El documento presenta un resumen de 6 pergaminos que contienen enseñanzas sobre el arte de la venta. Los pergaminos enfatizan la importancia de desarrollar buenos hábitos, amar a los demás y a uno mismo, persistir ante los fracasos, aprovechar las propias cualidades únicas, vivir el presente sin preocuparse del pasado o futuro, y dominar las emociones para vender con alegría. El documento narra la historia de cómo Hafid recibió los pergaminos y los usó para convertirse
Plan lector 2012 sobre libros de superación personal
1. “Año de la Integración Nacional y elReconocimiento de Nuestra Diversidad”
Área: Comunicación
Plan lector 2012
Profesora: Martha Peña
Alumno: Nicolas Santivañez Romero
Grado: 4º
Sección: Única
El Tambo – Huancayo
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2. Índice
1.- Julio: El diario de Daniel
2.- Agosto: El vendedor más grande del mundo
3.- Septiembre: Mi planta de naranja lima
4.- Octubre: Atalanta
5.- Noviembre: Verónica decide morir
6.- Diciembre: El sueño del celta
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8. Resumen
Hafid era uno de los más grandes vendedores del mundo, vivía en un palacio inmenso lleno
de riquezas y cada día recibía bienes para vender y así con ellos enriquecerse más, su vida
era “perfecta”, pero él mismo se dio cuenta de que estaba llegando a su fin.
Asimismo, llamó a Erasmo que era su principal tenedor de libros y le ordenó que vendiera
todas las pertenencias que tenia para vender y que hiciera un recuento de todo el dinero que
poseía y que lo repartiera entre los pobres, y demás trabajadores, y también le dio buena
parte a él y su palacio; como Hafid sabía que Erasmo tenía una gran ambición de ser
vendedor le dijo que le iba a dejar el más preciado de todos sus tesoros y riquezas. Así que
una vez encomendada la tarea al día siguiente Hafid llevó a Erasmo a una sala dónde no
había entrado nadie en todos los años que Erasmo llevaba al lado de Hafid, unos comentaban
que si tenía lingotes de oro, otros que si productos de incalculable valor,... Pero en esa sala,
guardada día y noche por un guardia, no había más que un cofre con unos pergaminos dentro.
Hafid le preguntó si no se había quedado despagado y él le dijo que un poco, pero al
explicarle Hafid que esos pergaminos contenían el secreto del arte de vender Erasmo
comprendió enseguida aquel misterio. Hafid le dijo que él había visto una luz en Erasmo y que
era la señal de que debía entregarle a él los pergaminos, así que Erasmo se comprometió con
Hafid a acompañarlo hasta el día de su muerte y entonces quedarse con el palacio de Hafid,
con una parte de sus bienes para empezar a prosperar en el negocio y con los valiosos
pergaminos.
Ante esta conversación, Hafid, no puede evitar empezar a recordar cuando su jefe, Pathros le
entregó los pergaminos. Lo recordaba como si fuese ayer...
Hafid era el camellero de Pathros, un día fue a hablar con él y le dijo que no estaba muy
contento con su trabajo que siempre había soñado ser un gran vendedor como su jefe, así
que, Pathros, al considerar a Hafid tan buen empleado y tan leal, le dio la oportunidad de
comenzar su carrera de vendedor, pero antes de que partiera le dejó muy claro que el objetivo
en la vida de cualquier vendedor no tienen que ser únicamente las riquezas materiales, más
bien la única meta podrían ser las riquezas del corazón. Le dijo que esa ambición que tenía
que la tenía que aprovechar pero para sacar dinero para su familia, y que todavía no la tenía,
aunque luego se pensó en la hija de uno de esos ricos comerciantes y Pathros entendió las
ambiciones de Hafid. No se lo iba a poner fácil, nunca lo había hecho, le dijo que se
presentara ante los vagones de la mercancía nada más amaneciera y allí le entregarían uno
de los más hermosos mantos del mundo, le dijo que cogiera el manto y un asno y que partiera
hacia Belén ya que ninguno de sus comerciantes vendían jamás allí, porque se decía que era
un lugar tan pobre que no tenía ni para comprar mantos, pero, sin embargo, Pathors había
vendido allí más mantos que en cualquier otro lugar. Hafid le preguntó por el precio, y éste le
dijo que por lo menos un decenario de plata que le tenía que enviar a él y que si sacaba algo
más se lo podía quedar para él mismo. Le dijo que no pondría a nadie para que ocupara su
cargo cuando regresara por si acaso se arrepentía.
