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LA LUCHA
                                        POR UN
                                       TRABAJO
                                        DIGNO




PUNCHE PERÚ
FETTRAMAP
FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES
Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ
PUNCHE PERÚ
  FETTRAMAP
  FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES
  Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ

© INSTITUTO SINDICAL DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO, ISCOD
  DELEGACIÓN PERÚ
  Jr. Lloque Yupanqui 1399, Jesús María
  472-6418
  www.iscod.org
  delegacionperu@iscod.org


  TEXTO E INVESTIGACIÓN
  Paola Ugaz


  FOTOGRAFÍA
  Marina García Burgos


  DIRECCIÓN GRÁFICA
  Arturo Higa Taira


  DISEÑO EDITORIAL
  Sputnik


  IMPRESIÓN Y PRE-PRENSA
  Forma e Imagen de Víctor Odiaga Franco
  Av. Arequipa 4558, Miraflores
  617-0300
  www.formaeimagen.com.pe


  Primera edición: mayo, 2010
  Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2010-03228
  Tiraje: 1500 ejemplares
FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES
Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ – FETTRAMAP


DATOS INSTITUCIONALES
Fecha de Fundación: 25 de Julio de 1982
Lugar de Fundación: La Victoria - Lima
Reconocimiento Oficial: Resolución Divisional Nº 144-90-DV-RS
Fecha del Reconocimiento: 17 de Agosto de 1990
Dirección: Jirón Oroya Nº 224 Cercado de Lima
Teléfonos: 323-5200 3233921 325-3625 996 079 566
Correo: fettramap@hotmail.com
Afiliado a: CUT PERU y ITF


COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL
Secretario General: Guillermo Onofre Flores
Sub Secretario General de Estibadores: Raúl Chupica Alor
Sub Secretario General de Transportistas Manuales: Guillermo Cusipuma Campos
Secretario de Organización: César Valencia Rivadeneira
Secretario de Defensa y Derechos Humanos: Raúl Manucci Orellana
Secretario de Administración, Economía y Finanzas: Fernando Gómez Bran
Secretario de Actas y Archivos: Raúl Diego Navarrete
Secretario de Imagen Institucional: Walter Alama García
Secretario de Desarrollo Humano y Bienestar Social: Alejandro Díaz Cosi
Secretario de Promoción y Desarrollo Empresarial: Jorge Aguilar Tandaypan


ORGANIZACIONES AFILIADAS
Sindicato Único de Estibadores del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada
Sindicato de Estibadores del Giro de Choclos del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada
Sindicato Único de Estibadores del Mercado Mayorista Nº 2 de Frutas - La Victoria
Sindicato de Estibadores del Giro de Yucas del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada
Sindicato de Estibadores del Giro de Zapallos del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada
Sindicato de Trabajadores Tricicleros del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada
Sindicato Único de Guardianes del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada
Asociación de Estibadores y Carretilleros 11 de Febrero Conzac - Los Olivos
Asociación de Trabajadores Transportistas Manuales Independientes
del Mercado Mayorista Pesquero de Villa María del Triunfo
Federación Departamental de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales de la Región Junín
Federacion de Cargadores, Estibadores Terrestres
y Transportistas Manuales ‘Kallpalloc Runakuna’ de la Región Cusco
Y organizaciones fraternas en la capital y las demás regiones del país.
PUNCHE PERÚ
FETTRAMAP
FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES
Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ
COMO ESTIBADOR TERRESTRE DEL MERCADO MAYORISTA NÚMERO 1, como fundador de la Fe-
deración de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FETTRAMAP) y como ser
humano, me gustaría que a partir de ahora le digamos adiós a la indiferencia hacia el estibador, quien
tiene el diario privilegio de manipular y cargar los productos que llegan a todos los hogares en Perú,
pero que a su vez es el personaje que menos vemos cuando visitamos los mercados.

Si nos vieran realmente se darían cuenta que cargamos pesos que van más allá de nuestras fuerzas,
que nuestras espaldas se doblan hasta casi reventar, que sufrimos accidentes casi día por medio
en medio de un entorno laboral indigno y por un salario bajísimo que no nos garantiza una jubilación
segura junto a nuestras familias.

La única diferencia que hay dentro del mercado con los comerciantes y nosotros es que el estibador es
el que pone la espalda, el lomo para poder trabajar, pero no recibe ningún reconocimiento moral y legal;
situación que la sentimos también dentro de nuestro propio país, donde no se cumplen las leyes que
han sido aprobadas para garantizarnos mejores condiciones laborales y acceso a la seguridad social.

Creo también que debemos dejar de ser vistos como los eternos burros de carga, porque la comer-
cialización de los productos alimenticios es una cadena en la que todos somos importantes: si no hay
ADIÓS A LA
INDIFERENCIA


productores, no hay comerciantes; si no hay comerciantes, no hay transportistas de camiones; si no
hay estibador no hay productos que transportar, y por ende cada pieza es vital. Nosotros también.

Por ello, esperamos que se dejen de lado todas esas malas costumbres del dañino envasado de los
costales con pesos excesivos y contra de la ley, que maltratan nuestras espaldas pero que también
maltratan a los productos que cada día reciben los hogares peruanos.

El punche que el estibador le mete a la carga y descarga de productos en los mercados a nivel nacional
nos llena de orgullo porque sabemos que, gracias a ello, se preparan los platos que forman parte de
la gastronomía que nos ha hecho famosos en todo el mundo.

¿Por qué no nos hacen partícipes de esa ola ganadora?

Nos ofrecemos codo a codo para lograrlo porque Punche Perú somos todos, hermanos.


SERGIO LÓPEZ
FUNDADOR DE LA FETTRAMAP
MUCHA FUERZA Y



LOS TRABAJADORES ESTIBADORES TERRESTRES Y TRANSPORTISTAS MANUALES de los merca-
dos somos un estimado de más 100,000 personas a nivel nacional dedicados a esta actividad, con-
formando una parte importante de la cadena del comercio en general. Existen actualmente múltiples
organizaciones reconocidas, así como sindicatos, asociaciones y comités. Algunas de las más anti-
guas se remontan a las décadas del 70 y 80, todas pertenecientes al sector de la economía informal.

En varios estudios técnicos realizados por el Ministerio de Salud (CENSOPAS) se señala que en el
caso de la actividad de la estiba y transporte manual, está demostrada la relación entre el excesivo
peso cargado por los trabajadores y problemas en la salud. Se encontró que la mayoría de trabaja-
dores objeto del estudio, presentaron de 2 a 3 diagnósticos médicos, de los cuales por lo menos uno
es un transtorno osteomuscular en la columna vertebral. Asimismo, estibadores y transportistas
sufren de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo que afectan muy seriamente a su sa-
lud, generalmente por el excesivo peso que manipulan y cargan (aproximadamente 130 kg); en otras
modalidades como en la carretillas, se llegan hasta 1.000 kg. En estas condiciones está demostrado
que el daño a la estructura músculo–esquelética de los trabajadores es de carácter irreversible, sin
que sea necesariamente resultado de los años acumulados en el trabajo.

Por las mismas actividades laborales que realizamos, estamos expuestos constantemente a riesgos
ocupacionales, siendo además un grupo vulnerable que no cuenta en la actualidad con una protección
social; sin embargo, a través de nuestras organizaciones tratamos de atender nuestras necesidades
que surgen de los problemas, como en casos de enfermedad, accidentes, retiros y muertes. Los sala-
rios son negociados directamente con los transportistas y comerciantes mayoristas, cumpliendo con
un conjunto de requisitos de calidad para satisfacer las exigencias de la administración del mercado.
MUCHOS VALORES



 Todos los afiliados cotizan tanto para el sostenimiento del sindicato, como para su particular sistema
 mutual de asistencia social, que permite cubrir parcialmente el retiro de los socios cesados por acci-
 dente de trabajo o por límite de edad; además de las atenciones en salud.

 A partir de 2005, la Federación de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FET-
 TRAMAP) impulsó una campaña de sensibilización e incidencia ante los poderes del Estado, con el
 apoyo incondicional de la CUT y la solidaridad sindical del ISCOD, logrando que en el año 2007 se
 ratifique el Convenio 127 de la OIT y se promulgue la Ley N0 29088 “Ley de Seguridad y Salud en el
 Trabajo de los Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales”, y posteriormente en el año 2009
 se apruebe su reglamentación, normas que tienen por objeto regular las condiciones de trabajo.

 Actualmente, la FETTRAMAP viene incidiendo con la CUT en la aprobación del reglamento de la Ley
 No 25047. Esta ley incorpora los beneficios de la Seguridad Social en salud, pensiones y otros para
 los Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales, norma que facultaría estas coberturas.

 Los sindicatos afiliados a la FETTRAMAP vienen trabajando con mucho esfuerzo, para lograr otros obje-
 tivos mayores que ayudarán a los trabajadores y a sus familias, como el contar con una infraestructura,
 una organización fortalecida y capacitada para enfrentar a todos los retos que se les presente.




 GUILLERMO ONOFRE
 SECRETARIO GENERAL FETTRAMAP
JUSTICIA
Y RESPETO
GRACIAS A LAS IMÁGENES QUE MUESTRA EL LIBRO sobre el quehacer diario de los trabajadores
de la estiba y el transporte manual de los mercados mayoristas a lo largo de la cadena productiva y
de comercialización de los alimentos, tenemos una valiosa herramienta para que los miles de trabaja-
dores de estas actividades consigan que se les reconozca como seres humanos sujetos de derecho.

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) del Perú se enorgullece de que los esfuerzos de largos
años de lucha, en defensa de la aplicación de las normas internacionales de pesos y medidas y de la
extensión de la cobertura de la seguridad social a todos los trabajadores se vean reforzados con la
investigación sobre los estibadores terrestres, que estoy seguro causará un efecto en quienes tienen
la responsabilidad de regular con justicia y con respeto por los seres humanos.

Desde la Presidencia de la CUT, basándome en las impactantes imágenes que muestran la injusta
vida que pasan los miembros de nuestra afiliada la FETTRAMAP, hago un decidido llamado a todas las
autoridades del Perú para que de una vez por todas se haga justicia a los trabajadores de la estiba y
del transporte manual reconociéndoles sus derechos y haciéndolos respetar como seres humanos.




JULIO CÉSAR BAZÁN FIGUEROA
PRESIDENTE CUT PERÚ / VICEPRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN SINDICAL
DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE LAS AMÉRICAS (CSA)
MUCHOS LATIDOS HAN SONADO desde la primera vez que visité La Parada. Mi amiga y colega En-
carna García Valera, solía referirse a los logros y avances de los estibadores terrestres con gran
admiración, desde el corazón, sentimiento y músculo que terminó contagiándonos a todos nosotros.

Una de las cosas que más llamó mi atención en aquella primera visita hecha al anochecer fueron los
cerros de La Victoria, elevándose sobre el mercado abruptamente, preñados de casas “colgantes”,
luces melancólicas y aromas de precariedad.

A sus pies, el Mercado Mayorista era y sigue siendo un reflejo de su entorno descolorido: callejuelas
lúgubres entre los puestos de venta que disimulan su deficiente pavimentado con restos de todo tipo
de verduras. Sobre esa alfombra abigarrada laboran compañeros estibadores cargando fardos des-
comunales o seleccionando choclos como malabaristas de circo.

Saltan a la vista las condiciones impropias de trabajo, decimonónicas, con impactos altamente nega-
tivos para la salud que, inexplicablemente, deberían haber sido mejoradas hace mucho tiempo por las
autoridades encargadas de hacerlo.

El mensaje contenido en el libro no es hacer desaparecer esta labor sumamente importante, sino
conservar el derecho de estos trabajadores a desempeñarla, en condiciones de formalidad, respe-
to y protección social. En definitiva, el derecho de todo ser humano a un sustento en el marco del
trabajo digno.

La estiba en los mercados de productos agropecuarios es esencial por varias razones: los esti-
badores se encuentran a lo largo y ancho del país y suponen un eslabón básico en las cadenas de
producción y consumo. Su aporte a la sociedad, estibando diariamente toneladas de alimentos, es
inestimable para el suministro de bienes de primera necesidad y el flujo de la economía de servicios,
incluyendo esa gastronomía de la que Perú tanto puede presumir y que se ha convertido en los
últimos años en un sector simbólico. Sin estibador no hay ceviche, ni ají de gallina, ni escabeche...

La experiencia organizativa de los estibadores terrestres a través de su federación, la FETTRAMAP,
es también una lección del movimiento sindical, en especial de aquel que se desarrolla en situaciones
de desamparo y avasallamiento, donde la ciudadanía escasea. Nuestros protagonistas comenzaron
a constituir sindicatos de base hace más de cuatro décadas y es en estos núcleos dónde han ido for-
mándose y tomando conciencia de lo necesario que es contar con un marco legal que los proteja como
trabajadores y les reconozca sus derechos laborales.
INTRODUCCIÓN
Tan necesario como capacitarse en aspectos de salud laboral y en la prevención de riesgos profesio-
nales. Tan necesario como demostrarse a sí mismos que pueden lograrlo con su constancia, ganán-
dose el orgullo por lo que realizan cada día. Tan necesario como tener derecho a la seguridad social.

Como testigo directo en los últimos años pienso que los compañeros de la FETTRAMAP han consegui-
do importantes avances: por ejemplo se han aprobado leyes y medidas favorables de parte del Estado,
pero todavía no se reglamentan o no se cumplen. Se ha abierto también espacios y generado expec-
tativas que antes no existían; se ha logrado una proyección hacia el futuro y su organización es hoy
más sólida. Pero todo ello no basta y había que dar a conocer a la opinión pública la genuina historia
de los estibadores terrestres.

En las próximas páginas veremos con lucidez y vigor, con una base argumental contundente y con rica
multiplicidad de matices, unas interrogantes que no dejarán a nadie indiferente.

Quien quiera realmente atravesar con la mirada este libro comprenderá con sus propios ojos cómo la
pérdida de la centralidad del trabajo en nuestras sociedades sólo está trayendo mayores asimetrías,
mayor indiferencia y despropósito.

Y, precisamente, el propósito de este material que nació para ser observado es ingeniárselas para
ayudar a transformar una realidad que eterniza con desesperación el presente, frente a lo que era
imprescindible rebelarse.

Tomando unas palabras de Ayn Rand: “Si viese usted a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre
sus hombros, si usted viese que él estuviese de pie, con la sangre latiendo en su pecho, con sus rodi-
llas doblándose, con sus brazos temblando pero todavía intentando mantener al mundo en lo alto con
sus últimas fuerzas, y cuanto mayor sea su esfuerzo, mayor es el peso que el mundo carga sobre sus
hombros – ¿Qué le diría usted que hiciese?

– QUE SE REBELE.




LUIS MIGUEL MONJE
DELEGADO DE ISCOD-UGT EN PERÚ
PUNCHE PERÚ
C A R G A R   C O N   L A   H I S T O R I A

    TEXTO PAOLA UGAZ
 IMÁGENES MARINA GARCÍA BURGOS
1    EN LOS ZAPATOS
     DE UN ESTIBADOR                                  15
2    UN ACERCAMIENTO A LOS ESTIBADORES
     TERRESTRES EN LOS MERCADOS DE LIMA               19
     ¿CUÁNDO SURGIÓ
3    EL PRIMER MERCADO EN LIMA?                       23
4    ¿CÓMO SURGIÓ EL OFICIO
     DE ESTIBADOR TERRESTRE?                          27
5    UN HOMBRE LLAMADO
     GREGORIO CONDORI MAMANI                          31
6    ESTIBADORES TERRESTRES
     Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA                   35
7    HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA.
     ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ?            41
     ¿CÓMO NACE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL DE
8    LOS ESTIBADORES? ENTRE ESTAFAS Y CUESTA ARRIBA   47
     LLEGÓ LA LEY.
9    LLEGÓ LA TRAMPA                                  51
     LA SALUD DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES
10   Y LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’                       55
11   LOS NIÑOS ESTIBADORES EN LOS MERCADOS.
     UN DOCUMENTAL DE ALEJANDRO LEGASPI               59
12   LA AUTOESTIMA, LA GRAN VÍCTIMA
     DE LA ESTIBA TERRESTRE                           63
13   LA ESTIBA TERRESTRE FUERA DE PERÚ.
     ¿CÓMO SE REALIZA EN ESPAÑA?                      67
14   LOS ESTIBADORES TERRESTRES,
     SU VOZ EXISTE                                    71
15   IDENTIKIT DE SERGIO LÓPEZ HERNÁNDEZ
     POR ÉL MISMO                                     75
16   A MODO
     DE COLOFÓN                                       81
B    BIBLIOGRAFÍA
     CONSULTADA                                       85
un saco
puede llegar
a pesar más
 de 140 kg
EN LOS ZAPATOS
  1      DE UN ESTIBADOR


¿Alguna vez ha intentado cargar
un saco de lona repleto de papas,
camotes, ajíes, choclos o frutas,
que pesa en promedio más de
100 kg? Si un día se atreve a
hacerlo, pruébelo con esta difi-
cultad: a oscuras sobre un tablón
de madera movedizo, al que su-
birá y bajará más de una vez,
poniendo así en riesgo su vida.
LUEGO, ABANDONE TODAS SUS TAREAS y convierta esta actividad en su trabajo para vivir y sólo así,
se pondrá en los zapatos de los estibadores terrestres, aquellos valientes personajes que llevan en
sus espaldas el peso del olvido histórico de un país, en el que no son considerados como ciudadanos
con derecho a un trabajo justo.

Los estibadores realizan un trabajo capital para todos nosotros: cada madrugada nos transportan
con la fuerza que les nace en el pecho, las frutas, las verduras y los pescados que llegan frescos a
nuestros hogares para ser transformados en platos que nos llenan de orgullo a nivel mundial.

De lo que no podemos enorgullecernos es que día a día, los estibadores terrestres trabajan en condi-
ciones sacrificadas y no tienen acceso a un seguro social o una pensión digna cuando se jubilan.

Una mañana de un sábado cualquiera llegó a mi casa el amigo, estibador y dirigente histórico de la Fe-
deración de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FETTRAMAP), Sergio López,
para revisar juntos el texto que ahora tienen entre manos, y éste se convirtió en un día entrañable
donde repasamos los momentos más importantes de su inacabable lucha junto a sus compañeros,
en busca de mejores condiciones para los estibadores y transportistas manuales de los mercados
mayoristas a nivel nacional.

                                                                                                  15
[EN LOS ZAPATOS DE UN ESTIBADOR]




La mirada viva de López y el entusiasmo de su verbo atropellado no ocultaban las manos cansadas,
las ojeras saltantes y la espalda ligeramente encorvada de quien trabaja desde los 15 años (López
ahora tiene 59 años), cargando bultos mayores a 100 kg en el Mercado Mayorista del distrito de
la Victoria.

El día anterior a nuestro encuentro, Sergio y un compañero habían vaciado un camión lleno de sacos
de 12 toneladas de zanahorias, a cuerpo pelado y por esa titánica tarea habían recibido cada uno 35
soles (un poco más de 10 dólares americanos).

La relectura de su vida sumada a la proyección de un fragmento del documental “El cargador” del ci-
neasta cusqueño, Luis Figueroa, sobre un trabajador en el mercado central de Cusco causó que López
derramara lágrimas de impotencia y de contrariedad.

Luego, López me dijo: “yo compuse la comisión que formó la federación de estibadores, desde ahí he
trabajado para sacar las normas; a pesar de que existen las leyes, a pesar de que estamos en Lima,
la capital de Perú, que estamos cerca de todas las autoridades, que hemos luchado 30 años y no
se cumple nada, no tenemos ni un beneficio. Como peruano que soy, me avergüenza que no se sigan
cumpliendo las disposiciones legales y que sigamos trabajando acá en la capital en las mismas condi-
ciones deplorables, por eso me pongo a pensar como será en provincias… eso es lo más lamentable…
a mí me duele, lo siento en el corazón…”.




La mirada viva de López y el en-
tusiasmo de su verbo atrope-
llado no ocultaban las manos
cansadas, las ojeras saltantes
Sergio López no es un hombre cualquiera para todos los que se dedican a la lucha sindical en el país:
el primero de mayo de 2007, fue condecorado por el presidente Alan García en el grado de “Gran
Oficial” por su labor sacrificada y por el reconocimiento a su tarea en la defensa de los derechos de
sus compañeros estibadores.

López –nacido el 19 de febrero de 1951 en Hualgayoc, en el departamento de Cajamarca– re-
cuerda con escepticismo ese momento, acaso el que podría haber sido uno de los momentos más
felices de su vida, porque hasta ahora, por ejemplo, las autoridades no hacen nada para acabar
con las mafias de los costureros que rodean los mercados mayoristas y que fabrican costales de
130 a 140 kg, con el fin de favorecer a los vendedores mayoristas, en detrimento de las espaldas
de los estibadores.

16-17
Archivo Palacio de Gobierno




                              EL DIRIGENTE DE LA FETTRAMAP, SERGIO LÓPEZ, RECIBE LA CONDECORACIÓN POR SER UN
                              TRABAJADOR EJEMPLAR EL PRIMERO DE MAYO DE 2007, DE MANOS DEL PRESIDENTE ALAN
                              GARCÍA EN PALACIO DE GOBIERNO.




                              y la espalda ligeramente encor-
                              vada de quien trabaja desde los
                              15 años cargando bultos mayo-
                              res a 100 kg.
                              “A mí me han condecorado el 1° de mayo de 2007, pero ¿qué gano con ese premio? Cuando mi situación no
                              se ha solucionado, sigo teniendo el mismo sufrimiento, el dolor, y el esfuerzo físico que hago todos los días,
                              ayer junto a un compañero cargamos en tres horas, cerca de 12 toneladas de zanahoria”, refirió López.

                              López quien es ya un miembro histórico de la FETTRAMAP nos recuerda que agradecerá toda la vida
                              al dirigente del sindicato de estibadores del Puerto del Callao, Emilio Albornoz, quien les asesoró para
                              formarse como sindicato, aprovechando la experiencia exitosa de cerca de 80 años de los dirigentes
                              sindicales chalacos, similar a la de los panaderos.

                              La indiferencia hacia los estibadores terrestres les duele más que sus cuerpos entregados a una ac-
                              tividad que realizan todos los días, donde no importan los feriados, navidades y años nuevos.
un estibador
carga hasta
 1000 kg en
una carretilla
UN ACERCAMIENTO A LOS ESTIBADORES TERRESTRES
  2       EN LOS MERCADOS DE LIMA


Estibar es un verbo que prima-
riamente significa colocar las
cargas dentro de un barco sin
que éste pierda su equilibrio y
que luego se aplicó al oficio que
desempeña un hombre con la
ayuda de su cuerpo o de una ca-
rretilla para la carga y descarga
de alimentos en los centros de
producción y en los mercados.
UN ESTIBADOR TERRESTRE EN UN MERCADO LIMEÑO tiene en promedio entre 30 y 40 años, llegó
como migrante a la capital y aprendió el oficio al rondar los mercados mayoristas en busca de un trabajo even-
tual –que con el tiempo se hizo permanente– o le fue transferido por un familiar como padre, tío o suegro.

