Víctor Manuel III sucedió a su padre como rey de Italia en 1900. Durante su reinado, Italia participó en varios conflictos militares como la Guerra Ítalo-Turca, la Primera Guerra Mundial, la Guerra de Etiopía y la Guerra Civil Española. En 1922, ante la presión de Benito Mussolini y los fascistas, Víctor Manuel III nombró a Mussolini como primer ministro, allanando el camino para el establecimiento de un régimen totalitario. Aunque actuó dentro de los límites constitucionales en
1. VICTOR MANUEL III
Primeros años de reinado
Sucedió a su padre, Humberto I, en 1900 cuando éste murió asesinado en
Monza. Recibió, como era frecuente en los príncipes de su época, formación
militar (debido a su baja estatura, 1'53m., hubo que cambiar la legislación
castrense a este respecto) y mostró especial interés por los asuntos de la
milicia. Durante su reinado Italia, como el resto de las potencias europeas, trato
de conformar un imperio colonial y aumentar su territorio nacional lo que llevó
al país a verse envuelto en varios conflictos: en un primer momento mantuvo la
Guerra Ítalo-Turca en 1911-12, luego participó en la Primera Guerra Mundial
(1915-18) en el bando aliado, más tarde en la Guerra de Etiopía (1935-36) y
también en la Guerra Civil española en apoyo del bando franquista liderado por
Francisco Franco (1936-1939).
Víctor Manuel III
El 1929 concluyó con el papa Pío XI los llamados Pactos de Letrán, por los que
se creaba el estado soberano de la Ciudad del Vaticano y se cerraba el
conflicto abierto en 1870 con la toma de Roma por parte de las tropas del
nuevo reino de Italia.
Víctor Manuel III fue proclamado emperador de Etiopía (1936 - 1943) y rey de
Albania (1939 - 1943), ambas ocupadas por Italia, pero sólo fue reconocido
como tal por los aliados del fascismo italiano. Precisamente debido a la
conquista de Etiopía, Italia fue objeto de sanciones por parte de la Sociedad de
Naciones y en un gesto de desdén se autoexcluyó de la misma.
Durante las dos primeras décadas de su reinado, Víctor Manuel III actuó dentro
de los límites marcados por la Constitución y no interfirió en la acción de los
sucesivos gobiernos. Pero en 1922 ante la presión ejercida sobre el gobierno
por la Marcha sobre Roma que habían organizado los fascistas liderados por
Benito Mussolini, el monarca no aceptó declarar el estado de sitio que había
solicitado el primer ministro Luigi Facta y, el 30 de octubre, aceptó el
2. nombramiento de Mussolini como primer ministro, vulnerando sus atribuciones
constitucionales. Con Mussolini en el poder, el monarca ni se opuso ni tan sólo
opinó sobre el desmantelamiento del sistema constitucional y la imposición del
régimen totalitario fascista en 1925. Víctor Manuel III tampoco se interpuso
cuando Mussolini acabó con la oposición democrática y liberal y no mostró
reparos a la entrada de Italia junto a la Alemania nazi en la Segunda Guerra
Mundial (1939-45).