Hafid partió hacia Belén y la suerte no le acompañó llevaba allí cuatro días y no había
conseguido vender el manto y empezó a preguntarse sí acaso él no sería un buen vendedor,
pero luego se acordó de Lisha, la mujer a la que amaba, y su moral subió y pensó que primero
le costaría bastante vender las cosas pero que con el tiempo y la practica conseguiría ser el
mejor vendedor. Así que se fue a la cueva dónde tenía sus pertenencias y se encontró con
que había luz, entonces decidió ir en silencio para tratar de descubrir al ladrón; pero al entrar
en la cueva se encontró con la sorpresa de que había una pareja con un hijo en brazos, con la
única protección de las mantas roídas de su padre y de su madre, Hafid sintió tanta tristeza
que decidió regalarle el manto que debía de vender a aquel niño, y aunque tuviera que
regresar con las manos vacías nada le iba a quitar la sensación de bienestar que se produjo
en su interior cuando la madre del niño le dio un cálido beso de agradecimiento.
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9. Así Hafid volvía con la cabeza cabizbaja y no lograba entender como había sido tan necio de
regarle a alguien que no conocía el precioso manto de su jefe Pathros.
Cuando llegó al campamento, Pathros estaba muy contento y le dijo que no olvidaría esa
noche nunca y todavía se puso más contento al ver las manos de Hafid vacías, ya que éste
suponía que había vendido el manto. Pathros le invitó a entrara en su tienda y allí dentro Hafid
tuvo el valor de confesarle que había regalado el manto a una familia pobre, Pathros le dijo
que esta noche no le había beneficiado pero que a él si, puesto que detrás de Hafid había
venido una estrella durante todo el camino que había curado a Pathros de una ceguera que le
costaba admitir, pero que sólo le podía explicar el significado de esa frase cuando regresaran
a Palmira, y que si a Hafid no le importaba mucho volver a su antiguo trabajo de camellero por
el momento, y éste le dijo que encantado y se fue un tanto preocupado, por eso Pathros le dijo
que se fuera tranquilo que no había fracasado.
Estando ya en Palmira una mañana Pathros llamó a Hafid y le preguntó que si todavía tenía la
ambición de ser vendedor y Hafid le dijo que si, entonces Pathros le dijo que su vida estaba
llegando a su fin y que había estado buscando una señal, para dejarle a alguien, los
pergaminos que contenían el arte de vender, y que como tenía mucha confianza en Hafid y vio
la estrella que acompañó a éste el otro día vio que era el elegido para recibir los pergaminos.
Le dio el cofre con los pergaminos, y 100 talentos de oro, le dijo que fuera a Damasco, pues
era ciudad para poner en práctica todo lo que le enseñaban los pergaminos; una vez allí
cogería el pergamino número uno y lo leería repetidamente hasta estar seguro de entender
perfectamente su significado, luego tendría que hacer lo mismo con los otros pergaminos, de
los cuales cada uno le enseñarían algo fundamental para ser el mejor vendedor. Una vez
leídos todos los pergaminos, y entendidos perfectamente, no debía acumular todas las
riquezas para él las debía repartir a mitad entre los menos afortunados que él. Y luego le dijo
la condición más importante que era que nadie podía saber lo que ponía en los pergaminos
excepto él; y que un día aparecería una persona que le daría una señal, y que cuando él
estuviera seguro de corazón de que es la persona elegida le haría entrega de los pergaminos.
Así Pathros se despidió de él, y le dijo que no lo iba a volver a ver jamás, y le deseó felicidad
con su amada Lisha.
Llegó a Damasco y sintió miedo, al ir solo y sin la protección de Pathros; lo primero que hizo al
llegar allí fue buscar posada, pagó un mes por adelantado y dejó su mula. Una vez echo esto
volvió a su habitación y abrió el cofre admirando los pergaminos, y una vez más, se derrumbó
al pensar que sólo con eso podría llegar a ser uno de los vendedores más grandes del mundo,
puesto que había gente que servía más para esta profesión.
Se quedó durmiendo y a la mañana siguiente recordó las palabras de Pathros, “El fracaso
nunca te sobrecogerá si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente
poderosa”, y ahora más decidido que nunca comenzó a leer el primer pergamino.
