2. Tenemos una tendencia natural a establecer
relaciones de causa y efecto sin comprobarlas de modo
lógico; esta predisposición es muy marcada en la
infancia y se mantiene si el contexto en el que nos
encontramos lo promueve, como ha sucedido en muchas
culturas.
3. El pensamiento mágico se utiliza para describir atribuciones ilógicas de causalidad que se
hacen sin pruebas empíricas
nos basamos en la similitud o en la contigüidad temporal o
espacial entre elementos, por ejemplo, para establecer una relación causal
no demostrable entre estos.
EJEMPLOS:
una niña que cree que si se porta mal el hombre del saco la
secuestrará está cayendo en este error lógico.
Lo mismo sucede con las tribus que hacen danzas rituales para
invocar la lluvia
o con las personas que piensan que sus deseos se cumplirán si
encienden una vela y se encomiendan a un santo determinado.
4. El pensamiento mágico se ha atribuido
principalmente a dos hechos: la
contigüidad entre eventos (p. e. “Mi
murió porque le deseé la muerte el día
anterior”) y el pensamiento asociativo,
que consiste en establecer relaciones en
función de similitudes. Por ejemplo, los
Mapuche creían que obtendrían la fuerza
de sus enemigos si se comían su corazón.
CAUSAS