1. Sarahi Montserrat Ceballos Jasso, Luis Daniel Osoria Castillo y Cecilia Gabriela Sánchez
Lizcano.
1 A
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EL LAGO DE ZIRAHUÉN
Al principio de los siglos existió una hermosa princesa quien estaba enamorada de un jefe guerrero de una tribu
enemiga. Cuando su padre se enteró de aquel idilio, fingió estar de acuerdo, pues en la voluntad de su hija se veía que
estaba dispuesta a cualquier cosa por lograr su amor. Entonces, dijo a su hija y al guerrero que consentiría en que la
boda se llevara a cabo, pero antes el joven tenía que pelear contra otros caciques. Y así lo hizo. Cuando llegó por fin
ante quien debía ser su suegro, éste le dijo –Has peleado contra caciques como habíamos pactado, pero aún te falta
uno, y ése soy yo. El guerrero le dijo que estaba dispuesto. Todo estaba dispuesto para el combate, pero la princesa le
dijo al guerrero que si hacían el combate no se casaría y renunció a su amor, entonces él se fue y nunca volvió. La
princesa iba todos los días a un monte cercano a llorar su tristeza y quizá con la esperanza de verlo. Un día cuando la
ésta llegó al mismo lugar de siempre, observó que en donde habían caído sus lágrimas se formó un pozo de agua, que
rápidamente iba adquiriendo un enorme tamaño. Ella murió y todo el pueblo quedó inundado en aquellas aguas que
fueron el origen del lago Zirahuén. Este místico lago llena de extraña melancolía a sus visitantes. Aseguran los
lugareños que la princesa aparece de tarde en tarde convertida en una sirena y llora por el guerrero que partió.
También cuentan las personas de ese lugar, que siempre son hombres los que se han ahogado ahí y que es ella
quien los jala hasta lo más profundo del lago, pensando en su amado.
3/09/2012