El pergamino número uno
Decía que hoy comenzaba una nueva vida, en las que muchos habían fracasado y fallecido,
pero éste no iba a ser su caso, iba a luchar y al fracaso no iba a ser su recompensa;
anteriormente había aceptado el fracaso como el dolor pero ahora lo iba a rechazar. Piensa
que no tiene los conocimientos necesarios, pero el pergamino le dice que si que los tiene que
la naturaleza se los ha dado lo único que tiene que hacer es ponerlos en práctica.
También dice que la diferencia que existe entre aquellos que han fracasado y aquellos que
han tenido éxito está en los hábitos de cada uno, los hábitos buenos son la base de todo el
éxito. “Me formaré en los buenos hábitos, y seré esclavo de esos hábitos”, dice en el primer
pergamino; así que lo primero que tiene que aprender es a destruir los malos hábitos, y lo va a
hacer a través de esos pergaminos, tenía que coger un pergamino y leer su contenido todos
los días del mes, una vez nada más levantarse, otra vez después de comer, y antes de
acostarse lo lee en voz alta; así tenía que hacer con todos los pergaminos, y así estos se
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10. convertirían en parte de su mente activa y se filtrarían en la otra mente pasiva. Entonces se
levantará todos los días con la energía suficiente para afrontar lo que sea, y ni un solo día
puede permitirse dejar de leer el pergamino, si un día lo deja ya no lo podrá recuperar y no le
servirá para nada.
El pergamino número dos
Saludará al día con amor, porque es la arma más poderosa de cualquier empresa y si tiene
esta arma a favor suyo nada le podrá fallar. Podrán desconfiar de lo que dice, de lo que hace,
de lo vende... pero si tiene amor este se contagiará y llenará el corazón de los otros. ¿Cómo lo
hará? Amando todo lo que le rodea por insignificante que sea, hablándole bien a sus
enemigos para que se conviertan en sus amigos, no criticando a nadie,...
Amará a todo el mundo porque todo el mundo tiene algo que enseñarle o algo de lo que él
puede aprender; amará tanto a los que fracasan, como a los que tienen éxito, a los feos, como
a los guapos, y así a todas las personas.
Sobretodo se amará a sí mismo, porque vale; y tratará su cuerpo con limpieza y moderación, y
no permitirá que el mal entre en él.
Con el amor todo es posible.
El pergamino número tres
Tiene que persistir hasta que alcance el éxito, porque ni el fracaso ni la derrota son parte de
él, así evitará no escuchar a los que se quejan porque puede que se le contagie.
Los premios de la vida están escondidos nunca puedes saber donde están, así que tiene que
persistir porque puede que el premio mayor esté más cerca de lo que se imagina, siempre
dará un paso más y otro, todos los que sean necesarios.
Jamás aceptará la derrota, y las palabras que le insulten y le digan que no vale para nada, no
se derrumbará y persistirá para alcanzar el éxito; siempre hará todo lo que pueda y cada
obstáculo le ayudará a superar el siguiente, no se detendrá por nada y olvidará los
acontecimientos del día anterior así logrará alcanzar el éxito.
El pergamino número cuatro
Tiene que aprender que es una criatura única y especial, que por muchas personas que hayan
en la tierra nadie va a ser como él.
Ya que nadie es como él intentará no imitar a los demás en ninguna de sus formas de hacer
las cosas porque cada uno es diferente y especial.
Puede hacer todo lo que quiera, todo tiene valor, pero debe aprender a aprovechar su
potencial ya que la mayoría de éste se desperdicia, así cada día se esforzará por vender un
poco más y no se conformará con lo que vendió ayer.
Es un milagro de la naturaleza y cada día intentará mejorar su capacidad para vender, pero lo
separará de su familia, ni en el mercado habrá familia ni en la familia mercado.
Nunca se dejará engañar por los disfraces de las personas mirará más allá de su apariencia
externa, y se dará cuenta de los engaños.
Sobretodo aprenderá que es único.
El pergamino número cinco
Tiene que vivir hoy como si fuera él ultimo día de su vida, no pensará en el ayer eso queda
sepultado cada día que pasa, y sepultado con el ayer está el mañana, nunca pensará en lo
que le va a pasar mañana, no se debe de atormentar por él.
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11. Cada hora del día es algo que no se va a volver a repetir, así que no debe malgastar ni una
sola hora, ni conservar algo para gastarlo mañana, ya que no tiene que pensar en el mañana.
