La isla de Nauru pasó de ser uno de los países más ricos del mundo en la década de 1970 a una isla devastada debido a la explotación excesiva de sus reservas de fosfato. A medida que el fosfato se agotó en la década de 1990, la economía de Nauru colapsó y la mayoría de los habitantes desarrollaron diabetes y obesidad debido a su estilo de vida sedentario y dietas altas en calorías durante las décadas prósperas. Actualmente, Nauru depende de la ayuda extran
1. Nauru: La Isla Devastada por LA ANGLOGOLD ASHANTI
¿Conoce usted Nauru? Esta tranquila isla del Pacífico, la república
independiente más pequeña de la tierra, fue uno de los países más ricos del
mundo entre 1970 y 1980. Hoy, transcurridos unos años, es una isla devastada,
un estado en ruina. Todo comenzó con el descubrimiento y explotación de
fosfato, el «regalo de los dioses», a principios del siglo XX. Con la
independencia de Nauru, en 1968, millones de dólares llegaron a la isla. Con
estos formidables ingresos, el estado y los habitantes adoptaron un modo de
vida occidental, consumista, gastando sin darse cuenta de que el fosfato no era
eterno. El fosfato se agotó en la década de 1990. A partir de ese momento,
cargada de deudas, la isla cayó en manos de los acreedores bancarios, hasta
convertirse en un paraíso fiscal. En la actualidad, Australia alquila tierras en
Nauru, donde ha levantado campos de refugiados expulsados de su país. Los
pocos habitantes que quedan piensan en el exilio…
Desastre ecológico, ruina económica, hiperconsumo, enfermedades crónicas: la
historia de Nauru es, en parte, nuestra propia historia. Este relato es un
ejemplo perfecto: cómo el sueño de la prosperidad puede convertirse, en pocos
años, en una pesadilla.
Abya Yala Internacional
La Isla de la Diabetes: de ciudadanos millonarios y obesos a pobres.
Una historia alucinante
‘Dame tus fosfatos y yo te pasaré mi diabetes’ esos son los términos de un
intercambio que ha transformado una isla ecuatorial del Pacífico central
(Micronesia) en un problema médico. La mayoría de la población sufre o sufrirá
de una verdadera epidemia de diabetes, en una proporción preocupante.
2. Nauru en sus buenos días (desde 1970 hasta casi los 90) gozó de ingresos por
persona que hicieron a sus habitantes más ricos que los ricos de cualquier país
industrializado. Pero, por lo visto a través de generaciones el nauruano fue
desarrollando genes de predisposición a la diabetes los que se activaron por su
forma de vivir, la abundancia de alimentos ricos en calorías, la falta absoluta de
ejercicio físico, y la indolencia innata en aumento desde las generaciones de la
posguerra.
La distribución de los enormes ingresos de su minigobierno, gracias a sus
fosfatos, fue comparativamente casi igualitaria, cosa que tampoco se da en
ninguna parte del mundo. Con tal renta per capita y sin tener que trabajar, la
mayoría de los ciudadanos de Nauru, han desarrollado una tendencia a la
obesidad, al ‘dolce far niente’ y buen vivir. Han sido y son pobres sin embargo
en esperanza de vida que en la isla se cifra en 50 años para los hombres y 55
para las mujeres, aunque las cifras oficiales son siempre inexactas al respecto.
Todo eso según el periodista francés Jean Ferrara que vivió con ellos antes de
la crisis y el profesor Jared M. Diamond, de la Facultad de medicina de la
Universidad de California, quien los estudió sólo como etnólogo en esas mismas
fechas y luego escribió sobre ellos y su diabetes, lo cual permitió seguir casi
paso a paso los avatares médicos en la época de oro.
3. Nauru fue una gigantesca mina, durante tres cuartos de siglo. La explotación
intensiva de fosfatos en la república más pequeña del Pacífico comenzó en serio
en 1906 después que los australianos descubrieran su utilidad como fertilizante.
Ciertamente fue sobrexplotada hasta que la mina se agotó.
Mide 21 kilómetros cuadrados en forma ovalada, 6 km de largo y 4, 5 de ancho.
Está situada al norte de Australia y a 42 kilómetros al sur del ecuador.
