1. De Octaedro a Alguien que anda por ahí, ¿cómo se pasa
de un libro a otro?
“-Un libro no es más que el momento en que un autor
terminó un montón de cuentos, los juntó y los dio a editar. La
separación entre un libro y otro es falsa. Es posible que el
mismo día en que un escritor entrega su libro a un editor, por
la tarde, escribe otro cuento que, por un simple azar, no
formó parte del libro.
No hay voluntad especial de decir: terminé este libro de
cuentos y ahora empiezo otro. La noción de libro no existe
cuando se trata de cuentos.
Es muy diferente de la novela que sí es un ente autónomo.
Además cuando se termina una novela uno queda tan
cansado que la idea de escribir otra no se le ocurre para
nada; en cambio, un cuento sí”
2. Casas............
“Y no sé si les ocurre lo que a mí; yo me quedo
con las casas donde he sido feliz, donde he
asistido a la belleza, a la bondad, donde he vivido
plenamente. Guardo la fisonomía de las
habitaciones como si fueran rostros; vuelvo a
ellas con la imaginación, subo escaleras, toco
puertas y contemplo cuadros. Yo no sé si los
hombres son demasiado ingratos con las casas,
o si en mi gratitud hacia ellas hay algo de
neurosis. El hecho es que amo los recintos donde
he encontrado un minuto de paz...”
3. queda tan cansado que la idea de escribir otra no se le
ocurre para nada; en cambio un cuento, sí.
La prueba es que cuando yo terminé estos cuentos de
Alguien que anda por ahí y se los mandé al editor, me
fui a Londres unos pocos días después y al tomar el
metro vi repetido un póster de Glenda Jackson que me
dio la idea de un cuento que, si yo hubiera mandado
antes el manuscrito, podía haber entrado en el libro.”
De Ernesto González Bermejo, Conversaciones con
Cortázar.
4. “….de alguna manera la poesía es una palabra
que se escucha con audífonos invisibles apenas
el poema comienza a ejercer su encantamiento.
Podemos abstraernos con un cuento o una
novela, vivirlos en un plano que es más suyo que
nuestro en el tiempo de lectura, pero el sistema
de comunicación se mantiene ligado al de la vida
circundante, la información sigue siendo
información por más estética, elíptica, simbólica
que se vuelva.
5. En cambio el poema comunica el poema, y no
quiere ni puede comunicar otra cosa. Su razón de
nacer y de ser lo vuelve interiorización de una
interioridad, exactamente como los audífonos que
eliminan el puente de fuera hacia dentro y
viceversa para crear un estado exclusivamente
interno, presencia y vivencia de la música que
parece venir desde lo hondo de la caverna negra”
De Para escuchar con audífono, en Salvo el
crepúsculo.
6. “No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay
jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma,
entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de
ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que
llaman el pensamiento y que hace la prosa literaria u
otra. Hay primero una situación confusa, que sólo puede
definirse en la palabra; de esa penumbra parto y si lo
que quiero decir tiene suficiente fuerza, inmediatamente
se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la
superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y
el que la padece en una tercera instancia y clara y como
fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro”
ESCRIBIR............
7. ...estamos en Galicia, que conocimos el año pasado y
que nos encantó. Ahora hemos vuelto, no en plan
turístico, sino a buscar una playa tranquila donde
descansar dos semanas antes de la vuelta a París y el
viaje a Buenos Aires. Lourido es un sitio precioso al sur
de Vigo. Se llega en tranvía, hay un hotel donde nos
adoran porque desde el patrón hasta el cocinero todos
han trabajado alguna vez en la Argentina (ramo:
restaurantes, parrillas y bares), y tenemos una piecita
con vista al Atlántico. Hasta ahora dominan los vientos y
las nubes, pero yo ya he tenido oportunidad de medirme
con Poseidón. Resultado: arena en un ojo, y 75 pesetas
de oculista. ¡Oh, el deporte!