Aprenderá a no malgastar el tiempo en cosas ociosas, sino en demostrar su afecto y cariño
por los demás.
Hará las cosas a su tiempo, las que tenga que hacer hoy las hará hoy, y cada día se esforzará
más porque quiere superarse, tiene que vivir hoy como si fuera el último día, y quiere que ese
último día sea el mejor de todos.
El pergamino número seis
Tiene que dominar todas sus emociones, porque si no consigue hacer esto su vida será un
fracaso, tiene que aprender a controlar sus pensamientos para que éstos no dominen a sus
acciones, tiene que vender con alegría así ésta se trasmitirá. De esta forma cada vez que
sienta una cosa negativa, hará lo contrario, o algo para intentar controlar ese mal sentimiento;
de la misma forma que si tiene algún sentimiento demasiado positivo, tiene que recordar otro
algo negativo para que esto no se le suba a la cabeza.
Así conseguirá dominar todas las emociones, y así también conseguirá ver las emociones en
los rostros de los demás.
El pergamino número siete
Dice que se tiene que reír del mundo, que ningún ser excepto el hombre, tiene la virtud de
reírse, de modo que tiene que aprovechar este don. Cuando las cosas le vayan mal, lo
primero que tiene que hacer es reírse, y cuando vea algo que le puede pasar, él mismo se
dirá “Esto pasará también”, porque todo, al fin y al cabo, tiene que pasar, así que él se reirá, y
contagiará esta risa a todo el mundo, a veces sin ganas para que le compren los
compradores, pero se reirá.
Así nunca más derramará lágrimas que no sean de sudor, y jamás se olvidará de reírse de él y
de los demás; porque para tener éxito tiene que reírse y ser feliz.
El pergamino número ocho
Este día de hoy multiplicará su valor un cien por cien, si el hombre puede hacerlo con las
cosas, ¿no puede hacerlo también para él mismo? La respuesta es afirmativa, y con una
ventaja y es que el hombre puede elegir lo que quiere multiplicar. Para lograr esto tiene que
fijarse unas metas cada cierto tiempo, y recordando en el pasado se dará cuenta de lo que ha
hecho y verá que puede conseguir todas las metas que se proponga y logrará multiplicar su
valor todo lo que quiera. Cada vez las metas serán más grandes, más difíciles de conseguir, y
tropezará, pero no caerá seguirá adelante, nunca estará satisfecho con lo que ha hecho,
siempre tendrá una meta mayor, y anunciará esta meta a todo el mundo, pero jamás
anunciará sus éxitos. Y así logrará multiplicar su valor todo lo que quiera.
El pergamino número nueve
Dice que los sueños carecen de valor alguno, al igual que las metas, que tiene que pasar a la
acción para que estas cosas tengan valor. Tiene que proceder en todos sus pensamientos
porque “es mejor proceder y fracasar que quedarse inactivo y salir del paso a duras penas”.
Así pues todos los días hará lo mejor, procederá y cuando no se sienta capaz recordará que
para tener éxito es necesario proceder ya.
El pergamino número diez
Dice que todo hombre tiene un Dios, el que sea, y al cual tiene que orar todos los días, pero
no para pedir riquezas ni cosas materiales, sino para que éste le señale el camino que le lleva
a conseguir todas estas cosas materiales. Y así este pergamino le dice la oración que le tiene
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12. que rezar a su Dios para que le dé fuerzas para seguir adelante, le ayude, y le marque el
camino que tiene que seguir para llegar al éxito.
Y después de recordar todo esto Hafid esperó el día en que llegara su muerte, acompañado
únicamente de aquel tenedor de libros que era Erasmo.