Se calcula que existen en Perú alrededor de 100.000 personas que se dedican a la estiba de productos
de consumo humano como principal actividad económica.

Los productos cosechados en los centros de producción como papa, camotes, granos verdes son
envasados en costales de lona o polipropileno, de 100, 120 y 140 kg.

Luego estos costales son acomodados dentro del camión y finalmente, se dirigirán a su destino: los
mercados mayoristas desde donde son comercializados.

Cada madrugada llegan a Lima centenares de camiones de todas las regiones del país trayendo tubércu-
los, granos verdes y frutas recién sacadas de la tierra, pero también pescados, mariscos, carnes y otros.

Por ejemplo, de acuerdo al estudio de Rolando Arellano sobre el impacto de la gastronomía en el país,
presentado en la Feria Mistura 2009, en el mes de mayo de 2007 ingresaron al Mercado No 1 de

                                                                                                         19
[UN ACERCAMIENTO A LOS ESTIBADORES TERRESTRES EN LOS MERCADOS DE LIMA]




Verduras y al Mercado Mayorista No 2 de Frutas, 146.481 toneladas de productos, mientras que en
el mes de mayo de 2008, ingresaron a ambos mercados 165.580 toneladas de productos.

¿Qué nos revelan estas cifras?, que en un año hubo un crecimiento de más del 10 por ciento en el ingreso
de insumos a los mercados mencionados y que la carga total manipulada por los estibadores terrestres
y transportistas manuales viene creciendo con el paso del tiempo, y que ello no implica la mejora de
las condiciones laborales y el acceso a un sistema de protección social para manejar con mayor dignidad
los productos que llegan a diario a Lima.




No hay humanidad en un trabajo
del que dependen todos los exi-
gentes estómagos peruanos,
acostumbrados a la frescura,
olor y sabor de los productos.
A veces, en una noche, un estibador puede cargar hasta 200 sacos de cebolla que pesan entre 115 y
125 kg, lo que significa que cargue alrededor de 20 TN de peso. Entre jornada y jornada, otros llegan a
recibir entre 0.50 y 0.70 céntimos por cada saco de mayor peso a estibar. Dentro del mercado, pueden
ser propietarios de la carga los productores, los comerciantes mayoristas y los minoristas.

El oficio de la estiba se puede realizar con carretillas o sin ningún instrumento que los ayude en la carga
y la descarga. A diario cada trabajador llega a manipular cargas superiores a su peso, un hecho que con
el tiempo, causa lesiones músculo–esqueléticas irreversibles, cegueras por accidente al manipular los
productos, el frecuente padecimiento de hernias y golpes al subir y bajar por los tablones acumulando
rumas de productos que miden de cuatro a cinco metros.

EL BOOM GASTRONÓMICO Y EL ESTIBADOR
La gastronomía peruana tiene varios componentes para erigirse como potencia mundial: una tradición
que mezcla raíces indígenas, españolas, africanas, italianas, árabes, chinas y japonesas; el empuje de
una legión cada vez más grande de cocineros a nivel nacional liderados por Gastón Acurio; y un país
orgulloso de mostrarle al mundo la variedad de sus productos y la delicia que emerge de sus fogones.

En el libro ‘La Revolución Gastronómica Peruana’ de Mirko y Vera Lauer, editado por la Universi-
dad San Martín, los autores señalan que: “en poco más de un decenio el entusiasmo por comer y
cocinar mejor ha recogido buena parte de la variedad peruana, ha convencido a un amplio público
sobre el interés de su propósito, ha expandido la industria gastronómica más allá de todo propósi-
to y a estas alturas no tiene visos de agotarse. Al contrario, el tema está espléndidamente abierto
al futuro”.

Así, los autores agregan que “el melting–pot, esa olla amalgamadora de culturas, que le falta a la
sociedad en tantos otros aspectos, sí se da en la cocina, a donde confluyen todos los platos e ingre-
dientes para intercambiar sabores y proponer el ideal de San Agustín de una unidad en la variedad”.

Dentro de esta cadena productiva, el estibador terrestre se erige como un personaje fundamental
porque transporta las verduras, frutas y pescados, para que lleguen frescos cada día, a los restau-
rantes y a los hogares peruanos.

Al respecto, el sociólogo y vicepresidente de la Asociación Peruana de Gastronomía (APEGA), Maria-
no Valderrama nos señaló que es: “impresionante recorrer el Mercado Mayorista de La Parada y ver
cómo se concentran ahí los mejores productos de las diversas regiones del país: choclos inmejora-
bles, papas de todas las variedades. Nos enteramos que ingresan 80 toneladas diarias de ají, inclu-
yendo rocotos, ají escabeche, ají limo, panca, mirasol y muchos más”.

“Frente a esta riqueza contrasta la miseria humana. Estibadores, unos de 18, otros de 40 y otros de
más de sesenta años, cargando desde horas tempranas de la madrugada sobre sus hombros bultos de
hasta más de 100 kg de peso, en medio del laberinto que es el mercado. Una de las formas más duras
de ganarse la vida”, concluyó Valderrama.

                                                                                            20-21
un
 mercado
es también
 un reflejo
  social
¿CUÁNDO SURGIÓ
  3      EL PRIMER MERCADO EN LIMA?


El primer hito en la gastronomía
peruana se dio tras la fundación
de Lima, el 18 de enero de 1535,
cuando la Plaza Mayor se con-
virtió en el primer y gran mer-
cado del Virreinato. Así nació
la estiba de los productos y el
estibador como ocupación, tan
antigua como las tres veces co-
ronada ciudad de Lima.
EN EL LIBRO ‘MERCADOS DE LIMA’ de Ernest Middendorf , el autor refiere que el primer mercado
que surgió en Lima de manera espontánea, “estaba situado en la Plaza Mayor, delante de las puertas
de la Catedral. Ahí se comía y libaba en festividades como la Bajada de Reyes”.

Middendorf añade que en el siglo XIX: “el mercado fue trasladado a la plaza de San Francisco, delante
del Convento; más tarde, a la plaza de la Inquisición, y finalmente, en la década del cuarenta, al claus-
tro del antiguo colegio dominico de Santo Tomás; y los puestos y mercaderías ocupaban hasta las
calles adyacentes y obstaculizaban en ellas el tráfico (…) para obedecer a un anhelo sentido por todos
en 1849, durante el primer período de Castilla, el Gobierno resolvió construir un mercado en el cen-
tro de la ciudad y adquirir para este fin, mediante expropiación, una parte del convento de las monjas
de la Inmaculada Concepción (…) este convento era uno de los más ricos de la ciudad y ocupaba dos
manzanas enteras”.

Así, el mercado Central de Lima se construyó en uno de los terrenos que se le expropiaron a las mon-
jas del Monasterio de la Inmaculada Concepción entre las calles Paz Soldán, Presa, Puno y Capón; un
terreno que fue comprado, según el estudioso limeño Manuel Atanasio Fuentes, en 1573, por doña
Inés Muñoz de Rivera.


                                                                                                     23
Archivo Biblioteca de la Municipalidad de Lima
EL MERCADO CENTRAL DE LIMA FUE CONSTRUIDO A MEDIADOS DEL SIGLO XIX Y ESTABA UBICA-
DO EN EL ÁREA QUE POSTERIORMENTE SE CONVIRTIÓ EN EL BARRIO CHINO LIMEÑO.



El plan original del gobierno del presidente Ramón Castilla (presidente en 1844, en el período de
1845-1851 y entre 1855 y 1862) para construir el Mercado Central era hacer un gran edificio y
gastar un presupuesto de 500 mil soles de la época.

Pero este hecho nunca se llegó a concretar porque el sucesor de Castilla, el también presidente,
General José Rufino Echenique (1851-1855), malgastó el dinero y se construyó –según el autor de
‘Mercados de Lima’– “carente de prestancia arquitectónica” con un presupuesto de 250 mil soles de
la época, cifra que constituyó la mitad de su presupuesto original.

El Mercado Central o de la Concepción se mandó a construir por decreto del 19 de diciembre de
1846, y de acuerdo al historiador Jorge Basadre, “es la primera gran obra de progreso urbano en
Lima de la época republicana” y en ese entonces fue hasta más espacioso y superior que algunos
mercados en Nueva York.

Los inmigrantes chinos en Lima empezaron a vivir en los alrededores del mercado y lo transformaron
desde inicios de 1900 en un espacio comercial y de residencia para sus hijos y los hijos de sus hijos,
quienes lo transformaron en el futuro “barrio chino”, como relata el antropólogo Humberto Rodríguez
Pastor en su libro ‘Hijos del Celeste Imperio en el Perú’. A inicios de 1940, el crecimiento del Mercado
Mayorista ubicado en la calle Capón hizo ver a las autoridades que debía ser trasladado a una zona
alejada del centro histórico de Lima para evitar la polución y que se convirtiera en un foco infeccioso
de enfermedades y así se decidió llevarlo al barrio de Manzanilla hasta que finalmente fue ubicado en
la naciente avenida Aviación, en el distrito de La Victoria.

24-25
[¿CUÁNDO SURGIÓ EL PRIMER MERCADO EN LIMA?]




De acuerdo al libro ‘Historia de la Federación de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del
Perú (FETTRAMAP)’, en las primeras cuadras de Aviación “se centralizaban los vehículos de transporte
de productos agrícolas que venían del interior y también muchas personas acudían para realizar sus
compras. Los visitantes bautizaron al lugar como ‘La Parada’ y con ese nombre lo conocemos hasta hoy”.

El 26 de junio de 1945, el nuevo mercado mayorista o Mercado Mayorista No 1, también conocido en
esa época como “El Único Gran Mercado”, fue inaugurado por el presidente Manuel Prado Ugarteche
(1939-1945) y el alcalde Luis Gallo Porras.

Tiempo después, tras la remodelación y reorganización ordenada por el gobierno del General Juan Ve-
lasco Alvarado (1968-1975) en 1971, se inauguró el Mercado Mayorista No 2 de Frutas que funciona
desde entonces en la avenida Nicolás Arriola, en La Victoria. En tanto, el conocido Mercado de Pescados
fue fundado hace 36 años por la Asociación de Transportistas Manuales en el Terminal Pesquero de
Villa María del Triunfo, que trabaja las 24 horas del día.

EL ESTIBADOR, UNO DE LOS PILARES DE LA GASTRONOMÍA PERUANA
El trabajo de los estibadores en los mercados mayoristas de Lima garantiza que el ceviche que come-
mos en la capital, sea el más fresco posible, así otros platillos como los sudados o el concentrado de
cangrejos. A nivel mundial, Perú es uno de los países con mayor potencial de transformar su gastro-
nomía en una de las actividades que más ayudarán a nuestra economía en el futuro.

¿En dónde reside la importancia de los mercados mayoristas? La importancia de los mercados mayo-
ristas de Lima es capital, de acuerdo al estudio del sociólogo Rolando Arellano a pedido de la Asocia-
ción Peruana de Gastronomía (APEGA) y que fue difundido en la Feria Mistura de 2009:

+	 Los mercados mayoristas y terminales representan la comunión entre las diferentes regiones del
   país y cada peruano. De su desarrollo depende la calidad de los alimentos en el hogar y restaurantes.

+	 Es el lugar de acopio de los productos agropecuarios y de la industria alimentaria peruana.

+	 Es el principal centro de abastecimiento para los restaurantes y establecimientos de comida del país.

+	 Garantiza el acceso a alimentos frescos del día en las cantidades necesarias.

Según el estudio de Arellano, la gastronomía peruana produce una cadena de valor que asciende a
más de 40 mil millones de soles, lo que constituyó el 11.2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI)
de 2009, y cerca del doble de la producción minera de 2008.

Uno de los platos bandera de la gastronomía, el ceviche, se prepara con pescado fresco, limón, cebolla,
camote y lechuga.

Ninguno de estos productos llegaría a nuestra mesa ni a los restaurantes limeños si no mediara el
esfuerzo de estos hombres y de algunas mujeres, que los clasifican y descargan de los camiones de
todas las regiones del país que llegan cada día a Lima.
estibar
 no significa
ser animales
  de carga
¿CÓMO SURGIÓ EL OFICIO
  4      DE ESTIBADOR TERRESTRE?


El actual oficio de estibador sur-
gió a mediados de los años 20,
cuando decenas de migrantes
que frecuentaban los centros de
abasto en busca de un trabajo
eventual para poder vivir, encon-
traron en la carga y descarga de
productos, un alivio para sus pe-
nurias económicas. Y como todo
comienzo, no fue color de rosa.
EN 1945, EN EL MERCADO MAYORISTA No 1, los primeros estibadores eran hombres que compe-
tían físicamente por conseguir un camión que estibar (descargar).

El dirigente histórico de la FETTRAMAP, Sergio López, nos cuenta que “la estiba era manejada inicial-
mente por la fuerza, el que era más fuerte tenía más chamba y al débil lo que sobraba, por eso veían
antes como cualquier cosa al trabajador”.

“Por las referencias que tengo, se peleaban entre 45, 50 ó 60 personas para agarrar el carro, quien
agarraba el carro lograba agarrar el turno de estiba y sólo ganaban los que eran más fuertes. En esa
época, los estibadores eran llamados por los apelativos que sonaban para ese tiempo como Tatán, la
Boa, Lagarto, Tarzán, el Caracha”, agregó.

Los nombres aludían a la fuerza física del estibador, hecho que da luces de cómo era la vida dentro
del mercado, donde imperaba la ley del más fuerte; una situación similar a la que se vivió en Nueva
York a fines del siglo XIX y que fue magistralmente registrada en la película ‘Gangs of New York’ de
Martin Scorsese.




                                                                                                 27
[¿CÓMO SURGIÓ EL OFICIO DE ESTIBADOR TERRESTRE?]




EL ESTIBADOR TERRESTRE TRABAJA DENTRO DEL MERCADO MAYORISTA EN CONDICIONES INSE-
GURAS Y QUE CAUSAN DOLENCIAS Y ENFERMEDADES COMO HERNIAS, REUMATISMO Y MALES
A LA ESPALDA.



Los estibadores en los mercados de Lima también se organizaban por el lugar de origen y por paren-
tesco y según recuerda Sergio López, “la necesidad obligaba a organizarse porque el mercado era
tierra de nadie, todo el mundo hacía lo que se venía en gana, cundía la delincuencia, era un caos, no
teníamos seguridad, los servicios higiénicos eran terribles, los pasajes eran de tierra, los productos
que consume el pueblo se llenaban de barro y era una lucha tremenda para conseguir el trabajo”.

Desde entonces, los compradores mayoristas aprovechan ese desorden y la falta de solidaridad entre
ellos, para realizar pagos mínimos a los estibadores, a quienes consideran como instrumentos de
carga y que no son merecedores a ningún derecho laboral.

Sergio López agrega que “nunca tuvimos esa solidaridad, el estibador era visto como cualquier cosa,
los comerciantes utilizaban palabras soeces, tenían una conducta menospreciable hacia nosotros,
que no merecen las personas. Nunca tuvimos un apoyo de la administración, ni de alguna autoridad,
nunca, el estibador o el transportista manual era visto como cualquier cosa, menos como persona”.




28-29
“El que era más fuerte tenía más
chamba y al débil lo que sobra-
ba, por eso veían antes como
cualquier cosa al trabajador”.
LOS ESTIBADORES TERRESTRES NO TIENEN SEGURO SOCIAL NI PUEDEN ACCEDER A UNA
JUBILACIÓN TRANQUILA. ES POR ELLO, QUE MUCHOS SE VEN FORZADOS A TRABAJAR
HASTA PASADOS LOS 70 AÑOS DE EDAD.
el abuso
                                     es mayor
                                     aún en las
                                      regiones
Asociación Gregorio Condori Mamani
UN HOMBRE LLAMADO
  5      GREGORIO CONDORI MAMANI


Cuando a finales de los sesenta,
los antropólogos Ricardo Valde-
rrama y Carmen Escalante cono-
cieron a Gregorio Condori Ma-
mani, él era estibador a tiempo
completo en el mercado mayoris-
ta de Cusco, y formaba parte del
ejército de “cargadores de soga”
(waskha q’ipiq) que empeñaban
sus espaldas por unas monedas.
FUE LA PRIMERA VEZ QUE LAS CIENCIAS SOCIALES se ocuparon de este oficio que es un elemento
clave en el movimiento económico alimentario desde la época prehispánica y tras el fructífero encuen-
tro, Valderrama y Escalante publicaron un libro con su testimonio de vida y el de su esposa Asunta en
1977, bajo el título “Gregorio Condori Mamani. Autobiografía”.

Al respecto, el antropólogo Tom Zuidema señala que Gregorio Condori Mamani nunca perdió su pun-
to de vista andino de la vida de Cusco cuando explicaba que su “espalda tenía suerte porque estaba
curada a su marka (su deidad protectora personal), arguyendo que son las espaldas de los carguyoq,
o de los varayoq, en los pueblos, que ya desde tiempo inmemorial permiten que la vida y la sociedad
sigan”. Esta idea se ve expresada también en el arte maya prehispánico de México.

Condori Mamani formó también parte del documental “El Cargador”, realizado por Luis Figueroa, mos-
trando por vez primera en el cine la dura realidad de los estibadores terrestres en Cusco, lugar donde
era común que fallecieran porque su cuerpo no soportaba que cargaran tanto peso encima, razón por
la cual la esperanza de vida era muy baja y apenas llegaba a los 45 años.




                                                                                                  31
[UN HOMBRE LLAMADO GREGORIO CONDORI MAMANI]




En este documental –ganador del premio del festival alemán Oberhausen en 1974–, Condori señala
que:

(...) todos los días a las cinco de la mañana empezamos a cargar, algunos de tanto esfuerzo se les
revientan los pulmones y vomitando sangre mueren. Es así como nosotros el peso del sufrimiento
cargamos. A veces ganamos algo, otras veces nada, no tenemos ni para el sustento, los 10 ó 20
soles no alcanzan, la comida también vale pues. Podemos de nuestra ropa, los harapos remendar,
pero el hambre que nos persigue no se puede remendar.

Para no ver esta vida de cargador, yo, como viejo, quisiera que todos los cargadores que vivimos
aquí en Cusco, viejos y jóvenes, nos juntásemos en un sindicato.

Los cargadores suelen morir en las calles. Así los encuentran y se los llevan a la morgue, si nadie
reclama por ellos, al zanjón los botan, sin hábito, sin cajón, así con su propia ropa y un poco de
tierrita, como perros los arrojan (...)

En ‘Gregorio Condori Mamani. Autobiografía’ de Ri-
cardo Valderrama y Carmen Escalante, este hom-
bre universal de los Andes –cuyo testimonio se ha
traducido a más de diez idiomas– agrega:

“También hay otros cargadores que son paisanos




                                                                                                           Asociación Gregorio Condori Mamani
de las alturas, ellos vienen al Cusco sólo ciertos
meses al año, después de la cosecha, entre julio
y agosto.

También en los meses de enero, febrero, o marzo
después de la siembra o del primer lampeo de los
cultivos, la paisanada llena las calles del Cusco…
Ellos vienen porque en su comunidad no pueden ga-
nar dinero; son pobres, trabajan la tierra sólo para
ellos, y como no se pueden comprar si no es con
dinero ciertas cosas que faltan en la casa, como sal, azúcar, ají, herramientas para el trabajo, vienen
en busca de trabajo. Y como tampoco aquí en la ciudad hay trabajo seguro, si no es la carga, se hacen
cargadores para reunir dinero que les falta para las compras.”

“Cuando muere un cargador que no tiene a nadie en algún rincón de alguna calle o casa, alguien que le
ve da parte a la Comisaría. Van los guardias para hacerlo llevar a la morgue. Si tiene familiares, ellos
reclaman y lo hacen enterrar. Pero cuando no hay ningún reclamante, esa alma está tirada sobre una
piedra fría, dos o tres días, en la morgue. De ahí la llevan para botarla a la fosa común, la tapan con
poquita tierra, con su misma ropa, no hay hábito, ni cajón; la botan como a perro callejero. En la fosa
común están, ya niños, ya mujeres, ya viejos, amontonados como leña, unos encima de otros. Aquí es
donde lo botan al cargador y a otros que no tienen familiares”.
Asociación Gregorio Condori Mamani




                                     “Para no ver esta vida de car-
                                     gador, yo, como viejo, quisiera
                                     que todos los cargadores que
                                     vivimos aquí en Cusco, viejos
                                     y jóvenes, nos juntásemos en
                                     un sindicato.”
                                     LOS ESTIBADORES TERRESTRES EN CUSCO SON CONOCIDOS COMO LOS “CARGADORES DE LA
                                     SOGA”. FUERA DE LIMA, LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES
                                     EMPEORAN.

                                     No existen apenas datos posteriores, pero se cree que Gregorio Condori Mamani pudo fallecer en
                                     1979, atropellado por un auto.

                                     En honor a Gregorio Condori Mamani existe, desde 1987, una asociación en ese departamento con
                                     su nombre, con el fin de “buscar una vida digna para los cargadores de soga del Cusco” y que se ha
                                     concretado en el proyecto llamado Casa del Cargador, que dirige Octavio Surco en la también capital
                                     arqueológica de América.


                                                                                                                               32-33
la jornada
de trabajo no
tiene límites
ESTIBADORES TERRESTRES
  6      Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA


Una hormiga puede cargar 50 ve-
ces su peso, pero un hombre no
puede a pesar de tener más masa
pero menor formación muscular.
Así, cada día los estibadores pe-
ruanos rompen todos los récords
cargando productos en los mer-
cados mayoristas para que to-
dos podamos gozar de verduras,
frutas y pescados frescos.
DE ACUERDO A SERGIO LÓPEZ, “al momento de trabajar el cuerpo genera tanta adrenalina que no
se siente dolor alguno pero al momento de dormir nos viene todo el dolor de una, parece que nos
hubieran molido a palos, se siente el dolor en todas las extremidades, el cuerpo está molido, no se
puede dormir: es un dolor que no se puede soportar. Normalmente no nos podemos sentar, siempre
nos sentamos de costadito”.

Aquí, algunas cifras y hechos que duelen en el alma:

+	 Las jornadas de trabajo varían según el producto pero suelen durar unas 14 horas, periodo que
   alterna tiempos de estiba con tiempos de descanso, mientras se espera el camión que se va a
   descargar. Los estibadores terrestres y transportistas manuales se organizan por giros, es decir,
   por producto. Cada trabajador está especializado en un producto. Así existen los giros de fruta,
   tubérculos, granos verdes, limón, cebolla, rocoto… Según el producto, el trabajo se realiza con ca-
   rretillas, triciclos o con la fuerza física.

+	 En cada carreta se pueden llevar entre 30 y 40 cajas de manzana con un peso promedio de 20 kg;
   es decir, que llega a transportar casi 1000 kg en sus espaldas por cada carreta que moviliza.