GALICIA......
8. EL MALUMNO.......
“El malumno es ese punto que le dice casi en
seguida a la maestra señorita tengo de ir al
servicio, interrumpiéndola justo cuando iba a
explicar que la begonia pertenece a la flora y el
chancho a la fauna. Un buenumno tiene la barriga
controlada pero el malumno justo en la regla de
tres compuesta o en la Santa Alianza. Anda
nomás, dice la martirestra, suspirando en nombre
de Montessori y Mantovani”
9. MUERTE............
….porque soy alguien muy optimista y vital y que cree
profundamente en la vida, la noción de la muerte es
también muy fuerte en mí. Es una noción que no puedo
esconder o buscarle un consuelo con la idea de
resurrección o de una segunda vida. Para mí la muerte
es un escándalo. Es el verdadero escándalo. Yo creo
que no deberíamos morir y la única ventaja que los
animales tienen sobre nosotros es que ellos ignoran la
muerte. El animal no sabe que va a morir. El hombre lo
sabe y reacciona de distintas maneras, histórica o
personalmente.
De Evelyn Picon Garfield: Cortázar por Cortázar
10. “Un paisaje, un paseo por el bosque, un chapuzón en una
cascada, un camino entre las rocas, sólo pueden colmarnos
estéticamente si tenemos asegurado el retorno a casa o al
hotel, la ducha lustral, la cena y el vino, la charla de
sobremesa, el libro o los papeles, el erotismo que todo lo
resume y lo recomienza. Desconfío de los admiradores de la
naturaleza que cada tanto se bajan del auto para contemplar
el panorama y dar cinco o seis saltos entre las peñas; en
cuanto a los otros, esos boy-scouts vitalicios que suelen
errabundear bajo enormes mochilas y barbas desaforadas,
sus reacciones son sobre todos monosilábicas o
exclamatorias; todo parece consistir en quedarse una y otra
vez como estúpidos delante de una colina o una puesta de
sol que son las cosas más repetidas inimaginables”
Lucas, sus meditaciones ecológicas
11. Yo sospechaba, de niño, que ponerle nombre a una cosa
era apropiármela. No bastaba eso, necesité siempre
cambiar periódicamente los nombres de quienes me
rodeaban, porque así rechazaba el conformismo, la lenta
sustitución de un ser por un nombre. Un día empezaba a
sentir que ya el nombre no andaba bien, no era la cosa
mentada. La cosa estaba ahí, nueva y brillante, pero el
nombre se había gastado como un traje. Al darle
entonces una nueva denominación, me probaba
oscuramente que lo importante era lo otro, esa razón
para mi nombre. Y durante semanas la cosa o el animal
o la persona se me aparecían hermosísimos bajo la luz
de su nuevo signo
De Diario de Andrés Fava
12. Si eres un animal político como yo lo soy, por vocación y por
naturaleza, es relativamente fácil entregarse a la escritura, y las
dificultades están en ir subiendo, digamos, por el camino de la
perfección literaria. Pero si descubres un día, de golpe, que tienes
una responsabilidad extra-literaria, pero que la tienes, sobre todo,
porque eres escritor, ahí empieza el drama. Porque, ¿cuál es la
razón de que un artículo político mío sea muy comentado, muy
reproducido, muy leído? No es porque yo tenga el menor talento
político, que no lo tengo, sino porque, tras muchos años de escribir
mi responsabilidad como argentino y como latinoamericano frente
a los problemas pavorosos que tienen nuestros países es
aprovechar ese acceso a miles de personas. Yo sé que hay
pérdidas, lo sé muy bien; sé que si me dedicara sólo a la literatura
ese libro con el que estoy soñando quizá estuviera terminado ya.
Pero como tengo la intención firme de escribirlo, no todo está
perdido.
(De la entrevista de Rosa Montero, “El camino de Damasco de
Julio Cortázar”, 1982