Un día llegó un señor a la puerta del palacio de Hafid y le dijo a Erasmo si podía pasar a visitar
a su señor, que sólo quería hablar con él, Erasmo después de pensárselo mucho le dejó
entrar y le llevó donde estaba Hafid. Este señor le preguntó si era el más grande vendedor del
mundo, a lo que Hafid contestó que así le llamaban, y procedió a preguntarle que quería;
Pablo comenzó a contarle una historia que le había pasado hace cuatro años, en la que se
contaba que apedrearon a un santo llamado Esteban por seguir a Jesús, de quien él también
era seguidor, siguió contando la historia y le dijo que años más tarde Jesús se le apareció en
sueños y le dijo que se dirigiera a la ciudad y una vez allí le diría lo que tenía que hacer, una
vez allí se dio cuenta de lo que tenía que hacer era predicar que Jesús, al que habían
asesinado era el Hijo de Dios, y aunque mucha gente no le hacía caso él seguía predicando,
se dio cuenta de que no predicaba bien la palabra de Dios, y la misma voz de antes le dijo que
si quería seguir predicando que buscara al más grande vendedor del mundo porque él le
enseñaría el camino para esparcir su palabra. Hafid le pidió que le contara cosas de Jesús, y
éste le contó todas las cosas buenas que había hecho en su vida, y le dio el manto con el que
Jesús nació, entonces Hafid se dio cuenta que había sido a ellos a quiénes les había regalado
el primer manto que Pathros le había dado para vender. Hafid se dio cuenta de que esa era la
señal y mandó a Erasmo traer el cofre con los pergaminos, porque ya había encontrado al
vendedor que buscaba.
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14. Primera parte:
1)El descubridor de las cosas: Zezé, hijo de una familia pobre, camina con su hermano Totoca,
quién le enseña cosas, como a cruzar la carretera Río-San Pablo. Ambos van a ver la casa donde,
próximamente, se van a mudar, ya que su padre está sin empleo y no han pagado el alquiler de la
casa vieja. Zezé aprende a leer con sólo cinco años y sin que nadie le enseñe, por esta razón su
tío Edmundo le regala un caballo de juguete que él le había pedido.
2)Una cierta planta de naranja-lima: en la familia de Zezé, cada hermano mayor cuidaba de uno
menor. Zezé cuidaba a Luis y jugaban mucho tiempo en el patio. Toda la familia fue a visitar la
casa nueva, en ella los hermanos de Zezé escogieron un árbol para apropiarse de él, pero Zezé
tuvo que conformarse con una pequeña planta de naranja-lima. De pronto, Zezé, comienza a
hablar con su planta y se hacen muy amigos.
3)Los flacos dedos de la pobreza: Zezé se entera que vendrá al pueblo un camión lleno de
juguetes para repartir y le pide a su hermana Gloria que lo acompañe. Al otro día Zezé prepara a
su hermanito Luis para ir al reparto de juguetes, Gloria no iba a poder acompañarlos, y por eso se
van con el cartero. Éste los deja antes de destino y los dos hermanos siguen caminando solos. Van
muy lento a causa del cansancio y cuando llegan, el camión ya se había ido. Están a un solo día de
navidad, y Zezé decide regalarle su caballo de juguete a Luis. Al otro día Zezé descubre que no
había recibido regalos y dice: “¡Qué desgracia es tener un padre pobre!”, delante de su papá, y
este se enoja y se va. Zezé trabaja todo el día, y con lo que recauda le compra un paquete de
cigarrillos a su padre, y con esto se reconcilian.
4)El pajarito, la escuela y la flor: la familia de Zezé se termina de cambiar de casa. Zezé se porta
muy bien, hasta que asusta a una mujer haciéndole creer que una media vieja es una cobra. Zezé
recibe una paliza cuando lo descubren. Zezé luego de una charla con su tío Edmundo, se da
cuenta de que ya no necesita el “pajarito” de su interior (que le había ayudado a descubrir las
cosas) y por eso, lo libera. Zezé comienza la escuela y le lleva flores a su maestra, hasta que ella
se da cuenta que esas flores son robadas, por eso le dice a Zezé que no traiga más flores, que
cada vez que mirara el florero, se imaginaría que tenía hermosas flores.
5)En una celda he de verte morir: Zezé consigue cera de velas de velas y encera los escalones
de la entrada del casino y una señora se resbala y se cae, afortunadamente (para Zezé) la noticia
no llega a su casa. Zezé deja de ir los martes a la escuela y se encuentra con Ariovaldo, con quien
canta y vende folletos a la gente. Ariovaldo se enoja con una señora porque ésta le dijo que era un
explotador y entonces él la amenaza con un cuchillo.
Segunda parte:
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15. 1)El “murciélago”: cada mañana que Zezé va a la escuela se cuelga de los autos por la parte
trasera y viaja oculto. Él intenta viajar de “murciélago” (porque así le llamaban) en el auto lujoso del
“Portugués”. Cuando se cuelga y el coche arranca, Zezé se cae y el “Portugués” lo descubre y le
da una palmada de castigo. Luego Zezé pelea con uno de los compañeros de Totoca (ya que él no
se animaba) y sale muy herido.
