Este documento trata sobre la valentía. Define la valentía como el valor que nos permite luchar por lo que vale la pena y superar nuestros miedos en momentos difíciles. Explica que aunque no es fácil, todos podemos ser valientes cuando surge la ocasión. La valentía es la diferencia entre hundirse o seguir adelante ante la muerte de un ser querido, una enfermedad o la ruina de un negocio. También tiene que ver con defender lo correcto ante injusticias o violaciones de derechos.
2. La honestidad: Es una cualidad de calidad humana que
consiste en comportarse y expresarse con coherencia y
sinceridad (decir la verdad), de acuerdo con los valores de
verdad y justicia. Se trata de vivir de acuerdo a como se
piensa y se siente. En su sentido más evidente, la
honestidad puede entenderse como el simple respeto a la
verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas;
en otros sentidos, la honestidad también implica la
relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo
mismo.
3. Ser honesto es ser real, auténtico, genuino.
Ser deshonesto es:
ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto
por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no
respeta a la persona en si misma ni a los demás. La
honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y
sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La
deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el
ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en
que imperara la realidad y estuviera habitado por seres
humanos plenamente conscientes.
Desgraciadamente, debemos de convivir con la
deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de
tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente
con la razón.
4. Valentía
• La “valentía” es ese valor que nos hace luchar
por lo que “vale la pena”. Nos ayuda a superar
nuestros miedos, y encauzar la vida en
momentos difíciles. Ser valientes no es fácil:
hace falta fortaleza interior. Pero, por otro lado,
no es exclusiva de personas casi
extraterrestres: todos podemos ser valientes si
surge la ocasión.
5. • La vida misma no es sencilla y puede ser, en
ocasiones, sorprendentemente dura: La muerte
de un ser querido, una enfermedad, la ruina de
un negocio son ejemplos de momentos
tremendamente difíciles. La valentía es la
diferencia entre hundirse o seguir nadando.
Por otra parte, la valentía también tiene que ver
directamente con defender lo que sabemos que
es correcto. La conciencia con frecuencia nos
indica que se está cometiendo una injusticia, o
que se está violentando algún derecho. En esos
momentos, es necesaria una posición concreta
para actuar como es debido y para defender lo
que está bien.
6. La valentía nos hace personas ordinarias que pueden obtener
resultados extraordinarios. Una persona que defiende al débil, que
admite sus errores, que afronta las consecuencias de sus actos, que
no calla cuando sabe que algo está mal, puede estar asumiendo
riesgos, pero también está creando una diferencia real en su vida y
en el mundo que le rodea.
Los seres humanos solemos dejarnos llevar por la comodidad y,
desgraciadamente, por los miedos. Con gran frecuencia generamos
nuestros propios fantasmas y temores inexistentes; nos planteamos
consecuencias que aún no existen pero que vemos como algo muy
real. ¡Qué triste es el papel de un muchacho que no se atreve a
decirle a una chica cuánto le gusta por miedo a que ella le
rechace! No es raro que nuestra imaginación nos traicione
planteándonos escenarios y panoramas desoladores, y nos
inmovilizamos simplemente porque creemos que algo puede salir
mal.