Juanito era un niño humilde que vivía en un pueblo llamado Lejano y pasaba sus tardes jugando en un arroyo cercano a su casa con su oveja Tim. Cuando una fábrica abrió en el pueblo y contaminó el arroyo con sus residuos, Juanito se quejó a las autoridades, quienes no le hicieron caso al principio debido a que la fábrica daba trabajo a los hombres del pueblo. Sin embargo, la perseverancia de Juanito llevó a que sus quejas fueran escuchadas y se encontrara