                                                                                                  35
[ESTIBADORES TERRESTRES Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA]




+	 En días de cosechas especiales, un estibador puede descargar en 3 horas de trabajo un promedio
   de cinco toneladas de habas, pallar o arvejas, sin usar guantes ni cinturones especiales para las
   hernias y el buen funcionamiento de la columna vertebral. Cada estibador de estos productos
   transporta por jornada entre 15 y 30 toneladas.

+	 Los estibadores de tubérculos son los que tienen la tarea más dura, porque los costales no bajan	
   de 130 a140 kg. Al final de un día, los estibadores de tubérculos (papas, camotes) pueden descar-
   gar hasta 25 toneladas del producto. Este esfuerzo trae como resultado que los estibadores se
   sientan derrumbados física y mentalmente.

+	 Por cada saco que carga un estibador terrestre en Lima recibe en promedio de 0.50 a 0.70 cénti-
   mos de sol. Fuera de la capital la realidad es más dramática. Por ejemplo, en Cusco, reciben 0.20
   a 0.50 céntimos de sol por cada saco que cargan los estibadores terrestres.

+	 En un promedio de cuatro a cinco horas, nueve “clasificadores” pueden clasificar entre 18 y 20 to-
   neladas de productos a granel como, por ejemplo, el choclo. Son comunes las lesiones a los ojos pro-
   ducidas por el “boleo” del choclo o la cebolla (la manipulación y descarga que sirve para clasificarlos)
   entre los estibadores que no calculan sus lanzamientos apurados por los comerciantes mayoristas.

+	 En una noche cualquiera, dos estibadores (un boleador –la persona encargada de pasar los pro-
   ductos que se encuentran dentro del camión– y un estibador) cargaron 100 sacos de zanahoria
   con un peso promedio de 120 kg, es decir, levantaron entre los dos 12.000 kg y han ganado entre
   ambos 60 soles.

+	 “Cabecear” un camión significa trepar encima de la carga y empezar a botar los productos hacia
   fuera del mismo, para que el “apuntador” pese el saco, lo marque y quede listo para que el esti-
   bador lo lleve hacia el comerciante mayorista, y luego al comerciante minorista, a través de quien
   llegará a los hogares de Lima.

+	 Son comunes las caídas de los estibadores que caminan por los tablones que unen el suelo con la
   parte trasera del camión de carga. Los tablones son de por sí fuentes de peligro, son muy angos-
   tos, no tienen antideslizante y tienen mucho pandeo, lo que origina vibración e inestabilidad.

+	 Existe un alto riesgo de accidente por caída de diferente nivel debido al poco ancho e inestabilidad
   de la tabla, a la vibración que esta produce al momento de subir, a las condiciones del clima que la
   hacen resbaladiza y a la pendiente. La altura de caída puede alcanzar cinco metros y el peso de la
   carga puede caer encima del estibador, causándole graves estragos en la salud.

+	 La jubilación de un estibador debería concretarse a los 60 años pero se resisten a hacerlo porque
   sólo recibirán un óbolo voluntario de todos los miembros de su sindicato.

+	 El estibador terrestre no usa fajín, guantes o casco durante su labor, por lo que es frecuente que
   sufra accidentes en la cabeza y en la cara si le caen los productos por un descuido. El 95 por ciento
   de los estibadores tiene problemas severos en la columna vertebral, hernias y dolores persisten-
   tes en las articulaciones de las manos y piernas.

36-37
Los estibadores realizan un
trabajo que a su vez les exige,
fuerza física y dotes acrobá-
ticas para no ser víctimas de
accidentes.
el trabajo
                                                  nocturno
                                                  desgasta
                                                   nuestra
                                                    salud




EL TRABAJO DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES SE REALIZA LAS 24 HORAS
DEL DÍA Y MUCHAS VECES SIN CONTAR CON LUZ ELÉCTRICA QUE LOS ILUMINE
AL MOMENTO DE REALIZAR LA ESTIBA DE LOS CAMIONES.
[ESTIBADORES TERRESTRES Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA]




Los trabajadores no reciben for-
mación, capacitación y adiestra-
miento para realizar su trabajo
en forma correcta. Las activida-
des preventivas que deben tomar
los estibadores no se encuen-
tran documentadas y accesibles
a ellos en los mercados.
+	 Cada día llegan a los mercados de Lima 100 toneladas de ají (panca, escabeche, rocoto) que son
   descargadas en menos de cinco horas por los estibadores terrestres, lo que permite preparar el
   ceviche, la papa a la huancaína, el ají de gallina, la causa peruana, el rocoto relleno, entre otros.

+	 El trabajo se realiza, por lo general, a partir de las 3 de la tarde hasta horas de la madrugada. En
   el mercado pesquero, el trabajo se inicia desde las 4 ó 5 de la madrugada, hasta el mediodía. En
   invierno, en horas nocturnas se llegan a tener temperaturas de 10°C; y en verano, en horas de la
   tarde se llega a 30°C.

+	 El trabajo se realiza a la intemperie y la sudoración es notoria en todos los casos. Si por algún
   motivo se interrumpe el ritmo normal del trabajo, el cuerpo caliente es vulnerable a los rápidos
   cambios de temperatura, que en muchos casos pueden producir enfermedades.

+	 No se garantiza la visibilidad en la zona de “cabeceo”. Esta zona generalmente permanece oscura.
   En los pasajes por donde transitan los estibadores hay numerosos huecos, lo que muchas veces es
   causa de que sufran de lesiones en los pies. La iluminación nocturna en los mercados es deficiente,
   hay zonas de fuerte deslumbramiento y zonas de poca visibilidad.

+	 En algunos momentos, cuando se colocan sacos en altura, se llega a tener contacto con los focos
   calientes de 200 a 400 watts, así como cables pelados que abundan en los mercados mayoristas
   y eso causa que los trabajadores se electrocuten.

+	 La severidad de los accidentes que sufren los estibadores genera gran cantidad de días de incapa-
   cidad, en los que no reciben jornales, porque no tienen ningún beneficio social que les asista.

                                                                                                38-39
el
sindicalismo
nos ayuda a
organizarnos
   mejor
HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA.
  7      ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ?


La formación de la clase obrera
se empieza a gestar en el país
–de acuerdo a Peter Klaren en
‘Nación y sociedad en la histo-
ria del Perú’– desde la década
de 1870, cuando los poblado-
res de Lima entraban a traba-
jar a fábricas, molinos, tiendas
y construcciones y al puerto
del Callao.
DESDE LA DÉCADA DE 1890 empezó la urbanización de Lima, capital peruana, en la que en ese en-
tonces vivían 114.788 habitantes, cifra que ascendería en 1908 a 172,927 habitantes; en 1920 a
223,807 habitantes y en 1930 a 376,097 habitantes.

El Puerto del Callao tenía 35 mil habitantes en 1908.

De acuerdo a Klaren, la clase obrera de Lima y Callao era “más dinámica” que la de provincias porque
tenían acceso a periodistas, intelectuales y políticos que podían sumarse a sus causas y apoyarlos a
través de protestas y medios de comunicación escritos. Como ejemplo, tenemos este aviso publicado
en el diario El Comercio reproducido en el libro de Carlos Contreras y Marcos Cueto llamado ‘Historia
del Perú Contemporáneo’ que va a continuación:

“Con el exiguo jornal que en la actualidad percibimos, cuando lo hay, no nos es suficiente siquiera
para llenar las desesperantes necesidades de nuestra familia, por lo tanto pedimos en justicia (…)
que el jornal diario que perciba el jornalero, esto es el trabajo de carga y descarga, embarques,
desembarques, será de 3 soles diarios, plata peruana, lo mínimo, (…) por cada hora extra (…) se
pagará ochenta centavos (…) También pedimos que se extinga el abuso de esas casas llamadas de
trato, que con el nombre de contratistas proporcionan tanto para los buques de vela o de vapor,

                                                                                                 41
[HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA. ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ?]




El 10 de abril de 1911 se reali-
zó, por primera vez en la historia
del país, una huelga general en
la que destacó la impresionan-
te solidaridad de la clase obrera
que determinó la cancelación del
trabajo nocturno al que estaban
obligados los obreros de Vitarte.
gente por menos precio que el especificado en nuestro pedido y reglamento (…) Hacemos presente
que si pedimos salario, médico y botica para todo aquel jornalero que se malogre en el uso de sus
funciones, es basado en nuestra conservación y riesgos personales y no exponernos a perder la
existencia miserablemente”.
                                                            – La clase obrera, 1 de mayo de 1904
                                          (Publicado en el diario El Comercio, 4 de mayo de 1904)

Pero, según los autores de ‘Historia del Perú Contemporáneo’ Marcos Cueto y Carlos Contreras,
el crecimiento urbano tenía fisuras: según el censo de 1908, el 58.5 por ciento de los pobladores
de Lima no habían nacido en Lima (lo que marca el inicio de la corriente de migrantes a la capital
a lo largo del siglo y el 10 por ciento de la población había nacido en el extranjero, en su mayoría
provenientes de Italia).

De 1876 a 1920, los obreros subieron de 24 mil a 44 mil; mientras que en el puerto chalaco cre-
cieron entre 1905 y 1920, de 4000 a 8400.

Desde esa época los trabajadores de la Federación de Obreros Panaderos ‘La Estrella del Perú’, las
organizaciones que unían a los obreros textiles de Vitarte y a los trabajadores portuarios del Ca-
llao, lucharon activamente por mejores sueldos, horarios de trabajo y acceso a servicios de salud.

Estos reclamos y la búsqueda de soluciones datan desde la década de 1850, cuando se vivía la era
del guano y los trabajadores se unían a través de mutuales: “sociedades en las que pagando una
LA ORGANIZACIÓN DE
                                                                                LOS OBREROS EN PERÚ
                                                                                SE INICIO A FINES DEL
                                                                                SIGLO XIX.




                                                                                Concurso Fotográfico “En la Veta
                                                                                de la Historia” (1990), organiza-
                                                                                do por la Federación Minera con
                                                                                el auspicio de ADEC-ATC y TAFOS.




cuota determinada ayudaban a los socios enfermos, incapacitados o que fallecían brindándoles
ayuda financiera para cubrir los costos mortuorios”. Este tipo de obreros optaban por una política
de conciliación con el gobierno antes que confrontarlo con medidas de fuerza.

De acuerdo a Peter Klaren, frente a los “mutualistas” emergieron los “anarco-sindicalistas” liderados
por Manuel Gonzáles Prada y quien de acuerdo al autor era “aquel rebelde inveterado y defensor de
los oprimidos indios y las masas trabajadoras andinas”.

El anarquismo que lideraba Gonzáles Prada prometía a los obreros que trabajaban –respectivamen-
te– 13 horas y media en Vitarte y 15 horas en San Jacinto, un medio para mejorar los bajos salarios,
el desempleo y las terribles condiciones de vida.

La primera gran huelga –según refiere el autor de ‘Nación y Sociedad en la Historia del Perú’– que or-
ganizaron los anarco-sindicalistas fue en 1904, convocada por los trabajadores portuarios del Callao
y se cobró un muerto, quien se convirtió en el primer mártir del movimiento.

Este fallecimiento se rememoró el año siguiente en la celebración por el Día del Trabajo y que tuvo a Gon-
záles Prada como la figura protagonista, uniendo de este modo a “mutualistas” y “anarcosindicalistas”.

De acuerdo a los historiadores Klaren, Marcos Cueto y Carlos Contreras, el gobierno temía a las huel-
gas de los estibadores del Callao y de los trabajadores de ferrocarriles porque detenían el flujo de los
productos que se iban a vender fuera del país.


                                                                                                     42-43
Archivo Biblioteca de la Municipalidad de Lima
[HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA. ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ?]




En el libro –que se ha convertido en un clásico para las ciencias sociales, la historia y la ciencia políti-
ca en el país– ‘Clases, Estado y Nación en el Perú’ de Julio Cotler, el autor señala que “el 10 de abril
de 1911 se realizó, por primera vez en la historia del país, una huelga general en la que destacó la
impresionante solidaridad de la clase obrera que determinó la cancelación del trabajo nocturno al que
estaban obligados los obreros de Vitarte.

El mismo año y después de dos de graves explosiones en los centros mineros de la sierra central, que
costaron la vida a cerca de 100 trabajadores, el gobierno exigió al Congreso la aprobación de la ley de
accidentes de trabajo que, siete años atrás, (José Matías) Manzanilla había propuesto infructuosa-
mente. La presión fue tan grande que el Congreso se vio obligado a aprobarla, iniciándose en América
Latina este tipo de legislación”.

Tras la huelga general y en el mismo 1911, se promulga una ley de riesgo profesional –que fue la
primera de su tipo en Latinoamérica y la segunda en todo el hemisferio después de Canadá– que
intentó mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y disminuir, aunque sin éxito, las ocho
horas de trabajo.

En 1913, el entonces presidente Guillermo Billinghurst (1912-1914) logró que el Congreso modifica-
ra la ley de accidentes laborales a favor de los trabajadores, lo que le hizo merecedor, según el texto
de Cotler, del título de “Primer Obrero del Perú”.

El período bautizado como la República Aristocrática por el historiador Jorge Basadre y que duró
de 1899 a 1919, donde gobernaron los miembros del Partido Civil, que coincidentemente tenían el
mayor poder económico, se terminó de resquebrajar a partir de la promulgación de la ley firmada el
25 de noviembre de 1918, que buscaba que las mujeres y niños que trabajaban tuvieran condiciones
decentes de trabajo. Esa norma ordenó que las mujeres y los niños de catorce a dieciocho años de
edad trabajasen ocho horas diarias.

Paradójicamente, la ley exacerbó los ánimos entre los trabajadores hombres de los gremios textiles
y panaderos que se fueron a la huelga, medida que se hizo general el 12 de enero siguiente cuando
todos los trabajadores de Lima paralizaron el movimiento económico en el puerto, los mercados y las
fábricas, según explicó Klaren en su citada obra.

Presionado por la fuerza de los trabajadores y con el miedo por las consecuencias locales de la hu-
meante Revolución Rusa de 1917, el entonces presidente José Pardo (1904-1908 y 1915-1919)
ordenó la jornada de ocho horas aunque sin variar los salarios existentes.

Así, el movimiento obrero peruano obtuvo su mayoría de edad.




                                                                                                    44-45
se deben
 controlar
los pesos
excesivos
¿CÓMO NACE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL DE
  8      LOS ESTIBADORES? ENTRE ESTAFAS Y CUESTA ARRIBA


En 1964 se formó en La Victoria el
primer Sindicato de Estibadores
y Envasadores del Mercado Ma-
yorista Nº 1. Entre 1968 y 1970, se
renovó la estructura del mercado
dando inicio al Mercado Mayorista
Nº 2 . Con el tiempo vendrían más
sindicatos. Pero el camino hacia
la organización sindical de los es-
tibadores ha sido siempre difícil.
A PARTIR DEL 26 DE JULIO DE 1971, se forman los comités de giros de estibadores por productos
en cada sección y, posteriormente, en 1972 se forma el Sindicato Único de Estibadores, que reunía
a los cargadores de cebollas, hortalizas, granos verdes, limones, tomates y choclos, además del
Sindicato de Estibadores del Mercado Mayorista No 2 de Lima (de frutas).

Sergio López relata que en la primera ocasión que buscaron organizarse para pedir mejoras labora-
les, el Secretario General Anastasio Narváez presentó como parte de su plan de trabajo una tarifa
nueva para los estibadores a todos los transportistas: “hubo reclamos de los transportistas de
todas partes, sobre todo de los de Arequipa, quienes se cerraban totalmente”.

Relata López que de un día para otro, apareció en el sindicato un señor de apellido Castañeda, quien
le dice que era empleado del Ministerio de Trabajo y que podría sacar su tarifa a través de una Re-
solución Suprema, prometida a partir del año 1979. Los representantes del Sindicato de Trabaja-
dores de Arequipa acuden a averiguar al Ministerio de Trabajo y se encuentran “con que la famosa
resolución era falsa y estaba firmada por un falso trabajador del Ministerio de Trabajo. A este señor
Castañeda le pagamos por sus servicios porque nos aseguró que iba a sacar la tarifa, no recuerdo
el precio pero suponía un aumento en nuestros servicios que este señor prometió obtener, pero nos
estafó de la peor manera, agarró un papel sello sexto, lo firmó y lo entregó al Secretario General
Anastasio Narváez”.
                                                                                                 47
Archivo FETTRAMAP




                    EL HISTÓRICO DIRIGENTE SINDICAL DE ESTIBADORES DEL PUERTO DEL CALLAO, EMILIO ALBOR-
                    NOZ, EN UN CONGRESO DE LA FETTRAMAP, ACOMPAÑADO DE OTROS DIRIGENTES.


                    Luego, los arequipeños denunciaron a los estibadores terrestres por estafa y Narváez estuvo preso
                    por 30 días en Seguridad del Estado, en días del gobierno militar que dirigía el general Francisco
                    Morales Bermúdez (1975-1980).

                    “Los comerciantes mayoristas y los transportistas se burlaban de nosotros, imagínese, encima de
                    todo, engañados. ¿Por qué pasamos estas dificultades? La familia lloraba y me buscaba preguntán-
                    dome cuándo va a salir Anastasio de la cárcel, una pena, fue bien fuerte. El Estado peruano nos veía
                    como mentirosos, fue una vergüenza. Era muy joven pero sentí que algo se tenía que hacer. Con este
                    golpe, empezamos a adquirir experiencia y a no cesar en el intento de sacar adelante un sindicato
                    unido de los estibadores”, expresó López.

                    Estafados sí, pero jamás vencidos, López se juró a sí mismo sacar adelante el sindicato de estibado-
                    res terrestres y cambiar radicalmente la historia.

                    Enviado por la providencia, en 1980, apareció Emilio Albornoz Alcívar, el célebre Secretario de De-
                    fensa del Sindicato de Estibadores del Cabotaje Mayor del Callao, quien se convierte en el asesor
                    principal de los estibadores terrestres para la formación de la FETTRAMAP.

                    Albornoz “nos dio la luz y se convirtió en nuestro asesor desde la semilla”, recuerda López; al tiempo
                    que señala que se formó una comisión organizadora de la FETTRAMAP que tuvo como Presidente
[CÓMO NACE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL DE LOS ESTIBADORES? ENTRE ESTAFAS Y CUESTA ARRIBA]




a Víctor Tadeo Escalante; Secretario de Actas a Sergio López Hernández; como Coordinadores a
Anastasio Narváez Reyes, Ernesto Rodríguez Reyes y Ciro Bellido Pardo.

Con el apoyo de Emilio Albornoz Alcívar, en los siguientes años, los dirigentes de los estibadores
terrestres se esforzaron para dar a luz a la FETTRAMAP el 25 de julio de 1982.

La tarea que les esperaba era titánica: como FETTRAMAP tenían que pelear por ser reconocidos en
el país, y particularmente ante el Congreso, para poder impulsar una ley que mejorase sus condicio-
nes de trabajo y que reconociera como un oficio la estiba y desestiba terrestre.

En 1985, se aprobó un proyecto de ley a favor de los estibadores gracias a la intervención y ayuda
del congresista Roger Cáceres Velásquez pero fue observado por el entonces presidente, Fernando
Belaúnde Terry (1980-1985) y volvió de regreso al Congreso.

Al respecto, el Secretario General de FETTRAMAP, Guillermo Onofre señaló: “cuando se observó y
devolvió el Proyecto de Ley me sentí impotente. Sin embargo no decaímos y con un grupo de dirigen-
tes emprendimos nuevamente la lucha con un nuevo Proyecto de Ley modificado”.

Gracias a los miembros de FETTRAMAP Sergio López, Víctor Tadeo Escalante y Ciro Bellido, se
consiguió que el Ministerio de Trabajo ordene la realización de un estudio laboral donde se definió a
nivel institucional cuál es la labor de un estibador terrestre, carretillero y triciclero:

“Son trabajadores independientes, agrupados en sindicatos, que laboran en los mercados mayoris-
tas de comercialización de productos agrícolas y productos de mar. Realizan el servicio de carga y
descarga de los productos de los camiones hacia los puestos de ventas y depósitos”.

Así en el año 1987, el Perú oficial los reconocía como parte del engranaje laboral en los mercados
mayoristas, al tiempo, que se encaminaban firmemente a la tan ansiada promulgación de una ley
que les mejore sus condiciones laborales.

Meses después, a pedido del Ministerio de Trabajo, el Hospital 2 de Mayo dirigido por el médico
Dante Añaños Castillo, realizó un examen en la columna lumbar y el corazón de 100 estibadores que
fueron seleccionados al azar. El estudio concluyó señalando que:

“El peso estibado supera con creces de 8 a 10 veces más del máximo permisible para lo largo de la
jornada. Que las condiciones de trabajo no son ergonómicas, tomando en cuenta que los estudios
hechos sobre la columna vertebral y asentando que el trabajo causa indefectiblemente un daño
severo a la estructura ósea y cartilaginosa de la columna”.

En ese entonces, el 95% de los estibadores estudiados presentó un serio daño causado por el peso
en la espalda, con problemas como “espondiloartrosis” avanzada lumbar y cervical, escoliosis lum-
bar de concavidad derecha con mayor frecuencia y de escoliosis lumbar de concavidad izquierda con
menor frecuencia.


                                                                                                  48-49
a nuestros
 empleadores
no les interesa
    nuestra
   situación
LLEGÓ LA LEY.
  9      LLEGÓ LA TRAMPA


En mayo de 1989, el Congreso
aprobó en mayoría la Ley de Se-
guridad e Higiene para los Estiba-
dores Terrestres y Transportis-
tas Manuales, el logro más im-
portante desde que se formó la
FETTRAMAP. Parecía que venían
los buenos tiempos con la pro-
mulgación de la Ley Nº 25047, a
favor de los estibadores.
FUE EL 15 DE JUNIO DE 1989 cuando el entonces presidente de Perú, Alan García Pérez (1985-
1990), firmó dicha ley. En julio del siguiente año, la FETTRAMAP fue reconocida oficialmente por el
Ministerio del Trabajo y Promoción Social.

Pero esta ley nunca llegó a cumplirse. La Ley N0 25047 establece que los estibadores terrestres
tienen derecho a gozar de vacaciones pagadas dentro de cada ciclo anual de trabajo, “así como una
compensación por tiempo de servicios con valor equivalente a la suma que perciban por su mes de
descanso anual. Igualmente, tienen derecho a ser beneficiarios del Instituto Peruano de Seguridad
Social (actual ESSALUD)”.

Esta ley no se ha aplicado porque hasta ahora no se aprueba el reglamento (terminado en febrero
de 2009) que regula “los aspectos de contenido laboral y de seguridad social en salud de la Ley No
25047”, a pesar de los esfuerzos denodados de la FETTRAMAP.

Ello conlleva a que sean los mismos trabajadores los que tengan que asumir los costos de atención
en salud cuando tienen accidentes de trabajo o alguna enfermedad ocupacional. De igual manera, un
trabajador que después de muchos años de servicio debe dejar la actividad, no tendrá acceso a una
pensión, quedando en total desamparo, viviendo de la caridad o con el apoyo de los familiares.