Sus habitantes de origen polinesio fueron ‘ descubiertos’ en 1798, por John
Fearn, inglés, y debió de ser un puerto de pescadores o el relé de balleneros
norteamericanos, comandados por el capitán Fearn. Los pescadores fueron bien
recibidos por la población originaria por lo que la bautizaron como ‘ Pleasant
Island’ (Isla Placentera), nombre con el que era conocida cuando llegó allí un
barco de la marina de guerra del II Reich que naturalmense se la anexionó en
1888.
La importancia de la riqueza natural de Nauru, la descubrió por casualidad en
1900, el australiano Albert Ellis, a quien un trotamundos amigo regaló unas
rocas de la isla, simplemente ‘ para los niños’ . Ellis la tuvo sobre el escritorio
un tiempo y nadie sabe cómo, la mandó a analizar y descubrió su riqueza en
fosfatos, cuyas bondades para la agricultura eran ya conocidas desde 1882.
En 1906 se formó un consorcio anglo-alemán, la ‘ Pacific Phospharte Company’,
que explotó viento en popa las riquezas minerales de Nauru hasta 1918, fecha
en que comenzó la primera guerra mundial, la Guerra Europea (1914-1918).
Los alemanes perdieron la guerra y su parte en la compañía al ocupar la isla los
australianos. Después de la derrota del II Reich alemán, la Sociedad de
Naciones adjudicó la isla a los australianos, como ‘ fideicomiso’, el cual
conllevaba la explotación de sus riquezas.
La isla pasó en 1920 a un régimen de mandato de la Sociedad de Naciones, ‘
administrada por Australia, Gran Bretaña y Nueva Zelanda’ . Todo quedaba en
casa, pues todos formaban parte del Imperio Británico.
4. Otra vez la guerra, la paz había durado algo más de 20 años...
Después de la derrota norteamericana ante la flota japonesa en Pearl Harbour
(7 de diciembre 1941), los ejércitos imperiales del emperador Hiro-Hito se
desplegaron por todas las islas e islotes del Pacífico. La toma de otras islas
adyacentes y, más al sur la de Guadalcanal fue el factor por el que los
habitantes de Nauru confiaron en que el poderoso XVI ejército japonés no se
fijaría en ellos que en realidad eran no beligerantes.
Pero su relativa proximidad a Australia y más al sur del paralelo 20º a Nueva
Caledonia hizo que los japoneses quisieran tener las espaldas cubiertas y
tomaron Nauru sin resistencia. Más de la mitad de los nauruanos fueron
deportados al campo de concentración de Truk, en el Guadalcanal ocupado.
Después de tres años de sufrimientos volvieron con vida a Nauru a principios de
1945 sólo un centenar de sobrevivientes.
Australia recuperó la isla y naturalmente los fosfatos que se dedicó a explotar
por medio de la ‘ British Phosphate Commissioners’, multinacional anglo-
australiana-neozelandesa.
Los nauruanos no se adaptaban bien a los ‘ comisionados británicos’ y al
trabajo minero. Siempre habían andado en sus canoas, remando en el mar y
aquello no les iba. En consecuencia pidieron ser sustituidos por ‘ trabajadores
inmigrantes’, en su mayoría de origen chino y polinesio de las vecinas islas de
Tuvalu y Kiribati. La inmigración era bien recibida tanto que la pequeña Nauru
era -siempre en proporción a sus 10.000 nativos polinesios- un enjambre de
australianos, neozelandeses, europeos (llegaron como 500 o 600). Todos los
5. inmigrantes vivían y trabajaban en los fosfatos y en una pequeña mina de
hierro.
Los nauruanos habían pedido cien veces la autonomía a Australia. Y hasta que
formaron el Consejo Legislativo de Nauru ni se les escuchó. Pero su insistencia
forzó a Australia a concederles la independencia el 31 de enero de 1968.
Australia quería quedarse con un hipotético ministerio de defensa y otro de
relaciones exteriores y el ingreso de la nueva república en las Naciones Unidas.
Los nauruanos dijeron que no: ‘ no tenemos enemigos, ni relaciones exteriores,
ni armas, ni ejército’ .