2)La conquista: Zezé realiza otra travesura: se mete en el patio de la vecina y ésta lo descubre,
con el susto Zezé se clava un vidrio en el pie. Gloria lo cura y no le dice a nadie más lo sucedido.
Al otro día Zezé va a la escuela y en el camino se encuentra con el Portugués y éste al verlo lo
lleva a que lo curen y le regala galletas y figuritas. Zezé se hace amigo del Portugués y olvida lo
sucedido anteriormente.
3)Conversaciones de aquí y allá: Zezé comienza a juntarse con el Portugués y se hacen los
mejores amigos. Conversan sobre sus vidas y el Portugués le dice a Zezé que puede hacer el
“murciélago” en su auto y Zezé lo hace.
4)Dos palizas memorables: Totoca le enseña a Zezé a hacer un globo, a Zezé le gusta la idea y
consigue plata para comprar el material necesario. Cuando estaba haciendo el globo, su hermana
Jandira, lo llama a comer pero Zezé se niega a ir hasta que no acabe con su globo. Jandira se
enoja mucho y lo trae a la fuerza rompiéndole su globo. Zezé insulta a su hermana y ésta lo
golpea, luego Totoca también lo golpea hasta que entra Gloria y defiende a Zezé. Luego lo
recuesta y éste se mejora. Poco después, Zezé encuentra a su padre muy triste y le canta una
canción para animarlo. El padre se cree que le está faltando el respeto y lo golpea muchas veces.
Otra vez entra Gloria a defenderlo y el papá de Zezé se arrepiente y hecha a llorar. Zezé le dice a
su madre: “Mamá, yo no debía de haber nacido”.
5)Suave y extraño pedido: Zezé luego de reponerse de la golpiza va a ver a su mejor amigo, el
Portugués (a quien le decía Portuga), y le cuenta lo ocurrido. Zezé estaba muy triste y le dice que
se va a tirar debajo del tren “Mangaratiba”, pero el Portuga lo convence de que no lo haga. Al otro
día los dos se van a pescar, Zezé le había contado al Portuga todas las desgracias que afrontaba
su familia y le pide que lo adopte como a un hijo. El Portuga le explica que no puede hacer eso y le
dice que de ahora en más, lo tratará como a un hijo.
6) De pedazos y pedazos se forma la ternura: Zezé sigue viendo al Portuga y contándole todo a
“Minguito” (su planta de naranja-lima). Mientras Zezé está hablando con su planta Totoca se le
acerca para pedirle plata prestada y le cuenta que van a ensanchar la calle y por esa razón van a
cortar a su planta de naranja-lima. Zezé se pone muy triste y hecha a llorar.
7)El “mangaratiba”: Zezé está en la escuela y se entera por uno de sus compañeros que el tren
mangaratiba (así se llamaba) había atropellado al coche del Portugués con él adentro. Zezé se
asustó tanto que salió de la escuela corriendo para ver si era verdad. Cuando estaba por llegar,
don Ladislao (el dueño de un negocio), lo frena y le dice que no vaya a ver lo sucedido. Zezé se
queda deambulando por las calles y llorando, hasta que lo encuentra Totoca y se lo lleva a la casa.
La familia de Zezé trata de consolarlo creyendo que estaba triste porque iban a cortar su planta de
naranja-lima. Zezé durante mucho tiempo permanece en cama, recibiendo visitas de los vecinos y
sus conocidos para darle fuerza para que viva. Zezé quería morir, para encontrarse en el cielo con
el Portuga, pero de apoco se va recuperando. Zezé recibe una flor blanca que había dado su
planta, y se da cuenta que es el adiós de Minguito (su planta de naranja-lima), ya que iba a crecer
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16. y no podría volver a hablar jamás.
8)Son tantos lo viejos árboles: El padre de Zezé consuela a éste que seguía triste, y le cuenta
que consiguió trabajo y que ya nunca le iban a faltar Le regalos en navidad. Le dice que van a
tener una casa grande con muchos árboles sólo para él y que cuando corten a minguito van a estar
muy lejos, pero Zezé le responde: “Ya la cortaron, papá, hace más de una semana que cortaron mi
planta de naranja-lima”.
9)La confesión final: En este capítulo, Zezé ya tiene cuarenta y ocho años y le agradece al
Portuga todo el cariño, amor y las cosas que en vida le brindó. También le dice que le contaron las
cosas demasiado pronto, y se despide.
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