1. Universidad Panamericana del Puerto
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Escuela de Contaduría Pública
Catedra de Diseño y Evaluacion de Proyectos
ECONOMIA NARANJA
Jose Lozada
C.I.: V- 25.090.487
Venezuela, Valencia, noviembre de 2021
2. El término se ha vuelto muy conocido en los últimos años y muchas más
personas han puesto su mirada en este grupo de actividades, al punto de que una
institución como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha manifestado que
América Latina cuenta con una mina de oro en este sentido.
Sin embargo, aunque el concepto se ha vuelto más popular, queda mucho por
conocer para poner en marcha efectivamente un sector que proyecta tan buenas
oportunidades, no solo para el continente, sino para Colombia, que cuenta con una
riqueza cultural y artística que no ha sido valorada en todo su potencial.
La economía naranja es también conocida como la industria creativa:
justamente su nombre nace de la asociación que ha tenido el color naranja con la
creatividad, la cultura y la innovación, a lo largo de la historia de la humanidad; es por
esto que las actividades que se agrupan allí cumplen con estas tres características.
Algunos campos que podemos mencionar, por dar solo un pequeño vistazo, incluyen
artes visuales, artesanías, contenidos audiovisuales, diseño, arquitectura, cultura,
recreación, publicidad, investigación y deporte.
Otro factor que tienen en común estas ocupaciones es que, gracias a las
condiciones económicas actuales, así como a la revolución tecnológica y digital,
durante las últimas décadas han logrado tener acceso a herramientas y a espacios más
amplios para llevar sus productos y servicios a nuevos públicos objetivos; ahora este
contexto, les permite tener una perspectiva de crecimiento mayor.
Lo expuesto anteriormente, permite visualizar con mayor claridad el principal
reto de este sector: si bien su popularidad ha aumentado en los últimos años, es una
industria que siempre ha existido, pero que ha tenido muchos obstáculos y problemas
para sobresalir. El reto se centra en cómo cultivar esta realidad, para sacar el mayor
provecho en beneficio, tanto de quienes hacen parte de la industria creativa, como de
todo el país, ya que al darle una mirada a las condiciones de trabajo en estas
ocupaciones, podemos encontrar características comunes como son la informalidad y
3. los bajos salarios. Es por ello que la labor de los hacedores de política debe contemplar
soluciones encaminadas a eliminar estas problemáticas y a fomentar los
emprendimientos y la creación de empresas mediante el desarrollo de un entorno más
amigable.
No podemos dejar pasar la oportunidad de desarrollar un área que a nivel
mundial representa el 3 por ciento del PIB y que en países que han aprovechado su
potencial, como Estados Unidos y Brasil, representa más del 10 por ciento. Es un sector
que a nivel mundial crea 29 millones de empleos y en Latinoamérica dos millones. Los
bienes y servicios creativos son el quinto rubro de exportación en el mundo, nada mal
para una industria que durante mucho tiempo no tuvo una relación clara con el
crecimiento económico.
Para Venezuela el fortalecimiento de la economía naranja representa una gran
oportunidad de crecimiento y creación de empleo. El desafío a nivel mundial con la
cuarta revolución industrial, es suplir los puestos que la tecnología y la realidad virtual
van a comenzar a ocupar. Muchos trabajos técnicos van a desaparecer y será entonces
labor de los gobiernos fomentar actividades en las cuales los robots y la ciencia no
puedan reemplazarnos. La cultura y la creatividad hacen parte de nuestra esencia como
seres humanos, nos definen y por ello, este es un campo que puede vislumbrarse como
respuesta ante los nuevos interrogantes del siglo XXI.