                                                                                               51
INGRESO DE TONELADAS EN MERCADOS No 1 Y No 2

                                                                         161,560


                                                          146,481

                                                                                               Más del 10%
                                                                                               fue el creci-
                                                                                               miento en la
                                                                                               entrada de
                                                                                               insumos

                                                          Mayo           Mayo
                                                          2007           2008                 Fuente: MINCETUR


   Los mercados mayoristas y terminales representan la comunión entre las diferentes regiones del
   país y cada peruano. De su desarrollo depende la calidad de los alimentos en el hogar y restaurantes.


     SIGNIFICADO DE LOS MERCADOS

       Lugar de acopio de los productos agropecuarios y de la industria alimentaria peruana.

       Principal centro de abastecimiento para los restaurantes y establecimientos de comida del país.

       Acceso a alimentos frescos del día en las cantidades necesarias.


   [Dimensionamiento Integral del Aporte de la Gastronomía y la Industria Alimentaria Peruana. Arellano Marketing]




Por otro lado, el 18 de setiembre de 2007, se aprobó la Ley N0 29088, que regula “las condiciones de
seguridad y salud en el trabajo de los estibadores terrestres y transportistas manuales de productos
agrícolas”.

Además la ley señala que “el peso a manipular manualmente, sin ayuda de herramientas auxiliares
por el estibador terrestre o transportista manual, no será mayor a veinticinco (25) kg para levantar
del piso y cincuenta (50) kg para cargar en hombros. En el caso de mujeres, la carga máxima de ma-
nipulación manual será de 12.5 kg para levantar y veinte (20) kg para cargar en hombros”. La ley no
se está cumpliendo pese a que el Reglamento para acabar con las cargas inhumanas ya se aprobó.

La histórica burocracia del Estado peruano ha empantanado el principal pedido de los estibadores
terrestres, los grandes olvidados en la maquinaria laboral peruana y los pilares del nuevo motor de la
economía peruana: la gastronomía.




52-53
ELEVADOS MÁRGENES DE GANANCIA

                            79% márgenes alarmantes




                                        12% márgenes
                                         preocupantes

                              9% márgenes aceptables



                Fuente: Diario Gestión, 18 junio - 2009


   Los mercados minoristas representan la opción más cómoda para acceder a los productos agro-
   pecuarios, no obstante los precios no son manejados de manera sensata.

       79% de los productos tiene márgenes de comercialización mayores a 60%

       20% de los productos tiene márgenes de comercialización mayores a 100%

       203% es el margen de comercialización del olluco redondo.


   [Dimensionamiento Integral del Aporte de la Gastronomía y la Industria Alimentaria Peruana. Arellano Marketing]




¿Por qué no suben a los estiba-
dores terrestres a la ola exitosa
de la gastronomía peruana?
Al respecto, la periodista y escritora Rocío Silva Santisteban acotó que “los sindicatos fueron orga-
nizados, a pesar de todo, pero no han logrado el respeto por las exigencias mínimas de trabajo, pues
la precariedad del empleo en el Perú, sigue permitiendo los abusos de quienes tienen la sartén por el
mango. ¿Acaso los cargadores son menos ciudadanos que los chefs?”
los
estibadores
no tenemos
 seguridad
   social
LA SALUD DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES
10       Y LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’


La salud del estibador es la gran
víctima. Las condiciones en las
que realiza su trabajo causan
frecuentes daños físicos tan
graves como lesiones irrever-
sibles en la espalda, pero tam-
bién emocionales, como la insa-
tisfacción laboral por el titánico
esfuerzo que realiza. Los ries-
gos laborales son muchos.
MANOS, HOMBROS Y ESPALDA son las partes más afectadas. Según diferentes estudios realiza-
dos en los mercados mayoristas de Cusco, Lima y Huancayo por el CENSOPAS (Centro Nacional
de Salud Ocupacional), del Ministerio de Salud, se obtuvo que cerca del 90 por ciento de los traba-
jadores han sufrido accidentes laborales (caídas y contusiones); la tuberculosis es el antecedente
patológico más frecuente (15.7 por ciento) y las lumbalgias y artralgias son diagnosticadas en un
85 por ciento.

Por ejemplo, en Huancayo, es frecuente encontrar entre los estibadores lumbalgias (71.4 por cien-
to); dolor de espalda (44.7 por ciento); cervicalgia (26.6 por ciento); pterigión (13.3 por ciento);
calambres (23.8 por ciento), engrosamiento de piel (80.9 por ciento).

Es significativo también que, alrededor del 18 por ciento de los trabajadores, presenten indicadores
de ansiedad y depresión. Estos estudios concluyeron que las condiciones de trabajo son deplorables
y no cumplen estándares mínimos que permitan desarrollar la actividad con calidad.

La manipulación de cargas es la que tiene mayor incidencia en la ocurrencia de estas enfermedades
y accidentes de origen laboral.


                                                                                                55
estos
  pesos
erosionan
 nuestra
  salud
[LA SALUD DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES Y LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’]




El 30% de los accidentes son causados por sobreesfuerzos al cargar pesos, y entre el 60% al 90%
de los adultos sufren o sufrirán algún dolor de espalda a lo largo de su vida laboral, lo que afectará
su vida social y familiar.

Pero existen otros factores de riesgo para la salud del estibador y el transportista manual, que
varían según el producto que se manipule o el ambiente de trabajo en que se realice la actividad.
Por ejemplo, en el Mercado Pesquero de Villa María del Triunfo, los trabajadores están expuestos
a enfermedades bronco pulmonares, alergias, artritis y reumatismo a consecuencia de la manipu-
lación de productos congelados diariamente. Los problemas respiratorios son bastante comunes.

Los trabajadores del giro de choclos están expuestos igualmente a enfermedades respiratorias,
dermatitis y reumatismo porque el choclo llega al mercado con gran cantidad de agua. También
están expuestos a accidentes en los ojos y cortes durante la clasificación.

Por su parte, los trabajadores de frutas están expuestos a riesgos biológicos por el contacto que
tienen con productos químicos para el proceso de maduración de la fruta, fertilizantes, insecticidas,
etc. Pero también bacterias, microbios y hongos. Se han dado casos de picaduras por arañas e in-
sectos cuando el producto llega de la selva.

La presencia de roedores es también común en algunos mercados, dadas las malas condiciones de
salubridad. Los servicios de saneamiento básico suelen ser de mala calidad y no existen programas
de salud ocupacional en los mercados. Los trabajadores están expuestos a mucha presión al mo-
mento de trabajar por el maltrato que sufren de las personas que los contratan. También, suelen
tener relaciones familiares débiles debido a su horario de trabajo, lo que provoca desestructuración
familiar y tendencia a hábitos nocivos.

Si bien la gastronomía peruana goza actualmente de buena salud no se puede decir lo mismo de los
100 mil estibadores terrestres a nivel nacional, ya que por ejemplo, sólo el 0,02% tienen seguro de
salud, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’
Alrededor de los Mercados Mayoristas No 1 y No 2 en La Victoria, hay talleres clandestinos de sacos de
verduras y frutas, donde rompen los sacos de 50 kg, de diferentes materiales como mallas, sacos de
yute, de tela y de polipropileno, y luego los rehacen para que puedan cargar pesos mayores a 100 kg.

Estos sacos son mandados a hacer y comprados por los comerciantes mayoristas, quienes se bene-
fician con la existencia de estos sacos ‘Frankenstein’ que son enviados con los camiones de transpor-
tes de las verduras y de las frutas, que viajan al interior del país y luego, vuelven a Lima.

Los sacos ‘Frankenstein’ que se usan en los mercados mayoristas limeños incumplen la reglamenta-
ción de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que señala que los sacos para cargar produc-
tos alimenticios tengan como máximo 50 kg.

Entre sacos ‘Frankenstein’ y leyes que no se cumplen el camino para el estibador es cuesta arriba.

                                                                                                 56-57
somos
 invisibles
  para las
autoridades
LOS NIÑOS ESTIBADORES EN LOS MERCADOS.
11       UN DOCUMENTAL DE ALEJANDRO LEGASPI


El cineasta Alejandro Legaspi
—uruguayo radicado en Perú des-
de hace años— filmó el corto “En-
cuentro de hombrecitos” (1987)
en el que narra la vida de Edward
Centeno, “El negro”, de 11 años, y
de Roberto Velásquez, “El gringo”,
de 10 años, quienes trabajaban
como estibadores en el Mercado
Mayorista de Frutas de La Victoria.
EN EL CORTO, “el Negro” señala que “está bien que un niño trabaje porque en su casa habrá nece-
sidad para comprar verduras, ropa… yo para ser un buen comerciante, un gran mayorista, un pro-
fesional, vender zanahorias… puedo tener un puesto en el mayorista de frutas o trabajar para tener
un restaurante”. En tanto “el Gringo” –que ayudaba a su madre a instalar su carretilla para vender
desayunos– relata que cuando trabajaba de estibador terrestre no le contaba a su mamá cuando “le
dolía la espalda”.

El cortometraje termina cuando ambos se encuentran al final del día y comparten experiencias sobre
su labor en el Mercado Mayorista de Frutas.

Veinte años después, en el año 2007, Legaspi realizó otro documental llamado “Sueños Lejanos”, donde
bajo la pregunta ¿qué habrá sido de la vida de los protagonistas de “Encuentro de Hombrecitos”?, ubi-
ca a Edward Centeno y a Roberto Velásquez, quienes ya a esas alturas habían abandonado el mercado
y se dedicaban a otras labores en el mercado laboral informal. Centeno “el Negro” se dedica a vender
la curativa sangre de grado por las calles, mientras que Velásquez “el Gringo” maneja una mototaxi.

Al respecto, el documentalista Alejandro Legaspi nos declaró que: “en una entrevista, Gastón Acurio,
decía que no era fácil sentirse orgulloso de la gastronomía peruana frente al mundo porque te van

                                                                                                 59
[LOS NIÑOS ESTIBADORES EN LOS MERCADOS. UN DOCUMENTAL DE ALEJANDRO LEGASPI]




a decir “ah, peruano, pero si en el Perú la gente tiene hambre, y tú que me vienes a contar cosas”. Y
luego agregaba:




“Hambre y gastronomía son in-
compatibles, es decir, no es éti-
co, no es moral”.
“Las declaraciones del famoso chef peruano me trasladaron 20 años atrás, cuando por primera vez
fui al Mercado Mayorista de Frutas para filmar el documental “Encuentro de Hombrecitos”. El día
estaba comenzando y los primeros rayos del sol se filtraban entre el techo del inmenso mercado. La
actividad era febril. Había que transitar con sumo cuidado entre sus estrechos pasadizos procurando
no ser atropellado por cientos de carretillas repletas de cajones de frutas que iban de un lado al otro.
Recuerdo que quedé impresionado por el contraste entre la belleza y el colorido de las frutas y los
rostros tristes de los niños que las cargaban”, concluyó Legaspi.

Dos décadas después, la dura realidad a la que se enfrentan los niños y adolescentes sin otras opciones
laborales es muy parecida a la que vivieron “el Negro” y “el Gringo” en el Mercado Mayorista de Frutas.

El diagnóstico sobre el trabajo infantil y adolescente en el Mercado Mayorista de Frutas en el marco
del proyecto de intervención en la erradicación y prevención del trabajo infantil dirigido por Liliana Vega
(2008), refiere que de 87 jóvenes y adolescentes entrevistados, 58 eran menores de edad. De esos 58
adolescentes, el 38 por ciento tenía entre 14 y 15 años, mientras que el resto tenía entre 16 y 17 años.

De acuerdo al informe, “la legislación vigente es contradictoria en relación con las edades permitidas
para esta actividad. Así, el Código de los Niños y Adolescentes la ubica como actividad prohibida para
menores de edad. Consistentemente, el listado de trabajos peligrosos la incluyó como tal. Sin embar-
go, la Ley de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales establece que pueden desempeñarse
en esta actividad desde los 16 años, pero con restricciones”.

El artículo 5 de la Ley No 29088 dice que “Prohíbase realizar la actividad de estiba por niños, niñas y
adolescentes. La labor de transporte manual sólo podrá ser realizada por mayores de 16 años, siem-
pre que el peso a transportar mediante triciclos, carretas o carretillas no exceda en ningún caso los
100 kg”.

Pero estas restricciones que benefician a los adolescentes dedicados a la estiba terrestre son letra
muerta mientras ninguna autoridad vigile en los mercados mayoristas de Lima y del resto del país
que se cumplan.


60-61
LOS ADOLESCENTES QUE SE DEDICAN A LA ESTIBA TERRESTRE GANAN EN PROMEDIO 120 SOLES
POR SEMANA, ASÎ CARGUEN LAS MISMAS CANTIDADES QUE CARGA UN ADULTO Y QUE EXCEDEN
UNA TONELADA POR DÍA.


Los ingresos semanales de los adolescentes que se dedican a la estiba terrestre son en promedio
unos 120 soles, montos que no llegan al sueldo mínimo pero “son los más altos que perciben los niños
y adolescentes trabajadores en Lima Metropolitana, según el estudio titulado ‘Children Working in
Informal Sector Marketplaces’ de Dwight Ordoñez (2007).

El peso que transportan los adolescentes con carretillas manuales no es menor que el de los adultos,
de acuerdo al trabajo de Liliana Vega: cerca del 47 por ciento carga hasta 100 kg por vez y un 52 por
ciento carga desde 101 hasta más de 700 kg.

Vega resalta que los adolescentes cargan en ocasiones pesos mayores a 200 kg. Así hay clientes que
los contratan para cargar entre 30 y 40 cajas de 15 a 20 kg cada una, por lo que reciben unos 25 soles.

Por último, en el mismo trabajo, los adolescentes son interrogados sobre sus planes para los próxi-
mos tres años, y sólo un adolescente señaló que “continuará trabajando como cargador”; mientras
que el 33 por ciento respondió que “estará en otro trabajo y estudiando una carrera técnica”; el 43
por ciento indicó que “estará trabajando y estudiando en la universidad”; en tanto el 13 por ciento que
“estará en un mejor trabajo” y el 7 por ciento respondió que “no sabe”.

Citando a Legaspi, nuevamente, esperamos que “los sueños lejanos” de los estibadores adolescentes
se hagan realidad y puedan salir adelante trabajando en tan difíciles circunstancias.
debe haber
  una justa
remuneración
 por nuestro
   trabajo
LA AUTOESTIMA, LA GRAN VÍCTIMA
12        DE LA ESTIBA TERRESTRE


La autoestima de los estibadores
es golpeada, hecho comprobable
tras realizar una veintena de en-
trevistas entre los miembros de
la FETTRAMAP, porque se consi-
deran “invisibles” ante la socie-
dad, tratados como “animales de
carga” y ciudadanos de última
categoría, que no tienen derecho
a mejores condiciones laborales.
PARA SERGIO LÓPEZ, dedicarse a un trabajo tan esforzado físicamente y por el que no reciben ningún re-
conocimiento social y laboral, ha transformado su carácter “en introvertido y silencioso” con sus familiares:

“Si, por ejemplo, hago dos turnos de 6 horas en la noche y regreso a la casa, yo no quiero ni conversar
y sólo quiero quedarme callado, recostado por horas. Y si descanso un día o dos, sé que mi señora y
mis hijos están allí, pero mi corazón no quiere hablar, me encantaría corregir esa situación y ayudar-
les en sus estudios pero el tiempo que le dedico al trabajo, al sindicato, y la salud… no me lo hacen fácil.
Para ellos no ha sido diferente frente a mí”, indicó.

Al ser preguntado López sobre cómo calificar el trato que le da la sociedad a los estibadores, él respondió:

“Siento marginación, ¿qué pasa con este país que me vio nacer?, qué difícil que las autoridades no
puedan entender las necesidades de algunos sectores. Trabajamos en pésimas condiciones, en hora-
rios nocturnos, de amanecida y a la intemperie.”

“Nosotros transitamos con los pesos a nuestros espaldas en espacios llenos de barro y de desechos,
es triste, pues desgraciadamente estamos sujetos a cualquier accidente. Varias veces me he caído
de pecho con el saco encima.”

                                                                                                        63
LOS ESTIBADORES TERRESTRES BUSCAN
        MEJORAR SU CALIDAD DE VIDA.




“A partir de las doce de la noche, cuando comienza el abastecimiento de productos para llenar el mer-
cado, uno tiene que cargar desde el camión que está en un extremo, luego subir por unos tablones
para hacer las rumas de los productos, con pesos excesivos de 100, 120, 140 kg, sobre las espaldas.”

“Si en algo le echara la culpa a mi madre, le diría por qué me trajo a este mundo para sufrir esta situa-
ción... es triste... pero igual con este trabajo le dí manutención a mis seis hijos. Seguiremos luchando
hasta que salgan las leyes que nos ayudarán a proteger nuestra salud.”

LLEGÓ LA RECONVERSIÓN LABORAL
Una motivación para la labor sindical de la FETTRAMAP ha sido el Proyecto: Salud Laboral, Formación
Sindical y Reconversión Profesional para Estibadores de Mercados (PROES), con el apoyo del Instituto
Sindical de Cooperación al Desarrollo (ISCOD), la Agencia Española de Cooperación Internacional y
Desarrollo (AECID), y la Junta de Extremadura, España.

PROES se ejecutó desde inicios del año 2006 hasta noviembre de 2008, con el objetivo de ofrecer a
los estibadores cursos de formación profesional, a través de becas que impulsaron la reconversión

64-65
[LA AUTOESTIMA, LA GRAN VÍCTIMA DE LA ESTIBA TERRESTRE]




laboral. Otros objetivos han sido dar formación intensiva en salud laboral, la creación de un registro
de accidentes de trabajo, la elaboración de mapas de riesgos ocupacionales en Lima, Cusco y Junín.
En definitiva, generar una cultura de prevención en riesgos laborales.

El Programa de Reconversión Profesional ha otorgado becas de formación profesional en institucio-
nes como SENATI, SENCICO, Universidad Privada Cayetano Heredia, Instituto Norbert Wiener y el
Instituto Monroy.




“La reconversión laboral forta-
lece su liderazgo, su capacidad
de análisis y de propuesta”.
Al respecto, el delegado de ISCOD en Perú, Luis Miguel Monje, señaló: “les hemos puesto los instru-
mentos y ellos han puesto las ganas, el interés, el deseo de superarse. Los cursos han elevado la
autoestima, ahora se sienten más seguros de sí mismos y eso es muy positivo. Los profesores sólo
nos hablan maravillas de su empeño en los estudios, a pesar de tener condiciones más desfavorables.
Los aplaudo por el maratónico esfuerzo que significa”.

Algunas de las especialidades realizadas han sido informática, albañilería, mecánica automotriz, ele-
tricidad, instalaciones a gas, confección textil, operadores de montacargas y diseño gráfico. Los par-
ticipantes en estos cursos han sido más de 240.

El estibador Jesús Luciano Amau comentó: “al comenzar las clases, me sentía un poco cohibido de no
poder expresarme como yo quería. Luego al seguir estudiando me di cuenta de que tenía que perder
el miedo y ser yo mismo, como siempre he sido y no ser temeroso. Aprendí mucho con todos los pro-
fesores que nos enseñaron, pude ver que no es difícil expresarse delante de todos. Agradezco a todos
en general por haberme enseñado en las clases a valorarme y recobrar mi autoestima. Por el trabajo
que tengo era un poco rebelde, y ahora puedo valorar a mis compañeros y valorarme”.

Por su parte, el estibador de 37 años, Oscar Zegarra contó: “todos los programas que he aprendido a
manejar como Corel, Photoshop, Ilustrator, InDesign, me han abierto más la mente, me han hecho ver
las cosas de modo diferente porque puedo brindarle más a la sociedad, y no sólo en este trabajo que
es bien rígido, bien fuerte, bien matador. Ahora le ayudo a mi hijo en sus tareas, me dice papi hazme
esta ecuación, reviso Internet y veo en google otras alternativas de respuesta”.

Los nuevos proyectos de ISCOD: Salud Laboral y Protección Social para Trabajadoras y Trabajadores,
financiado por Castilla La Mancha y Fortalecimiento de Capacidades de Organizaciones de Trabajado-
res Autoempleados, financiado por AECID, vienen dando continuidad a lo realizado con anterioridad.
no
  logramos
cubrir nuestras
 necesidades
   básicas
LA ESTIBA TERRESTRE FUERA DE PERÚ.
13        ¿CÓMO SE REALIZA EN ESPAÑA?


Si algo comparten universalmen-
te los mercados, es que son
un reflejo de su sociedad, en lo
positivo y en lo negativo. El car-
gador siempre fue un elemento
consustancial a la naturaleza
de un mercado. Hoy, el operario
moderno ya no sufre estigmas,
es mucho más profesionalizado
y fusionado con la tecnología.
CABE RECORDAR QUE LOS INTERCAMBIOS comerciales en Europa fueron una de las actividades
económicas más importantes y una de las razones principales del origen de las ciudades medievales.
En España, los mercados por aquel entonces eran ya conocidos como mercados de abastos, nombre
que han conservado prácticamente hasta los tiempos actuales.

De acuerdo a Luis Miguel Monje (delegación ISCOD Perú), los mercados en España solían estar cer-
canos al edificio religioso más importante, como la catedral y siempre en un acceso que permitiera el
transporte de productos. No abundan las noticias al respecto, pero no es difícil imaginar el trasiego de
estas ágoras y algunos cargadores realizando las tareas propias. Con el paso del tiempo los mercados
de abastos evolucionaron, pasando de convertirse en lugares itinerantes, ambulantes (que variaban
según la disponibilidad de calles o plazas) o incluso a realizarse cada dos o tres semanas, a ocupar
lugares fijos, es decir, a ubicarse en edificios propios o específicos y a realizarse cada vez con mayor
frecuencia. Esto se hacía también para proteger al mercado de las inclemencias del tiempo.

El crecimiento de las ciudades, con los cambios demográficos que trae la tardía revolución industrial
obliga a los, cada vez más importantes, municipios a ampliar y desarrollar nuevos mercados que so-
lían edificarse en espacios donde había ya una cierta actividad comercial de este tipo. En esos tiempos,
entre mediados y finales del siglo XIX, surgen las primeras corporaciones municipales que empiezan a

                                                                                                    67
[LA ESTIBA TERRESTRE FUERA DE PERÚ. ¿CÓMO SE REALIZA EN ESPAÑA?]




Afortunadamente algunos mu-
nicipios (de España) ven en sus
mercados un patrimonio vivo
donde confluyen la ciudadanía,
la idiosincrasia y el porvenir en
gran armonía.
ordenar los puestos de venta de una forma mucho más armónica, separándolos según los productos
de venta. También comienza a pensarse en estructuras más adecuadas a estos tiempos “modernos”.

