La madre del narrador le contó la historia de un albañil noble que construyó una pared para una mujer. Días después, la pared se derrumbó. Cuando el albañil revisó su trabajo, se sorprendió porque la pared tenía base, cemento y estaba nivelada correctamente. El albañil concluyó que la pared se cayó "por cojuda". Desde entonces, la madre usaba la frase "se cayó por cojuda" cuando no había explicación para algo.