con suerte de tener un empleo precario, a que nos quede demasiado mes
al final de salario, a que nos falten demasiados derechos para poder conciliar, a que
nos quede demasiada desigualdad para distribuir el trabajo, a que haya demasiada
discriminación para que hombres y mujeres tengamos igualdad de condiciones.
Los datos de la EPA de abril son, en ese sentido, alarmantes: Andalucía sigue a la
cabeza del paro y la precariedad, siendo la tercera comunidad con mayor tasa de
paro, superada solo por Melilla y Extremadura. Una tierra rica en recursos, pero
olvidada por el PPSOE, es hoy una de las regiones que registra más desempleo de
toda la unión europea. El número total de desempleados/as en nuestra tierra se
situó en abril en 1.072.400. ¡Si, más de un millón de andaluces y andaluzas no
tienen cómo sobrevivir!
Esto sin contar que solo una mínima parte de ese millón de personas recibe alguna
prestación o ayuda. Y esto sin contar que gran cantidad de esas personas sufren un
desempleo de larga duración que les acerca cada día más a la exclusión social y la
marginalidad. El 43,2% de los andaluces y andaluzas se encuentra en este momento
en situación de riesgo de pobreza.
Las dos reformas laborales, primero la del PSOE y luego la del PP, solo han sido
sufridas por las trabajadoras y los trabajadores, pero sí que muchos beneficios han
traído a las grandes empresas: flexibilidad, abaratamiento del despido, convenios
laborales injustos, temporalidad. Evidencias de esto es que en los últimos años lo
que sí ha aumentado es la cada vez más grande brecha entre ricos y pobres, entre
quienes lo tienen todo y las que no tienen nada. La crisis del capitalismo, al final, en
lo que ha revertido es una gran estafa a las mayorías: la estamos pagando todos
con la precarización del empleo y la destrucción de los servicios públicos.
El insuficiente descenso del paro que arrojaban los datos de la Seguridad Social en
abril de 2017 no es signo de crecimiento o mejora en la vida sino un dato que nos
habla de la inestabilidad de nuestra gente para acceder a un trabajo que les
permita proyectarse y garantizar su vida y las de su familia a más de unos meses
vista. Es que no quieren entenderlo, no alcanza con crear empleo, sino que hay que
crear empleo de calidad. Allí donde antes trabajaba una persona por un salario
digno hoy están siendo contratadas dos con salarios que no alcanzan para llegar a
fin de mes.
Hace poco conocíamos el caso de Konecta BPO, de Bollullos (Sevilla), por poner
solo un ejemplo de la gravedad de la situación: muchas de las trabajadoras, la
2. mayoría mujeres, no llegan con su salario a fin de mes. Otros muchos no saben
siquiera cuánto cobrarán a fin de mes. Muchísimas trabajan a turno partido, lejos de
sus casas, y cuando llegan, sus hijos ya están durmiendo o disponen de poco
tiempo para atender a personas mayores a su cargo. Otros tantos tienen contratos
de 18 horas y salarios de 400 euros. Ninguno/a tiene un convenio laboral justo.
Viven con lo justo, no de un modo justo.
El 90 por ciento de los trabajos que se han crean en la mal llamada "recuperación"
son temporales. Tanto es así que cuando hablamos de estacionalidad los números
hablan por sí mismos: contratos de meses, semanas, días, horas. La precariedad
sigue siendo la norma en las contrataciones. Encontrar un trabajo hoy no garantiza
tener los medios necesarios para tener un proyecto de vida.
Ya si hablamos de las dificultades de nuestros/as jóvenes para acceder a un primer
puesto de trabajo, la situación se vuelve de infinita tristeza. Uno de cada dos
jóvenes menores de 25 años están en paro en Andalucía. La Garantía juvenil no está
funcionando. Los planes de empleo joven están siendo un fracaso en su gestión y
no está solucionando los problemas de la juventud.
Por otro lado, la llegada de la juventud en el mundo laboral hace que la precariedad
y el futuro de nuestras pensiones no sea sólo un problema de presente sino que nos
dejan una herencia como una loza y un oscuro futuro de desempleo y precariedad.
De los y las jóvenes de entre 20 y 24 años, el 89% sigue viviendo con su familia de
origen. Si tomamos la franja de entre 25 y 29 años en España, el 79% de estas
personas sigue sin emanciparse. Esta enorme precariedad laboral está suponiendo
que miles de jóvenes se encuentren hoy en la frontera de la exclusión en términos
económicos, sólo amortiguada, en algunos casos, por las familias.
El retraso en el acceso al empleo modifica sustancialmente los planes de vida de la
mayoría de los y las jóvenes, generando —en muchos casos—espirales de exclusión-
marginación, incluso de un sector de la juventud proveniente de una clase media-
media o media-baja.
La parálisis del gobierno del PSOE en Andalucía está condenando a nuestra tierra a
ser mera receptora de turismo. El binomio ineficacia y corrupción ha sido y es
demoledor para el empleo y el crecimiento económico. Toda la política de la Junta
en materia de empleo está judicializada, desde el primer escalón, los cursos de
formación, hasta las jubilaciones y los ERES. El Consejo Económico de Andalucía
señala, por otro lado, que hay políticas de empleo recogidas en los presupuestos
que no llegan ni al 13% de ejecución.