Muchos de los mercados de abastos que permanecen en las ciudades de España proceden de aque-
llas características estructuras de cánones modernistas, metálicas y de ladrillo rojo. Estas estructu-
ras tienen su inspiración en la Arquitectura del Hierro, que fue ampliamente importada desde Francia
(inspirándose en los Halles de París).

Una vez construidos los mercados con las mejoras arquitectónicas en ventilación, orden y luminosi-
dad, surgen prioridades como emplear mano de obra permanente que se dedique a la descarga de los
productos que llegaban del campo y del mar.

El oficio de cargador es conocido desde entonces como ‘mozo de carga y descarga’. La acepción da a
entender que no solía ser realizado por personas mayores, sino por adolescentes o jóvenes, aunque esto
es engañoso pues lo más probable es que se realizara también por adultos de toda edad como oficio de
por vida. Estos obreros debieron sufrir, sin duda, explotación y desconsideración social.

Los estibadores portuarios españoles fueron los primeros trabajadores del transporte en organizar-
se sindicalmente. “Se trata de un oficio muy vinculado históricamente a la actividad sindical y, por
tanto, duramente reprimido cuando se tendía hacia el asociacionismo, dado que tenían una impor-
tancia estratégica en el suministro de productos. Aunque los encontronazos no sólo se producían
contra las autoridades, sino también entre los propios trabajadores portuarios afiliados a diferentes
sindicatos”, comentó Monje.

“Fue muy llamativo el caso de los enfrentamientos entre estibadores de la UGT socialista y la CNT
anarquista hacia 1930 por lograr el dominio del puerto de Barcelona. Famosas fueron también las
largas huelgas que los estibadores realizaron en la década de 1980 contra la reforma de la OTP (Or-
ganización de Trabajadores de Puertos)” para conservar sus puestos de trabajo, agregó.
Lucha por la justicia y el respeto
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Lucha por la justicia y el respeto