En consecuencia -ya independientes- los habitantes más cultos de la isla se
dedicaron a negociar los contratos con los grandes compradores internacionales
de fosfatos y disolvieron las multinacionales fundando la ‘ Nauru Phosphate
Corporation’ . Los ‘ profesionales’ que se dedican a los negocios, percibían un
sueldo. Los demás, vivían sin hacer nada. Todos eran millonarios.
Desde 1840 los arqueólogos habían descubierto que la isla era en realidad el
producto de la descomposición a través de los siglos de microorganismos
marinos coralinos y la acumulación de las heces de las aves, excelente abono,
lo demás ya lo hemos contado. En los primeros años del siglo, la experiencia de
los científicos australianos, demostró que el aporte de Nauru en fosfatos en los
primeros tiempos del siglo había aumentado considerablemente sus cosechas
de cereales y mientras durara el fosfato, Nauru continuaba siendo un gran
proveedor. Era vital. Y ellos generosos.
La explotación por parte de las multinacionales australianas de fosfatos que
como hemos dicho empezaron ingleses y alemanes en 1906 tenía vigencia
hasta 2020.
Nadie sabía que los depósitos de fosfatos iban a comenzar a fallar en 1980 y se
declararon oficialmente agotados en agosto 1982. Los ‘ profesionales’ locales
tuvieron sólo ciertas obligaciones en la negociación con los clientes. Por la
explotación, Australia pagó al gobierno de Nauru, desde 1969, 900 millones de
dólares anuales que repartidos entre 10.000 habitantes, tocaba a... hasta la
expiración del acuerdo.
6. Los habitantes de Nauru habrán muerto en su casi totalidad para el 2020 y las
generaciones siguientes ni pensaban en lo que pasaría después. La isla sería
entonces una larga franja de playas de arena muy blanca bordeada de
palmeras, con un azul intensa de mar, pero sin infraestructuras, ni fuentes de
riquezas alternativas. Muy bella para verla en tarjeta postal.
Con motivo de la independencia, Australia no compró la isla pero ‘ financió’ un
proceso económico-médico-social que es toda una moraleja para los países del
tercer mundo ricos en materias primas pero pobres en desarrollo y salud. De
esa riqueza se aprovechan los inversionistas africanos y las multinacionales en
que hay africanos influyentes, los políticos, la clase alta. Esos son en cierto
modo, los nauruanos de África o de América Latina. Los millonarios ayer, los
inútiles y corruptos, mañana. Y existen idénticos peligros de que la historia de
la pequeña isla se repita.
En principio, los que acceden a la ‘ independencia’ en esos países cometerán los
mismos errores que la ‘ Nauru Corporation’ al principio. Al verse tan opulenta
invirtió en los años 70 en proyectos descabellados de desarrollo de la isla, así es
que después los 900 millones de dólares decidió gastarlos más o menos en ‘
vivir’ . La explotación de las minas de fosfato a cargo de los trabajadores
inmigrantes que hemos citado fue mejor que la explotación criolla, por
circunstancias diversas.
Los nauruanos ricos pero inactivos seguían en los años de oro su vida de
nuevos ricos. Los que iban naciendo eran ya víctimas de los genes de
predisposición a la diabetes. Hay un médico por cada 700 habitantes y están
bien cuidados. Pero en esos días prósperos no se pensó en crear un hospital-de
acuerdo al tamaño de la isla-o un centro de investigaciones sobre la diabetes y
problemas afines.
7. Los médicos son australianos o neozelandeses. Sus pacientes en general son
diabéticos del tipo A (tipo 1) o del tipo B (tipo 2). Si son bebés van
acompañados de sus padres. Ya todas las familias saben de sobra que la
diabetes es una proporción de azúcar anormalmente alta en la sangre, es decir
más de 1, 40 gr por litro. Su causa proviene de la mala regulación del azúcar en
el organismo por la insulina, la hormona que segrega el páncreas.
En el caso de que sean en general menores de 18 ó 20 años, pertenecen al tipo
1 (A) que aparece antes de esa edad. Son insulina-dependientes y se debe a un
déficit en insulina, provocado por una destrucción de más del 80% de las
células del páncreas... El profesor Diamond describía esas visitas en su tesis y el
celo con que los doctores lo decían a la familia con todo detalle. Así como la
prescripción de su puño y letra y el tratamiento consistente en una inyección de
insulina tres veces al día, durante tiempo indefinido (o sea toda su vida). Como
esos episodios los conocían todas las familias, no había nada más que decir.