Por otro lado, los conflictos de las y los trabajadores de las contratas de servicios
públicos no dejan de estallar en la cara del gobierno del PSOE: 061, 112, Comedores
Escolares, Intérpretes de lenguaje de Signos, Monitoras Escolares, entre otros
muchos conflictos abiertos, demuestran que es necesario recuperar los servicios
públicos para recuperar no solo el empleo de calidad perdido sino también la
calidad en lo servicios. Quizás ha llegado el tiempo, cuanto menos y como mínimo,
de que la Junta de Andalucía vele por el respecto de las condiciones del personal
laboral que desarrolla su actividad en las contrataciones realizadas por la
Administración de la Junta.
Una Andalucía llena de recursos, llena de posibilidades pero una y otra vez dejada
en el olvido de la parálisis de un gobierno ineficaz que no ha sido capaz de generar
3. un tejido productivo sino un modelo burocrático y clientelar que aleja cada día más
las posibilidades de alcanzar las normas de bienestar y calidad en el empleo que
nos merecemos.
Todo lo que no sea dejar de competir a partir de salarios bajos y dar lugar a
cambios del modelo productivo no es más que terminar de destruir lo poco que
nos queda. Todo lo que no sea recuperar los servicios públicos para crear empleos
de calidad es terminar de rematar el futuro. Porque salir de la crisis significa
recuperar derechos, no precarizar nuestras vidas. Ya está bien de precarizarnos la
existencia, ya está bien de repartir por arriba. Ya está bien de que los de arriba, los
dueños de todo, se queden siempre con las ganancias y repartan las pérdidas de
"las dueñas de nada" para amortiguar "su" crisis.
Ante la realidad de las cifras de desempleo, precariedad, riesgo exclusión social,
subalternidad en nuestro modelo económico, pasividad de las administraciones
ante los abusos laborales, precarización vía externalización de Servicios de la Junta,
éste 1º de mayo, día en que recordamos y reivindicamos que los derechos
conquistados los hemos ganado en las calles, organizadas, debemos trabajar en
que despierte y salga a la luz el conflicto real que viven millones de andaluces y
andaluzas en su día a día.
Recuperar y fortalecer la movilización social por nuestros derechos laborales es una
tarea fundamental para que la crisis del capitalismo no la paguemos nosotr@s. E
igual de fundamental es reforzar la organización sindical. Los sindicatos son las
herramientas que tenemos para defender nuestros derechos laborales y luchar por
condiciones más dignas. Es la herramienta para no acostumbrarnos a vivir por
debajo de nuestras posibilidades. Nos lo han demostrado los y las trabajadoras de
Alestis, quienes, con un 100% de la plantilla en lucha, movilizados/as, lograron parar
el ERE en una empresa de un sector estratégico como es la aeronáutica. Tomemos
su ejemplo, creemos lazos de solidaridad más allá de cualquier sigla para defender
nuestros derechos.
Solo organizad@s, en las calles, en los centros de trabajo, podremos obtener
victorias y poner freno a los ataques patronales, los abusos laborales y la cada vez
más acuciante precariedad laboral generalizada. La lucha de la Estiba, que ha
osado enfrentarse a lo que parecía ser la bestia personificada de las grandes
corporaciones en cuanto a la degradación de las condiciones de vida, su lucha para
no renunciar a los derechos conquistados, ha sido un ejemplo más que evidente de
la necesidad de organización sindical. También tomamos como ejemplo su lucha
histórica, la que les ha traído hasta aquí con derechos, con condiciones dignas y
organizados/as.
Frente a la corrupción, los recortes, el desempleo y la precariedad salgamos a las
calles, este 1º de mayo, por servicios públicos de calidad, derechos sociales y un
cambio en la política económica que posibilite la creación de empleos con
condiciones de trabajo y salarios dignos. Frente a la pobreza en el trabajo, los
abusos y la precariedad, participemos en las diferentes actividades que se
desarrollarán en todos los territorios.
Frente a la brecha salarial entre hombres y mujeres, frente a la discriminación
laboral de las mujeres, frente a la imposibilidad de conciliación personal y familiar,
frente al acoso sexual en el trabajo, vayamos este 1º de mayo a alguna de todas las
movilizaciones y actividades de nuestros pueblos, comarcas o ciudades.
4. Para que no nos acostumbren a vivir por debajo de nuestras posibilidades. Para que
no nos digan que nos merecemos menos. Para que no nos creamos que es
suficiente. Para que no crean que nos conformamos con menos. Este 1º de mayo,
salgamos a las calles, nos movilicemos con nuestra familia, nuestras compañeras,
nuestros amigos. Digamos basta, digamos ¡Ya está bien!
Este 1º de mayo, salgamos a las calles, recordemos que solo movilización y huelgas
hemos obtenido victorias en el mundo del trabajo, reivindiquemos la lucha de los y
las trabajadoras, luchemos por un mundo, cada día, un poco más justo.