Una impresora 3D genera objetos tridimensionales mediante la adición de material en capas, a diferencia de los métodos tradicionales que sustraen material; utiliza modelos 3D digitales y puede imprimir con plástico, metal u otros materiales; tiene aplicaciones en medicina, ingeniería, educación y uso doméstico.
2. ¿Qué es una impresora 3D?
la impresión 3D no es todavía un fenómeno
masivo en el ámbito doméstico, o como
mínimo podríamos decir que no ha llegado a
convertirse en un objeto cotidiano en el
hogar, como sí lo son las impresoras de tinta
convencionales. Mucha gente desconoce los
conceptos fundamentales de la impresión 3D
y por ello vamos a intentar resumirlos
brevemente en este post.
3. Una impresora 3D es un dispositivo capaz de generar un objeto
sólido tridimensional mediante (y ahí radica la principal
diferencia con los sistemas de producción tradicionales) la
adición de material. Los métodos de producción tradicionales
son sustractivos, es decir, generan formas a partir de la
eliminación de exceso de material. Las impresoras 3D se basan
en modelos 3D para definir qué se va a imprimir. Un modelo no
es si no la representación digital de lo que vamos a imprimir
mediante algún software de modelado. Por dar un ejemplo de
lo anterior, con una impresora 3D podríamos generar una
cuchara, o cualquier otro objeto que podamos imaginar,
usando tan solo la cantidad estrictamente necesaria de
material, y para hacerlo deberemos tener la representación del
objeto en un formato de modelo 3D reconocible para la
impresora.
4. MATERIALES
Los materiales que
actualmente pueden
utilizarse para ‘imprimir’ son
variados y lo cierto es que
influyen bastante en el
coste de la impresora.
Cualquier impresora de
bajo coste suele funcionar
con termoplásticos como
el PLA o ABS. Pero nos
encontramos impresoras
capaces de trabajar con
metal, fotopolímeros o
resina líquida, aunque
resultan prohibitivas para
entornos no industriales.
¿Y qué usos puede tener una
impresora 3D y en qué
campos?. La lista es larga y es
difícil describirlos todos: desde
piezas de instrumental médico
o incluso implantes, pasando
por sus aplicaciones en la
arquitectura, donde puede
pensarse en imprimir objetos e
incluso estructuras,
aplicaciones aeroespaciales,
educación, y por supuesto el
uso doméstico y semi
profesional que abre múltiples
opciones y se presenta como
el futuro de la tecnología.