1. Pedro, el niño prodigio de la "robótica
uruguaya
Su estrategia fue letal. Robotic Brik, el robot de Pedro, avanzaba y decodificaba a su oponente, lo
levantaba en su rampa delantera y lo lanzaba fuera del terreno. Los rounds podían ser de tres
minutos, pero en la mayoría de los casos no superaron los 30 segundos.
El sumo de robots es un deporte en el cual dos robots luchan por quitarse mutuamente de un
círculo. Esa es la propuesta de Sumo.uy un evento que realiza la Facultad de Ingeniería desde el
año 2004.
En 2011 Pedro volvió a ir y presentó allí su primer "seguidor de línea", un robot que debe ser
fabricado para que, de manera autónoma, persiga una raya negra sobre una superficie blanca.
En el liceo -asiste a segundo en el Colegio Seminario- no le han enseñado nada sobre la temática.
"Todo lo aprendí solo, con internet", aseguró. Para complementar, hace dos años realizó un curso
de programación y el año pasado uno de Arduino, una plataforma para crear programas
informáticos.
El premio del evento consistió en un certificado, una medalla y un libro sobre robótica. "El torneo es
más bien para divertirse", afirmó el adolescente. Y también para producir más y mejores robots.
Futuro.
Pero no solo se queda con los robots. Ahora se involucró en el aeromodelismo, un deporte-ciencia
que consiste en el vuelo de aviones reducidos que imitan a los reales. "Ya tengo uno y estoy
armando otro desde cero por partes, que luego pienso automatizar", detalló. El niño prodigio sobre
la robótica en Uruguay ya ganó una competencia y va por más en el futuro.