Consulta médica en perfecto inglés que hablan los nauruanos, aparte de su
idioma el naurú.
En cuanto a los diabéticos no-insulina-dependientes, iban por lo general -a esas
consultas -lo explica el profesor- también acompañados por su esposo o
esposa, madre o algún primo o prima. Por lo general gente de 40 años ó más.
Por supuesto eran del tipo 2 (B). Eran muy bien tratados para disipar sus
preocupaciones dados sus antecedes médicos familiares. Iban al médico porque
la diabetes les había producido algún mal inesperado, a nivel de órganos,
tejidos, etc... y ya hemos dicho el celo de los médicos australianos y
neozelandeses. Y no vamos a repetirlo, recomendando el libro del Profesor
Diamond.
Las multinacionales no parecieron preocuparse del problema médico, cuando
éste se detectó en 1948. O de hacer algo global e importante para Nauru. Los
que contratan fosfatos, pagan religiosamente su precio y luego dejan que las
8. autoridades del Consorcio Nauruano haga lo que quiera con el dinero. El
Consorcio lo distribuye también religiosamente a sus conciudadanos.
La inactividad de ellos y ellas les produce una tendencia a la obesidad y a la
indolencia. Ya por naturaleza, los polinesios lo son casi desde su nacimiento.
Publicamos una fotografía muy vieja que por si sola explica esa tendencia a la
obesidad.
Tan solo se ha preocupado del tema el mencionado etnólogo Jared Diamond de
la facultad de medicina de la Universidad de California. Según él, ‘ ...están
resistiendo mucho más que un diabético occidental porque sus antepasados
hacían ejercicio de la mañana a la noche. Sus largos viajes en canoa para
sobrevivir como pescadores les volvió un pueblo atlético’ .
Pero aunque el profesor lo discutió con los más doctos de la isla no consiguió
sacarles de su modus vivendi.
Por otra parte, el profesor Diamond dice que antes de descubrir los fosfatos, las
sequías y las malas cosechas tuvieron que llevar una vida muy dura
simplemente para no pasar hambre. Él, explica algo que hoy se sabe de sobra
pero no se cumple y para nosotros eso es otra moraleja porque en occidente en
que la gente tiene que trabajar, la obesidad y la diabetes matan a un
porcentaje muy alto de la población por falta de ejercicio y de una dieta
adecuada.
Otros pueblos como los indios americanos, polinesios de otras islas, habitantes
de Taiwan y de Hong Kong, que fueron colonizados y accedieron a una cierta
autonomía, apenas conocen hoy la diabetes porque están ahora demasiado
9. ocupados. Pero cuando dependían de una gran potencia que los explotaba en
cuanto a las libertades humanas y civiles pero los chantajeaba con dádivas
políticas para detentar el poder, tenían mayor tendencia a esa enfermedad.
La diabetes según el profesor norteamericano se ha extendido en Nauru como
una epidemia infecciosa. Diamond los ha estudiado a fondo y dice que la
enfermedad no ha afectado tanto a los que no tenían predisposición familiar a
ese mal y es curioso que a los dotados de una buena resistencia inmunológica
eso no les haya servido de nada.
A los australianos sólo les preocupaba hasta los 80 que tres cuartas partes de la
isla estuvieran sobreexplotadas y les quedaran sólo para 30-40 años como
máximo y es curioso que la isla de Nauru lo mismo que la isla de Nueva
Caledonia rica en zinc y única en el mundo sufran la misma suerte.
Nauru pasó de ser una comunidad rica en reservas naturales de fosfato a
posteriormente convertirse en paraíso fiscal, lugar ideal para lavar dinero.
La opulencia y el derroche marcaron la debacle del que llegó a ser considerado
un ejemplo de desarrollo económico para las naciones de la región.
En las clases de economía y de derecho internacional se habla a veces de
Nauru como un ejemplo de lo que no debe hacerse, o de cómo la civilización
capitalista ha destrozado en pocas décadas a la que fue su tierra prometida.
"Cuando en la década de los 70 Herbert McLuhan definía al mundo como una
'aldea global' Nauru podía ser esta aldea", explica Luc Folliet, periodista y autor
del libro Nauru. La isla devastada.
