Una hermana recuerda un paseo en bote con su hermano durante el verano en que él murió ahogado después de que volcara el bote intentando alcanzar una flor. Años después, la hermana sufre en silencio la culpa y el dolor por la pérdida de su hermano hasta que, en invierno, se acerca al río congelado y, al romperse el hielo bajo sus pies, comprende que por fin volverá a estar con él.
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
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1. Juntos...
Autor Thiago Licatta
Quién diría que en algo tan inofensivo como un matutino paseo en bote arribaría la muerte.
Esa mañana el sol doraba los bosques y con una monótona corriente, el agua empujaba el pequeño
bote de madera. A las orillas del río los rododendros florecidos embellecían la mañana una vez más.
Como cada amanecer del verano, junto a mi hermano nos disponíamos a recorrer el cauce del río,
admirando el esplendor de la naturaleza.
Esa mañana, una brisa hizo que algunas flores se desprendieran de los tallos y cayeran a nuestro
lado con armoniosa delicadeza.
Quién diría que algo tan inocente como intentar alcanzar una flor a nuestro lado provocaría que se
volteara el bote. En ese momento la muerte sobrevino, como sobreviene aquello que no se puede
ver y uno no desea alcanzar.
Crees entenderlo… ¿no?
Pero no tienes idea. No tienes idea por lo que pasé. Mientras todos lo sentían, o decían hacerlo, yo
me desmoronaba. Veía atontada cómo mi familia lo hacía. Con su pérdida todo fue diferente. Todo.
Las discusiones, el llanto, la culpa y el dolor corrompían poco a poco, a esta pequeña familia, que
en un momento fue de cuatro felices almas. Todo el caos de su pérdida profundizaba la grieta que se
había generado dentro de cada uno de nosotros. Como canalizadora- poco después- yo fui el centro
de los sentimientos. Con su dedo acusador me hicieron sentir una y otra vez que yo era la culpable
de todo, que yo debería de haber muerto.
Yo… yo tuve que sufrir en silencio. Ahogar el llanto en la ducha esperando que el ruido de la lluvia
opacara el gemido de mi dolor. Preguntarme una y otra vez por qué… por qué. Nunca llegaría una
respuesta.
El tiempo pasó, y el invierno sobrevino sobre el pueblo. Inhalo y exhalo con pesar, mientras el frío
quema el interior de mis pulmones. Veo mi piel erizada pero no lo siento, no siento el frío. No logro
sentirlo…
Solo soy capaz de percibir la oscuridad. Desde aquel suceso mis ojos quedaron ciegos y mi corazón
inerte. Desde entonces solo puedo percibir el miedo y el vacío. Me siento al borde del abismo, sin
embargo no consigo moverme ni emitir palabra alguna. Quedé atrapada en un silencio
ensordecedor, como si estuviese inerte.
Ahora, a la orilla del río veo a mi alrededor anhelando poder sentir su presencia. Todo se encuentra
bajo un blanco manto helado y el río bajo una capa de hielo. No obstante, ahogando mi respiración
logro escuchar la corriente del agua bajo el hielo. Avanzo hacia adelante atraída por el sonido.
Mientras camino, el suelo cruje pero mi mente, distanciada, no logra percibirlo. Recuerdos de mi
2. infancia con mi hermano me hacen lagrimear los ojos y suelto un gemido. Me detengo cuanto siento
que el hielo se resquebraja bajo mis pies. En ese momento logro comprender que por fin volveré a
ver a mi hermano. Volveremos a estar juntos. El hielo se rompe y alcanzo a escupir una palabra…
juntos.