2. Qué es una impresora 3D?
Una impresora 3D es un dispositivo capaz de generar un objeto sólido tridimensional
mediante (y ahí radica la principal diferencia con los sistemas de producción
tradicionales) la adición de material. Los métodos de producción tradicionales son
sustractivos, es decir, generan formas a partir de la eliminación de exceso de
material. Las impresoras 3D se basan en modelos 3D para definir qué se va a
imprimir.
Un modelo no es si no la representación digital de lo que vamos a imprimir mediante
algún software de modelado. Por dar un ejemplo de lo anterior, con una impresora
3D podríamos generar una cuchara, o cualquier otro objeto que podamos imaginar,
usando tan solo la cantidad estrictamente necesaria de material, y para hacerlo
deberemos tener la representación del objeto en un formato de modelo 3D
reconocible para la impresora.
3. Los materiales que actualmente pueden utilizarse para ‘imprimir’ son variados y lo
cierto es que influyen bastante en el coste de la impresora. Cualquier impresora de
bajo coste suele funcionar con termoplásticos como el PLA o ABS. Pero nos
encontramos impresoras capaces de trabajar con metal, fotopolímeros o resina
líquida, aunque resultan prohibitivas para entornos no industriales.
4. ¿Y qué usos puede tener una impresora 3D y en
qué campos?
La lista es larga y es difícil describirlos todos: desde piezas de instrumental
médico o incluso implantes, pasando por sus aplicaciones en la arquitectura,
donde puede pensarse en imprimir objetos e incluso estructuras, aplicaciones
aeroespaciales, educación, y por supuesto el uso doméstico y semi profesional
que abre múltiples opciones y se presenta como el futuro de la tecnología:
5. En automoción
Ford lleva desde finales de los años 80 utilizando esta tecnología en el diseño de sus
vehículos, concretamente en la fase de diseño de prototipos, ya que es una forma
rápida y efectiva de disponer de los componentes físicamente antes de su producción
final.
En el espacio
Tanto la agencia espacial estadounidense, la NASA como la europea, la ESA, están
trabajando en el uso de impresoras 3D en el espacio que les permitan crear
componentes y herramientas que se puedan imprimir directamente en el espacio,
ahorrando en espacio y peso, al tener que llevar solo el material de impresión,
evitando malgastar estas valiosas capacidades en objetos o herramientas que quizás no
se vayan a utilizar o que una vez utilizados se puedan volver a fundir para crear otros
objetos.
En la industria
Se están encontrando innumerables aplicaciones al uso de la impresión 3D conforme
avanza su desarrollo. Por ejemplo el caso de una impresora que diseña casi cualquier
tipo de zapatilla deportiva con diferentes compuestos y colores
6. En la alimentación
Pasando por la fabricación de pasteles de chocolate (ya que una impresora 3D por
fundido no deja de ser como una manga pastelera que deposita una capa continua
de crema) hasta la impresión de bases de pizzas
En la medicina
El campo de la medicina es uno de los más avanzados en cuanto al uso de las
impresoras 3D. En Estados Unidos, la FDA aprobó en agosto de 2015 el primer
medicamento que puede ser producido por impresión 3D. El medicamento se llama
Spritam y se utiliza para el tratamiento de la epilepsia. La impresión 3D de
medicamentos puede permitir a los médicos recetar dosis más precisas, ajustadas
a las necesidades de cada paciente