El autor compara átomos y bits, notando que mientras los átomos tenían valor, los bits eran casi sin precio en la oficina de un fabricante de circuitos integrados. Luego asistió a una reunión donde se discutió crear y distribuir materiales como CDs y videos para ejecutivos a través de un servicio como FedEx. Finalmente, señala que los bits pueden circular globalmente a la velocidad de la luz sin peso.