La crisis económica en España se debió a factores internos como la excesiva dependencia del sector inmobiliario y energético, y factores externos como el exceso de liquidez y falta de regulación. Esto llevó al cierre de pequeñas empresas, pérdida de empleos y competitividad. Las consecuencias incluyeron tasas de desempleo duplicadas respecto a Europa y precios elevados. Las soluciones propuestas son cambios estructurales para reducir la dependencia de la construcción y energía, así como ayudas a pymes,