1. El árbol de los cultos
SUDÁFRICA | 22 de Septiembr e
Niñ os de Ing wa vuma
bajo el gran árbol del patio polvoriento. Cuando
llueve, se aglomeran dentro del centro comunita-
rio y participan del culto con los adultos.
Los miembros de la iglesia comparten el cen-
tro comunitario con muchos otros grupos.
Un día, por ejemplo, las mujeres se reúnen a
tejer y a conversar. Otro día, el concejo de la aldea
analiza cuestiones de interés de la comunidad.
Cada sábado, temprano en la mañana, varios
de los creyentes adventistas preparan el centro co-
munitario para el culto. Acomodan las sillas que
sirven de bancos, y colocan una mesa y cuatro
sillas en el frente, para los que presiden el culto.
Poco después llegan los adoradores, que comien-
zan a entonar cánticos de amor a Cristo. No tie-
E l viejo árbol se encuentra en el extremo de
la propiedad, cerca del camino. Su corteza se
ha desprendido como resultado del tiempo y del
nen piano que acompañe sus alabanzas, pero la
melodía de sus fuertes voces fluye a través de las
ventanas y hacia la comunidad, invitando de esa
maltrato de algunas manos traviesas. Sus raíces manera a los demás para que se apresuren a lle-
están gastadas y alisadas por haber servido de gar a la reunión.
asiento para niños y adultos cansados.
OCÉANO ÍNDICO
Pero, el corazón del árbol es fuerte, y sus ramas
brindan una refrescante sombra a todo aquel que
La hora del culto
Los niños se reúnen bajo el árbol de los cultos
se sienta a su reparo. Este árbol es muy especial:
a unos pocos metros de distancia. Ellos también
es el lugar de adoración que utilizan los niños
Y DEL
entonan cánticos de alabanza. Entonces, la maestra
cada sábado. Allí entonan cánticos a Jesús y escu-
les pregunta: “¿Quién puede decir de memoria el
MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN SUDAFRICANA
chan las historias de la Biblia que les cuenta su
versículo de la Biblia de la semana pasada?” Los
maestra. Ese árbol hace de sala de Escuela Sabáti-
niños levantan la mano y, uno por uno, dicen en
ca de los niños.
voz alta el versículo para memorizar.
Entonces llega la hora de la historia. Los ni-
No hay iglesia en Ingwavuma ños se inclinan hacia adelante para ver la lámina
La creciente congregación de la aldea de Ing- que les muestra la maestra mientras les cuenta
wavuma, en la región nororiental de Sudáfrica, se una historia bíblica. La maestra, entonces, les
reúne en el centro comunitario local, que es un hace preguntas sobre la historia, y una vez más
edificio de una sola habitación. Como no hayuna las manos se agitan en el aire, para responderle.
sala que puedan usar los niños, éstos se reúnen Cuando la maestra termina de contar la histo-
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2. ria, les recita el texto de la Biblia para el día: tenemos que preocuparnos por las cosas que ne-
“El texto de hoy es muy importante —les dice–. cesitamos para vivir, porque Jesús lo sabe todo, y
Se encuentra en Filipenses 4:19, donde dice: ‘Mi nos dará lo que necesitamos —agrega un tercero.
Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme —Han respondido muy bien —les dice la maes-
a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús’. A ver, tra con una sonrisa–. Dios conoce nuestras nece-
digámoslo juntos”. sidades, y promete satisfacerlas, de la misma ma-
Entonces, todos los niños se le unen para re- nera en que se encarga de proveer de pastos para
petir: “Mi Dios, pues (anime a los niños de la da- el ganado, y luz de sol y lluvia para que crezcan
se a repetir lo que decía la maestra), suplirá todo los cultivos que necesitamos para comer. Él cono-
lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria ce cuáles son nuestras necesidades, y promete sa-
en Cristo Jesús”. tisfacerlas.
Los niños y la maestra repiten el versículo va-
rias veces. Un lugar especial
La maestra, entonces les pregunta: —A veces Dios satisface nuestras necesidades
—¿Quién puede decirme qué quiere decir este pidiéndoles a otros que nos ayuden —sigue
versículo? diciendo la maestra—. Este trimestre, gente de to-
–Significa que cuando estamos en problemas do el mundo nos ayudará a construir una iglesia
podemos orar a Dios, y él nos va a ayudar –dice aquí, en Ingwavuma. Dios ha escuchado nuestras
un niño. oraciones en las que le pedimos un templo, un
–Significa que si a nosotros nos falta alimento edificio dedicado a adorar a Dios y a compartir
para comer, podemos pedírselo a Dios, y él nos nuestra fe con las personas de la comunidad.
proveerá de alimentos –dice una niña en voz ba- “Dios nos ha provisto del terreno, y ahora estamos
ja. fabricando los ladrillos, para comenzar a construir
a
–Significa que Dios nos está diciendo que no la iglesia. Pero nos llevaría años terminar el edifi-
cio. Sin embargo, en pocas semanas, los adventis-
tas estarán reuniendo la ofrenda del decimotercer
Cápsula informativa sábado a fin de que nosotros podamos tener un
templo donde adorar al Señor. También los niños
 La Iglesia Adventista de Ingwavuma fue es- darán sus ofrendas para que nosotros podamos
tablecida hace unos doce años, cuando un tener un aula de Escuela Sabática solo para niños.
joven pastor que había vivido en el lugar
durante sus años de escuela secundaria sin- “Cuando tengamos un salón de cultos solo pa-
tió la responsabilidad de regresar y ayudar ra nosotros, esos padres permitirán que sus hijos
a crear una congregación en la zona. asistan a la Escuela Sabática y aprendan las histo-
 La mayoría de los habitantes de Ingwavu- rias de la Biblia. Oremos para que podamos cons-
ma se dedica a la agricultura y no pueden truir nuestra iglesia sobre la colina, de manera que
contribuir para la construcción del templo. pueda ser una luz para toda la comunidad”.
Parte de la ofrenda del decimotercer sábado Al planificar la ofrenda del decimotercer sába-
ayudará a construir una iglesia y un centro
de cultos para los niños y los creyentes de
do para el próximo 29 de septiembre, oremos a
www.AdventistMission.org
Ingwavuma. fin de que nuestra generosidad pueda servir para
ayudar a que los creyentes de un pequeño pueblo
 Vea el DVD de Misión Adventista, donde de África puedan llevar muchas personas a los
está la historia de Nokuanda y los niños que
pies de Jesús. 
adoran a Dios bajo el árbol de Ingwavuma.
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