2. Fuimos criados con principios morales comunes. Cuando eramos niños madres, padres, profesores, abuelos, tíos o vecinos eran autoridades dignas de respeto y consideración. Cuanto más próximos o más viejos, más afecto nos dieron . Era inimaginable responder mal a los ancianos, a maestros o autoridades. HABÍA RESPETO.
3. Confiábamos en los adultos porque todos eran padres, madres o familiares de los chicos de la calle, del barrio, de la ciudad. Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los sapos, de los ratones y del “hombre de la bolsa”.
4. Hoy siento una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido.
5. Por todo lo que mis hijos y nietos un día temerán. Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, ancianos .
6. ¿Derechos humanos para criminales? ¿Deberes ilimitados para ciudadanos honrados? ¿Pagar las deudas es ser tonto? ¿Amnistía para los estafadores? ¿Los honestos son imbéciles? ¿No tomar ventaja es ser necio?
7. ¿Qué ha pasado con nosotros? Profesores maltratados en las aulas, comerciantes amenazados por delincuentes, corruptos pavoneándose de su poder, rejas en nuestras ventanas y puertas . Cada quien encerrado en su mundo.
9. Autos que valen más que abrazos. Hijos queriendo regalos por pasar de curso. Teléfonos móviles en las mochilas de los recién salidos de sus pañales.
11. Más vale parecer que ser. Más vale un coche caro que una amistad sólida. Más vale una pantalla gigante que una conversación. Más vale un Armani que un diploma.
12. ¿CUANDO FUE QUE SER CORRECTO DESAPARECIÓ PARA CONVERTIRSE EN RIDÍCULO?
14. Quiero sentarme en el camino con la puerta abierta en las noches de verano.
15. Quiero la honestidad como motivo de orgullo. Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia el mirar a los ojos. Quiero la esperanza, la alegría, la confianza, la fé. Quiero la vergüenza, y la solidaridad. Quiero volver a enorgullecerme de nuestros líderes políticos. Confiar.
16. Quiero que la “palabra de hombre” vuelva a ser sinónimo de juramento. ¡Abajo el “TENER”! ¡Viva el “SER”! Quiero el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana. Y definitivamente común, como vos y como yo.
17. Adoro un mundo simple y común. Tener el amor, la caridad, la solidaridad como bases de vida. Me indigno delante de la corrupción, la falta de ética, de respeto, la inmoralidad.
18. Volvamos a ser “gente”, recuperemos la sociedad perdida. Construyamos un mundo mejor, más justo, donde las personas respeten a las personas, con tolerancia pero sin permisividad.
19. ¿Utopía? ¿No...? ¿...Si? ¿Quién sabe? Por lo menos, hagamos el intento.
20. Empecemos a contaminar el mundo pasando este mensaje. Nuestros hijos se lo merecen y nuestros nietos nos lo agradecerán. Seguramente a muchos de tus amigos también les agradaría recibirlo y constatar que somos muchos los que pensamos así. ¡Cambiemos nuestra Argentina! ¡Seamos más!