En 1993, el Centro de Adultos estaba expandiéndose bajo la dirección de Trinidad Muela Moreno y ofrecía varios cursos y talleres formativos. Un artículo de periódico describe los talleres de manualidades que se estaban impartiendo bajo la supervisión de la monitora Antonia Pallarés Molina, cuyos resultados estaban siendo bastante satisfactorios debido al interés del alumnado. Los talleres incluían manualidades como bordados a mano, trabajos en pasta de maicena, muñecas, cuadros en pasta de papel y pintura