  • 1. LA LUCHA POR UN TRABAJO DIGNO PUNCHE PERÚ FETTRAMAP FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ
  • 2.
  • 3.
  • 4.
  • 5.
  • 6. PUNCHE PERÚ FETTRAMAP FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ © INSTITUTO SINDICAL DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO, ISCOD DELEGACIÓN PERÚ Jr. Lloque Yupanqui 1399, Jesús María 472-6418 www.iscod.org delegacionperu@iscod.org TEXTO E INVESTIGACIÓN Paola Ugaz FOTOGRAFÍA Marina García Burgos DIRECCIÓN GRÁFICA Arturo Higa Taira DISEÑO EDITORIAL Sputnik IMPRESIÓN Y PRE-PRENSA Forma e Imagen de Víctor Odiaga Franco Av. Arequipa 4558, Miraflores 617-0300 www.formaeimagen.com.pe Primera edición: mayo, 2010 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2010-03228 Tiraje: 1500 ejemplares
  • 7.
  • 8. FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ – FETTRAMAP DATOS INSTITUCIONALES Fecha de Fundación: 25 de Julio de 1982 Lugar de Fundación: La Victoria - Lima Reconocimiento Oficial: Resolución Divisional Nº 144-90-DV-RS Fecha del Reconocimiento: 17 de Agosto de 1990 Dirección: Jirón Oroya Nº 224 Cercado de Lima Teléfonos: 323-5200 3233921 325-3625 996 079 566 Correo: fettramap@hotmail.com Afiliado a: CUT PERU y ITF COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL Secretario General: Guillermo Onofre Flores Sub Secretario General de Estibadores: Raúl Chupica Alor Sub Secretario General de Transportistas Manuales: Guillermo Cusipuma Campos Secretario de Organización: César Valencia Rivadeneira Secretario de Defensa y Derechos Humanos: Raúl Manucci Orellana Secretario de Administración, Economía y Finanzas: Fernando Gómez Bran Secretario de Actas y Archivos: Raúl Diego Navarrete Secretario de Imagen Institucional: Walter Alama García Secretario de Desarrollo Humano y Bienestar Social: Alejandro Díaz Cosi Secretario de Promoción y Desarrollo Empresarial: Jorge Aguilar Tandaypan ORGANIZACIONES AFILIADAS Sindicato Único de Estibadores del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada Sindicato de Estibadores del Giro de Choclos del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada Sindicato Único de Estibadores del Mercado Mayorista Nº 2 de Frutas - La Victoria Sindicato de Estibadores del Giro de Yucas del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada Sindicato de Estibadores del Giro de Zapallos del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada Sindicato de Trabajadores Tricicleros del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada Sindicato Único de Guardianes del Mercado Mayorista Nº 1 - La Parada Asociación de Estibadores y Carretilleros 11 de Febrero Conzac - Los Olivos Asociación de Trabajadores Transportistas Manuales Independientes del Mercado Mayorista Pesquero de Villa María del Triunfo Federación Departamental de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales de la Región Junín Federacion de Cargadores, Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales ‘Kallpalloc Runakuna’ de la Región Cusco Y organizaciones fraternas en la capital y las demás regiones del país.
  • 9. PUNCHE PERÚ FETTRAMAP FEDERACIÓN DE ESTIBADORES TERRESTRES Y TRANSPORTISTAS MANUALES DEL PERÚ
  • 10. COMO ESTIBADOR TERRESTRE DEL MERCADO MAYORISTA NÚMERO 1, como fundador de la Fe- deración de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FETTRAMAP) y como ser humano, me gustaría que a partir de ahora le digamos adiós a la indiferencia hacia el estibador, quien tiene el diario privilegio de manipular y cargar los productos que llegan a todos los hogares en Perú, pero que a su vez es el personaje que menos vemos cuando visitamos los mercados. Si nos vieran realmente se darían cuenta que cargamos pesos que van más allá de nuestras fuerzas, que nuestras espaldas se doblan hasta casi reventar, que sufrimos accidentes casi día por medio en medio de un entorno laboral indigno y por un salario bajísimo que no nos garantiza una jubilación segura junto a nuestras familias. La única diferencia que hay dentro del mercado con los comerciantes y nosotros es que el estibador es el que pone la espalda, el lomo para poder trabajar, pero no recibe ningún reconocimiento moral y legal; situación que la sentimos también dentro de nuestro propio país, donde no se cumplen las leyes que han sido aprobadas para garantizarnos mejores condiciones laborales y acceso a la seguridad social. Creo también que debemos dejar de ser vistos como los eternos burros de carga, porque la comer- cialización de los productos alimenticios es una cadena en la que todos somos importantes: si no hay
  • 11. ADIÓS A LA INDIFERENCIA productores, no hay comerciantes; si no hay comerciantes, no hay transportistas de camiones; si no hay estibador no hay productos que transportar, y por ende cada pieza es vital. Nosotros también. Por ello, esperamos que se dejen de lado todas esas malas costumbres del dañino envasado de los costales con pesos excesivos y contra de la ley, que maltratan nuestras espaldas pero que también maltratan a los productos que cada día reciben los hogares peruanos. El punche que el estibador le mete a la carga y descarga de productos en los mercados a nivel nacional nos llena de orgullo porque sabemos que, gracias a ello, se preparan los platos que forman parte de la gastronomía que nos ha hecho famosos en todo el mundo. ¿Por qué no nos hacen partícipes de esa ola ganadora? Nos ofrecemos codo a codo para lograrlo porque Punche Perú somos todos, hermanos. SERGIO LÓPEZ FUNDADOR DE LA FETTRAMAP
  • 12. MUCHA FUERZA Y LOS TRABAJADORES ESTIBADORES TERRESTRES Y TRANSPORTISTAS MANUALES de los merca- dos somos un estimado de más 100,000 personas a nivel nacional dedicados a esta actividad, con- formando una parte importante de la cadena del comercio en general. Existen actualmente múltiples organizaciones reconocidas, así como sindicatos, asociaciones y comités. Algunas de las más anti- guas se remontan a las décadas del 70 y 80, todas pertenecientes al sector de la economía informal. En varios estudios técnicos realizados por el Ministerio de Salud (CENSOPAS) se señala que en el caso de la actividad de la estiba y transporte manual, está demostrada la relación entre el excesivo peso cargado por los trabajadores y problemas en la salud. Se encontró que la mayoría de trabaja- dores objeto del estudio, presentaron de 2 a 3 diagnósticos médicos, de los cuales por lo menos uno es un transtorno osteomuscular en la columna vertebral. Asimismo, estibadores y transportistas sufren de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo que afectan muy seriamente a su sa- lud, generalmente por el excesivo peso que manipulan y cargan (aproximadamente 130 kg); en otras modalidades como en la carretillas, se llegan hasta 1.000 kg. En estas condiciones está demostrado que el daño a la estructura músculo–esquelética de los trabajadores es de carácter irreversible, sin que sea necesariamente resultado de los años acumulados en el trabajo. Por las mismas actividades laborales que realizamos, estamos expuestos constantemente a riesgos ocupacionales, siendo además un grupo vulnerable que no cuenta en la actualidad con una protección social; sin embargo, a través de nuestras organizaciones tratamos de atender nuestras necesidades que surgen de los problemas, como en casos de enfermedad, accidentes, retiros y muertes. Los sala- rios son negociados directamente con los transportistas y comerciantes mayoristas, cumpliendo con un conjunto de requisitos de calidad para satisfacer las exigencias de la administración del mercado.
  • 13. MUCHOS VALORES Todos los afiliados cotizan tanto para el sostenimiento del sindicato, como para su particular sistema mutual de asistencia social, que permite cubrir parcialmente el retiro de los socios cesados por acci- dente de trabajo o por límite de edad; además de las atenciones en salud. A partir de 2005, la Federación de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FET- TRAMAP) impulsó una campaña de sensibilización e incidencia ante los poderes del Estado, con el apoyo incondicional de la CUT y la solidaridad sindical del ISCOD, logrando que en el año 2007 se ratifique el Convenio 127 de la OIT y se promulgue la Ley N0 29088 “Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo de los Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales”, y posteriormente en el año 2009 se apruebe su reglamentación, normas que tienen por objeto regular las condiciones de trabajo. Actualmente, la FETTRAMAP viene incidiendo con la CUT en la aprobación del reglamento de la Ley No 25047. Esta ley incorpora los beneficios de la Seguridad Social en salud, pensiones y otros para los Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales, norma que facultaría estas coberturas. Los sindicatos afiliados a la FETTRAMAP vienen trabajando con mucho esfuerzo, para lograr otros obje- tivos mayores que ayudarán a los trabajadores y a sus familias, como el contar con una infraestructura, una organización fortalecida y capacitada para enfrentar a todos los retos que se les presente. GUILLERMO ONOFRE SECRETARIO GENERAL FETTRAMAP
  • 15. GRACIAS A LAS IMÁGENES QUE MUESTRA EL LIBRO sobre el quehacer diario de los trabajadores de la estiba y el transporte manual de los mercados mayoristas a lo largo de la cadena productiva y de comercialización de los alimentos, tenemos una valiosa herramienta para que los miles de trabaja- dores de estas actividades consigan que se les reconozca como seres humanos sujetos de derecho. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) del Perú se enorgullece de que los esfuerzos de largos años de lucha, en defensa de la aplicación de las normas internacionales de pesos y medidas y de la extensión de la cobertura de la seguridad social a todos los trabajadores se vean reforzados con la investigación sobre los estibadores terrestres, que estoy seguro causará un efecto en quienes tienen la responsabilidad de regular con justicia y con respeto por los seres humanos. Desde la Presidencia de la CUT, basándome en las impactantes imágenes que muestran la injusta vida que pasan los miembros de nuestra afiliada la FETTRAMAP, hago un decidido llamado a todas las autoridades del Perú para que de una vez por todas se haga justicia a los trabajadores de la estiba y del transporte manual reconociéndoles sus derechos y haciéndolos respetar como seres humanos. JULIO CÉSAR BAZÁN FIGUEROA PRESIDENTE CUT PERÚ / VICEPRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN SINDICAL DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE LAS AMÉRICAS (CSA)
  • 16. MUCHOS LATIDOS HAN SONADO desde la primera vez que visité La Parada. Mi amiga y colega En- carna García Valera, solía referirse a los logros y avances de los estibadores terrestres con gran admiración, desde el corazón, sentimiento y músculo que terminó contagiándonos a todos nosotros. Una de las cosas que más llamó mi atención en aquella primera visita hecha al anochecer fueron los cerros de La Victoria, elevándose sobre el mercado abruptamente, preñados de casas “colgantes”, luces melancólicas y aromas de precariedad. A sus pies, el Mercado Mayorista era y sigue siendo un reflejo de su entorno descolorido: callejuelas lúgubres entre los puestos de venta que disimulan su deficiente pavimentado con restos de todo tipo de verduras. Sobre esa alfombra abigarrada laboran compañeros estibadores cargando fardos des- comunales o seleccionando choclos como malabaristas de circo. Saltan a la vista las condiciones impropias de trabajo, decimonónicas, con impactos altamente nega- tivos para la salud que, inexplicablemente, deberían haber sido mejoradas hace mucho tiempo por las autoridades encargadas de hacerlo. El mensaje contenido en el libro no es hacer desaparecer esta labor sumamente importante, sino conservar el derecho de estos trabajadores a desempeñarla, en condiciones de formalidad, respe- to y protección social. En definitiva, el derecho de todo ser humano a un sustento en el marco del trabajo digno. La estiba en los mercados de productos agropecuarios es esencial por varias razones: los esti- badores se encuentran a lo largo y ancho del país y suponen un eslabón básico en las cadenas de producción y consumo. Su aporte a la sociedad, estibando diariamente toneladas de alimentos, es inestimable para el suministro de bienes de primera necesidad y el flujo de la economía de servicios, incluyendo esa gastronomía de la que Perú tanto puede presumir y que se ha convertido en los últimos años en un sector simbólico. Sin estibador no hay ceviche, ni ají de gallina, ni escabeche... La experiencia organizativa de los estibadores terrestres a través de su federación, la FETTRAMAP, es también una lección del movimiento sindical, en especial de aquel que se desarrolla en situaciones de desamparo y avasallamiento, donde la ciudadanía escasea. Nuestros protagonistas comenzaron a constituir sindicatos de base hace más de cuatro décadas y es en estos núcleos dónde han ido for- mándose y tomando conciencia de lo necesario que es contar con un marco legal que los proteja como trabajadores y les reconozca sus derechos laborales.
  • 17. INTRODUCCIÓN Tan necesario como capacitarse en aspectos de salud laboral y en la prevención de riesgos profesio- nales. Tan necesario como demostrarse a sí mismos que pueden lograrlo con su constancia, ganán- dose el orgullo por lo que realizan cada día. Tan necesario como tener derecho a la seguridad social. Como testigo directo en los últimos años pienso que los compañeros de la FETTRAMAP han consegui- do importantes avances: por ejemplo se han aprobado leyes y medidas favorables de parte del Estado, pero todavía no se reglamentan o no se cumplen. Se ha abierto también espacios y generado expec- tativas que antes no existían; se ha logrado una proyección hacia el futuro y su organización es hoy más sólida. Pero todo ello no basta y había que dar a conocer a la opinión pública la genuina historia de los estibadores terrestres. En las próximas páginas veremos con lucidez y vigor, con una base argumental contundente y con rica multiplicidad de matices, unas interrogantes que no dejarán a nadie indiferente. Quien quiera realmente atravesar con la mirada este libro comprenderá con sus propios ojos cómo la pérdida de la centralidad del trabajo en nuestras sociedades sólo está trayendo mayores asimetrías, mayor indiferencia y despropósito. Y, precisamente, el propósito de este material que nació para ser observado es ingeniárselas para ayudar a transformar una realidad que eterniza con desesperación el presente, frente a lo que era imprescindible rebelarse. Tomando unas palabras de Ayn Rand: “Si viese usted a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, si usted viese que él estuviese de pie, con la sangre latiendo en su pecho, con sus rodi- llas doblándose, con sus brazos temblando pero todavía intentando mantener al mundo en lo alto con sus últimas fuerzas, y cuanto mayor sea su esfuerzo, mayor es el peso que el mundo carga sobre sus hombros – ¿Qué le diría usted que hiciese? – QUE SE REBELE. LUIS MIGUEL MONJE DELEGADO DE ISCOD-UGT EN PERÚ
  • 18. PUNCHE PERÚ C A R G A R C O N L A H I S T O R I A TEXTO PAOLA UGAZ IMÁGENES MARINA GARCÍA BURGOS
  • 19. 1 EN LOS ZAPATOS DE UN ESTIBADOR 15 2 UN ACERCAMIENTO A LOS ESTIBADORES TERRESTRES EN LOS MERCADOS DE LIMA 19 ¿CUÁNDO SURGIÓ 3 EL PRIMER MERCADO EN LIMA? 23 4 ¿CÓMO SURGIÓ EL OFICIO DE ESTIBADOR TERRESTRE? 27 5 UN HOMBRE LLAMADO GREGORIO CONDORI MAMANI 31 6 ESTIBADORES TERRESTRES Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA 35 7 HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA. ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ? 41 ¿CÓMO NACE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL DE 8 LOS ESTIBADORES? ENTRE ESTAFAS Y CUESTA ARRIBA 47 LLEGÓ LA LEY. 9 LLEGÓ LA TRAMPA 51 LA SALUD DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES 10 Y LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’ 55 11 LOS NIÑOS ESTIBADORES EN LOS MERCADOS. UN DOCUMENTAL DE ALEJANDRO LEGASPI 59 12 LA AUTOESTIMA, LA GRAN VÍCTIMA DE LA ESTIBA TERRESTRE 63 13 LA ESTIBA TERRESTRE FUERA DE PERÚ. ¿CÓMO SE REALIZA EN ESPAÑA? 67 14 LOS ESTIBADORES TERRESTRES, SU VOZ EXISTE 71 15 IDENTIKIT DE SERGIO LÓPEZ HERNÁNDEZ POR ÉL MISMO 75 16 A MODO DE COLOFÓN 81 B BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 85
  • 20. un saco puede llegar a pesar más de 140 kg
  • 21. EN LOS ZAPATOS 1 DE UN ESTIBADOR ¿Alguna vez ha intentado cargar un saco de lona repleto de papas, camotes, ajíes, choclos o frutas, que pesa en promedio más de 100 kg? Si un día se atreve a hacerlo, pruébelo con esta difi- cultad: a oscuras sobre un tablón de madera movedizo, al que su- birá y bajará más de una vez, poniendo así en riesgo su vida. LUEGO, ABANDONE TODAS SUS TAREAS y convierta esta actividad en su trabajo para vivir y sólo así, se pondrá en los zapatos de los estibadores terrestres, aquellos valientes personajes que llevan en sus espaldas el peso del olvido histórico de un país, en el que no son considerados como ciudadanos con derecho a un trabajo justo. Los estibadores realizan un trabajo capital para todos nosotros: cada madrugada nos transportan con la fuerza que les nace en el pecho, las frutas, las verduras y los pescados que llegan frescos a nuestros hogares para ser transformados en platos que nos llenan de orgullo a nivel mundial. De lo que no podemos enorgullecernos es que día a día, los estibadores terrestres trabajan en condi- ciones sacrificadas y no tienen acceso a un seguro social o una pensión digna cuando se jubilan. Una mañana de un sábado cualquiera llegó a mi casa el amigo, estibador y dirigente histórico de la Fe- deración de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FETTRAMAP), Sergio López, para revisar juntos el texto que ahora tienen entre manos, y éste se convirtió en un día entrañable donde repasamos los momentos más importantes de su inacabable lucha junto a sus compañeros, en busca de mejores condiciones para los estibadores y transportistas manuales de los mercados mayoristas a nivel nacional. 15
  • 22. [EN LOS ZAPATOS DE UN ESTIBADOR] La mirada viva de López y el entusiasmo de su verbo atropellado no ocultaban las manos cansadas, las ojeras saltantes y la espalda ligeramente encorvada de quien trabaja desde los 15 años (López ahora tiene 59 años), cargando bultos mayores a 100 kg en el Mercado Mayorista del distrito de la Victoria. El día anterior a nuestro encuentro, Sergio y un compañero habían vaciado un camión lleno de sacos de 12 toneladas de zanahorias, a cuerpo pelado y por esa titánica tarea habían recibido cada uno 35 soles (un poco más de 10 dólares americanos). La relectura de su vida sumada a la proyección de un fragmento del documental “El cargador” del ci- neasta cusqueño, Luis Figueroa, sobre un trabajador en el mercado central de Cusco causó que López derramara lágrimas de impotencia y de contrariedad. Luego, López me dijo: “yo compuse la comisión que formó la federación de estibadores, desde ahí he trabajado para sacar las normas; a pesar de que existen las leyes, a pesar de que estamos en Lima, la capital de Perú, que estamos cerca de todas las autoridades, que hemos luchado 30 años y no se cumple nada, no tenemos ni un beneficio. Como peruano que soy, me avergüenza que no se sigan cumpliendo las disposiciones legales y que sigamos trabajando acá en la capital en las mismas condi- ciones deplorables, por eso me pongo a pensar como será en provincias… eso es lo más lamentable… a mí me duele, lo siento en el corazón…”. La mirada viva de López y el en- tusiasmo de su verbo atrope- llado no ocultaban las manos cansadas, las ojeras saltantes Sergio López no es un hombre cualquiera para todos los que se dedican a la lucha sindical en el país: el primero de mayo de 2007, fue condecorado por el presidente Alan García en el grado de “Gran Oficial” por su labor sacrificada y por el reconocimiento a su tarea en la defensa de los derechos de sus compañeros estibadores. López –nacido el 19 de febrero de 1951 en Hualgayoc, en el departamento de Cajamarca– re- cuerda con escepticismo ese momento, acaso el que podría haber sido uno de los momentos más felices de su vida, porque hasta ahora, por ejemplo, las autoridades no hacen nada para acabar con las mafias de los costureros que rodean los mercados mayoristas y que fabrican costales de 130 a 140 kg, con el fin de favorecer a los vendedores mayoristas, en detrimento de las espaldas de los estibadores. 16-17
  • 23. Archivo Palacio de Gobierno EL DIRIGENTE DE LA FETTRAMAP, SERGIO LÓPEZ, RECIBE LA CONDECORACIÓN POR SER UN TRABAJADOR EJEMPLAR EL PRIMERO DE MAYO DE 2007, DE MANOS DEL PRESIDENTE ALAN GARCÍA EN PALACIO DE GOBIERNO. y la espalda ligeramente encor- vada de quien trabaja desde los 15 años cargando bultos mayo- res a 100 kg. “A mí me han condecorado el 1° de mayo de 2007, pero ¿qué gano con ese premio? Cuando mi situación no se ha solucionado, sigo teniendo el mismo sufrimiento, el dolor, y el esfuerzo físico que hago todos los días, ayer junto a un compañero cargamos en tres horas, cerca de 12 toneladas de zanahoria”, refirió López. López quien es ya un miembro histórico de la FETTRAMAP nos recuerda que agradecerá toda la vida al dirigente del sindicato de estibadores del Puerto del Callao, Emilio Albornoz, quien les asesoró para formarse como sindicato, aprovechando la experiencia exitosa de cerca de 80 años de los dirigentes sindicales chalacos, similar a la de los panaderos. La indiferencia hacia los estibadores terrestres les duele más que sus cuerpos entregados a una ac- tividad que realizan todos los días, donde no importan los feriados, navidades y años nuevos.
  • 24. un estibador carga hasta 1000 kg en una carretilla
  • 25. UN ACERCAMIENTO A LOS ESTIBADORES TERRESTRES 2 EN LOS MERCADOS DE LIMA Estibar es un verbo que prima- riamente significa colocar las cargas dentro de un barco sin que éste pierda su equilibrio y que luego se aplicó al oficio que desempeña un hombre con la ayuda de su cuerpo o de una ca- rretilla para la carga y descarga de alimentos en los centros de producción y en los mercados. UN ESTIBADOR TERRESTRE EN UN MERCADO LIMEÑO tiene en promedio entre 30 y 40 años, llegó como migrante a la capital y aprendió el oficio al rondar los mercados mayoristas en busca de un trabajo even- tual –que con el tiempo se hizo permanente– o le fue transferido por un familiar como padre, tío o suegro. Se calcula que existen en Perú alrededor de 100.000 personas que se dedican a la estiba de productos de consumo humano como principal actividad económica. Los productos cosechados en los centros de producción como papa, camotes, granos verdes son envasados en costales de lona o polipropileno, de 100, 120 y 140 kg. Luego estos costales son acomodados dentro del camión y finalmente, se dirigirán a su destino: los mercados mayoristas desde donde son comercializados. Cada madrugada llegan a Lima centenares de camiones de todas las regiones del país trayendo tubércu- los, granos verdes y frutas recién sacadas de la tierra, pero también pescados, mariscos, carnes y otros. Por ejemplo, de acuerdo al estudio de Rolando Arellano sobre el impacto de la gastronomía en el país, presentado en la Feria Mistura 2009, en el mes de mayo de 2007 ingresaron al Mercado No 1 de 19
  • 26. [UN ACERCAMIENTO A LOS ESTIBADORES TERRESTRES EN LOS MERCADOS DE LIMA] Verduras y al Mercado Mayorista No 2 de Frutas, 146.481 toneladas de productos, mientras que en el mes de mayo de 2008, ingresaron a ambos mercados 165.580 toneladas de productos. ¿Qué nos revelan estas cifras?, que en un año hubo un crecimiento de más del 10 por ciento en el ingreso de insumos a los mercados mencionados y que la carga total manipulada por los estibadores terrestres y transportistas manuales viene creciendo con el paso del tiempo, y que ello no implica la mejora de las condiciones laborales y el acceso a un sistema de protección social para manejar con mayor dignidad los productos que llegan a diario a Lima. No hay humanidad en un trabajo del que dependen todos los exi- gentes estómagos peruanos, acostumbrados a la frescura, olor y sabor de los productos. A veces, en una noche, un estibador puede cargar hasta 200 sacos de cebolla que pesan entre 115 y 125 kg, lo que significa que cargue alrededor de 20 TN de peso. Entre jornada y jornada, otros llegan a recibir entre 0.50 y 0.70 céntimos por cada saco de mayor peso a estibar. Dentro del mercado, pueden ser propietarios de la carga los productores, los comerciantes mayoristas y los minoristas. El oficio de la estiba se puede realizar con carretillas o sin ningún instrumento que los ayude en la carga y la descarga. A diario cada trabajador llega a manipular cargas superiores a su peso, un hecho que con el tiempo, causa lesiones músculo–esqueléticas irreversibles, cegueras por accidente al manipular los productos, el frecuente padecimiento de hernias y golpes al subir y bajar por los tablones acumulando rumas de productos que miden de cuatro a cinco metros. EL BOOM GASTRONÓMICO Y EL ESTIBADOR La gastronomía peruana tiene varios componentes para erigirse como potencia mundial: una tradición que mezcla raíces indígenas, españolas, africanas, italianas, árabes, chinas y japonesas; el empuje de una legión cada vez más grande de cocineros a nivel nacional liderados por Gastón Acurio; y un país orgulloso de mostrarle al mundo la variedad de sus productos y la delicia que emerge de sus fogones. En el libro ‘La Revolución Gastronómica Peruana’ de Mirko y Vera Lauer, editado por la Universi- dad San Martín, los autores señalan que: “en poco más de un decenio el entusiasmo por comer y cocinar mejor ha recogido buena parte de la variedad peruana, ha convencido a un amplio público sobre el interés de su propósito, ha expandido la industria gastronómica más allá de todo propósi-
  • 27. to y a estas alturas no tiene visos de agotarse. Al contrario, el tema está espléndidamente abierto al futuro”. Así, los autores agregan que “el melting–pot, esa olla amalgamadora de culturas, que le falta a la sociedad en tantos otros aspectos, sí se da en la cocina, a donde confluyen todos los platos e ingre- dientes para intercambiar sabores y proponer el ideal de San Agustín de una unidad en la variedad”. Dentro de esta cadena productiva, el estibador terrestre se erige como un personaje fundamental porque transporta las verduras, frutas y pescados, para que lleguen frescos cada día, a los restau- rantes y a los hogares peruanos. Al respecto, el sociólogo y vicepresidente de la Asociación Peruana de Gastronomía (APEGA), Maria- no Valderrama nos señaló que es: “impresionante recorrer el Mercado Mayorista de La Parada y ver cómo se concentran ahí los mejores productos de las diversas regiones del país: choclos inmejora- bles, papas de todas las variedades. Nos enteramos que ingresan 80 toneladas diarias de ají, inclu- yendo rocotos, ají escabeche, ají limo, panca, mirasol y muchos más”. “Frente a esta riqueza contrasta la miseria humana. Estibadores, unos de 18, otros de 40 y otros de más de sesenta años, cargando desde horas tempranas de la madrugada sobre sus hombros bultos de hasta más de 100 kg de peso, en medio del laberinto que es el mercado. Una de las formas más duras de ganarse la vida”, concluyó Valderrama. 20-21
  • 28. un mercado es también un reflejo social
  • 29. ¿CUÁNDO SURGIÓ 3 EL PRIMER MERCADO EN LIMA? El primer hito en la gastronomía peruana se dio tras la fundación de Lima, el 18 de enero de 1535, cuando la Plaza Mayor se con- virtió en el primer y gran mer- cado del Virreinato. Así nació la estiba de los productos y el estibador como ocupación, tan antigua como las tres veces co- ronada ciudad de Lima. EN EL LIBRO ‘MERCADOS DE LIMA’ de Ernest Middendorf , el autor refiere que el primer mercado que surgió en Lima de manera espontánea, “estaba situado en la Plaza Mayor, delante de las puertas de la Catedral. Ahí se comía y libaba en festividades como la Bajada de Reyes”. Middendorf añade que en el siglo XIX: “el mercado fue trasladado a la plaza de San Francisco, delante del Convento; más tarde, a la plaza de la Inquisición, y finalmente, en la década del cuarenta, al claus- tro del antiguo colegio dominico de Santo Tomás; y los puestos y mercaderías ocupaban hasta las calles adyacentes y obstaculizaban en ellas el tráfico (…) para obedecer a un anhelo sentido por todos en 1849, durante el primer período de Castilla, el Gobierno resolvió construir un mercado en el cen- tro de la ciudad y adquirir para este fin, mediante expropiación, una parte del convento de las monjas de la Inmaculada Concepción (…) este convento era uno de los más ricos de la ciudad y ocupaba dos manzanas enteras”. Así, el mercado Central de Lima se construyó en uno de los terrenos que se le expropiaron a las mon- jas del Monasterio de la Inmaculada Concepción entre las calles Paz Soldán, Presa, Puno y Capón; un terreno que fue comprado, según el estudioso limeño Manuel Atanasio Fuentes, en 1573, por doña Inés Muñoz de Rivera. 23
