1. El cuidado de la naturaleza como necesidad
ética
A partir de todo lo establecido, queda claro que nuestra relación con la naturaleza
es intrínseca. No podríamos existir sin ella, sin todos sus recursos y elementos, sin
todo lo que la hace tan perfecta, bella y peligrosa. Como seres racionales, depende
de nosotros hacer el esfuerzo necesario para que todo lo que ella nos brinda siga
existiendo en las condiciones más originales posibles, para que siga siendo fuente
de recursos y de belleza, para que otros seres vivos puedan pervivir al lado
nuestro en el complejo planeta en que vivimos.
Es importante comprender entonces que el cuidado del Medio Ambiente no sólo
nos permitirá deleitarnos con los paisajes naturales y todo lo que la naturaleza ha
creado en millones de años de evolución, sino que será además una forma de
poder cuidarnos a nosotros mismos, como miembros de dicho ecosistema, como
quienes necesitan de él y deben protegerlo por su propio bienestar, evitando los
desequilibrios que puedan terminar con nuestra supervivencia, que destruyan la
belleza y la armonía de la naturaleza, que dejen marcas imborrables en ella y
pongan en peligro la vida.
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2. Protegiendo la tierra de acciones nocivas
cuidaremos la naturaleza
Sobradas muestras existen que la intervención del hombre terminó por
afectar seriamente la calidad y la vida de la naturaleza en nuestro planeta
tierra.
Por caso es que desde diversas áreas como ser la ecología, la protección
del medio ambiente, o como se guste llamarla se ocupan de difundir con
relevancia el mensaje de cuidar la naturaleza que nos rodea para no poner
en peligro la conservación de los seres vivientes ni de aquellos
ecosistemas que integran nuestra planeta.
Para hacer efectivo este fin será preciso crear conciencia acerca de este
tema en todos los niveles, desde los niños en las escuelas, pasando por las
industrias que realizan determinadas acciones que podrían afectar la vida
saludable, hasta los gobiernos que son de alguna manera los responsables
de velar por la seguridad y continuidad natural del estado que gobiernan.
Será imprescindible concientizar acerca de que si una actividad o acción
afecta la naturaleza deberá abandonarse, o en su defecto encontrarse una
vía para realizarla sin que con ella se afecte al entorno natural.
3. Naturaleza humana
También, cuando por alguna razón o situación queremos dar cuenta de la esencia
y propiedad característica que ostenta cada ser vivo, hablamos de la naturaleza
que lo manda y que lo hace actuar de determinada manera. Por ejemplo, la
comunicación es una parte importantísima e integrante de la naturaleza humana
que hace que podamos distinguir a los humanos tan solo por esta razón esencial.
Entonces, la naturaleza humana que es cómo podríamos definir este sentido del
término que nos ocupa nos permitirá expresar a aquellas características que
resultan inherentes a todos los individuos, sean hombres o mujeres, y que además
estarán en estrecha vinculación con la manera en la cual actúan, piensan y sienten.
Asimismo, es común que se use la palabra naturaleza cuando se quiere referir el
carácter o el temperamento que presenta una determinada persona. Con este
sentido, se suele decir, la naturaleza de María es impulsiva. Por otra parte y
siguiendo en este plano que tiene que ver con aquello que nos permite distinguir
un rasgo de una persona o animal, es que el término naturaleza se suele usar para
dar cuenta de la característica física que presenta una persona o un animal.
4. La importancia de la naturaleza en la vida
El ser humano vive de acuerdo al medio social y natural en el que ha
nacido, desarrolla su capacidad creativa tomando del mundo circundante
los elementos para ajustarlo a sus necesidades y aspiraciones futuras.
Podemos decir que la capacidad de prevenir el futuro es lo que lo
distingue del resto de los animales. Esta capacidad es la que lo lleva a
crear defensas y protegerse de posibles agresiones que el exterior pueda
ejercer sobre su comunidad.
En esa puesta en marcha de su previsibilidad ejecuta acciones que no
siempre están de acuerdo con la naturaleza, si bien puede imitar las
formas de la misma, los efectos que devienen luego se contraponen con la
esencia misma humana. Asi nos encontramos en un mundo tecnificado a
tal punto que olvidamos muchas veces la esencia y nos quedamos tan solo
mirando los efectos.
La naturaleza nos devuelve el espejo para observarnos, para volver a
reconocer nuestros rasgos sin que ello haga mella en la trama sofisticada
del pensamiento.
Caminar una tarde de sol entre los árboles pisando caminos de tierra nos
devuelve la sensación de pertenecer a un universo maravilloso y entero, es
como si nada estuviera completo si no estuviéramos allí para sentirlo, y la
naturaleza no estaría completa si no caminásemos con ella.