One Shot
Advertencias: Muerte de un personaje.
Resumen: A veces las promesas son tan significativas e irrompibles que incluso en la muerte, se cumplen.
Pairing: Jared Leto/Bill Kaulitz
1. Autor: Deniz Schlange.
Género: Romance, angustia, drama.
Tipo: One Shot
Advertencias: Muerte de un personaje.
Resumen: A veces las promesas son tan significativas e irrompibles que incluso en la muerte, se cumplen.
Disclaimer: Todos los personajes reconocidos públicamente son propiedad de sus respectivos autores. Los
personajes originales y la historia es de mi total autoría.
2. No estás solo
—¿Prometes que no te irás de mi lado jamás? —cuestionó Bill mientras acariciaba la melena negra
de Jared, él le sonrió y se inclinó sólo un poco sobre el perfecto rostro del Kaulitz menor para besar la
punta de su nariz.
—Jamás, lo prometo, no hay nada en el mundo que pueda hacer que yo me aleje de ti —musitó
con toda la sinceridad y seguridad del mundo plasmadas en su tono de voz. Bill frunció los labios
ligeramente curvados hacia arriba y enseguida tras besar a Leto le dio las buenas noches con una enorme
sonrisa en los labios. No sabía que esa noche sería la última en la que vería el hermoso tono azul de los ojos
de Jared.
§
Habían pasado dos días desde la muerte de su novio y Bill no había descansado ni un momento hasta
conseguir lo que según él le ayudaría a acabar con el dolor que cercenaba su pecho. Llegó a casa y se encerró
en su habitación, después se dirigió al baño y sacó los tres botes de píldoras que había conseguido, llenó un
vaso de agua y casi con desesperación empezó a tragar todas y cada una de las pastillas que caían en sus
delgadas manos a pesar de que una voz le decía que no lo hiciera.
No pasó mucho tiempo para que el dolor desapareciera, lo hizo justo cuando se vio a sí mismo
tirado en el piso del baño.
—¿¡Qué has hecho!? —gritó Jared a sus espaldas. Bill volteó y le miró.
—Dios mío, Jared eres tú —dijo el menor con una media sonrisa en el rostro. Jared le empujó
hacia su propio cuerpo.
—Sí, pero tú no tienes por qué estar aquí, Bill, regresa —le ordenó el ojiazul con severidad. Bill
frunció el ceño.
—Pero... quiero estar contigo —susurró el pelinegro. Jared negó.
—No, no de éste modo, todavía no es tiempo de que tú vengas aquí, tienes que regresar.
—¿Qué? Pero no quiero estar solo.
—¡No estás solo! —exclamó Jared con desesperación—, yo me he quedado contigo.
—Pero no podía verte.
—Pero ahora podrás, sólo regresa, despierta y compruébalo, cariño por favor —rogó Jared con los
ojos anegados de lágrimas. Bill tragó saliva y justo en el momento en el que giró vio a su gemelo tirado a su
lado, llorando con desesperación.
—¿De verdad te quedarás? —cuestionó Bill y Jared se acercó a él, lo tomó del rostro y le besó
dúctilmente.
—Sí.
Bill cerró los ojos y cuando los abrió de nuevo vio a Tom frente a él hecho un mar de lágrimas.
Tosió bruscamente y trató de incorporarse mientras sentía las arcadas que el medicamento ingerido le había
provocado.
—Oh dios mío, enano me has asustado —hipó el de trenzas mientras estrujaba a su gemelo contra
su pecho.
—Estoy bien —susurró el pelinegro y se abrazó más fuertemente al de trenzas, después alzó la vista
y le vio—. ¿Jared? —inquirió y su novio le sonrió.
—Te lo dije, no estás solo.
FIN