  • 30. Archivo Biblioteca de la Municipalidad de Lima EL MERCADO CENTRAL DE LIMA FUE CONSTRUIDO A MEDIADOS DEL SIGLO XIX Y ESTABA UBICA- DO EN EL ÁREA QUE POSTERIORMENTE SE CONVIRTIÓ EN EL BARRIO CHINO LIMEÑO. El plan original del gobierno del presidente Ramón Castilla (presidente en 1844, en el período de 1845-1851 y entre 1855 y 1862) para construir el Mercado Central era hacer un gran edificio y gastar un presupuesto de 500 mil soles de la época. Pero este hecho nunca se llegó a concretar porque el sucesor de Castilla, el también presidente, General José Rufino Echenique (1851-1855), malgastó el dinero y se construyó –según el autor de ‘Mercados de Lima’– “carente de prestancia arquitectónica” con un presupuesto de 250 mil soles de la época, cifra que constituyó la mitad de su presupuesto original. El Mercado Central o de la Concepción se mandó a construir por decreto del 19 de diciembre de 1846, y de acuerdo al historiador Jorge Basadre, “es la primera gran obra de progreso urbano en Lima de la época republicana” y en ese entonces fue hasta más espacioso y superior que algunos mercados en Nueva York. Los inmigrantes chinos en Lima empezaron a vivir en los alrededores del mercado y lo transformaron desde inicios de 1900 en un espacio comercial y de residencia para sus hijos y los hijos de sus hijos, quienes lo transformaron en el futuro “barrio chino”, como relata el antropólogo Humberto Rodríguez Pastor en su libro ‘Hijos del Celeste Imperio en el Perú’. A inicios de 1940, el crecimiento del Mercado Mayorista ubicado en la calle Capón hizo ver a las autoridades que debía ser trasladado a una zona alejada del centro histórico de Lima para evitar la polución y que se convirtiera en un foco infeccioso de enfermedades y así se decidió llevarlo al barrio de Manzanilla hasta que finalmente fue ubicado en la naciente avenida Aviación, en el distrito de La Victoria. 24-25
  • 31. [¿CUÁNDO SURGIÓ EL PRIMER MERCADO EN LIMA?] De acuerdo al libro ‘Historia de la Federación de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales del Perú (FETTRAMAP)’, en las primeras cuadras de Aviación “se centralizaban los vehículos de transporte de productos agrícolas que venían del interior y también muchas personas acudían para realizar sus compras. Los visitantes bautizaron al lugar como ‘La Parada’ y con ese nombre lo conocemos hasta hoy”. El 26 de junio de 1945, el nuevo mercado mayorista o Mercado Mayorista No 1, también conocido en esa época como “El Único Gran Mercado”, fue inaugurado por el presidente Manuel Prado Ugarteche (1939-1945) y el alcalde Luis Gallo Porras. Tiempo después, tras la remodelación y reorganización ordenada por el gobierno del General Juan Ve- lasco Alvarado (1968-1975) en 1971, se inauguró el Mercado Mayorista No 2 de Frutas que funciona desde entonces en la avenida Nicolás Arriola, en La Victoria. En tanto, el conocido Mercado de Pescados fue fundado hace 36 años por la Asociación de Transportistas Manuales en el Terminal Pesquero de Villa María del Triunfo, que trabaja las 24 horas del día. EL ESTIBADOR, UNO DE LOS PILARES DE LA GASTRONOMÍA PERUANA El trabajo de los estibadores en los mercados mayoristas de Lima garantiza que el ceviche que come- mos en la capital, sea el más fresco posible, así otros platillos como los sudados o el concentrado de cangrejos. A nivel mundial, Perú es uno de los países con mayor potencial de transformar su gastro- nomía en una de las actividades que más ayudarán a nuestra economía en el futuro. ¿En dónde reside la importancia de los mercados mayoristas? La importancia de los mercados mayo- ristas de Lima es capital, de acuerdo al estudio del sociólogo Rolando Arellano a pedido de la Asocia- ción Peruana de Gastronomía (APEGA) y que fue difundido en la Feria Mistura de 2009: + Los mercados mayoristas y terminales representan la comunión entre las diferentes regiones del país y cada peruano. De su desarrollo depende la calidad de los alimentos en el hogar y restaurantes. + Es el lugar de acopio de los productos agropecuarios y de la industria alimentaria peruana. + Es el principal centro de abastecimiento para los restaurantes y establecimientos de comida del país. + Garantiza el acceso a alimentos frescos del día en las cantidades necesarias. Según el estudio de Arellano, la gastronomía peruana produce una cadena de valor que asciende a más de 40 mil millones de soles, lo que constituyó el 11.2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) de 2009, y cerca del doble de la producción minera de 2008. Uno de los platos bandera de la gastronomía, el ceviche, se prepara con pescado fresco, limón, cebolla, camote y lechuga. Ninguno de estos productos llegaría a nuestra mesa ni a los restaurantes limeños si no mediara el esfuerzo de estos hombres y de algunas mujeres, que los clasifican y descargan de los camiones de todas las regiones del país que llegan cada día a Lima.
  • 32. estibar no significa ser animales de carga
  • 33. ¿CÓMO SURGIÓ EL OFICIO 4 DE ESTIBADOR TERRESTRE? El actual oficio de estibador sur- gió a mediados de los años 20, cuando decenas de migrantes que frecuentaban los centros de abasto en busca de un trabajo eventual para poder vivir, encon- traron en la carga y descarga de productos, un alivio para sus pe- nurias económicas. Y como todo comienzo, no fue color de rosa. EN 1945, EN EL MERCADO MAYORISTA No 1, los primeros estibadores eran hombres que compe- tían físicamente por conseguir un camión que estibar (descargar). El dirigente histórico de la FETTRAMAP, Sergio López, nos cuenta que “la estiba era manejada inicial- mente por la fuerza, el que era más fuerte tenía más chamba y al débil lo que sobraba, por eso veían antes como cualquier cosa al trabajador”. “Por las referencias que tengo, se peleaban entre 45, 50 ó 60 personas para agarrar el carro, quien agarraba el carro lograba agarrar el turno de estiba y sólo ganaban los que eran más fuertes. En esa época, los estibadores eran llamados por los apelativos que sonaban para ese tiempo como Tatán, la Boa, Lagarto, Tarzán, el Caracha”, agregó. Los nombres aludían a la fuerza física del estibador, hecho que da luces de cómo era la vida dentro del mercado, donde imperaba la ley del más fuerte; una situación similar a la que se vivió en Nueva York a fines del siglo XIX y que fue magistralmente registrada en la película ‘Gangs of New York’ de Martin Scorsese. 27
  • 34. [¿CÓMO SURGIÓ EL OFICIO DE ESTIBADOR TERRESTRE?] EL ESTIBADOR TERRESTRE TRABAJA DENTRO DEL MERCADO MAYORISTA EN CONDICIONES INSE- GURAS Y QUE CAUSAN DOLENCIAS Y ENFERMEDADES COMO HERNIAS, REUMATISMO Y MALES A LA ESPALDA. Los estibadores en los mercados de Lima también se organizaban por el lugar de origen y por paren- tesco y según recuerda Sergio López, “la necesidad obligaba a organizarse porque el mercado era tierra de nadie, todo el mundo hacía lo que se venía en gana, cundía la delincuencia, era un caos, no teníamos seguridad, los servicios higiénicos eran terribles, los pasajes eran de tierra, los productos que consume el pueblo se llenaban de barro y era una lucha tremenda para conseguir el trabajo”. Desde entonces, los compradores mayoristas aprovechan ese desorden y la falta de solidaridad entre ellos, para realizar pagos mínimos a los estibadores, a quienes consideran como instrumentos de carga y que no son merecedores a ningún derecho laboral. Sergio López agrega que “nunca tuvimos esa solidaridad, el estibador era visto como cualquier cosa, los comerciantes utilizaban palabras soeces, tenían una conducta menospreciable hacia nosotros, que no merecen las personas. Nunca tuvimos un apoyo de la administración, ni de alguna autoridad, nunca, el estibador o el transportista manual era visto como cualquier cosa, menos como persona”. 28-29
  • 35. “El que era más fuerte tenía más chamba y al débil lo que sobra- ba, por eso veían antes como cualquier cosa al trabajador”. LOS ESTIBADORES TERRESTRES NO TIENEN SEGURO SOCIAL NI PUEDEN ACCEDER A UNA JUBILACIÓN TRANQUILA. ES POR ELLO, QUE MUCHOS SE VEN FORZADOS A TRABAJAR HASTA PASADOS LOS 70 AÑOS DE EDAD.
  • 36. el abuso es mayor aún en las regiones Asociación Gregorio Condori Mamani
  • 37. UN HOMBRE LLAMADO 5 GREGORIO CONDORI MAMANI Cuando a finales de los sesenta, los antropólogos Ricardo Valde- rrama y Carmen Escalante cono- cieron a Gregorio Condori Ma- mani, él era estibador a tiempo completo en el mercado mayoris- ta de Cusco, y formaba parte del ejército de “cargadores de soga” (waskha q’ipiq) que empeñaban sus espaldas por unas monedas. FUE LA PRIMERA VEZ QUE LAS CIENCIAS SOCIALES se ocuparon de este oficio que es un elemento clave en el movimiento económico alimentario desde la época prehispánica y tras el fructífero encuen- tro, Valderrama y Escalante publicaron un libro con su testimonio de vida y el de su esposa Asunta en 1977, bajo el título “Gregorio Condori Mamani. Autobiografía”. Al respecto, el antropólogo Tom Zuidema señala que Gregorio Condori Mamani nunca perdió su pun- to de vista andino de la vida de Cusco cuando explicaba que su “espalda tenía suerte porque estaba curada a su marka (su deidad protectora personal), arguyendo que son las espaldas de los carguyoq, o de los varayoq, en los pueblos, que ya desde tiempo inmemorial permiten que la vida y la sociedad sigan”. Esta idea se ve expresada también en el arte maya prehispánico de México. Condori Mamani formó también parte del documental “El Cargador”, realizado por Luis Figueroa, mos- trando por vez primera en el cine la dura realidad de los estibadores terrestres en Cusco, lugar donde era común que fallecieran porque su cuerpo no soportaba que cargaran tanto peso encima, razón por la cual la esperanza de vida era muy baja y apenas llegaba a los 45 años. 31
  • 38. [UN HOMBRE LLAMADO GREGORIO CONDORI MAMANI] En este documental –ganador del premio del festival alemán Oberhausen en 1974–, Condori señala que: (...) todos los días a las cinco de la mañana empezamos a cargar, algunos de tanto esfuerzo se les revientan los pulmones y vomitando sangre mueren. Es así como nosotros el peso del sufrimiento cargamos. A veces ganamos algo, otras veces nada, no tenemos ni para el sustento, los 10 ó 20 soles no alcanzan, la comida también vale pues. Podemos de nuestra ropa, los harapos remendar, pero el hambre que nos persigue no se puede remendar. Para no ver esta vida de cargador, yo, como viejo, quisiera que todos los cargadores que vivimos aquí en Cusco, viejos y jóvenes, nos juntásemos en un sindicato. Los cargadores suelen morir en las calles. Así los encuentran y se los llevan a la morgue, si nadie reclama por ellos, al zanjón los botan, sin hábito, sin cajón, así con su propia ropa y un poco de tierrita, como perros los arrojan (...) En ‘Gregorio Condori Mamani. Autobiografía’ de Ri- cardo Valderrama y Carmen Escalante, este hom- bre universal de los Andes –cuyo testimonio se ha traducido a más de diez idiomas– agrega: “También hay otros cargadores que son paisanos Asociación Gregorio Condori Mamani de las alturas, ellos vienen al Cusco sólo ciertos meses al año, después de la cosecha, entre julio y agosto. También en los meses de enero, febrero, o marzo después de la siembra o del primer lampeo de los cultivos, la paisanada llena las calles del Cusco… Ellos vienen porque en su comunidad no pueden ga- nar dinero; son pobres, trabajan la tierra sólo para ellos, y como no se pueden comprar si no es con dinero ciertas cosas que faltan en la casa, como sal, azúcar, ají, herramientas para el trabajo, vienen en busca de trabajo. Y como tampoco aquí en la ciudad hay trabajo seguro, si no es la carga, se hacen cargadores para reunir dinero que les falta para las compras.” “Cuando muere un cargador que no tiene a nadie en algún rincón de alguna calle o casa, alguien que le ve da parte a la Comisaría. Van los guardias para hacerlo llevar a la morgue. Si tiene familiares, ellos reclaman y lo hacen enterrar. Pero cuando no hay ningún reclamante, esa alma está tirada sobre una piedra fría, dos o tres días, en la morgue. De ahí la llevan para botarla a la fosa común, la tapan con poquita tierra, con su misma ropa, no hay hábito, ni cajón; la botan como a perro callejero. En la fosa común están, ya niños, ya mujeres, ya viejos, amontonados como leña, unos encima de otros. Aquí es donde lo botan al cargador y a otros que no tienen familiares”.
  • 39. Asociación Gregorio Condori Mamani “Para no ver esta vida de car- gador, yo, como viejo, quisiera que todos los cargadores que vivimos aquí en Cusco, viejos y jóvenes, nos juntásemos en un sindicato.” LOS ESTIBADORES TERRESTRES EN CUSCO SON CONOCIDOS COMO LOS “CARGADORES DE LA SOGA”. FUERA DE LIMA, LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES EMPEORAN. No existen apenas datos posteriores, pero se cree que Gregorio Condori Mamani pudo fallecer en 1979, atropellado por un auto. En honor a Gregorio Condori Mamani existe, desde 1987, una asociación en ese departamento con su nombre, con el fin de “buscar una vida digna para los cargadores de soga del Cusco” y que se ha concretado en el proyecto llamado Casa del Cargador, que dirige Octavio Surco en la también capital arqueológica de América. 32-33
  • 40. la jornada de trabajo no tiene límites
  • 41. ESTIBADORES TERRESTRES 6 Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA Una hormiga puede cargar 50 ve- ces su peso, pero un hombre no puede a pesar de tener más masa pero menor formación muscular. Así, cada día los estibadores pe- ruanos rompen todos los récords cargando productos en los mer- cados mayoristas para que to- dos podamos gozar de verduras, frutas y pescados frescos. DE ACUERDO A SERGIO LÓPEZ, “al momento de trabajar el cuerpo genera tanta adrenalina que no se siente dolor alguno pero al momento de dormir nos viene todo el dolor de una, parece que nos hubieran molido a palos, se siente el dolor en todas las extremidades, el cuerpo está molido, no se puede dormir: es un dolor que no se puede soportar. Normalmente no nos podemos sentar, siempre nos sentamos de costadito”. Aquí, algunas cifras y hechos que duelen en el alma: + Las jornadas de trabajo varían según el producto pero suelen durar unas 14 horas, periodo que alterna tiempos de estiba con tiempos de descanso, mientras se espera el camión que se va a descargar. Los estibadores terrestres y transportistas manuales se organizan por giros, es decir, por producto. Cada trabajador está especializado en un producto. Así existen los giros de fruta, tubérculos, granos verdes, limón, cebolla, rocoto… Según el producto, el trabajo se realiza con ca- rretillas, triciclos o con la fuerza física. + En cada carreta se pueden llevar entre 30 y 40 cajas de manzana con un peso promedio de 20 kg; es decir, que llega a transportar casi 1000 kg en sus espaldas por cada carreta que moviliza. 35
  • 42. [ESTIBADORES TERRESTRES Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA] + En días de cosechas especiales, un estibador puede descargar en 3 horas de trabajo un promedio de cinco toneladas de habas, pallar o arvejas, sin usar guantes ni cinturones especiales para las hernias y el buen funcionamiento de la columna vertebral. Cada estibador de estos productos transporta por jornada entre 15 y 30 toneladas. + Los estibadores de tubérculos son los que tienen la tarea más dura, porque los costales no bajan de 130 a140 kg. Al final de un día, los estibadores de tubérculos (papas, camotes) pueden descar- gar hasta 25 toneladas del producto. Este esfuerzo trae como resultado que los estibadores se sientan derrumbados física y mentalmente. + Por cada saco que carga un estibador terrestre en Lima recibe en promedio de 0.50 a 0.70 cénti- mos de sol. Fuera de la capital la realidad es más dramática. Por ejemplo, en Cusco, reciben 0.20 a 0.50 céntimos de sol por cada saco que cargan los estibadores terrestres. + En un promedio de cuatro a cinco horas, nueve “clasificadores” pueden clasificar entre 18 y 20 to- neladas de productos a granel como, por ejemplo, el choclo. Son comunes las lesiones a los ojos pro- ducidas por el “boleo” del choclo o la cebolla (la manipulación y descarga que sirve para clasificarlos) entre los estibadores que no calculan sus lanzamientos apurados por los comerciantes mayoristas. + En una noche cualquiera, dos estibadores (un boleador –la persona encargada de pasar los pro- ductos que se encuentran dentro del camión– y un estibador) cargaron 100 sacos de zanahoria con un peso promedio de 120 kg, es decir, levantaron entre los dos 12.000 kg y han ganado entre ambos 60 soles. + “Cabecear” un camión significa trepar encima de la carga y empezar a botar los productos hacia fuera del mismo, para que el “apuntador” pese el saco, lo marque y quede listo para que el esti- bador lo lleve hacia el comerciante mayorista, y luego al comerciante minorista, a través de quien llegará a los hogares de Lima. + Son comunes las caídas de los estibadores que caminan por los tablones que unen el suelo con la parte trasera del camión de carga. Los tablones son de por sí fuentes de peligro, son muy angos- tos, no tienen antideslizante y tienen mucho pandeo, lo que origina vibración e inestabilidad. + Existe un alto riesgo de accidente por caída de diferente nivel debido al poco ancho e inestabilidad de la tabla, a la vibración que esta produce al momento de subir, a las condiciones del clima que la hacen resbaladiza y a la pendiente. La altura de caída puede alcanzar cinco metros y el peso de la carga puede caer encima del estibador, causándole graves estragos en la salud. + La jubilación de un estibador debería concretarse a los 60 años pero se resisten a hacerlo porque sólo recibirán un óbolo voluntario de todos los miembros de su sindicato. + El estibador terrestre no usa fajín, guantes o casco durante su labor, por lo que es frecuente que sufra accidentes en la cabeza y en la cara si le caen los productos por un descuido. El 95 por ciento de los estibadores tiene problemas severos en la columna vertebral, hernias y dolores persisten- tes en las articulaciones de las manos y piernas. 36-37
  • 43. Los estibadores realizan un trabajo que a su vez les exige, fuerza física y dotes acrobá- ticas para no ser víctimas de accidentes.
  • 44. el trabajo nocturno desgasta nuestra salud EL TRABAJO DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES SE REALIZA LAS 24 HORAS DEL DÍA Y MUCHAS VECES SIN CONTAR CON LUZ ELÉCTRICA QUE LOS ILUMINE AL MOMENTO DE REALIZAR LA ESTIBA DE LOS CAMIONES.
  • 45. [ESTIBADORES TERRESTRES Y HECHOS QUE DUELEN EN EL ALMA] Los trabajadores no reciben for- mación, capacitación y adiestra- miento para realizar su trabajo en forma correcta. Las activida- des preventivas que deben tomar los estibadores no se encuen- tran documentadas y accesibles a ellos en los mercados. + Cada día llegan a los mercados de Lima 100 toneladas de ají (panca, escabeche, rocoto) que son descargadas en menos de cinco horas por los estibadores terrestres, lo que permite preparar el ceviche, la papa a la huancaína, el ají de gallina, la causa peruana, el rocoto relleno, entre otros. + El trabajo se realiza, por lo general, a partir de las 3 de la tarde hasta horas de la madrugada. En el mercado pesquero, el trabajo se inicia desde las 4 ó 5 de la madrugada, hasta el mediodía. En invierno, en horas nocturnas se llegan a tener temperaturas de 10°C; y en verano, en horas de la tarde se llega a 30°C. + El trabajo se realiza a la intemperie y la sudoración es notoria en todos los casos. Si por algún motivo se interrumpe el ritmo normal del trabajo, el cuerpo caliente es vulnerable a los rápidos cambios de temperatura, que en muchos casos pueden producir enfermedades. + No se garantiza la visibilidad en la zona de “cabeceo”. Esta zona generalmente permanece oscura. En los pasajes por donde transitan los estibadores hay numerosos huecos, lo que muchas veces es causa de que sufran de lesiones en los pies. La iluminación nocturna en los mercados es deficiente, hay zonas de fuerte deslumbramiento y zonas de poca visibilidad. + En algunos momentos, cuando se colocan sacos en altura, se llega a tener contacto con los focos calientes de 200 a 400 watts, así como cables pelados que abundan en los mercados mayoristas y eso causa que los trabajadores se electrocuten. + La severidad de los accidentes que sufren los estibadores genera gran cantidad de días de incapa- cidad, en los que no reciben jornales, porque no tienen ningún beneficio social que les asista. 38-39
  • 47. HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA. 7 ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ? La formación de la clase obrera se empieza a gestar en el país –de acuerdo a Peter Klaren en ‘Nación y sociedad en la histo- ria del Perú’– desde la década de 1870, cuando los poblado- res de Lima entraban a traba- jar a fábricas, molinos, tiendas y construcciones y al puerto del Callao. DESDE LA DÉCADA DE 1890 empezó la urbanización de Lima, capital peruana, en la que en ese en- tonces vivían 114.788 habitantes, cifra que ascendería en 1908 a 172,927 habitantes; en 1920 a 223,807 habitantes y en 1930 a 376,097 habitantes. El Puerto del Callao tenía 35 mil habitantes en 1908. De acuerdo a Klaren, la clase obrera de Lima y Callao era “más dinámica” que la de provincias porque tenían acceso a periodistas, intelectuales y políticos que podían sumarse a sus causas y apoyarlos a través de protestas y medios de comunicación escritos. Como ejemplo, tenemos este aviso publicado en el diario El Comercio reproducido en el libro de Carlos Contreras y Marcos Cueto llamado ‘Historia del Perú Contemporáneo’ que va a continuación: “Con el exiguo jornal que en la actualidad percibimos, cuando lo hay, no nos es suficiente siquiera para llenar las desesperantes necesidades de nuestra familia, por lo tanto pedimos en justicia (…) que el jornal diario que perciba el jornalero, esto es el trabajo de carga y descarga, embarques, desembarques, será de 3 soles diarios, plata peruana, lo mínimo, (…) por cada hora extra (…) se pagará ochenta centavos (…) También pedimos que se extinga el abuso de esas casas llamadas de trato, que con el nombre de contratistas proporcionan tanto para los buques de vela o de vapor, 41
  • 48. [HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA. ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ?] El 10 de abril de 1911 se reali- zó, por primera vez en la historia del país, una huelga general en la que destacó la impresionan- te solidaridad de la clase obrera que determinó la cancelación del trabajo nocturno al que estaban obligados los obreros de Vitarte. gente por menos precio que el especificado en nuestro pedido y reglamento (…) Hacemos presente que si pedimos salario, médico y botica para todo aquel jornalero que se malogre en el uso de sus funciones, es basado en nuestra conservación y riesgos personales y no exponernos a perder la existencia miserablemente”. – La clase obrera, 1 de mayo de 1904 (Publicado en el diario El Comercio, 4 de mayo de 1904) Pero, según los autores de ‘Historia del Perú Contemporáneo’ Marcos Cueto y Carlos Contreras, el crecimiento urbano tenía fisuras: según el censo de 1908, el 58.5 por ciento de los pobladores de Lima no habían nacido en Lima (lo que marca el inicio de la corriente de migrantes a la capital a lo largo del siglo y el 10 por ciento de la población había nacido en el extranjero, en su mayoría provenientes de Italia). De 1876 a 1920, los obreros subieron de 24 mil a 44 mil; mientras que en el puerto chalaco cre- cieron entre 1905 y 1920, de 4000 a 8400. Desde esa época los trabajadores de la Federación de Obreros Panaderos ‘La Estrella del Perú’, las organizaciones que unían a los obreros textiles de Vitarte y a los trabajadores portuarios del Ca- llao, lucharon activamente por mejores sueldos, horarios de trabajo y acceso a servicios de salud. Estos reclamos y la búsqueda de soluciones datan desde la década de 1850, cuando se vivía la era del guano y los trabajadores se unían a través de mutuales: “sociedades en las que pagando una
  • 49. LA ORGANIZACIÓN DE LOS OBREROS EN PERÚ SE INICIO A FINES DEL SIGLO XIX. Concurso Fotográfico “En la Veta de la Historia” (1990), organiza- do por la Federación Minera con el auspicio de ADEC-ATC y TAFOS. cuota determinada ayudaban a los socios enfermos, incapacitados o que fallecían brindándoles ayuda financiera para cubrir los costos mortuorios”. Este tipo de obreros optaban por una política de conciliación con el gobierno antes que confrontarlo con medidas de fuerza. De acuerdo a Peter Klaren, frente a los “mutualistas” emergieron los “anarco-sindicalistas” liderados por Manuel Gonzáles Prada y quien de acuerdo al autor era “aquel rebelde inveterado y defensor de los oprimidos indios y las masas trabajadoras andinas”. El anarquismo que lideraba Gonzáles Prada prometía a los obreros que trabajaban –respectivamen- te– 13 horas y media en Vitarte y 15 horas en San Jacinto, un medio para mejorar los bajos salarios, el desempleo y las terribles condiciones de vida. La primera gran huelga –según refiere el autor de ‘Nación y Sociedad en la Historia del Perú’– que or- ganizaron los anarco-sindicalistas fue en 1904, convocada por los trabajadores portuarios del Callao y se cobró un muerto, quien se convirtió en el primer mártir del movimiento. Este fallecimiento se rememoró el año siguiente en la celebración por el Día del Trabajo y que tuvo a Gon- záles Prada como la figura protagonista, uniendo de este modo a “mutualistas” y “anarcosindicalistas”. De acuerdo a los historiadores Klaren, Marcos Cueto y Carlos Contreras, el gobierno temía a las huel- gas de los estibadores del Callao y de los trabajadores de ferrocarriles porque detenían el flujo de los productos que se iban a vender fuera del país. 42-43
  • 50. Archivo Biblioteca de la Municipalidad de Lima
  • 51. [HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA. ¿CUÁNDO NACEN LOS SINDICATOS EN PERÚ?] En el libro –que se ha convertido en un clásico para las ciencias sociales, la historia y la ciencia políti- ca en el país– ‘Clases, Estado y Nación en el Perú’ de Julio Cotler, el autor señala que “el 10 de abril de 1911 se realizó, por primera vez en la historia del país, una huelga general en la que destacó la impresionante solidaridad de la clase obrera que determinó la cancelación del trabajo nocturno al que estaban obligados los obreros de Vitarte. El mismo año y después de dos de graves explosiones en los centros mineros de la sierra central, que costaron la vida a cerca de 100 trabajadores, el gobierno exigió al Congreso la aprobación de la ley de accidentes de trabajo que, siete años atrás, (José Matías) Manzanilla había propuesto infructuosa- mente. La presión fue tan grande que el Congreso se vio obligado a aprobarla, iniciándose en América Latina este tipo de legislación”. Tras la huelga general y en el mismo 1911, se promulga una ley de riesgo profesional –que fue la primera de su tipo en Latinoamérica y la segunda en todo el hemisferio después de Canadá– que intentó mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y disminuir, aunque sin éxito, las ocho horas de trabajo. En 1913, el entonces presidente Guillermo Billinghurst (1912-1914) logró que el Congreso modifica- ra la ley de accidentes laborales a favor de los trabajadores, lo que le hizo merecedor, según el texto de Cotler, del título de “Primer Obrero del Perú”. El período bautizado como la República Aristocrática por el historiador Jorge Basadre y que duró de 1899 a 1919, donde gobernaron los miembros del Partido Civil, que coincidentemente tenían el mayor poder económico, se terminó de resquebrajar a partir de la promulgación de la ley firmada el 25 de noviembre de 1918, que buscaba que las mujeres y niños que trabajaban tuvieran condiciones decentes de trabajo. Esa norma ordenó que las mujeres y los niños de catorce a dieciocho años de edad trabajasen ocho horas diarias. Paradójicamente, la ley exacerbó los ánimos entre los trabajadores hombres de los gremios textiles y panaderos que se fueron a la huelga, medida que se hizo general el 12 de enero siguiente cuando todos los trabajadores de Lima paralizaron el movimiento económico en el puerto, los mercados y las fábricas, según explicó Klaren en su citada obra. Presionado por la fuerza de los trabajadores y con el miedo por las consecuencias locales de la hu- meante Revolución Rusa de 1917, el entonces presidente José Pardo (1904-1908 y 1915-1919) ordenó la jornada de ocho horas aunque sin variar los salarios existentes. Así, el movimiento obrero peruano obtuvo su mayoría de edad. 44-45
  • 52. se deben controlar los pesos excesivos
  • 53. ¿CÓMO NACE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL DE 8 LOS ESTIBADORES? ENTRE ESTAFAS Y CUESTA ARRIBA En 1964 se formó en La Victoria el primer Sindicato de Estibadores y Envasadores del Mercado Ma- yorista Nº 1. Entre 1968 y 1970, se renovó la estructura del mercado dando inicio al Mercado Mayorista Nº 2 . Con el tiempo vendrían más sindicatos. Pero el camino hacia la organización sindical de los es- tibadores ha sido siempre difícil. A PARTIR DEL 26 DE JULIO DE 1971, se forman los comités de giros de estibadores por productos en cada sección y, posteriormente, en 1972 se forma el Sindicato Único de Estibadores, que reunía a los cargadores de cebollas, hortalizas, granos verdes, limones, tomates y choclos, además del Sindicato de Estibadores del Mercado Mayorista No 2 de Lima (de frutas). Sergio López relata que en la primera ocasión que buscaron organizarse para pedir mejoras labora- les, el Secretario General Anastasio Narváez presentó como parte de su plan de trabajo una tarifa nueva para los estibadores a todos los transportistas: “hubo reclamos de los transportistas de todas partes, sobre todo de los de Arequipa, quienes se cerraban totalmente”. Relata López que de un día para otro, apareció en el sindicato un señor de apellido Castañeda, quien le dice que era empleado del Ministerio de Trabajo y que podría sacar su tarifa a través de una Re- solución Suprema, prometida a partir del año 1979. Los representantes del Sindicato de Trabaja- dores de Arequipa acuden a averiguar al Ministerio de Trabajo y se encuentran “con que la famosa resolución era falsa y estaba firmada por un falso trabajador del Ministerio de Trabajo. A este señor Castañeda le pagamos por sus servicios porque nos aseguró que iba a sacar la tarifa, no recuerdo el precio pero suponía un aumento en nuestros servicios que este señor prometió obtener, pero nos estafó de la peor manera, agarró un papel sello sexto, lo firmó y lo entregó al Secretario General Anastasio Narváez”. 47
