1. Se van haciendo pocos los instantes y cortos los
momentos que le restan a este apartado de nuestra
historia, que se llamó 2005.
Un período cargado de aprendizajes, de anécdotas, de
descubrimientos de seres, lugares y acontecimientos que
marcaron nuestra pequeña historia, de-vida.
Poco a poco las imágenes se desdibujan en nuestros
sentidos y se convierten, tan solo, en recuerdos.
Es tiempo de cernir las experiencias, de dejar pasar solo
lo que nos alimenta; de desechar lo que nos hizo y nos
hace daño.
Es el momento de agradecer a los que nos acompañaron
de corazón, pero mucho más a los que lo hicieron de
obligación.
2. De recordar con emoción cada instante: los alegres, los
tristes, los de concentración, los de ofuscación... Los
malentendidos. Por supuesto, los que nos integraron en
medio de sonrisas e inolvidables conversaciones...
En pocos días, el 2005 hará parte del pasado. Ante
nosotros se impone un nuevo año cargado de momentos
por vivir, de lugares por habitar, de seres para
acompañar, de experiencias para afrontar con
intensidad.
Vamos a recibir el 2006 con la firme convicción de que
será el periodo de cristalización de nuestras esperanzas,
de nuestros sueños. El mejor año de nuestra historia.