En 30 años la isla ha pasado de vivir su época dorada, pagada por el enorme
yacimiento de fosfato (un bien material que los nativos descubrieron a
principios del siglo XIX), a estar en bancarrota y prácticamente aislada del
mundo.
10. Su tierra, antes plagada de vegetación exótica, no es ahora más que montañas
de roca fruto de excavaciones mineras que enriquecieron a sus habitantes a la
vez que destruían la cultura nativa y criaban una generación de población que
muere ahora por diabetes; la isla tiene, con una cantidad de población adulta
obesa del 94, 5 por ciento, el mayor porcentaje de obesidad mundial por
encima de México y Estados Unidos.
El primer presidente de la República de Nauru, Hammer DeRoburt, creó el
término 'Naurutopia' cuando el país alcanzó la independencia en 1968 y se hizo
con el control del fosfato.
Bajo el nuevo mandato, las excavaciones aumentaron de intensidad. En pocos
años, la tierra se convirtió en el paraíso para sus ciudadanos diabetes aparte,
aunque estaba asegurado el traslado a Sidney en caso de que el paciente lo
necesitara, con toda su familia y los gastos pagados.
La opulencia: las vacas gordas
En esos días de sobreexplotación hay cosas que son hasta pintorescas. Así
Hammer DeRoburt decidió por ejemplo que la electricidad también fuera
gratuita y que el Gobierno pagaba incluso a empleadas domésticas. Los locales
invertían su tiempo en su pasatiempo favorito: dar vueltas alrededor de la isla
con sus modernos coches (un paseo de una media hora que repetían sin cesar),
ver en la televisión los partidos de fútbol australianos y comer en restaurantes
chinos que les acercaban la comida a sus coches en bandeja para que no
tuvieran que molestarse en ir hasta la barra.
Eso fue la 'Naurutopia': una tierra perdida donde todo el mundo era feliz y
disfrutaba de la vida. Un mito que vivió en 1979 uno de los mayores
reconocimientos de su historia cuando la reina Isabel II atracó el Queen Mary
en el puerto de la isla y la propuso en su discurso como ejemplo de prosperidad
para los países del Pacífico. Pero este sistema no podía durar eternamente.
Con una población empobrecida y enferma, criada en la época de bonanza y
que ahora tiene que aprender a hacerlo todo de nuevo, el futuro de Nauru es
incierto.
En cuanto a la riqueza, pasa por volver a recuperar tierra fértil que cubra la
ruina de rocas y por un proyecto ambicioso, el secondary mining que basa la
recuperación en la explotación del fosfato que todavía permanece en el suelo.
"Es un proyecto arriesgado porque la política sigue siendo demasiado
inestable", dice Folliet que teme esta "segunda prueba" en la que Nauru debe
demostrar que ha aprendido de los errores del pasado. "No pueden volver a
fallar".
11. Más información en videos y documentos
Cómo la civilización capitalista ha destrozado, en los últimos treinta años, el
país más rico de la Tierra.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=he-hJx6r-b8#!
Nauru, la isla devastada
Cómo la civilización capitalista ha destruido el país más rico del mundo
http://www.youtube.com/watch?v=pRl5ctx-S1M&feature=fvw
Paradise Lost Nauru http://www.youtube.com/watch?v=pRl5ctx-
S1M&feature=fvw
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=fflQqHn0buc
Libro: Nauru La Isla Devastada por LA ANGLOGOLD ASHANTI
http://www.edicionespeninsula.com/es/llibre/nauru-la-isla-
devastada_11936.html
12. Tendencias político-económicas en el control y manejo de los recursos. La Isla
de Nauru ha quedado destruida por la Anglogold Ashanti, Sudáfrica .
https://www.google.co.il/search?hl=ru&gs_nf=1&pq=anglogold+ashanti+y+la
+isla+nauru%5C&cp=33&gs_id=3z&xhr=t&q=anglogold+ashanti+y+la+isla+n
auru&pf=p&biw=1280&bih=677&sclient=psy-
ab&oq=anglogold+ashanti+y+la+isla+nauru&aq=f&aqi&aql&gs_l&pbx=1&bs=
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