El documento describe cómo los creyentes pueden evitar "apagar al Espíritu Santo" mediante la entrega de sus vidas a Dios, no conformándose con el mundo sino dejándose transformar por el Espíritu Santo, renovando su mente y conociendo la voluntad de Dios. Explica que Romanos 12:1-2 enseña que los creyentes deben someterse voluntariamente al Espíritu Santo para ser transformados y conocer la voluntad de Dios.