  • 54. Archivo FETTRAMAP EL HISTÓRICO DIRIGENTE SINDICAL DE ESTIBADORES DEL PUERTO DEL CALLAO, EMILIO ALBOR- NOZ, EN UN CONGRESO DE LA FETTRAMAP, ACOMPAÑADO DE OTROS DIRIGENTES. Luego, los arequipeños denunciaron a los estibadores terrestres por estafa y Narváez estuvo preso por 30 días en Seguridad del Estado, en días del gobierno militar que dirigía el general Francisco Morales Bermúdez (1975-1980). “Los comerciantes mayoristas y los transportistas se burlaban de nosotros, imagínese, encima de todo, engañados. ¿Por qué pasamos estas dificultades? La familia lloraba y me buscaba preguntán- dome cuándo va a salir Anastasio de la cárcel, una pena, fue bien fuerte. El Estado peruano nos veía como mentirosos, fue una vergüenza. Era muy joven pero sentí que algo se tenía que hacer. Con este golpe, empezamos a adquirir experiencia y a no cesar en el intento de sacar adelante un sindicato unido de los estibadores”, expresó López. Estafados sí, pero jamás vencidos, López se juró a sí mismo sacar adelante el sindicato de estibado- res terrestres y cambiar radicalmente la historia. Enviado por la providencia, en 1980, apareció Emilio Albornoz Alcívar, el célebre Secretario de De- fensa del Sindicato de Estibadores del Cabotaje Mayor del Callao, quien se convierte en el asesor principal de los estibadores terrestres para la formación de la FETTRAMAP. Albornoz “nos dio la luz y se convirtió en nuestro asesor desde la semilla”, recuerda López; al tiempo que señala que se formó una comisión organizadora de la FETTRAMAP que tuvo como Presidente
  • 55. [CÓMO NACE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL DE LOS ESTIBADORES? ENTRE ESTAFAS Y CUESTA ARRIBA] a Víctor Tadeo Escalante; Secretario de Actas a Sergio López Hernández; como Coordinadores a Anastasio Narváez Reyes, Ernesto Rodríguez Reyes y Ciro Bellido Pardo. Con el apoyo de Emilio Albornoz Alcívar, en los siguientes años, los dirigentes de los estibadores terrestres se esforzaron para dar a luz a la FETTRAMAP el 25 de julio de 1982. La tarea que les esperaba era titánica: como FETTRAMAP tenían que pelear por ser reconocidos en el país, y particularmente ante el Congreso, para poder impulsar una ley que mejorase sus condicio- nes de trabajo y que reconociera como un oficio la estiba y desestiba terrestre. En 1985, se aprobó un proyecto de ley a favor de los estibadores gracias a la intervención y ayuda del congresista Roger Cáceres Velásquez pero fue observado por el entonces presidente, Fernando Belaúnde Terry (1980-1985) y volvió de regreso al Congreso. Al respecto, el Secretario General de FETTRAMAP, Guillermo Onofre señaló: “cuando se observó y devolvió el Proyecto de Ley me sentí impotente. Sin embargo no decaímos y con un grupo de dirigen- tes emprendimos nuevamente la lucha con un nuevo Proyecto de Ley modificado”. Gracias a los miembros de FETTRAMAP Sergio López, Víctor Tadeo Escalante y Ciro Bellido, se consiguió que el Ministerio de Trabajo ordene la realización de un estudio laboral donde se definió a nivel institucional cuál es la labor de un estibador terrestre, carretillero y triciclero: “Son trabajadores independientes, agrupados en sindicatos, que laboran en los mercados mayoris- tas de comercialización de productos agrícolas y productos de mar. Realizan el servicio de carga y descarga de los productos de los camiones hacia los puestos de ventas y depósitos”. Así en el año 1987, el Perú oficial los reconocía como parte del engranaje laboral en los mercados mayoristas, al tiempo, que se encaminaban firmemente a la tan ansiada promulgación de una ley que les mejore sus condiciones laborales. Meses después, a pedido del Ministerio de Trabajo, el Hospital 2 de Mayo dirigido por el médico Dante Añaños Castillo, realizó un examen en la columna lumbar y el corazón de 100 estibadores que fueron seleccionados al azar. El estudio concluyó señalando que: “El peso estibado supera con creces de 8 a 10 veces más del máximo permisible para lo largo de la jornada. Que las condiciones de trabajo no son ergonómicas, tomando en cuenta que los estudios hechos sobre la columna vertebral y asentando que el trabajo causa indefectiblemente un daño severo a la estructura ósea y cartilaginosa de la columna”. En ese entonces, el 95% de los estibadores estudiados presentó un serio daño causado por el peso en la espalda, con problemas como “espondiloartrosis” avanzada lumbar y cervical, escoliosis lum- bar de concavidad derecha con mayor frecuencia y de escoliosis lumbar de concavidad izquierda con menor frecuencia. 48-49
  • 56. a nuestros empleadores no les interesa nuestra situación
  • 57. LLEGÓ LA LEY. 9 LLEGÓ LA TRAMPA En mayo de 1989, el Congreso aprobó en mayoría la Ley de Se- guridad e Higiene para los Estiba- dores Terrestres y Transportis- tas Manuales, el logro más im- portante desde que se formó la FETTRAMAP. Parecía que venían los buenos tiempos con la pro- mulgación de la Ley Nº 25047, a favor de los estibadores. FUE EL 15 DE JUNIO DE 1989 cuando el entonces presidente de Perú, Alan García Pérez (1985- 1990), firmó dicha ley. En julio del siguiente año, la FETTRAMAP fue reconocida oficialmente por el Ministerio del Trabajo y Promoción Social. Pero esta ley nunca llegó a cumplirse. La Ley N0 25047 establece que los estibadores terrestres tienen derecho a gozar de vacaciones pagadas dentro de cada ciclo anual de trabajo, “así como una compensación por tiempo de servicios con valor equivalente a la suma que perciban por su mes de descanso anual. Igualmente, tienen derecho a ser beneficiarios del Instituto Peruano de Seguridad Social (actual ESSALUD)”. Esta ley no se ha aplicado porque hasta ahora no se aprueba el reglamento (terminado en febrero de 2009) que regula “los aspectos de contenido laboral y de seguridad social en salud de la Ley No 25047”, a pesar de los esfuerzos denodados de la FETTRAMAP. Ello conlleva a que sean los mismos trabajadores los que tengan que asumir los costos de atención en salud cuando tienen accidentes de trabajo o alguna enfermedad ocupacional. De igual manera, un trabajador que después de muchos años de servicio debe dejar la actividad, no tendrá acceso a una pensión, quedando en total desamparo, viviendo de la caridad o con el apoyo de los familiares. 51
  • 58. INGRESO DE TONELADAS EN MERCADOS No 1 Y No 2 161,560 146,481 Más del 10% fue el creci- miento en la entrada de insumos Mayo Mayo 2007 2008 Fuente: MINCETUR Los mercados mayoristas y terminales representan la comunión entre las diferentes regiones del país y cada peruano. De su desarrollo depende la calidad de los alimentos en el hogar y restaurantes. SIGNIFICADO DE LOS MERCADOS Lugar de acopio de los productos agropecuarios y de la industria alimentaria peruana. Principal centro de abastecimiento para los restaurantes y establecimientos de comida del país. Acceso a alimentos frescos del día en las cantidades necesarias. [Dimensionamiento Integral del Aporte de la Gastronomía y la Industria Alimentaria Peruana. Arellano Marketing] Por otro lado, el 18 de setiembre de 2007, se aprobó la Ley N0 29088, que regula “las condiciones de seguridad y salud en el trabajo de los estibadores terrestres y transportistas manuales de productos agrícolas”. Además la ley señala que “el peso a manipular manualmente, sin ayuda de herramientas auxiliares por el estibador terrestre o transportista manual, no será mayor a veinticinco (25) kg para levantar del piso y cincuenta (50) kg para cargar en hombros. En el caso de mujeres, la carga máxima de ma- nipulación manual será de 12.5 kg para levantar y veinte (20) kg para cargar en hombros”. La ley no se está cumpliendo pese a que el Reglamento para acabar con las cargas inhumanas ya se aprobó. La histórica burocracia del Estado peruano ha empantanado el principal pedido de los estibadores terrestres, los grandes olvidados en la maquinaria laboral peruana y los pilares del nuevo motor de la economía peruana: la gastronomía. 52-53
  • 59. ELEVADOS MÁRGENES DE GANANCIA 79% márgenes alarmantes 12% márgenes preocupantes 9% márgenes aceptables Fuente: Diario Gestión, 18 junio - 2009 Los mercados minoristas representan la opción más cómoda para acceder a los productos agro- pecuarios, no obstante los precios no son manejados de manera sensata. 79% de los productos tiene márgenes de comercialización mayores a 60% 20% de los productos tiene márgenes de comercialización mayores a 100% 203% es el margen de comercialización del olluco redondo. [Dimensionamiento Integral del Aporte de la Gastronomía y la Industria Alimentaria Peruana. Arellano Marketing] ¿Por qué no suben a los estiba- dores terrestres a la ola exitosa de la gastronomía peruana? Al respecto, la periodista y escritora Rocío Silva Santisteban acotó que “los sindicatos fueron orga- nizados, a pesar de todo, pero no han logrado el respeto por las exigencias mínimas de trabajo, pues la precariedad del empleo en el Perú, sigue permitiendo los abusos de quienes tienen la sartén por el mango. ¿Acaso los cargadores son menos ciudadanos que los chefs?”
  • 61. LA SALUD DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES 10 Y LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’ La salud del estibador es la gran víctima. Las condiciones en las que realiza su trabajo causan frecuentes daños físicos tan graves como lesiones irrever- sibles en la espalda, pero tam- bién emocionales, como la insa- tisfacción laboral por el titánico esfuerzo que realiza. Los ries- gos laborales son muchos. MANOS, HOMBROS Y ESPALDA son las partes más afectadas. Según diferentes estudios realiza- dos en los mercados mayoristas de Cusco, Lima y Huancayo por el CENSOPAS (Centro Nacional de Salud Ocupacional), del Ministerio de Salud, se obtuvo que cerca del 90 por ciento de los traba- jadores han sufrido accidentes laborales (caídas y contusiones); la tuberculosis es el antecedente patológico más frecuente (15.7 por ciento) y las lumbalgias y artralgias son diagnosticadas en un 85 por ciento. Por ejemplo, en Huancayo, es frecuente encontrar entre los estibadores lumbalgias (71.4 por cien- to); dolor de espalda (44.7 por ciento); cervicalgia (26.6 por ciento); pterigión (13.3 por ciento); calambres (23.8 por ciento), engrosamiento de piel (80.9 por ciento). Es significativo también que, alrededor del 18 por ciento de los trabajadores, presenten indicadores de ansiedad y depresión. Estos estudios concluyeron que las condiciones de trabajo son deplorables y no cumplen estándares mínimos que permitan desarrollar la actividad con calidad. La manipulación de cargas es la que tiene mayor incidencia en la ocurrencia de estas enfermedades y accidentes de origen laboral. 55
  • 62. estos pesos erosionan nuestra salud
  • 63. [LA SALUD DE LOS ESTIBADORES TERRESTRES Y LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’] El 30% de los accidentes son causados por sobreesfuerzos al cargar pesos, y entre el 60% al 90% de los adultos sufren o sufrirán algún dolor de espalda a lo largo de su vida laboral, lo que afectará su vida social y familiar. Pero existen otros factores de riesgo para la salud del estibador y el transportista manual, que varían según el producto que se manipule o el ambiente de trabajo en que se realice la actividad. Por ejemplo, en el Mercado Pesquero de Villa María del Triunfo, los trabajadores están expuestos a enfermedades bronco pulmonares, alergias, artritis y reumatismo a consecuencia de la manipu- lación de productos congelados diariamente. Los problemas respiratorios son bastante comunes. Los trabajadores del giro de choclos están expuestos igualmente a enfermedades respiratorias, dermatitis y reumatismo porque el choclo llega al mercado con gran cantidad de agua. También están expuestos a accidentes en los ojos y cortes durante la clasificación. Por su parte, los trabajadores de frutas están expuestos a riesgos biológicos por el contacto que tienen con productos químicos para el proceso de maduración de la fruta, fertilizantes, insecticidas, etc. Pero también bacterias, microbios y hongos. Se han dado casos de picaduras por arañas e in- sectos cuando el producto llega de la selva. La presencia de roedores es también común en algunos mercados, dadas las malas condiciones de salubridad. Los servicios de saneamiento básico suelen ser de mala calidad y no existen programas de salud ocupacional en los mercados. Los trabajadores están expuestos a mucha presión al mo- mento de trabajar por el maltrato que sufren de las personas que los contratan. También, suelen tener relaciones familiares débiles debido a su horario de trabajo, lo que provoca desestructuración familiar y tendencia a hábitos nocivos. Si bien la gastronomía peruana goza actualmente de buena salud no se puede decir lo mismo de los 100 mil estibadores terrestres a nivel nacional, ya que por ejemplo, sólo el 0,02% tienen seguro de salud, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). LOS SACOS ‘FRANKENSTEIN’ Alrededor de los Mercados Mayoristas No 1 y No 2 en La Victoria, hay talleres clandestinos de sacos de verduras y frutas, donde rompen los sacos de 50 kg, de diferentes materiales como mallas, sacos de yute, de tela y de polipropileno, y luego los rehacen para que puedan cargar pesos mayores a 100 kg. Estos sacos son mandados a hacer y comprados por los comerciantes mayoristas, quienes se bene- fician con la existencia de estos sacos ‘Frankenstein’ que son enviados con los camiones de transpor- tes de las verduras y de las frutas, que viajan al interior del país y luego, vuelven a Lima. Los sacos ‘Frankenstein’ que se usan en los mercados mayoristas limeños incumplen la reglamenta- ción de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que señala que los sacos para cargar produc- tos alimenticios tengan como máximo 50 kg. Entre sacos ‘Frankenstein’ y leyes que no se cumplen el camino para el estibador es cuesta arriba. 56-57
  • 64. somos invisibles para las autoridades
  • 65. LOS NIÑOS ESTIBADORES EN LOS MERCADOS. 11 UN DOCUMENTAL DE ALEJANDRO LEGASPI El cineasta Alejandro Legaspi —uruguayo radicado en Perú des- de hace años— filmó el corto “En- cuentro de hombrecitos” (1987) en el que narra la vida de Edward Centeno, “El negro”, de 11 años, y de Roberto Velásquez, “El gringo”, de 10 años, quienes trabajaban como estibadores en el Mercado Mayorista de Frutas de La Victoria. EN EL CORTO, “el Negro” señala que “está bien que un niño trabaje porque en su casa habrá nece- sidad para comprar verduras, ropa… yo para ser un buen comerciante, un gran mayorista, un pro- fesional, vender zanahorias… puedo tener un puesto en el mayorista de frutas o trabajar para tener un restaurante”. En tanto “el Gringo” –que ayudaba a su madre a instalar su carretilla para vender desayunos– relata que cuando trabajaba de estibador terrestre no le contaba a su mamá cuando “le dolía la espalda”. El cortometraje termina cuando ambos se encuentran al final del día y comparten experiencias sobre su labor en el Mercado Mayorista de Frutas. Veinte años después, en el año 2007, Legaspi realizó otro documental llamado “Sueños Lejanos”, donde bajo la pregunta ¿qué habrá sido de la vida de los protagonistas de “Encuentro de Hombrecitos”?, ubi- ca a Edward Centeno y a Roberto Velásquez, quienes ya a esas alturas habían abandonado el mercado y se dedicaban a otras labores en el mercado laboral informal. Centeno “el Negro” se dedica a vender la curativa sangre de grado por las calles, mientras que Velásquez “el Gringo” maneja una mototaxi. Al respecto, el documentalista Alejandro Legaspi nos declaró que: “en una entrevista, Gastón Acurio, decía que no era fácil sentirse orgulloso de la gastronomía peruana frente al mundo porque te van 59
  • 66. [LOS NIÑOS ESTIBADORES EN LOS MERCADOS. UN DOCUMENTAL DE ALEJANDRO LEGASPI] a decir “ah, peruano, pero si en el Perú la gente tiene hambre, y tú que me vienes a contar cosas”. Y luego agregaba: “Hambre y gastronomía son in- compatibles, es decir, no es éti- co, no es moral”. “Las declaraciones del famoso chef peruano me trasladaron 20 años atrás, cuando por primera vez fui al Mercado Mayorista de Frutas para filmar el documental “Encuentro de Hombrecitos”. El día estaba comenzando y los primeros rayos del sol se filtraban entre el techo del inmenso mercado. La actividad era febril. Había que transitar con sumo cuidado entre sus estrechos pasadizos procurando no ser atropellado por cientos de carretillas repletas de cajones de frutas que iban de un lado al otro. Recuerdo que quedé impresionado por el contraste entre la belleza y el colorido de las frutas y los rostros tristes de los niños que las cargaban”, concluyó Legaspi. Dos décadas después, la dura realidad a la que se enfrentan los niños y adolescentes sin otras opciones laborales es muy parecida a la que vivieron “el Negro” y “el Gringo” en el Mercado Mayorista de Frutas. El diagnóstico sobre el trabajo infantil y adolescente en el Mercado Mayorista de Frutas en el marco del proyecto de intervención en la erradicación y prevención del trabajo infantil dirigido por Liliana Vega (2008), refiere que de 87 jóvenes y adolescentes entrevistados, 58 eran menores de edad. De esos 58 adolescentes, el 38 por ciento tenía entre 14 y 15 años, mientras que el resto tenía entre 16 y 17 años. De acuerdo al informe, “la legislación vigente es contradictoria en relación con las edades permitidas para esta actividad. Así, el Código de los Niños y Adolescentes la ubica como actividad prohibida para menores de edad. Consistentemente, el listado de trabajos peligrosos la incluyó como tal. Sin embar- go, la Ley de Estibadores Terrestres y Transportistas Manuales establece que pueden desempeñarse en esta actividad desde los 16 años, pero con restricciones”. El artículo 5 de la Ley No 29088 dice que “Prohíbase realizar la actividad de estiba por niños, niñas y adolescentes. La labor de transporte manual sólo podrá ser realizada por mayores de 16 años, siem- pre que el peso a transportar mediante triciclos, carretas o carretillas no exceda en ningún caso los 100 kg”. Pero estas restricciones que benefician a los adolescentes dedicados a la estiba terrestre son letra muerta mientras ninguna autoridad vigile en los mercados mayoristas de Lima y del resto del país que se cumplan. 60-61
  • 67. LOS ADOLESCENTES QUE SE DEDICAN A LA ESTIBA TERRESTRE GANAN EN PROMEDIO 120 SOLES POR SEMANA, ASÎ CARGUEN LAS MISMAS CANTIDADES QUE CARGA UN ADULTO Y QUE EXCEDEN UNA TONELADA POR DÍA. Los ingresos semanales de los adolescentes que se dedican a la estiba terrestre son en promedio unos 120 soles, montos que no llegan al sueldo mínimo pero “son los más altos que perciben los niños y adolescentes trabajadores en Lima Metropolitana, según el estudio titulado ‘Children Working in Informal Sector Marketplaces’ de Dwight Ordoñez (2007). El peso que transportan los adolescentes con carretillas manuales no es menor que el de los adultos, de acuerdo al trabajo de Liliana Vega: cerca del 47 por ciento carga hasta 100 kg por vez y un 52 por ciento carga desde 101 hasta más de 700 kg. Vega resalta que los adolescentes cargan en ocasiones pesos mayores a 200 kg. Así hay clientes que los contratan para cargar entre 30 y 40 cajas de 15 a 20 kg cada una, por lo que reciben unos 25 soles. Por último, en el mismo trabajo, los adolescentes son interrogados sobre sus planes para los próxi- mos tres años, y sólo un adolescente señaló que “continuará trabajando como cargador”; mientras que el 33 por ciento respondió que “estará en otro trabajo y estudiando una carrera técnica”; el 43 por ciento indicó que “estará trabajando y estudiando en la universidad”; en tanto el 13 por ciento que “estará en un mejor trabajo” y el 7 por ciento respondió que “no sabe”. Citando a Legaspi, nuevamente, esperamos que “los sueños lejanos” de los estibadores adolescentes se hagan realidad y puedan salir adelante trabajando en tan difíciles circunstancias.
  • 68. debe haber una justa remuneración por nuestro trabajo
  • 69. LA AUTOESTIMA, LA GRAN VÍCTIMA 12 DE LA ESTIBA TERRESTRE La autoestima de los estibadores es golpeada, hecho comprobable tras realizar una veintena de en- trevistas entre los miembros de la FETTRAMAP, porque se consi- deran “invisibles” ante la socie- dad, tratados como “animales de carga” y ciudadanos de última categoría, que no tienen derecho a mejores condiciones laborales. PARA SERGIO LÓPEZ, dedicarse a un trabajo tan esforzado físicamente y por el que no reciben ningún re- conocimiento social y laboral, ha transformado su carácter “en introvertido y silencioso” con sus familiares: “Si, por ejemplo, hago dos turnos de 6 horas en la noche y regreso a la casa, yo no quiero ni conversar y sólo quiero quedarme callado, recostado por horas. Y si descanso un día o dos, sé que mi señora y mis hijos están allí, pero mi corazón no quiere hablar, me encantaría corregir esa situación y ayudar- les en sus estudios pero el tiempo que le dedico al trabajo, al sindicato, y la salud… no me lo hacen fácil. Para ellos no ha sido diferente frente a mí”, indicó. Al ser preguntado López sobre cómo calificar el trato que le da la sociedad a los estibadores, él respondió: “Siento marginación, ¿qué pasa con este país que me vio nacer?, qué difícil que las autoridades no puedan entender las necesidades de algunos sectores. Trabajamos en pésimas condiciones, en hora- rios nocturnos, de amanecida y a la intemperie.” “Nosotros transitamos con los pesos a nuestros espaldas en espacios llenos de barro y de desechos, es triste, pues desgraciadamente estamos sujetos a cualquier accidente. Varias veces me he caído de pecho con el saco encima.” 63
  • 70. LOS ESTIBADORES TERRESTRES BUSCAN MEJORAR SU CALIDAD DE VIDA. “A partir de las doce de la noche, cuando comienza el abastecimiento de productos para llenar el mer- cado, uno tiene que cargar desde el camión que está en un extremo, luego subir por unos tablones para hacer las rumas de los productos, con pesos excesivos de 100, 120, 140 kg, sobre las espaldas.” “Si en algo le echara la culpa a mi madre, le diría por qué me trajo a este mundo para sufrir esta situa- ción... es triste... pero igual con este trabajo le dí manutención a mis seis hijos. Seguiremos luchando hasta que salgan las leyes que nos ayudarán a proteger nuestra salud.” LLEGÓ LA RECONVERSIÓN LABORAL Una motivación para la labor sindical de la FETTRAMAP ha sido el Proyecto: Salud Laboral, Formación Sindical y Reconversión Profesional para Estibadores de Mercados (PROES), con el apoyo del Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo (ISCOD), la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), y la Junta de Extremadura, España. PROES se ejecutó desde inicios del año 2006 hasta noviembre de 2008, con el objetivo de ofrecer a los estibadores cursos de formación profesional, a través de becas que impulsaron la reconversión 64-65
  • 71. [LA AUTOESTIMA, LA GRAN VÍCTIMA DE LA ESTIBA TERRESTRE] laboral. Otros objetivos han sido dar formación intensiva en salud laboral, la creación de un registro de accidentes de trabajo, la elaboración de mapas de riesgos ocupacionales en Lima, Cusco y Junín. En definitiva, generar una cultura de prevención en riesgos laborales. El Programa de Reconversión Profesional ha otorgado becas de formación profesional en institucio- nes como SENATI, SENCICO, Universidad Privada Cayetano Heredia, Instituto Norbert Wiener y el Instituto Monroy. “La reconversión laboral forta- lece su liderazgo, su capacidad de análisis y de propuesta”. Al respecto, el delegado de ISCOD en Perú, Luis Miguel Monje, señaló: “les hemos puesto los instru- mentos y ellos han puesto las ganas, el interés, el deseo de superarse. Los cursos han elevado la autoestima, ahora se sienten más seguros de sí mismos y eso es muy positivo. Los profesores sólo nos hablan maravillas de su empeño en los estudios, a pesar de tener condiciones más desfavorables. Los aplaudo por el maratónico esfuerzo que significa”. Algunas de las especialidades realizadas han sido informática, albañilería, mecánica automotriz, ele- tricidad, instalaciones a gas, confección textil, operadores de montacargas y diseño gráfico. Los par- ticipantes en estos cursos han sido más de 240. El estibador Jesús Luciano Amau comentó: “al comenzar las clases, me sentía un poco cohibido de no poder expresarme como yo quería. Luego al seguir estudiando me di cuenta de que tenía que perder el miedo y ser yo mismo, como siempre he sido y no ser temeroso. Aprendí mucho con todos los pro- fesores que nos enseñaron, pude ver que no es difícil expresarse delante de todos. Agradezco a todos en general por haberme enseñado en las clases a valorarme y recobrar mi autoestima. Por el trabajo que tengo era un poco rebelde, y ahora puedo valorar a mis compañeros y valorarme”. Por su parte, el estibador de 37 años, Oscar Zegarra contó: “todos los programas que he aprendido a manejar como Corel, Photoshop, Ilustrator, InDesign, me han abierto más la mente, me han hecho ver las cosas de modo diferente porque puedo brindarle más a la sociedad, y no sólo en este trabajo que es bien rígido, bien fuerte, bien matador. Ahora le ayudo a mi hijo en sus tareas, me dice papi hazme esta ecuación, reviso Internet y veo en google otras alternativas de respuesta”. Los nuevos proyectos de ISCOD: Salud Laboral y Protección Social para Trabajadoras y Trabajadores, financiado por Castilla La Mancha y Fortalecimiento de Capacidades de Organizaciones de Trabajado- res Autoempleados, financiado por AECID, vienen dando continuidad a lo realizado con anterioridad.
  • 72. no logramos cubrir nuestras necesidades básicas
  • 73. LA ESTIBA TERRESTRE FUERA DE PERÚ. 13 ¿CÓMO SE REALIZA EN ESPAÑA? Si algo comparten universalmen- te los mercados, es que son un reflejo de su sociedad, en lo positivo y en lo negativo. El car- gador siempre fue un elemento consustancial a la naturaleza de un mercado. Hoy, el operario moderno ya no sufre estigmas, es mucho más profesionalizado y fusionado con la tecnología. CABE RECORDAR QUE LOS INTERCAMBIOS comerciales en Europa fueron una de las actividades económicas más importantes y una de las razones principales del origen de las ciudades medievales. En España, los mercados por aquel entonces eran ya conocidos como mercados de abastos, nombre que han conservado prácticamente hasta los tiempos actuales. De acuerdo a Luis Miguel Monje (delegación ISCOD Perú), los mercados en España solían estar cer- canos al edificio religioso más importante, como la catedral y siempre en un acceso que permitiera el transporte de productos. No abundan las noticias al respecto, pero no es difícil imaginar el trasiego de estas ágoras y algunos cargadores realizando las tareas propias. Con el paso del tiempo los mercados de abastos evolucionaron, pasando de convertirse en lugares itinerantes, ambulantes (que variaban según la disponibilidad de calles o plazas) o incluso a realizarse cada dos o tres semanas, a ocupar lugares fijos, es decir, a ubicarse en edificios propios o específicos y a realizarse cada vez con mayor frecuencia. Esto se hacía también para proteger al mercado de las inclemencias del tiempo. El crecimiento de las ciudades, con los cambios demográficos que trae la tardía revolución industrial obliga a los, cada vez más importantes, municipios a ampliar y desarrollar nuevos mercados que so- lían edificarse en espacios donde había ya una cierta actividad comercial de este tipo. En esos tiempos, entre mediados y finales del siglo XIX, surgen las primeras corporaciones municipales que empiezan a 67
  • 74. [LA ESTIBA TERRESTRE FUERA DE PERÚ. ¿CÓMO SE REALIZA EN ESPAÑA?] Afortunadamente algunos mu- nicipios (de España) ven en sus mercados un patrimonio vivo donde confluyen la ciudadanía, la idiosincrasia y el porvenir en gran armonía. ordenar los puestos de venta de una forma mucho más armónica, separándolos según los productos de venta. También comienza a pensarse en estructuras más adecuadas a estos tiempos “modernos”. Muchos de los mercados de abastos que permanecen en las ciudades de España proceden de aque- llas características estructuras de cánones modernistas, metálicas y de ladrillo rojo. Estas estructu- ras tienen su inspiración en la Arquitectura del Hierro, que fue ampliamente importada desde Francia (inspirándose en los Halles de París). Una vez construidos los mercados con las mejoras arquitectónicas en ventilación, orden y luminosi- dad, surgen prioridades como emplear mano de obra permanente que se dedique a la descarga de los productos que llegaban del campo y del mar. El oficio de cargador es conocido desde entonces como ‘mozo de carga y descarga’. La acepción da a entender que no solía ser realizado por personas mayores, sino por adolescentes o jóvenes, aunque esto es engañoso pues lo más probable es que se realizara también por adultos de toda edad como oficio de por vida. Estos obreros debieron sufrir, sin duda, explotación y desconsideración social. Los estibadores portuarios españoles fueron los primeros trabajadores del transporte en organizar- se sindicalmente. “Se trata de un oficio muy vinculado históricamente a la actividad sindical y, por tanto, duramente reprimido cuando se tendía hacia el asociacionismo, dado que tenían una impor- tancia estratégica en el suministro de productos. Aunque los encontronazos no sólo se producían contra las autoridades, sino también entre los propios trabajadores portuarios afiliados a diferentes sindicatos”, comentó Monje. “Fue muy llamativo el caso de los enfrentamientos entre estibadores de la UGT socialista y la CNT anarquista hacia 1930 por lograr el dominio del puerto de Barcelona. Famosas fueron también las largas huelgas que los estibadores realizaron en la década de 1980 contra la reforma de la OTP (Or- ganización de Trabajadores de Puertos)” para conservar sus puestos de trabajo, agregó.