Proyecto integrador. Las TIC en la sociedad S4.pptx
Me Invitaras?
1. Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios por todas partes, no se habla de otra cosa sino de lo poco que falta para que llegue el día. La verdad, es agradable saber que, al menos un día al año algunas personas piensan un poco en mí. Como sabes, hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe de qué se trata. Recuerdo el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños hicieron una gran fiesta en mi honor, pero ¿sabes una cosa?, ni siquiera me invitaron. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta, ¡y yo quería compartir la mesa con ellos! En los últimos años todos me cierran las puertas, festejan a un viejito de rojo y barba blanca que dice JO, JO, JO!, como si la fiesta fuera en su honor. Dieron las doce de la noche y todos se comenzaron a abrazar, pero de mí nadie se acordó. Me dí cuenta que sobraba en esa fiesta, y aunque crean que no lo hago, esa noche, lloré. Por eso, espero con ansias llegar a tu casa, porque sé que ahí sí me tratarán como un rey, tú te encargarás de ello. Es mi cumpleaños, y aunque los regalos deberían ser para mí, me gusta mucho que tú también los recibas en mi nombre. Gracias por no sólo esperar regalos para tí, sino por compartir los tuyos con los demás. Gracias por compartir tu comida, por ayudar a los que menos tienen y por visitar a los enfermos, pues es como si me dieras esos regalos a mí. Gracias, amigo querido porque el 24 de diciembre, haciendo a un lado el bullicio de la época, te has asignado la tarea de reunir a tu familia en torno a mí, para que todos en ella recuerden que lo verdaderamente importante es que un día como hoy, yo nací para salvarles. Reza con ellos alrededor del portal, cántame villancicos, eso me hace sentir que allí sí soy el invitado de honor! Que Dios bendiga a todas las familias como la tuya, yo jamás dejo de estar en ellas ese y todos los días del año. TU AMIGO, JESUS ¿Me invitarás?
2. Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios por todas partes, no se habla de otra cosa sino de lo poco que falta para que llegue el día. La verdad, es agradable saber que, al menos un día al año algunas personas piensan un poco en mí. Como sabes, hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe de qué se trata. Recuerdo el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños hicieron una gran fiesta en mi honor, pero ¿sabes una cosa?, ni siquiera me invitaron. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta, ¡y yo quería compartir la mesa con ellos! En los últimos años todos me cierran las puertas, festejan a un viejito de rojo y barba blanca que dice JO, JO, JO!, como si la fiesta fuera en su honor. Dieron las doce de la noche y todos se comenzaron a abrazar, pero de mí nadie se acordó. Me dí cuenta que sobraba en esa fiesta, y aunque crean que no lo hago, esa noche, lloré. Por eso, espero con ansias llegar a tu casa, porque sé que ahí sí me tratarán como un rey, tú te encargarás de ello. Es mi cumpleaños, y aunque los regalos deberían ser para mí, me gusta mucho que tú también los recibas en mi nombre. Gracias por no sólo esperar regalos para tí, sino por compartir los tuyos con los demás. Gracias por compartir tu comida, por ayudar a los que menos tienen y por visitar a los enfermos, pues es como si me dieras esos regalos a mí. Gracias, amigo querido porque el 24 de diciembre, haciendo a un lado el bullicio de la época, te has asignado la tarea de reunir a tu familia en torno a mí, para que todos en ella recuerden que lo verdaderamente importante es que un día como hoy, yo nací para salvarles. Reza con ellos alrededor del portal, cántame villancicos, eso me hace sentir que allí sí soy el invitado de honor! Que Dios bendiga a todas las familias como la tuya, yo jamás dejo de estar en ellas ese y todos los días del año. TU AMIGO, JESUS ¿Me invitarás?