1. LA NUEVA SONRISA DE GUATEMALA
El verdadero desarrollo de las naciones se mide en sonrisas de seres humanos. Y es
esta una ley natural más importante que la gravedad. El progreso técnico y
material que no lleva asociado un crecimiento integral de las personas es un puro
espejismo de bienestar. La Historia nos ha mostrado el camino: educación,
cohesión social, generosidad, igualdad de oportunidades y responsabilidad hacia
los demás. Pese a todo lo imperfecto de nuestra civilización actual, podemos
observar este inexorable patrón en la forma como el mundo evoluciona a lo largo
del tiempo. Las naciones crecen, nos inventamos ocupaciones y creamos nuevas
profesiones, incrementamos de forma exponencial el comercio y los intercambios
de información, queremos conocer el mundo y explotar nuestra curiosidad innata.
Muchas voces critican, con razón, el impacto que este desarrollo tiene en nuestra
biosfera y bien está que gestionemos el mismo de una forma mucho más
inteligente. Ahora bien, creo que esas mismas voces olvidan el impulso primario,
esa fuerza motriz de la Humanidad que nos obliga a crecer y desarrollarnos: dar
más y mejores oportunidades a nuestros hijos, tanto para que ellos disfruten de
unas mejores condiciones materiales, como para que puedan vivir en paz y
felicidad en sus comunidades.
La semana pasada fui invitado a un magno evento de presentación del Proyecto del
Corredor Interoceánico de Guatemala. Me sentí profundamente emocionado al ver
a cientos de ciudadanos de múltiples condiciones, localidades, edades y afiliaciones
políticas dando soporte explícito a este proyecto de transformación nacional. Un
Proyecto totalmente alineado con esa fuerza original de los seres humanos hacia el
crecimiento y el desarrollo, al menos, de dos maneras importantes:
Primero, porque va a contribuir a escala planetaria al desarrollo de las naciones y
sus habitantes facilitando la expansión del comercio internacional. La conexión
entre los océanos Pacífico y Atlántico por medio del Corredor no sólo va a ofrecer
una ruta alternativa a los tráficos ya existentes sino que se va a convertir en un
catalizador de nuevas oportunidades de desarrollo. Las rutas comerciales que se
verán beneficiadas por el nuevo Corredor han crecido a un promedio del 5% anual
en los últimos diez años, y seguirán creciendo cuanto menos de forma similar
durante el próximo siglo en la medida en que los ciudadanos de medio mundo
sigan persiguiendo sus nobles objetivos de crecimiento.
Segundo, porque este proyecto reúne todas las condiciones para cambiar para
siempre la actual estructura económica y social de Guatemala, una nación con un
potencial muy por encima de lo que sus indicadores presentes dan a entender. Es
este un proyecto en el que todos los guatemaltecos presentes y futuros van a ganar
en el corto y largo plazo: nuevos empleos de calidad, atracción de inversión
extranjera industrial de primer nivel, oportunidades de negocio para los
empresarios locales, desarrollo de las comunidades locales y vertebración
territorial, incremento de la recaudación del Estado, mejora radical de los servicios
públicos, nueva oferta educativa en múltiples profesiones y empleos relacionados
con el Corredor, mayor relevancia internacional del país en foros internacionales,
en definitiva, un proyecto para transformar Guatemala en un país de
oportunidades para todos.

2. Gracias a proyectos como este, Guatemala puede conseguir algo similar a los que
otros países y regiones del mundo lograron en relativamente poco tiempo. Hacetan
sólo veinte años, lugares tan dispares como Corea del Sur, Dubai, Hong Kong,
Singapur, Botswana o Ghana, que hoy consideramos economías pujantes y en
pleno desarrollo, estaban en una situación parecida a la Guatemala de hoy en día:
PIB centrado en la agricultura y otras actividades de poco valor añadido, escala
limitada y proximidad a grandes economías, elevados niveles de corrupción,
niveles de pobreza muy elevados, población con elevados déficits educativos, etc.
El camino de estos países no fue fácil, tuvieron que luchar contra una forma
tradicional de hacer las cosas, apostar por unas pocas áreas en las que podían ser
exitosos a nivel global, aliarse con socios internacionales que les ayudaran en el
proceso, romper con viejos tabúes y relaciones de poder que parecían inamovibles
y, de forma decisiva, aglutinar todo su capital social y humano alrededor de una
Visión de futuro.
Guatemala tiene ante si una oportunidad histórica para cambiar el rumbo de su
historia reciente, un Proyecto capaz de transformar la vida de sus generaciones
futuras. El éxito de su implantación dependerá única y exclusivamente de la unidad
e ilusión con la que sus ciudadanos respalden este proyecto, todos juntos remando
en la misma dirección para darles a sus hijos su mejor legado, una renovada
sonrisa.
Joan Cabezas
8 de Octubre de 2012.