La autora describe su relación con la tecnología desde la niñez, cuando empezó a pedir artefactos tecnológicos en lugar de juguetes. Explica cómo ha desarrollado una dependencia a la tecnología, especialmente los teléfonos inteligentes, lo que afecta su capacidad de lectura y estudio. También expresa preocupación por los efectos de la obsolescencia programada y la sociedad de consumo en el medio ambiente y cómo esto se relaciona con su experiencia familiar.
1. Relato autobiográfico
Daniela Álvarez Guzmán
Información y documentación
Comunicación social
Pontificia Universidad Javeriana
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La Tecnología y yo
Yo nací en los 90, una década caracterizada por los grandes avances e innovaciones tecnológicas.
Por esta razón, desde corta edad he estado en contacto con la sociedad de la información, he
vivido la trascendencia que han tenido los teléfonos celulares, el internet, los televisores, la
incorporación de la parabólica y los computadores.
Hoy en día me doy cuenta que a partir de los 8 años, cuando adquirí mi primer celular, en lugar de
pedir juguetes en navidad o en mis cumpleaños, empecé a pedir artefactos tecnológicos. Como mi
propio televisor, para ver mis programas y películas favoritas; computadora personal, para hacer
dibujos, trabajos y poco después para chatear con mis amigos por Messenger; cámara, para
tomarme fotos para subir a MySpace, etc.
Actualmente con la innovación de los teléfonos inteligentes, siento que he creado dependencia
tecnología, así como lo platea Nicholas Carr en su libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet
con nuestras mentes? (Taurus, 2011), ¿qué ha pasado cuando por casualidad olvidamos nuestros
celulares en casa? Nos sentimos desprotegidos, incompletos y vulnerables informativamente.
Cuando no estamos “online” estamos desinformados, todo el día que estamos lejos de nuestros
dispositivos móviles experimentamos una sensación de ansiedad y anhelamos el tenerlo en
nuestras manos, solo para saber quién nos ha escrito en nuestras redes sociales o que ha pasado
en el mundo en nuestra ausencia (Carr, N, 2011).
No puedo negar que me gusta y me siento atraída por las innovaciones tecnológicas, ya que me
facilitan la comunicación, compras, información y muchas cosas más. Pero gracias a esta
dependencia tecnológica que he ido creando a través de los años, ha afectado mi forma de estudio
y lectura ya que “Los estímulos de la Red, pueden ser vigorizantes y estimulantes. No queremos
renunciar a ellos. Pero también son una agotadora y constante distracción” (Carr,N. 2011). Quiero
decir, que los actos de lectura y estudio no se tornan lineales, generalmente hago breves pausas
para revisar las redes sociales, las tres cuentas de correo electrónico, ver un video en youtube o
contestar el Whats app.
Es preocupante, que a veces siento que mi cerebro se hace cada vez más lento, a medida que
avanza el tiempo me cuesta más leer un libro completo o hacer mis trabajos sin ayuda del internet
ya que sé que con solo entrar a google puedo encontrar todo lo que necesito. ¿Para qué leer un
libro completo si tengo el resumen a mi disposición?, intento ignorarlo pero es inevitable no tener
la tentación de hacer las cosas más fácil.
2. Por otro lado, deseo resaltar otra preocupación que me rodea. Los estragos que está haciendo la
sociedad de consumo con el medio ambiente, ya que nos encontramos en un círculo vicioso
permanente, trabajamos para comprar y compramos para desechar. “La importancia que le da el
hombre actual al medio ambiente es casi nula ya que la globalización y el afán por encajar en las
nuevas costumbres sociales los ha llevado a olvidar que éste hace parte de un todo, en el cual el
medio ambiente es un factor importante para su supervivencia”. (Valero, V. 2011) Todo esto en
pro de la economía y el sostenimiento de las industrias.
A lo largo de mi vida un ejemplo que puede mostrar este círculo constante y vicioso es que mi
papá es ingeniero electrónico y trabaja, desde hace muchos años, en una empresa mayorista de
tecnología, y visto la realidad de la de obsolescencia programada. Empezando por los rápidos
cambios y avances tecnológicos, en especial los computacionales, que en tan solo año y medio y/o
dos años de uso ya son completamente obsoletos. He podido ver que casi mensualmente llegan
computadores con procesadores avanzados, nuevos diseños o mayor capacidad de memoria;
Cámaras con mayor resolución, conexión a internet y cantidad de cosas novedosas.
Sin embargo, los portátiles que he tenido en casa, no los he cambiado porque sienta que estoy
atrasada tecnológicamente, o porque ya me aburrí de él y quiero cambiar, sino porque, así como
lo plantea el documental comprar, tirar, comprar, simplemente al cumplir dos años de uso
empieza a fallar, no funciona igual o no vuelve a prender. ¿Qué hago en este caso?, adquiero uno
nuevo y así ha pasado con los aparatos tecnológicos como cámaras y celulares.
Un día le pregunté a mi papá: ¿Qué hacen con los computadores que ya no funcionan o que
devuelven por garantía?, el me respondió: los destruyen y los desechan. ¿A dónde van a parar
estos desechos?, no lo sé con claridad, pero si estoy segura que ésta conducta, por parte de las
empresas y la sociedad, le está haciendo un daño atroz al planeta.
Empezando por mí, todos los seres humanos tenemos que crear conciencia de lo que consumimos,
desechamos y el uso que le estamos dando a la tecnología. Ya que estamos afectando al planeta y
nuestro cerebro, ya que por la facilidad y la cantidad de información que podemos recibir a diario
nos estamos volviendo seres pasivos, perezosos, poco creativos y superficiales.
Bibliografia
Carr, N. (2010). Superficiales ¿Qúe está haciendo Internet con nuestras mentes?. Bogotá: Taurus
Valero, V. (28 de agosto de 2011). Sociedad de consumo vs medio ambiente [mensaje en blog].
Recuperado de: http://valeriavalero-lahistoriadelascosas.blogspot.com/2011/08/sociedad-de-
consumo-vs-medio-ambiente.html