Cristina recibió a su primera mascota, una gata llamada Luna, cuando cumplió 8 años. A los 16 años, después de sacarse el graduado escolar, empezó el bachillerato para cumplir su sueño de ser veterinaria. Cristina tenía dos mejores amigos, Lucía y Guillermo, y un perro llamado Franklin de dos años de edad.